Después de que Carolina se aleja de Mateo, él sigue obsesionado con ella y decide invitarla a un resort durante la temporada de vacaciones. Carolina, encantada con la idea, acepta de inmediato, ya que llevaba mucho tiempo sin tomar vacaciones debido a su trabajo. Ella veía esta como una oportunidad perfecta para pasar tiempo de calidad con su hijo y hablar sobre sus sentimientos y preocupaciones.
Durante su estancia en el resort, Mateo trata de crear un ambiente íntimo y romántico, esperando que esto ayude a llevar sus planes a cabo. Sin embargo, Carolina, consciente de la situación, trata de mantener una actitud maternal y protectora, asegurándose de que sus interacciones no crucen la línea de lo apropiado.
Mateo, con sus hormonas revolucionadas, intenta acercarse a Carolina de manera más íntima, pero ella, con tacto y firmeza, le recuerda que son madre e hijo y que deben respetar los límites de su relación. La tensión entre ellos es palpable, pero Carolina se mantiene firme en su decisión de no dejar que sus sentimientos personales interfieran con su rol como madre.
Durante su estancia en el resort, Mateo trata de crear un ambiente íntimo y romántico, esperando que esto ayude a llevar sus planes a cabo. Sin embargo, Carolina, consciente de la situación, trata de mantener una actitud maternal y protectora, asegurándose de que sus interacciones no crucen la línea de lo apropiado.
Mateo, con sus hormonas revolucionadas, intenta acercarse a Carolina de manera más íntima, pero ella, con tacto y firmeza, le recuerda que son madre e hijo y que deben respetar los límites de su relación. La tensión entre ellos es palpable, pero Carolina se mantiene firme en su decisión de no dejar que sus sentimientos personales interfieran con su rol como madre.
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