Mis ganas por exhibir al portento de mi novia estaban en auge. Me vino la inspiración, así que hace unas semanas fuimos un fin de semana a Salou, y reservé en un albergue de mierda de estos con literas y habitaciones compartidas.
No le dije nada a Nuria. Ella sabía que le iba a tocar menear el culo y las tetas por la playa delante de desconocidos.
Nuria no sabía que íbamos a un albergue, pero cuando leyó el cartel, lo entendió al momento.
+ Lu, eres un guarro…
- ¿Yo? Soy inocentísimo.
+ Ya… ¿A un albergue? ¿En serio?
- ¿Qué pasa? Más barato.
Era una habitación bastante grande. Igual habría quince camas con sus literas y había bastante gente. En su mayoría turistas extranjeros y algún jipi.
Cuando llegamos eran las 22:45, habíamos cenado de camino, y estábamos cansados, pero fue entrar y se me empezó a ir el sueño.
Había un par de holandeses hablando al fondo, otros franceses a medio camino, alemanes al fondo del primer pasillo… Incluso algunos españoles. Me sorprendió ver un grupo de tres chicas que tendrían cerca de 30 años en un sitio así.
Gente bastante joven que venía a la playa y a salir de fiesta, y no quería gastarse un chavo de más en el alojamiento.
En frente de nuestra cama, a la derecha, en el pasillo que daba hacia la salida, había un grupo de franceses que ya habían descubierto que Nuria era un portento.
Eran 4 chicos de unos 20 años y dos no paraban de lanzar miradas furtivas.
- Nuria, tienes dos fans.
+ ¿Ya tan rápido? Pues si ni me he desvestido.
- A ver, entiéndelos. Normalmente las francesas son unas flacas, y en cuanto ven dos tetas gordas y un culo grande, cortocircuitan.
+ Pues me tengo que ir a duchar.
La habitación tenía forma de U. Entrabas y al poco tenías un pasillo a mano derecha, y un poco más adelante, otro.
Nosotros estábamos en el pasillo del fondo, al principio. Me había puesto ahí para controlar la puerta esperando ver a Nuria desfilar y a los demás comérsela con los ojos. Que iba a ocurrir más pronto que tarde.
Íbamos a dormir en la misma cama abajo ambos, o lo íbamos a intentar.
Nuria sacó de su mochila la media camiseta corta que utiliza para cuando no hace tanto calor. No le llega al ombligo, supongo que por no ir ya directamente en tetas, sacó sus chanclas de piscina, una toalla solamente para envolverse el pelo, se puso de pie y se quitó el vestido, quedándose momentáneamente en tanga solamente de espaldas a la gente.
Los franceses se volvieron todos de repente, y empezaron a cuchichear mientras observaban su redondo y generoso culo y Nuria se ponía la camiseta corta. Ella agarraba las cosas antes de irse a la ducha, fingiendo despreocupación y agachándose en su maleta para que los chavales pudiesen darse un festín ante un culo de semejante categoría con un tanga negro minúsculo. Hasta los holandeses que teníamos justo en frente dejaron de hablar para observar las mejores nalgas que hayan visto en su corta vida.
- Están los franceses como locos. Tu culo los tiene hiponizados, bueno y a los holandeses.
+ Que hagan fotos, que les durarán más.
Ya le habían hecho alguna foto mientras estaba agachada con el culo en pompa. Me dio un beso y se dirigió a la puerta, contoneando aquel maravilloso, hipnótico y generoso culo. No perdía detalle mientras me estrangulaba mi rabo, ya morcillón, y viendo cómo los franceses sacaban más fotos. Normal, el tanga desaparecía entre esas dos grandes nalgas, yo habría hecho lo mismo.
Uno de los holandeses también cogió su toalla y sus chanclas, y fue después de Nuria, supuse que las duchas no serían mixtas.
Casi se me caen los huevos al suelo cuando vi entrar a Nuria en la habitación con el tanga, la toalla en la cabeza, y las chanclas solamente.
Se hizo el silencio y los franceses empezaron a mirarla de arriba abajo mientras ella los saludaba y buscaban rápidamente la cámara en sus móviles. Los españoles del fondo también se giraron y se escuchó un “madre mía”.
Sus grandes y redondas tetas botaban con cada paso. Nuria sonrió a los franceses y volvió a fijar su mirada en mí. Mi mano estranguló mi rabo de nuevo, no me cansaba de ver el bamboleo de esos melones, y el resto de los presentes tampoco. Estaba excitadísimo, y los franceses no tardaron en sacar sus móviles y hacerle incluso un vídeo mientras caminaba y le bailaban las tetas. Repetían varias veces cosas como “putain”, que es el equivalente en francés a nuestro “joder”.
Cuando Nuria llegó a la cama, se puso la camiseta y se sentó. Los franceses estaban mirando el vídeo y las fotos, mirando de vez en cuando a Nuria, totalmente felices con semejante documentación gráfica.
- Mira que eres puta…
+ Eres tú el que me trae a sitios para que me exhiba.
- Joder, y qué bien se te da…
+ Es fácil, los hombres sois tan simples… Veis dos tetas y un culo, y os volvéis monos.
- Normal, con esos melones y ese buyate, buf… Por cierto, uno de los holandeses también se ha ido a duchar cuando has ido tú.
+ Lo sé, se ha metido en las duchas de chicas.
- ¿En serio?
+ Sí… Y he sido un poco mala.
Me contó que mientras se duchaba el holandés de en frente se había metido en el baño de chicas a darse también una ducha. Se puso en la de al lado, y sin mirar con mucho descaro, pero lanzando miradas furtivas, se ha empezado a duchar junto a Nuria.
Mi novia, que es bastante perra, le ha estado mirando el rabo, y cuando una tía así, te mira mucho la polla, se te termina por poner dura.
+ Tiene un pollón el hijo de puta... Como la tuya. Era imposible que no se me fueran los ojos.
El gacho este en cuestión se llama Paul y le ha estado dando conversación mientras le miraba las tetas y el culo. Al principio dice que era más disimulado, pero según avanzaba la conversación, y viendo que Nuria se la miraba con bastante descaro, se ha ido poniendo dura, ha perdido el pudor y le ha ido mirando las tetas y el coño cada vez con más descaro. Le ha preguntado que de dónde era, que cuánto se iba a quedar aquí, que si yo era su novio… Todo eso ya totalmente frente a ella para que le pudiese admirar bien el rabo. Entonces ya ha empezado a decirle que estaba muy buena y que tenía cuerpazo.
+ Me encanta que me halaguen, ya lo sabes. El chico no está mal y es que cada vez que le miraba el rabo, se le levantaba más…
Ojalá haberlo visto. Pensar en que ese hijo de puta se ha estado comiendo con los ojos a mi novia, se le ha puesto dura, y no le ha ocultado la erección, me estaba poniendo muchísimo.
En una de estas el holandés se ha envalentonado porque ha visto que Nuria le miraba bastante el miembro, y le ha preguntado si necesitaba ayuda para enjabonarse la espalda, y Nuria le ha dicho que sí. Se ha acercado a ella y le ha puesto el rabo en las nalgas mientras le enjabonaba la espalda. La muy cerda se ha puesto cachonda notando ese cipote duro como una piedra, hundido entre sus grandes nalgas.
+ Ya sabes que soy un poco puta, Lu…
- Doy fe.
+ Y que las pollas grandes… Me pierden…
Ha sido enjabonando la espalda y lentamente sus manos han pasado a las tetas, que no ha enjabonado, sino que ha empezado a amasar mientras se apretaba todavía más contra ella, una de sus manos ha bajado al coño y le besaba el cuello.
Yo me quería follar a la zorra de mi novia ahí mismo de lo dura que la tenía.
- Ahí le he parado y le he dicho que me tocaba enjabonarle a él.
Ha empezado a enjabonarle lentamente mientras su gordo y desafiante rabo la señalaba hacia ella. El holandés mientras tanto le acariciaba las tetas y el culo. Es un tío de 1,90, pero tiene brazos largos, así que me creo que ha llegado a sobar a mi novia a placer.
+ Le he torturado enjabonando todo menos el rabo.
- Hace falta ser hija de puta.
Entonces Nuria ha cerrado la ducha y ha fingido que se iba, dejando al gran Paul con una erección de caballo, pero no ha sido tan hija de puta. Ha vuelto riéndose, le ha enjabonado bien el rabo y las pelotas, y ha empezado a masturbarle.
+ Ahí ya me ha agarrado las tetas y no me las soltaba, ¿eh?
- Joder, normal, yo tampoco lo haría.
Le ha masturbado con bastante inquina, con un agarre firme mientras con la otra mano le acariciaba los testículos, que ha hecho que el larguirucho jadease con cada bombeo y le dijese que era una profesional.
+ Cuando he notado que le quedaba poquito me he puesto de rodillas y le he hecho una cubana. Menudos chorrazos ha saltado el hijo de puta, me he tenido que volver a duchar poque tenía la barbilla y las tetas pringadísimas…
Nuria se dio cuenta de que yo ya la tenía dura como la pata de una mesa.
+ Cuando se apaguen las luces, te la chupo…
- No sabes las ganas que tengo de follarte ahora mismo.
Me costaba pensar y mi mano no quería dejar ir a mi rabo, que exigía venganza.
Al poco llegó el larguirucho Paul, con una sonrisa de oreja a oreja. Saludándonos camino a su litera como si nos conociese. Seguramente le estaba comentando a su colega la paja que le había hecho mi novia en la ducha. No hacía falta saber holandés para ver la cara de sorpresa, la risa y cómo miraba a Nuria.
Apagaron las luces, Nuria se puso entre la pared y yo y se durmió. A mí me costó más, estaba demasiado excitado, pero finalmente caí.
Tuve un sueño bastante guarro relacionado con lo que me había contado Nuria sobre las duchas. La veía chupándole el rabo a otro, esperando a que acabase para follármela contra la pared mientras le empujaba la cara contra los azulejos.
Me sacó de mi sueño que su mano estaba agarrándome mi entrepierna, que ya estaba al aire por fuera de los calzones. No sabía cuánto rato llevaba así, ni cómo había hecho para sacármela sin despertarme, pero ahí estaba Nuria sobándomela.
+ Buf… Qué grande la tienes…
- Pues chúpamela, que encaja perfecta en tu boca.
Se colocó al final de la cama, con el culo em pompa y empezó a mamar. Yo la notaba durísima, demasiado. Las ganas acumuladas.
Miré alrededor, pero no había movimiento. No estábamos a oscuras ya que la iluminación que entraba de la calle lo impedía, pero era la suficiente para ver las camas de los franceses, totalmente inertes. Miré a los holandeses y también dormían.
Veía a Nuria chupármela como una puta cara, venga a lamer de arriba abajo, como si aquello fuese un helado. Se hacía de rogar hasta que se la metía en la boca, pero después de llenármela bien de saliva empezó a mamar mientras me masturbaba. Su culo en pompa estaba desnudo, se había quitado el tanga.
Joder, hoy lo estaba haciendo especialmente bien. Demasiado bien.
Mi mano estaba en su pelo y yo estaba agarrándola del pelo mientras acompañaba con movimientos de cadera como follándome su boca poco a poco.
Mi ojo captó movimiento y me di cuenta que Paul el holandés se la estaba zurrando.
Tenía un buen mango, es verdad, y tenía los ojos clavados en la escena. Alternaba la mamada con el gran culo de Nuria.
La situación me dio todavía más morbo y excitación, la puta de mi novia, chupándomela desnuda mientras otro se masturbaba mirándola en acción.
Noté que se me ponía más dura todavía, y al poco varios chorros generosos de leche salieron directos a su garganta mientras la sujetaba del pelo y le metía bien el rabo adentro y ella gemía suavemente.
Nuria tragaba y tragaba. Me la seguía chupando asegurándose de que ninguna gota se desperdiciaba. El holandés ahí seguía zurrándose la sardina con sus ojos clavados en el culo de mi novia mientras seguía chupándomela.
Estaba tan excitado que no se me bajaba, pero tampoco me iba a volver a correr. Al final se me fue desinflando poco a poco.
+ Jo, yo quería más…
- Mira, tu amigo también.
+ ¿Cuánto rato lleva así?
- Casi desde el principio.
Entonces me vino otra idea.
- No seas mala y chúpasela a él también, pobre.
+ Mira que eres guarro…
Nuria salió de la cama y se encaminó hacia la del holandés, que seguía con el rabo en la mano masturbándose mientras le miraba las tetas a Nuria.
Esta no dijo nada, se puso a los pies de su cama, y empezó a mamársela exactamente como me la había chupado a mí.
La verdad que era una visión increíble. Su gran y redondo culo en pompa invitaba a reventarlo y sus grandes tetas bailaban con su brazo cuando subía y bajaba.
Le lamía el rabo con las mismas ganas que a mí. Menuda perra insaciable…
Tras el engrase, empezaba el mamazo y la succión. Lo hacía con fuerza, hundiendo un poco al holandés en su colchón cada vez que jaba.
El muy cabrón tenía los ojos en blanco, seguramente nunca se la habían chupado así.
Mi rabo empezó a reaccionar a esa escena y se empezó a levantar de nuevo. Mi mano le ayudó.
Nuria seguía empeñada en hundir al holandés en el colchón con su mamada, su brazo no perdonaba y su boca tampoco. Tenía los carrillos hundidos de la succión que le estaba practicando a aquel desgarbado rubio que era incapaz de cerrar la boca ante esas artes mamatorias.
Me la empecé a pelar lentamente.
Apenas se oía nada en la habitación salvo el colchón amortiguando la mamada de Nuria, que no cejaba en su empeño mientras la muy puta me miraba fijamente a los ojos.
El holandés parecía un cadáver, tenía la boca abierta y los ojos en blanco. Y entonces, sin hacer ruido, se corrió dentro de la boca de Nuria, que aflojó su agarre y ritmo para sacarle toda la esencia que tenía dentro.Chupó un rato más, dejándosela bien limpia, lamiendo cada centímetro de rabo para que no se perdiese ni un poco de leche.
Cuando consideró que ya estaba aquello totalmente seco, se levantó, cogió el cepillo de dientes y la pasta, y se fue al baño, completamente desnuda, con sus tetas desafiando a quien la mirase y su culo invitando a cualquiera a embestirlo.
Mi rabo y yo la seguimos al baño, donde estaba lavándose los dientes del último mamazo. Entré y cerré la puerta.
Me la saqué y sin decir nada se la empecé a meter mientras tenía el cepillo en la boca. Su coño estaba completamente empapado.
- Eres una puta, y te voy a follar como tal.
Me desentendí del mundo mientras la agarraba por las tetas y se la metía lenta, pero profundamente. Nuria gemía mientras se agarraba al lavabo. Gemía según su empapado coño recibía de buen grado mi cipote duro. La agarré del pelo y le tiré la cabeza hacia atrás.
- Puta, eres una zorra comepollas.
+ Aah, sí…
El sonido de carne contra carne reverberaba en aquel vacío y gran baño común. No perdía detalle en el espejo de sus grandes tetas, cara de placer y ojos cerrados mientras se la clavaba bien adentro.
La embestía con ira y ansia mientras la agarraba fuerte de la cadera y le azotaba el culo con violencia sin soltarle el pelo. Podía ver mis dedos en sus grandes y duras nalgas, pero me daba igual. Era una puta y no se merecía menos. Que no fuese calentando a otros hombres y chupando otras pollas.
Mis embestidas eran bastante potentes y profundas, podía notar cómo le estaba entrando el rabo hasta el esternón con cada embestida, y ella gimiendo tras cada empentón.
Sin verlo venir, quizás porque Nuria estaba ya muy excitada, se corrió y el orgasmo le contrajo muchísimo el coño, lo que me hizo correrme al sentir su cálida y mojada entrepierna apretando la mía mientras le apretaba una teta con la mano izquierda y con la derecha le tapaba la boca.
Se la hinqué varias veces bien profundo, sintiendo cómo con cada clavada salía semen. Le estaba rellenando a base de bien.
Cuando terminamos se dio una ducha y yo me limpié el rabo como pude. Volvía a la habitación para traerle la toalla y que se secase un poco.
Volvimos a la cama y dormimos profundamente después de aquella señora serenata de sexo guarro.
Síguenos en nuestra
✨ ¡GRACIAS POR LEER EL RELATO! ✨
👉 CLICK AQUÍ PARA UNIRTE 👈 Síguenos en nuestras redes sociales para más contenido
No le dije nada a Nuria. Ella sabía que le iba a tocar menear el culo y las tetas por la playa delante de desconocidos.
Nuria no sabía que íbamos a un albergue, pero cuando leyó el cartel, lo entendió al momento.
+ Lu, eres un guarro…
- ¿Yo? Soy inocentísimo.
+ Ya… ¿A un albergue? ¿En serio?
- ¿Qué pasa? Más barato.
Era una habitación bastante grande. Igual habría quince camas con sus literas y había bastante gente. En su mayoría turistas extranjeros y algún jipi.
Cuando llegamos eran las 22:45, habíamos cenado de camino, y estábamos cansados, pero fue entrar y se me empezó a ir el sueño.
Había un par de holandeses hablando al fondo, otros franceses a medio camino, alemanes al fondo del primer pasillo… Incluso algunos españoles. Me sorprendió ver un grupo de tres chicas que tendrían cerca de 30 años en un sitio así.
Gente bastante joven que venía a la playa y a salir de fiesta, y no quería gastarse un chavo de más en el alojamiento.
En frente de nuestra cama, a la derecha, en el pasillo que daba hacia la salida, había un grupo de franceses que ya habían descubierto que Nuria era un portento.
Eran 4 chicos de unos 20 años y dos no paraban de lanzar miradas furtivas.
- Nuria, tienes dos fans.
+ ¿Ya tan rápido? Pues si ni me he desvestido.
- A ver, entiéndelos. Normalmente las francesas son unas flacas, y en cuanto ven dos tetas gordas y un culo grande, cortocircuitan.
+ Pues me tengo que ir a duchar.
La habitación tenía forma de U. Entrabas y al poco tenías un pasillo a mano derecha, y un poco más adelante, otro.
Nosotros estábamos en el pasillo del fondo, al principio. Me había puesto ahí para controlar la puerta esperando ver a Nuria desfilar y a los demás comérsela con los ojos. Que iba a ocurrir más pronto que tarde.
Íbamos a dormir en la misma cama abajo ambos, o lo íbamos a intentar.
Nuria sacó de su mochila la media camiseta corta que utiliza para cuando no hace tanto calor. No le llega al ombligo, supongo que por no ir ya directamente en tetas, sacó sus chanclas de piscina, una toalla solamente para envolverse el pelo, se puso de pie y se quitó el vestido, quedándose momentáneamente en tanga solamente de espaldas a la gente.
Los franceses se volvieron todos de repente, y empezaron a cuchichear mientras observaban su redondo y generoso culo y Nuria se ponía la camiseta corta. Ella agarraba las cosas antes de irse a la ducha, fingiendo despreocupación y agachándose en su maleta para que los chavales pudiesen darse un festín ante un culo de semejante categoría con un tanga negro minúsculo. Hasta los holandeses que teníamos justo en frente dejaron de hablar para observar las mejores nalgas que hayan visto en su corta vida.
- Están los franceses como locos. Tu culo los tiene hiponizados, bueno y a los holandeses.
+ Que hagan fotos, que les durarán más.
Ya le habían hecho alguna foto mientras estaba agachada con el culo en pompa. Me dio un beso y se dirigió a la puerta, contoneando aquel maravilloso, hipnótico y generoso culo. No perdía detalle mientras me estrangulaba mi rabo, ya morcillón, y viendo cómo los franceses sacaban más fotos. Normal, el tanga desaparecía entre esas dos grandes nalgas, yo habría hecho lo mismo.
Uno de los holandeses también cogió su toalla y sus chanclas, y fue después de Nuria, supuse que las duchas no serían mixtas.
Casi se me caen los huevos al suelo cuando vi entrar a Nuria en la habitación con el tanga, la toalla en la cabeza, y las chanclas solamente.
Se hizo el silencio y los franceses empezaron a mirarla de arriba abajo mientras ella los saludaba y buscaban rápidamente la cámara en sus móviles. Los españoles del fondo también se giraron y se escuchó un “madre mía”.
Sus grandes y redondas tetas botaban con cada paso. Nuria sonrió a los franceses y volvió a fijar su mirada en mí. Mi mano estranguló mi rabo de nuevo, no me cansaba de ver el bamboleo de esos melones, y el resto de los presentes tampoco. Estaba excitadísimo, y los franceses no tardaron en sacar sus móviles y hacerle incluso un vídeo mientras caminaba y le bailaban las tetas. Repetían varias veces cosas como “putain”, que es el equivalente en francés a nuestro “joder”.
Cuando Nuria llegó a la cama, se puso la camiseta y se sentó. Los franceses estaban mirando el vídeo y las fotos, mirando de vez en cuando a Nuria, totalmente felices con semejante documentación gráfica.
- Mira que eres puta…
+ Eres tú el que me trae a sitios para que me exhiba.
- Joder, y qué bien se te da…
+ Es fácil, los hombres sois tan simples… Veis dos tetas y un culo, y os volvéis monos.
- Normal, con esos melones y ese buyate, buf… Por cierto, uno de los holandeses también se ha ido a duchar cuando has ido tú.
+ Lo sé, se ha metido en las duchas de chicas.
- ¿En serio?
+ Sí… Y he sido un poco mala.
Me contó que mientras se duchaba el holandés de en frente se había metido en el baño de chicas a darse también una ducha. Se puso en la de al lado, y sin mirar con mucho descaro, pero lanzando miradas furtivas, se ha empezado a duchar junto a Nuria.
Mi novia, que es bastante perra, le ha estado mirando el rabo, y cuando una tía así, te mira mucho la polla, se te termina por poner dura.
+ Tiene un pollón el hijo de puta... Como la tuya. Era imposible que no se me fueran los ojos.
El gacho este en cuestión se llama Paul y le ha estado dando conversación mientras le miraba las tetas y el culo. Al principio dice que era más disimulado, pero según avanzaba la conversación, y viendo que Nuria se la miraba con bastante descaro, se ha ido poniendo dura, ha perdido el pudor y le ha ido mirando las tetas y el coño cada vez con más descaro. Le ha preguntado que de dónde era, que cuánto se iba a quedar aquí, que si yo era su novio… Todo eso ya totalmente frente a ella para que le pudiese admirar bien el rabo. Entonces ya ha empezado a decirle que estaba muy buena y que tenía cuerpazo.
+ Me encanta que me halaguen, ya lo sabes. El chico no está mal y es que cada vez que le miraba el rabo, se le levantaba más…
Ojalá haberlo visto. Pensar en que ese hijo de puta se ha estado comiendo con los ojos a mi novia, se le ha puesto dura, y no le ha ocultado la erección, me estaba poniendo muchísimo.
En una de estas el holandés se ha envalentonado porque ha visto que Nuria le miraba bastante el miembro, y le ha preguntado si necesitaba ayuda para enjabonarse la espalda, y Nuria le ha dicho que sí. Se ha acercado a ella y le ha puesto el rabo en las nalgas mientras le enjabonaba la espalda. La muy cerda se ha puesto cachonda notando ese cipote duro como una piedra, hundido entre sus grandes nalgas.
+ Ya sabes que soy un poco puta, Lu…
- Doy fe.
+ Y que las pollas grandes… Me pierden…
Ha sido enjabonando la espalda y lentamente sus manos han pasado a las tetas, que no ha enjabonado, sino que ha empezado a amasar mientras se apretaba todavía más contra ella, una de sus manos ha bajado al coño y le besaba el cuello.
Yo me quería follar a la zorra de mi novia ahí mismo de lo dura que la tenía.
- Ahí le he parado y le he dicho que me tocaba enjabonarle a él.
Ha empezado a enjabonarle lentamente mientras su gordo y desafiante rabo la señalaba hacia ella. El holandés mientras tanto le acariciaba las tetas y el culo. Es un tío de 1,90, pero tiene brazos largos, así que me creo que ha llegado a sobar a mi novia a placer.
+ Le he torturado enjabonando todo menos el rabo.
- Hace falta ser hija de puta.
Entonces Nuria ha cerrado la ducha y ha fingido que se iba, dejando al gran Paul con una erección de caballo, pero no ha sido tan hija de puta. Ha vuelto riéndose, le ha enjabonado bien el rabo y las pelotas, y ha empezado a masturbarle.
+ Ahí ya me ha agarrado las tetas y no me las soltaba, ¿eh?
- Joder, normal, yo tampoco lo haría.
Le ha masturbado con bastante inquina, con un agarre firme mientras con la otra mano le acariciaba los testículos, que ha hecho que el larguirucho jadease con cada bombeo y le dijese que era una profesional.
+ Cuando he notado que le quedaba poquito me he puesto de rodillas y le he hecho una cubana. Menudos chorrazos ha saltado el hijo de puta, me he tenido que volver a duchar poque tenía la barbilla y las tetas pringadísimas…
Nuria se dio cuenta de que yo ya la tenía dura como la pata de una mesa.
+ Cuando se apaguen las luces, te la chupo…
- No sabes las ganas que tengo de follarte ahora mismo.
Me costaba pensar y mi mano no quería dejar ir a mi rabo, que exigía venganza.
Al poco llegó el larguirucho Paul, con una sonrisa de oreja a oreja. Saludándonos camino a su litera como si nos conociese. Seguramente le estaba comentando a su colega la paja que le había hecho mi novia en la ducha. No hacía falta saber holandés para ver la cara de sorpresa, la risa y cómo miraba a Nuria.
Apagaron las luces, Nuria se puso entre la pared y yo y se durmió. A mí me costó más, estaba demasiado excitado, pero finalmente caí.
Tuve un sueño bastante guarro relacionado con lo que me había contado Nuria sobre las duchas. La veía chupándole el rabo a otro, esperando a que acabase para follármela contra la pared mientras le empujaba la cara contra los azulejos.
Me sacó de mi sueño que su mano estaba agarrándome mi entrepierna, que ya estaba al aire por fuera de los calzones. No sabía cuánto rato llevaba así, ni cómo había hecho para sacármela sin despertarme, pero ahí estaba Nuria sobándomela.
+ Buf… Qué grande la tienes…
- Pues chúpamela, que encaja perfecta en tu boca.
Se colocó al final de la cama, con el culo em pompa y empezó a mamar. Yo la notaba durísima, demasiado. Las ganas acumuladas.
Miré alrededor, pero no había movimiento. No estábamos a oscuras ya que la iluminación que entraba de la calle lo impedía, pero era la suficiente para ver las camas de los franceses, totalmente inertes. Miré a los holandeses y también dormían.
Veía a Nuria chupármela como una puta cara, venga a lamer de arriba abajo, como si aquello fuese un helado. Se hacía de rogar hasta que se la metía en la boca, pero después de llenármela bien de saliva empezó a mamar mientras me masturbaba. Su culo en pompa estaba desnudo, se había quitado el tanga.
Joder, hoy lo estaba haciendo especialmente bien. Demasiado bien.
Mi mano estaba en su pelo y yo estaba agarrándola del pelo mientras acompañaba con movimientos de cadera como follándome su boca poco a poco.
Mi ojo captó movimiento y me di cuenta que Paul el holandés se la estaba zurrando.
Tenía un buen mango, es verdad, y tenía los ojos clavados en la escena. Alternaba la mamada con el gran culo de Nuria.
La situación me dio todavía más morbo y excitación, la puta de mi novia, chupándomela desnuda mientras otro se masturbaba mirándola en acción.
Noté que se me ponía más dura todavía, y al poco varios chorros generosos de leche salieron directos a su garganta mientras la sujetaba del pelo y le metía bien el rabo adentro y ella gemía suavemente.
Nuria tragaba y tragaba. Me la seguía chupando asegurándose de que ninguna gota se desperdiciaba. El holandés ahí seguía zurrándose la sardina con sus ojos clavados en el culo de mi novia mientras seguía chupándomela.
Estaba tan excitado que no se me bajaba, pero tampoco me iba a volver a correr. Al final se me fue desinflando poco a poco.
+ Jo, yo quería más…
- Mira, tu amigo también.
+ ¿Cuánto rato lleva así?
- Casi desde el principio.
Entonces me vino otra idea.
- No seas mala y chúpasela a él también, pobre.
+ Mira que eres guarro…
Nuria salió de la cama y se encaminó hacia la del holandés, que seguía con el rabo en la mano masturbándose mientras le miraba las tetas a Nuria.
Esta no dijo nada, se puso a los pies de su cama, y empezó a mamársela exactamente como me la había chupado a mí.
La verdad que era una visión increíble. Su gran y redondo culo en pompa invitaba a reventarlo y sus grandes tetas bailaban con su brazo cuando subía y bajaba.
Le lamía el rabo con las mismas ganas que a mí. Menuda perra insaciable…
Tras el engrase, empezaba el mamazo y la succión. Lo hacía con fuerza, hundiendo un poco al holandés en su colchón cada vez que jaba.
El muy cabrón tenía los ojos en blanco, seguramente nunca se la habían chupado así.
Mi rabo empezó a reaccionar a esa escena y se empezó a levantar de nuevo. Mi mano le ayudó.
Nuria seguía empeñada en hundir al holandés en el colchón con su mamada, su brazo no perdonaba y su boca tampoco. Tenía los carrillos hundidos de la succión que le estaba practicando a aquel desgarbado rubio que era incapaz de cerrar la boca ante esas artes mamatorias.
Me la empecé a pelar lentamente.
Apenas se oía nada en la habitación salvo el colchón amortiguando la mamada de Nuria, que no cejaba en su empeño mientras la muy puta me miraba fijamente a los ojos.
El holandés parecía un cadáver, tenía la boca abierta y los ojos en blanco. Y entonces, sin hacer ruido, se corrió dentro de la boca de Nuria, que aflojó su agarre y ritmo para sacarle toda la esencia que tenía dentro.Chupó un rato más, dejándosela bien limpia, lamiendo cada centímetro de rabo para que no se perdiese ni un poco de leche.
Cuando consideró que ya estaba aquello totalmente seco, se levantó, cogió el cepillo de dientes y la pasta, y se fue al baño, completamente desnuda, con sus tetas desafiando a quien la mirase y su culo invitando a cualquiera a embestirlo.
Mi rabo y yo la seguimos al baño, donde estaba lavándose los dientes del último mamazo. Entré y cerré la puerta.
Me la saqué y sin decir nada se la empecé a meter mientras tenía el cepillo en la boca. Su coño estaba completamente empapado.
- Eres una puta, y te voy a follar como tal.
Me desentendí del mundo mientras la agarraba por las tetas y se la metía lenta, pero profundamente. Nuria gemía mientras se agarraba al lavabo. Gemía según su empapado coño recibía de buen grado mi cipote duro. La agarré del pelo y le tiré la cabeza hacia atrás.
- Puta, eres una zorra comepollas.
+ Aah, sí…
El sonido de carne contra carne reverberaba en aquel vacío y gran baño común. No perdía detalle en el espejo de sus grandes tetas, cara de placer y ojos cerrados mientras se la clavaba bien adentro.
La embestía con ira y ansia mientras la agarraba fuerte de la cadera y le azotaba el culo con violencia sin soltarle el pelo. Podía ver mis dedos en sus grandes y duras nalgas, pero me daba igual. Era una puta y no se merecía menos. Que no fuese calentando a otros hombres y chupando otras pollas.
Mis embestidas eran bastante potentes y profundas, podía notar cómo le estaba entrando el rabo hasta el esternón con cada embestida, y ella gimiendo tras cada empentón.
Sin verlo venir, quizás porque Nuria estaba ya muy excitada, se corrió y el orgasmo le contrajo muchísimo el coño, lo que me hizo correrme al sentir su cálida y mojada entrepierna apretando la mía mientras le apretaba una teta con la mano izquierda y con la derecha le tapaba la boca.
Se la hinqué varias veces bien profundo, sintiendo cómo con cada clavada salía semen. Le estaba rellenando a base de bien.
Cuando terminamos se dio una ducha y yo me limpié el rabo como pude. Volvía a la habitación para traerle la toalla y que se secase un poco.
Volvimos a la cama y dormimos profundamente después de aquella señora serenata de sexo guarro.
Síguenos en nuestra
✨ ¡GRACIAS POR LEER EL RELATO! ✨
👉 CLICK AQUÍ PARA UNIRTE 👈 Síguenos en nuestras redes sociales para más contenido
1 comentarios - Mi novia se vuelve en la puta del albergue