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Destinado a los cuernos XIV "una experiencia reveladora"

La experiencia con el señor Diego había sido satisfactoria de diferentes maneras, había cumplido aquella fantasía que me había estado llamando desde relaciones anteriores, los temores que tenía sobre lo que ella sentiría o haría al estar con otro se disiparon, las inseguridades planteadas por las experiencias de otras parejas fueron superadas con facilidad, la comunicación entre nosotros siempre ha sido uno de nuestros fuertes como pareja, conversamos sobre lo acontecido en diferentes ocasiones, siempre tomándolo como un juego que llevaba algo diferente a la cama, pero no anteponiéndose al amor y al placer base de un matrimonio sano. Convencidos que lo de aquella noche había sido algo positivo en nuestra vida sexual, sin consecuencias para la relación sentimental, a partir de ese momento consideramos que lo podíamos repetir de vez en cuando, como si de un gusto culposo se tratara, tras el acuerdo y la experiencia, en nuestra vida privada y sobre todo en nuestra vida sexual, nos bautizamos como un matrimonio cuckold.

Por lo demás todo seguía igual, cada uno en su empleo, ocupándose de sus asuntos, creciendo de manera individual y como matrimonio, trabajando y creciendo juntos, así pasaron 6 meses. Fuera de casa Yes tenía un fuego diferente, la veía más atractiva, con mayor seguridad, atraía miradas y eso a mí me encantaba, su coquetería ya no era solo con Don José, lo aplicaba en la calle, los lugares donde íbamos y hasta en su trabajo, por lo que los nombres en la fantasía pasaron de mencionar al señor Diego a turnarse entre uno u otro, esto debido a la lógica disminución de la curva del placer, lo que volvió a poner en la mesa la necesidad de vivir otra experiencia cuckold.

De la misma manera que la primera vez, comenzamos a indagar en las redes sociales, pese a lo tortuoso de buscar y conversar con personas en ellas, era la mejor opción por el anonimato que brindaban, aun no nos convencíamos de llevar el juego a algún bar o en la calle con desconocidos, mucho menos de hacerlo con alguien conocido, definitivamente las redes eran la mejor opción. Esta segunda ocasión fue más rápido encontrar cómplice, el señor Alonso de 46 años, cumpliendo con el perfil que ya habíamos acordado, mayor a nosotros por casi el doble de nuestra edad, de tez morena, corpulento y canoso, lo necesario para hacer contraste con mi joven esposa, de piel blanca, cabello negro enchinado, de trasero y tetas firmes.

En esta ocasión nos citamos en una plaza comercial, ideal para que hubiera gente cerca, pero que también nos permitía perdernos entre la multitud, así no tendría nada de raro nuestro encuentro y de ser necesario poder salir sin problemas. Llegamos al punto acordado en la zona de comida, buscamos con la mirada, como intentando reconocerlo por lo que nos había descrito a través de los mensajes, además de lo dicho anteriormente, Alonso se dedicaba a dar asesoría legal, padre de 3, dos mujeres y un varón, divorciado hace seis años, pero cumplidor de sus deberes, sus hijas ya eran mayores de edad y su hijo estaba en los 17, con algunas experiencias en el llamado “ambiente”, pero con personas jóvenes muy pocas, no era tan común que una pareja joven fuera cuckold, regularmente estas se centran en los tríos y el intercambio de parejas. Alonso iría vestido con pantalón y camisa de vestir, y una chamarra de color negro, nosotros no le dijimos como iríamos, en parte como una sorpresa y un juego par saber si nos reconocía, por otra parte, si no nos agradaba no sabría quienes somos entre tantas otras personas en la plaza.

Tras dar unas vueltas y descartar algunas personas, dimos con un señor que se asemejaba a la descripción, no era especialmente atractivo, pero eso era lo que buscábamos, un hombre común, ese que podría ser nuestro vecino, sentado en una banca atendía una llamada, lo miramos y nos miró, nos hizo una seña como pidiendo que esperáramos, Yes me volteo a ver como preguntándome, “¿como ves su actitud?”, le hice un gesto contestándole “que podemos hacer”, nos quedamos de pie y así lo esperamos. Su llamada se prolongo y nos tuvo cerca de 10 minutos esperando, pero en ese tiempo aprovecho para mirar a mi esposa, en esta ocasión nos dimos el tiempo para jugar en casa y prepararlo todo, pues dicen que para estas ocasiones la pareja debe de realizar todo un ritual, le elegí un vestido beige de esos tapados por debajo, pero con el escote abierto, debajo llevaba un babydoll negro sencillo pero que con su figura resaltaba perfectamente, por encima llevaba un abrigo gris que la tapaba muy bien hasta las piernas y tacones negros, todo esto con un peinado y maquillaje que se había tomado todo el tiempo del mundo para dejarlo bien, Yes era simplemente perfecta.

Don alonso colgó su teléfono y por fin nos saludó, con su mano apretó la mía con firmeza, a Yes la beso en al mejilla, tras una presentación normal nos confirmamos mutuamente como el hombre y la pareja que se habían mensajeado por las redes, nos invito una copa en uno d ellos restaurantes, lo que acetamos con gusto, fue muy breve pero lo suficiente para conocerlo mejor, su vos y manera de expresarse nos brindo la seguridad que buscábamos, en efecto, era un hombre autentico, nada especial, pero con ese algo que le hacía interesante. Tras la copa y la pequeña conversación, Don Alonso nos insistió por otra ronda más, sin embargo, no la necesitábamos, nos había generado la confianza necesaria y era evidente que a Yes le había agradado, eso era suficiente para pasar a otro lugar, además, como pareja cuckold, sabemos lo que buscamos y no hace falta tanta cordialidad, le pedimos salir y dirigirnos a un lugar más íntimo con el fin de llevar la conversación a temas mas discretos.

Nos llevo hasta su auto, nos subimos en el asiento de atrás y emprendió el camino, pudimos conversar sobre su experiencia como single, aunque el lector no lo crea, estas suelen tener más tropiezos y no siempre terminan en buenos términos para la pareja o el single, la conversación nos proporcionaba información nueva que era bienvenida, por nuestra parte, quizás por la pena, le comentamos que ya teníamos algunas experiencias (en realidad solo había sido la ocasión de Diego), pero que nos había parecido una persona muy seria y discreto y no dudamos en darle una oportunidad para conocernos. Ya con mayor confianza y decididos a lo que iba a pasar, paramos en un minisúper, nos bajamos los tres, entrando el señor Alonso por delante y nosotros dos detrás de él, Alonso fue directamente a los refrigeradores, nosotros aprovechamos y paseamos por los pasillos buscando estar solos para conversar.

K: ¿y qué tal?
Y: me parece bien
K: no es muy atractivo
Y: no, pero se sabe expresar y tiene experiencia
K: al principio no pareció agradarte
Y: pues claro que no, nos dejó esperando de pie, eso me molesto un poco
K: pero no perdió la oportunidad para verte bien
Y: eso me molesto más, como si lo hiciera a propósito
K: ¿tú crees?
Y: si, pensé, ¡vaya patán!

En ese momento Alonso nos hablo con la mirada, quería saber que deseábamos tomar, me acerqué hasta donde estaba y elegí bebidas para nosotros dos, él ya había elegido las suyas, por su parte Yes ya había ido hacia la puerta, Alonso pago y nos retiramos del lugar. De vuelta en su auto, nos pidió el nombre de un motel al que nos gustara ir, le pedimos que él lo decidiera, la realidad es que nosotros como pareja teníamos poca experiencia en eso, desde joven yo alquilaba un departamento solo, así que siempre era el lugar elegido para terminar las veladas, el señor Alonso eligió uno de su agrado, muy conocido por el rumbo.

Entramos y pago la habitación, nos sentimos algo nerviosos, no solo no habíamos entrado a un motel como pareja, sino que entrabamos al lado de un hombre mayor, sentíamos pena con los empleados, pero estos, seguro ya estaban a costumbrados a eso y a más, nos dieron el número de habitación, llevo el auto hasta ahí, un empleado se acercó para cobrar y tras el pago, finalmente nos dejaron solos, se cerró la cochera de la habitación, descendimos del auto y entramos al fin a la habitación. El lugar era bastante espacioso, muy bien arreglado, pero nada fuera de lo normal, tenía dos camas pues había sido una habitación doble y unos cuantos muebles para comer algo, la clásica pantalla con pocos caneles y la mayoría de adultos, por lo que solo pusimos algo de música.

Destapamos la primera bebida y continuamos hablando, ahora se trataba del trabajo, de la familia, su divorcio, nuestra relación, etc., estábamos muy cómodos hablando como si fuéramos amigos, tras una tercera copa, Yes se dirigió al baño, ahí se acercó el señor Alonso a hablar conmigo.

A: y bien, dime, ¿le agrado a Yes?
K: pues sí, para estar aquí es porque así ha sido
A: ¿crees que hoy pueda pasar algo más?
K: no lo sé, eso lo elige ella
A: espero que así sea, la verdad es que tienes una hermosa mujer
K: agradezco el cumplido, lo sé muy bien
A: además son muy jóvenes, eso es raro de encontrar en el ambiente, al menos para mí lo ha sido
K: supongo que no todas las parejas empiezan jóvenes
A: la verdad es que no, la mayoría lo hacen para romper con la monotonía
K: y nosotros solo por calientes jaja
A: eso está muy bien, no se queden con las ganas de nada, disfruten ahora que son jóvenes
K. créame, lo estamos haciendo
A: además, debo decirte, Yes me recuerda a una amiga de mi hija la de en medio, iba de vez en cuando a la casa y se quedaba a dormir, siempre me costo reprimir mi deseo por ella
K: pues vaya oportunidad, entonces creo que debe aprovechar a hora que tiene a mi esposa a su disposición

Yes salió del sanitario y se volvió a sentar en la silla, destapado otra bebida y continuo con la conversación que había dejado antes, pasaron otros minutos así y no vi que el señor Alonso tomara la iniciativa, por lo que decidí ir al sanitario un momento, intentando darles algo de tiempo a solas y ver que pasaba. Desde el sanitario escuche que la conversación seguía igual, de pronto, sus voces fueron disminuyendo, también se oyeron pasos por la habitación los cuales se detuvieron, otro momento de susurros y luego, silencio.

Sali del sanitario y justo cuando iba a dar vuelta en el pequeño pasillo, escuche ruidos de besos, se habían acercado a la pared que colindaba con el sanitario, ahí había un espejo de cuerpo completo, desde el lugar donde había quedado de pie les observaba, se estaban comiendo a besos, las manos de Alonso recorrían su cuerpo, se notaba lo que me había dicho antes, tenía ansias por una mujer joven y hoy, mi esposa estaba a su plena disposición. El señor Alonso la tomo del brazo y le dio la vuelta, la puso en frente del espejo, mostrando su trasero había él, se colocó cuerpo a cuerpo en esa posición, restregando su paquete en el trasero de mi mujer, comenzó un movimiento de vaivén apoyado por el ritmo de la música, Yes comenzaba a gimotear y de repente “plas”, Alonso le dio un azote en las nalgas con su mano áspera, esto hizo que parara más el trasero, otras y otra más, Yes se había pegado a él con mayor intensidad, alonso la sujeto del cabello y se acercó a su oído, le susurraba cosas inaudibles desde mi perspectiva, pero que habían logrado encender aún más a Yes.

Yo camine hacia la mesa con tranquilidad, no deseaba interrumpirlos, aun así me observaron y se pusieron nerviosos por un momento, me observaron y vieron que me senté sin decirles nada, se miraron entre ellos y soltaron una risa en conjunto, así como la tenia de espaldas, la comenzó a desnudar, bajo su vestido y la dejo solo en el babydoll, Alonso babeaba al descubrir lo que había debajo, bajo hasta sus nalgas y les dio un sonoro beso, se reincorporo y Yes volteo su cuerpo para tenerlo de frente, lo miro como preguntándolo “que le parecía”, Alonso la tomo de la cintura y se la llevó hasta la cama más cercana, la recostó de espaldas y le abrió las piernas, le dio un sexo oral que hizo gemir a mi chica, estaba super excitada y no tardo en correrse, separo a Alonso de si y se sentó a la orilla de la cama, busco de inmediato su miembro, lo acaricio por encima del pantalón y desabrocho para tenerlo directamente en su mano, así lo masturbo un poco, pero la desesperación de Alonsos se hacía presente.

Fuera pantalón y camisa, Alonso solo quedo en una camiseta de tirantes, de esas que se usan debajo de la camisa, calcetas y zapatos, poco atractivo, pero no querían perder más tiempo, Alonso de inmediato volteo a Yes y la puso en cuatro, se colocó el condón y así como estaba la comenzó a penetrar, no le fue difícil, su tamaño era normal, 12 cm si acaso, pero eso sí, bastante grueso, además, Yes ya estaba lubricada por el juego previo. Era todo un espectáculo, el cuerpo tosco del señor Alonso contrastaba con el pequeño cuerpo de mi esposa, empujaba todo su peso contra ella, por lo que Yes debía arquear su espalda en cada embestida, encima, el ruido de la cama era inevitable, siendo un motel tan popular, la realidad era que sus camas eran algo viejas, los colchones de resortes seguramente, lo que hacia que en la habitación se hiciera presente el rechinido clásico de las camas de antes.

Debido a las diferencias de estaturas, Alonso acerco a Yes a la orilla y se puso de pie en el piso para así tenerla más a su alcance, la volvió a penetrar, pero la edad siempre es evidente, no le alcanzo el físico por lo que tuvo que llevarla hacia un potro que se incluía en la habitación. La subió encima de él, apunto su verga en la entrada de su vagina y se la introdujo, tras unos momentos de estar así, aceleraron sus movimientos, llegando al orgasmo, se levantaron y Yes fue hacia la cama a recostarse, mientras Alonso tomaba otra cerveza y volvía a tomar aire.

Con total normalidad, hablamos de lo ocurrido, les había gustado a los dos, eso era más que evidente por el espectáculo ofrecido, Alonso se disponía a tomar una ducha, pero le pedí primero dejarme pasara de nuevo al sanitario, sin problema me cedió el lugar, fui a orinar y me quede un momento más para despejar los pensamientos, tenia una gran erección, pero como comente antes, había decidido no masturbarme para no perder los estribos y que los celos no me traicionaran, me despreocupe, aprovecharía el momento en que Alonso se bañara para tener relaciones con Yes, así como había sido en el encuentro con Diego.

Con ese pensamiento salí del sanitario y me dirigí hacia donde ellos, no escuchaba ninguna conversación, pero conforme me acerque a la vuelta del pasillo escuche la respiración agitada de Yes, la escena que me encontré difería con lo que había imaginado hace unos momentos, el señor Alonso tenia a Yes encima del potro, con la cara hacia abajo y el trasero levantado, mientras el introducía sus dedos en su vagina, resbalaban con facilidad metiendo uno primero y luego dos, se detenía y le azotaba el trasero con sus manos, traía un condón puesto y el pene erecto de nuevo, lo coloco a la altura de su vagina y lo introdujo, no mantuvo los movimientos constantes de antes, lo sacaba y lo introducía, hacia que lo sintiera todo dentro de su vagina, teniéndolo fuera le dio palmadas con él en la entrada de su vagina, acelero el ritmo de sus golpecitos con la punta de su miembro y de repente, salió liquido del interior de la vagina de mi esposa.

El señor Alonso había provocado un squirt muy abundante, yo sabia que mi esposa era multi orgásmica y alguna vez había logrado un squirt, pero no había salido tanto liquido como ahora salía de su vagina, de nuevo introducía sus dedos y seguía el mismo juego, unas palmadas y de nuevo líquido, se notaba como escurría por sus piernas, me dirigí a sentarme en la orilla de la cama con la intención de observar de cerca, pero cuando pase a un lado de ellos casi resbalo, no me había fijado en el piso en el que estaban, pero en este había un charco considerable, no percibo que fuera mucho tiempo el que me retire, pero había sido el suficiente para provocar todo eso en mi esposa. Me senté en la cama, Yes no me noto, estaba con la cara pegada en el potro, su rostro se veía sonrojado y su mirada estaba perdida, Alonso me miro, pero su cara era mas seria, sin mediar palabra levanto la cara de Yes e hizo que pusiera sus manos en el potro para sostenerse, se colocó detrás de ella y la penetro, ahora si con movimientos constantes, ella gemía o más bien, chillaba.

A: ¿te gusta?
Y: siiii
A: que te gusta
Y: tu veeergaaa
A: ¡dime que eres!
Y: soy una putaaa
A: eres una zorra infiel
Y: ¡sí, soy una zorrita infiel!
A: ¿y tu marido?
Y: …no se
A: ¿qué es tu maridito?
Y: es… ¡un cornudo!, ¡ahhhh!
A: te gusta serle infiel a tu cornudo
Y: ¡sí, me encanta ponerle los cuernos a mi marido, ayyyy!

Alonso la levanto la cara para que pudiera verme, cuando me vio se puso más roja de lo que ya estaba, me volteo la cara para no verme a los ojos, pero Don alonso continuo con su juego.

A: ¿la escuchaste cornudo?
K: … sí señor
A: ¿escuchaste como ahora es mi puta?
K: si señor
A: vamos zorrita, dile a tu marido ¿Quién es mi puta?

Ella no podía con la vergüenza, se quedo callada con la cara hacia abajo, mientras Alonso seguía con las embestidas., le dio un azote en las nalgas y volvió a ordenarle.

A: vamos zorra, que no te de pena, a tu marido le gustaría oírlo o ¿no es así?
K: …si
A: ¡vamos, pídeselo tú mismo!
K: dilo mi amor, ¿qué eres?
Y: …soy … una putaaaa
K: ¿la puta de quién?
Y: de don Alonso
K: ¿y yo?
Y: … un cornudooo!
A: ¡ah me vengo zorraaa!

El señor Alonso no aguanto más, saco su verga del interior de Yes y se corrió en sus nalgas, ella se quedo boca abajo, tomando aire e imagino que avergonzada por lo ocurrido. Tras unos minutos así, se levantó y se sentó en la orilla de una de las camas, mientras Alonso y yo ya conversábamos de nuevo.

A: espero no haberme excedido, a algunas parejas les gusta que los trate así
K: no se preocupe, la verdad es que ha sido diferente pero no creo que fuera molesto
A: es que tienes una esposa muy bella y la manera en que se ha ocurrido me ha sobre excitado
K: lo imagino, ha sido todo un espectáculo
A: si, vaya que moja mucho, imagino que ya lo sabias
K: si claro, lo sé

Mentí para que no se creyera mucho y por que sentí que negarlo seria algo humillante para mí, Yes ya más calmada se reintegró.

A: espero que lo hayas disfrutado tanto como yo
Y: si, ha sido bastante bueno
A: le pedía disculpas a tu marido, espero no se hayan ofendido con mis palabras
Y: al contrario, que me hablara así me encendió aún más
A: pues que mejor, para eso es que lo hago, para que disfruten
Y: si, lo he disfrutado mucho y creo que mi esposo igual
K: si, ha tenido algo de placentero

Sin mucho más que hacer, nos llevó de nuevo hasta el lugar de encuentro y nos despedimos, ya en casa, nos volvimos a devorar mientras recapitulábamos lo ocurrido horas antes, la situación había sido diferente a lo planteado originalmente, pero la verdad es que la improvisación de don Alonso nos había parecido placentera, habíamos descubierto un gusto nuevo, que fueran dominantes con nosotros. El sexo fue tan intenso como la vez anterior, afianzábamos la idea de que definitivamente este estilo de vida era para nosotros, todo ese mundo de placer establecido en mutuo consentimiento y para goce de ambos, los cuernos en presencia mía, el sexo con desconocidos, la confidencialidad que ese anonimato brindaba, teníamos nuestra formula y lo seguiríamos haciendo así, o al menos, eso es lo que imaginaba.

1 comentarios - Destinado a los cuernos XIV "una experiencia reveladora"

Alepijon2025
Que buen relato, eso me gustaría hacer con mi esposa