Ino Yamanaka, una esposa incondicional, ciega, idealizando a su marido, ese tipo de mujer se enfoca mucho en sí misma y en su vida, que le gusta resaltar y como tal tener un marido digno de presumir, idealizando a este.
Esa mujer que nunca le importo ser directo, que estuvo mas de ti que tu de ella, ese tipo mujer que no ve lo que realmente es su hombre, sino lo que quiere que sea.
Tú, un pequeño y delgado espécimen, sin bello, sin rasgos masculinos a resaltar, sin rasgos de desbordar testosterona, del tipo de hombres que le gustan a una adolescente, de rasgos finos y delicados.
Hasta que necesitan de un verdadero hombre.
El asunto con este tipo de mujeres, radiantes, efusivas, femenina sin perder carácter, un cuerpo fresco como el de una adolescente pero con los rasgos de ser una mujer, siempre elegantes y cuidando el aspecto y las apariencias, entregadas a su hombre, es que muy tarde y completamente comprometidas se dan que su hombre es lo que es y no como lo deseaban, y ¿Qué puedes esperar sí tu misma elegiste un hombre con mas características de mujer que testosterona?
Delgado, famélico, alguien que fisilmente podría ser sometido por otro hombre.
Te quiso, no lo dudes... Pero pronto se dio cuenta que su marido no se podía decir hombre, ella no quería fallarte tanto como tu le fallaste a ella... pero tu mujer tan dispuesta a ti deseaba ser sometida en una manera en que poca masculinidad no lo hizo.
Pronto comenzó a ser menos discreta, menos pudorosa, era bastante amable con tus amigos y los invitaba a tu casa y los traba mejor que a ti, servía sus bebidas y se sentaba en sus piernas, mientras ellos acarician sus piernas y poco mas, mientras que al menor reclamo de tu parte no dudaba en regañarte, faltarte el respeto y tratarte mas como un desecho delante de tus amigos, menos como su esposo y mas como solo su proveedor.
Tú ingenuo seguías queriendo, y tus amigos ni cortos ni perezosos ven las señales, confirman las sospechas y disfrutan tener como niña enamorada, la siempre altiva y glamorosa de tu mujer ahora a la disposición de sus fuertes y rudas manos.
Ella disfrutas sus miradas lascivas, ver sus pantalones abultados anunciando una verdadera masculinidad, ser objeto delicado y vulnerable de su deseo, anhela ser sometida y usada con rudeza a la vez que su marido es tratado como el cornudo pito chico que es mientras su esposa tiene trato de puta. Su castigo y el premio de ella por tú no haber cumplido como hombre, porque los machos huelen cuando en casa no hay tigre, dicho de otra manera, sí eres un sumiso, los demás no dudaran y tomar lo mas preciado para ti, tu mujer.
Porque tu ya hiciste la parte mas fácil, decepcionarla, frustrarla, romper su capricho y lanzarla hacia otros hombres, hacer que pierda el respeto por ti, y tanto como pierda el respeto por ti mas lo ganará otro al ver la diferencia entre su cornudo pito chico y un verdadero hombre, te rebajará en base a cuanto le fallaste y mas desinhibida te reprochará a la vez que adora la masculinidad de otros hombres y soñara todas las formas en ser la puta delicada de salvajes hombres como tu no fuiste con ella.
Ella sonreirá como una niña feliz con juguete nuevo, coqueta buscando la atención de sus nuevos machos, cada día mas irrespetuosa contigo, su reproche será como alguien como ella termino siendo la burla mientras otros chismeaban a sus espaldas cuan pequeño es su hombre, al ver cuan poco eres en comparación con otros hombres. Ella feliz, juguetona, sorprendida, adolorida, embelesada por el placer que esas gordas y grotescas protuberancias venosas, sudas y masculinas que comparadas hacen ver como un niño a su marido se entregara sin cuestionamientos.
Sus machos sonríen al ver tu siempre altiva, orgullosa y recatada mujer de rodillas ante ellos, entregando su culo con una sonrisa, mamando sus vergas con deseo y necesidad, apretando sus huevos pesados como sí fuera en fruto mas maduro y sabroso que pudieran palpar.
Sonríen de imaginar como ella ruega por su atención porque su marido es un pito chico, porque ella es la puta de todos, y lo hace con una sonrisa.
Pronto los rumores llegan a ti y no dudas en confrontarla, pero en lugar de vergüenza o escudarse, tu frágil ego es confrontado, te dice todas tus verdades y a punto de dejarte, le ofreces aceptas su vida como puta, te conviertes en su cornudo. Todo por tener algo de ella, en lugar perderla por completo.
Pero el precio de ser cornudo de una mujer guapa es demasiado alto, pero tu no lo sabías... lo primero que hace es comparte y la decepción es aun mas grande.
Ella se queda anonadada, porque la pizca de amor y respeto que tenía por ti se convierte en vergüenza al ver que el mas pequeño de sus amantes;
El precio de ser cornudo es convertirte en una burla constante, en ver el ser que mas amas rendir devoción a la gorda verga de otro hombre mientras se avergüenza de la tuya, en comparte solo para gozar ver y presumir como sus amantes son mas hombres que tú, solo para enaltecerlos y a ti rebajarte, goza punzar tus sentimientos sabiendo tus sensaciones al verla expuesta, y su delicado culo estremecerse mientras ella babea, sintiéndose de esos hombres, sintiendo orgullo de pertenecer a esos machos.
Ella jamás querría un hijo de tu pequeño pito, quiere sus hijos sean unos sementales y no corran con la misma suerte de tener mujeres que son mucho para sus pequeños pitos, que sean tratados como machos proveedores, beta, de segunda, que vean a sus esposas gozar con otros hombres y su único propósito sea mantener a los hijos de otros.
Tú lugar te queda claro de aquella primera vez, la humillación fue brutal, tú no eres el hombre de la casa, ella manda, tú solo eres su cornudo, el sentirte expuesto, vulnerable, el otros hombres se saquen sus pesadas vergas frente a tu esposa y ver su cara jubilo y entrega mientras ella solo sonríe con pena al voltearte a ver, te empieza gustar.
Tus allegados comienza a frecuentar tu casa con frecuencia, no preguntan, sino ordenan a la vez que manosean el culo de tu esposa y ella te sonríe con burla y gusto, te toca servir la comida y bebida mientras tu mujer es compartida.
Impotencia te recorre, de saber que sí les dices algo te tomaran del cuello, te pondrán de rodillas, arrancaran tu ropa y te pondrán una tanga rosa a la vez que azotan sus vergas pesadas sobre tu cara y las meten en tu boca, y tu mujer se pondría de su lado, del lado los machos... sentando su culo en tu cara y haciéndote lamer el semen que dejaron en su cola, no solo no tienes autoridad frente a tu mujer, sino que estas condenado a ver a tu amorcito rebajarte frente a sus machos y ser su puta.
Pronto el dolor y la humillación dieron paso al morbo, tu penecito se estremecía la ver las reacciones de tu mujer frente a tan grandes miembros, tú mujer ni volteaba a verte, la humillación y comparación ya era algo que tu buscabas.
Que todos sepan que la gran Ino Yamanaka era una puta, pero no cualquier puta, sino una adicta las verdaderas vergas, y su esposo un pito chico.
Hasta el gordo al que le echaba burla, el sucio, el que olía mal, ahora se la mete por el culo a tu mujer, ella se retuerce, pide que pide pare con lagrimas en los ojos, se queda sin aliento por el dolor y sin embargo quedar apestosa a él y con el culo reventado es lo que mas ama ella, tú solo escuchar sus gritos te vienes sin tocar tu penecito, porque el dolor y someterse a esas vergas le recuerdan que esos sí son hombres y lo hace con placer.
- Ahí esta cornudo, limpia el culo de tu mujer, creo que se cago y orino del dolor, que rico es cogerse a tu esposa cornudo - Te dicen mientras sacan su gorda verga de su culo y tu mujer queda orinada, llena de semen y sudor, aturdida, casi inconsciente en el suelo.
Pronto ningún tamaño le hace justicia y su instinto se desata, con el mismo glamor que la caracteriza el placer que invade su vientre es ser mi mimada, manoseada, vulnerada... el ser la niña mimada y juguete de sus papis, el comparar tu penecito con ellos y saber por cuanto saldrás perdiendo, el rebajar tu autoestima para que sepas tu lugar, para dominarte como sí te estuviera sujetando con fuerza de tus pequeños y delicados huevitos, para incitarte y sonreír cada vez que te vienes escuchando sus gemidos, pujidos, quejidos, su entrega y que estés igual o mas vulnerable que ella, a los comentarios de los verdaderos machos.
Explota tu relación en morbo, ver la dulce carita de tu mujer rodeada de pesadas vergas, que otros te miren sonríe sabiendo que es tuya pero hacen lo que quieran con ella...
Le gusta sufrir, sentir como sus orificios se expanden, someterse por el dolor, la rudeza, embriagada por el aroma a pene y a hombre. Sentir como sus pesados huevos se descargan sobre ella y seguir y seguir hasta quedar sedada de placer, no poder ponerse en pie, ser usada hasta que su cuerpo se vea superado por sus propios instintos y el apetito masculino.
Ella ya no respeta, ni te estima... eres un juguete parte de esta vida que ahora lleva, de la que forman parte los dos; su piel arde al contacto con las manos fuerte de otros hombres, sus nalga se separan y palpan con ansias el paquete de sus machos.
Fue victima tres veces, la primera de su ilusión, de una perspectiva siega hacia a ti, la segunda de su frustración, del quererte ser fiel que día con día se dificultaba mas, no por los machos ahí afuera, sino por el realmente miserable desempeño que tuviste como " hombre ", y finalmente por sus deseos, al principio una tentación y al final un desenfreno al que se entrego del que ahora no puede ni quiere escapar, un placer que ella goza y tu gozas verla así como nunca fue contigo, tú dulce mujer con sus tiernos labios besando glandes que por sí solos son mas grandes que tu pene.
Ropa y un caminador provocador, esta entregada a sus hombres... pronto inclusive adolescentes o mas jóvenes ingresan a tu casa directo hasta tu cuarto con tu mujer y cuando estas por decir algo ellos se sacan la verga sabiendo que no los confrontaras porque inclusive frente a ellos estas en desventaja, la gracia que le causa a ella saber la humillación de que inclusive los mas jóvenes tienen mas autoridad sobre ella que tú, su cornudo, eso la calienta.
Antiguos amigos, compañeros de trabajo, los hi%1jos de los vecinos, esposos de sus amigas con sus amigas, todos la poseen hasta agotarla.
Y al final, hasta tu hijo... Porque en donde hay macho, una puta sabe su lugar, porque de manera inesperada, su hijo, su sangre le dio la sorpresa de ser un verdadero hombre, no como su padre.
Ahí la puta de tu mujer supo su lugar.
Sin mas, disfruten, vivan, y sí alguien no esta de acuerdo con sus gustos recuerden que no pidieron opinión, y menos perdón o permiso, sí sexualidad no lastima a otro persona, adelante.
Siempre estoy disponible para charlar; sí por aquí no, también estoy por telegram como @CcAaRrL
Siéntanse libres de comentar de manera publica o por privado.
Un placer, y mucho morbo para cornudos, incestuosos, putas cachondas, y cualquiera que exprese su sexualidad de manera convencional o no.
Buen día.
Se agradecen mucho los comentarios, un " Hola ", tal vez mostrar la imagen que mas les gusto o alguna relacionada que quieran agregar, últimamente Poringa esta bastante muerta y levantar la participación hace mas interesante las cosas.
Esa mujer que nunca le importo ser directo, que estuvo mas de ti que tu de ella, ese tipo mujer que no ve lo que realmente es su hombre, sino lo que quiere que sea.
Tú, un pequeño y delgado espécimen, sin bello, sin rasgos masculinos a resaltar, sin rasgos de desbordar testosterona, del tipo de hombres que le gustan a una adolescente, de rasgos finos y delicados.
Hasta que necesitan de un verdadero hombre.
El asunto con este tipo de mujeres, radiantes, efusivas, femenina sin perder carácter, un cuerpo fresco como el de una adolescente pero con los rasgos de ser una mujer, siempre elegantes y cuidando el aspecto y las apariencias, entregadas a su hombre, es que muy tarde y completamente comprometidas se dan que su hombre es lo que es y no como lo deseaban, y ¿Qué puedes esperar sí tu misma elegiste un hombre con mas características de mujer que testosterona?
Delgado, famélico, alguien que fisilmente podría ser sometido por otro hombre.
Te quiso, no lo dudes... Pero pronto se dio cuenta que su marido no se podía decir hombre, ella no quería fallarte tanto como tu le fallaste a ella... pero tu mujer tan dispuesta a ti deseaba ser sometida en una manera en que poca masculinidad no lo hizo.
Pronto comenzó a ser menos discreta, menos pudorosa, era bastante amable con tus amigos y los invitaba a tu casa y los traba mejor que a ti, servía sus bebidas y se sentaba en sus piernas, mientras ellos acarician sus piernas y poco mas, mientras que al menor reclamo de tu parte no dudaba en regañarte, faltarte el respeto y tratarte mas como un desecho delante de tus amigos, menos como su esposo y mas como solo su proveedor.
Tú ingenuo seguías queriendo, y tus amigos ni cortos ni perezosos ven las señales, confirman las sospechas y disfrutan tener como niña enamorada, la siempre altiva y glamorosa de tu mujer ahora a la disposición de sus fuertes y rudas manos.
Ella disfrutas sus miradas lascivas, ver sus pantalones abultados anunciando una verdadera masculinidad, ser objeto delicado y vulnerable de su deseo, anhela ser sometida y usada con rudeza a la vez que su marido es tratado como el cornudo pito chico que es mientras su esposa tiene trato de puta. Su castigo y el premio de ella por tú no haber cumplido como hombre, porque los machos huelen cuando en casa no hay tigre, dicho de otra manera, sí eres un sumiso, los demás no dudaran y tomar lo mas preciado para ti, tu mujer.
Porque tu ya hiciste la parte mas fácil, decepcionarla, frustrarla, romper su capricho y lanzarla hacia otros hombres, hacer que pierda el respeto por ti, y tanto como pierda el respeto por ti mas lo ganará otro al ver la diferencia entre su cornudo pito chico y un verdadero hombre, te rebajará en base a cuanto le fallaste y mas desinhibida te reprochará a la vez que adora la masculinidad de otros hombres y soñara todas las formas en ser la puta delicada de salvajes hombres como tu no fuiste con ella.
Ella sonreirá como una niña feliz con juguete nuevo, coqueta buscando la atención de sus nuevos machos, cada día mas irrespetuosa contigo, su reproche será como alguien como ella termino siendo la burla mientras otros chismeaban a sus espaldas cuan pequeño es su hombre, al ver cuan poco eres en comparación con otros hombres. Ella feliz, juguetona, sorprendida, adolorida, embelesada por el placer que esas gordas y grotescas protuberancias venosas, sudas y masculinas que comparadas hacen ver como un niño a su marido se entregara sin cuestionamientos.
Sus machos sonríen al ver tu siempre altiva, orgullosa y recatada mujer de rodillas ante ellos, entregando su culo con una sonrisa, mamando sus vergas con deseo y necesidad, apretando sus huevos pesados como sí fuera en fruto mas maduro y sabroso que pudieran palpar.
Sonríen de imaginar como ella ruega por su atención porque su marido es un pito chico, porque ella es la puta de todos, y lo hace con una sonrisa.
Pronto los rumores llegan a ti y no dudas en confrontarla, pero en lugar de vergüenza o escudarse, tu frágil ego es confrontado, te dice todas tus verdades y a punto de dejarte, le ofreces aceptas su vida como puta, te conviertes en su cornudo. Todo por tener algo de ella, en lugar perderla por completo.
Pero el precio de ser cornudo de una mujer guapa es demasiado alto, pero tu no lo sabías... lo primero que hace es comparte y la decepción es aun mas grande.
Ella se queda anonadada, porque la pizca de amor y respeto que tenía por ti se convierte en vergüenza al ver que el mas pequeño de sus amantes;
El precio de ser cornudo es convertirte en una burla constante, en ver el ser que mas amas rendir devoción a la gorda verga de otro hombre mientras se avergüenza de la tuya, en comparte solo para gozar ver y presumir como sus amantes son mas hombres que tú, solo para enaltecerlos y a ti rebajarte, goza punzar tus sentimientos sabiendo tus sensaciones al verla expuesta, y su delicado culo estremecerse mientras ella babea, sintiéndose de esos hombres, sintiendo orgullo de pertenecer a esos machos.
Ella jamás querría un hijo de tu pequeño pito, quiere sus hijos sean unos sementales y no corran con la misma suerte de tener mujeres que son mucho para sus pequeños pitos, que sean tratados como machos proveedores, beta, de segunda, que vean a sus esposas gozar con otros hombres y su único propósito sea mantener a los hijos de otros.
Tú lugar te queda claro de aquella primera vez, la humillación fue brutal, tú no eres el hombre de la casa, ella manda, tú solo eres su cornudo, el sentirte expuesto, vulnerable, el otros hombres se saquen sus pesadas vergas frente a tu esposa y ver su cara jubilo y entrega mientras ella solo sonríe con pena al voltearte a ver, te empieza gustar.Tus allegados comienza a frecuentar tu casa con frecuencia, no preguntan, sino ordenan a la vez que manosean el culo de tu esposa y ella te sonríe con burla y gusto, te toca servir la comida y bebida mientras tu mujer es compartida.
Impotencia te recorre, de saber que sí les dices algo te tomaran del cuello, te pondrán de rodillas, arrancaran tu ropa y te pondrán una tanga rosa a la vez que azotan sus vergas pesadas sobre tu cara y las meten en tu boca, y tu mujer se pondría de su lado, del lado los machos... sentando su culo en tu cara y haciéndote lamer el semen que dejaron en su cola, no solo no tienes autoridad frente a tu mujer, sino que estas condenado a ver a tu amorcito rebajarte frente a sus machos y ser su puta.
Pronto el dolor y la humillación dieron paso al morbo, tu penecito se estremecía la ver las reacciones de tu mujer frente a tan grandes miembros, tú mujer ni volteaba a verte, la humillación y comparación ya era algo que tu buscabas.
Que todos sepan que la gran Ino Yamanaka era una puta, pero no cualquier puta, sino una adicta las verdaderas vergas, y su esposo un pito chico.
Hasta el gordo al que le echaba burla, el sucio, el que olía mal, ahora se la mete por el culo a tu mujer, ella se retuerce, pide que pide pare con lagrimas en los ojos, se queda sin aliento por el dolor y sin embargo quedar apestosa a él y con el culo reventado es lo que mas ama ella, tú solo escuchar sus gritos te vienes sin tocar tu penecito, porque el dolor y someterse a esas vergas le recuerdan que esos sí son hombres y lo hace con placer.
- Ahí esta cornudo, limpia el culo de tu mujer, creo que se cago y orino del dolor, que rico es cogerse a tu esposa cornudo - Te dicen mientras sacan su gorda verga de su culo y tu mujer queda orinada, llena de semen y sudor, aturdida, casi inconsciente en el suelo.
Pronto ningún tamaño le hace justicia y su instinto se desata, con el mismo glamor que la caracteriza el placer que invade su vientre es ser mi mimada, manoseada, vulnerada... el ser la niña mimada y juguete de sus papis, el comparar tu penecito con ellos y saber por cuanto saldrás perdiendo, el rebajar tu autoestima para que sepas tu lugar, para dominarte como sí te estuviera sujetando con fuerza de tus pequeños y delicados huevitos, para incitarte y sonreír cada vez que te vienes escuchando sus gemidos, pujidos, quejidos, su entrega y que estés igual o mas vulnerable que ella, a los comentarios de los verdaderos machos.Explota tu relación en morbo, ver la dulce carita de tu mujer rodeada de pesadas vergas, que otros te miren sonríe sabiendo que es tuya pero hacen lo que quieran con ella...
Le gusta sufrir, sentir como sus orificios se expanden, someterse por el dolor, la rudeza, embriagada por el aroma a pene y a hombre. Sentir como sus pesados huevos se descargan sobre ella y seguir y seguir hasta quedar sedada de placer, no poder ponerse en pie, ser usada hasta que su cuerpo se vea superado por sus propios instintos y el apetito masculino.
Ella ya no respeta, ni te estima... eres un juguete parte de esta vida que ahora lleva, de la que forman parte los dos; su piel arde al contacto con las manos fuerte de otros hombres, sus nalga se separan y palpan con ansias el paquete de sus machos.
Fue victima tres veces, la primera de su ilusión, de una perspectiva siega hacia a ti, la segunda de su frustración, del quererte ser fiel que día con día se dificultaba mas, no por los machos ahí afuera, sino por el realmente miserable desempeño que tuviste como " hombre ", y finalmente por sus deseos, al principio una tentación y al final un desenfreno al que se entrego del que ahora no puede ni quiere escapar, un placer que ella goza y tu gozas verla así como nunca fue contigo, tú dulce mujer con sus tiernos labios besando glandes que por sí solos son mas grandes que tu pene.
Ropa y un caminador provocador, esta entregada a sus hombres... pronto inclusive adolescentes o mas jóvenes ingresan a tu casa directo hasta tu cuarto con tu mujer y cuando estas por decir algo ellos se sacan la verga sabiendo que no los confrontaras porque inclusive frente a ellos estas en desventaja, la gracia que le causa a ella saber la humillación de que inclusive los mas jóvenes tienen mas autoridad sobre ella que tú, su cornudo, eso la calienta.
Antiguos amigos, compañeros de trabajo, los hi%1jos de los vecinos, esposos de sus amigas con sus amigas, todos la poseen hasta agotarla.
Y al final, hasta tu hijo... Porque en donde hay macho, una puta sabe su lugar, porque de manera inesperada, su hijo, su sangre le dio la sorpresa de ser un verdadero hombre, no como su padre.
Ahí la puta de tu mujer supo su lugar.
Sin mas, disfruten, vivan, y sí alguien no esta de acuerdo con sus gustos recuerden que no pidieron opinión, y menos perdón o permiso, sí sexualidad no lastima a otro persona, adelante.
Siempre estoy disponible para charlar; sí por aquí no, también estoy por telegram como @CcAaRrL
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Buen día.
Se agradecen mucho los comentarios, un " Hola ", tal vez mostrar la imagen que mas les gusto o alguna relacionada que quieran agregar, últimamente Poringa esta bastante muerta y levantar la participación hace mas interesante las cosas.
1 comentarios - Sí Ino Yamanaka fuera tu esposa.
Gracias.