You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Asi descubrí quién era el misterioso invitado

Después de varios días volviéndome loca pensando quién había sido el misterioso invitado, no aguanté más y lo encaré a mi marido. Le exigí que me dijera la verdad.
Él me miró serio y me dijo:
—No te conviene saberlo… No vas a querer enterarte. Lo conocés demasiado bien, y no vas a poder volver a mirarlo a los ojos.
Obviamente, eso solo me dio más intriga.
—¡Contame igual! —le dije.
Y entonces, lo suelta:
—Mariano.
—¿¡Cómo!? —le respondí, sin poder creer lo que acababa de escuchar—. ¿¡Mariano!? ¿Vos me estás cargando?
—No, para nada. Te dije que no ibas a querer saber.
Me quedé helada. No podía creerlo.
—¡Mariano es nuestro mejor amigo hace casi veinte años! ¡Vos estás loco! ¡Además, está casado! ¡Esto es una locura!
Me fui a la habitación, necesitaba procesar todo. Me temblaba el cuerpo. Si bien habíamos fantaseado más de una vez con él en la cama, sabíamos que eso era imposible. Su esposa es mi amiga. Siempre fue solo un juego mental… una fantasía para calentar la previa.
Al principio me shockeó. No podía entender nada. No le creía. Pero esa misma noche venían a cenar a casa, y tenía que comprobarlo por mí misma.
Pensé: “Si es verdad, Mariano no va a poder ni mirarme. Es más vergonzoso que yo. Lo voy a observar, a ver cómo reacciona…”
Se hizo la hora de la cena y llegaron. Cuando fui a saludarlos, él me agarró de la cintura. Algo completamente fuera de lo habitual. Y ahí se me encendieron todas las alarmas… y también otros sentidos. Sentí un calor intenso que me bajó directo a la panza… y de ahí a la entrepierna.
Pero me frené. Me dije a mí misma:
“Basta. Estás sugestionada. No significa nada esto.”
Y decidí dejar todo ahí.
Más tarde, mientras lavaba los platos, Mariano vino a la cocina. Se acercó, me puso una mano en la cintura y, con una sonrisa, me dijo:
—¿Necesitás una mano?
—¡No, estoy bien! Ahora les preparo el café.
—Seguro… no me cuesta nada —insistió, mientras su mano seguía en mi cintura. La empezó a bajar, suave… hasta que casi llegó a mi cola.
Yo estaba en llamas. No podía más. Era él. Tenía que ser él. Mariano jamás se había comportado así. Siempre fue respetuoso, hasta tímido. Esto solo podía significar una cosa: él era el hombre que me había hecho suya. Él había logrado que me entregue como nunca.
Sentí que me ardía la cara. No había un espejo cerca, pero estoy segura de que estaba completamente roja de vergüenza. Me dio un beso suave en el cachete, al mismo tiempo que bajaba la mano por una fracción de segundo sobre mi cola… y se fue.
Me quedé temblando, agarrada a la mesada para no caerme. Era todo cierto. Mi marido no me había mentido. Y ahora… ¿qué hacía? ¿Cómo lo miraba a la cara, delante de su esposa? ¿Cómo disimulaba?
Pero no me quedaba otra. Salí, fingí demencia y me senté como si nada hubiera pasado. Increíble cómo funciona la cabeza… porque por un rato, logré desconectarme.
Hasta que se fueron. Y otra vez, al despedirse, me agarró de la cintura. Y ahí volvió todo. De golpe. Como un tsunami.
Cerré la puerta y miré a mi marido:
—Vos y yo tenemos que hablar.
Él se reía. Es de esos que ven venir una ola gigante, toman el último trago y se quedan como si nada fuera a pasarles. Así que, claramente, no le preocupó mucho mi tono.
Ya en la habitación, le dije:
—¡No tenés límites! ¿Cómo me vas a hacer coger con nuestro mejor amigo? ¿Qué carajo te pasa por la cabeza?
—¿A mí? Nada. Me encantaba la idea de compartirte con él. Siempre le conté lo bien que cogés. Y él siempre me decía que le fascinaba tu cola, que se moría de ganas de probarla… y bueno, lo dejé.
Además, vos también te morías de ganas de cogértelo. ¿O no?
—¡Eso era una fantasía en la cama! ¡No es lo mismo que la realidad!
—Bueno, se ve que sí… porque yo fui testigo de lo bien que la pasaste. Nunca te vi tan suelta en la cama. Siempre estás tensa, nerviosa, pendiente de no parecer una puta. Pero con él… no te importó nada. Te liberaste. Solo querías gozar. Y lo hiciste.
—Bueno… pero… —me quedé sin palabras. No porque no tuviera argumentos, sino porque, en el fondo, sabía que tenía razón.
Fue como si me hubiera desbloqueado. Como en los videojuegos, cuando liberás a la princesa. O más bien… a la puta, jaja.
Esa noche cogimos como nunca. Fue mi forma de agradecerle por ese gesto. Porque sé que no fue fácil para él. Aunque le calentaba la idea, sabía que su amigo estaba… bien dotado. Unos 20 cm, para ser exactos.
Yo también lo sabía. Es tema de joda en las juntadas después del fútbol, cuando vienen a casa. Siempre lo cargan: “Mariano trajo al Nahuelito”, o “Nadie quiere usar las duchas después de vos”.
Una siempre piensa que esas cosas son exageraciones de hombres… pero bueno.
La verdad es que yo no había podido ver nada. Nunca me saqué la venda. Y lo cierto es que no me dolió ni un poco… así que no podía confirmar nada.
Al menos no en ese momento.
(Ya les adelanto que, tiempo después, lo confirmé… y entendí perfecto ese chiste que dice “le rasca el ombligo”, jaja. Pero eso viene más adelante…)
Sabiendo todo eso, entiendo que a mi marido le podría haber generado inseguridades. Pero siguió igual. Y por suerte lo hizo, porque el sexo entre nosotros se volvió increíble. El problema no era él. Era yo. Yo estaba bloqueada. Antes lo disfrutaba, sí, pero ahora…
Ahora es otra cosa.
Ahora es puro placer. Sin frenos. Sin ataduras. Sin complejos estúpidos que te meten desde chica.
Y así fue como quedé lista para el próximo paso.
Y no tardó en llegar.
A los pocos días me preguntó:
—¿Te gustaría chupársela otra vez a Mariano? Esta vez… sin la venda.
Y, obvio, dije que sí. Me moría de ganas.
En el próximo post… les cuento cómo fue la primera vez que le vi la pija.


Aca les prensento a Mariano. esta foto la recibi mucho tiempo depues.. espero que no se entere que la publique por que me mata! pero .. no me importa!

Asi descubrí quién era el misterioso invitado

12 comentarios - Asi descubrí quién era el misterioso invitado

Yerlok_jolm
Excelente....!!!!! Espero que no tarde en llegar la tercera parte...!!! Van 10
andynic_
Qué linda se pone esta historia!
Roher69
muy buen relato van mis diez y quedo a la espera del proximo relato ¡¡
pyesgo
Esperando la continuación, excelente relato!
conrradio
me encanta como lo contas, me encanta que una mujer disfrute y viva el sexo como mas placer le de! +10
juantrozolargo
En mi experiencia me siento re identificado con tu marido, pero lo nuestro termino mal, medio como q se nos fue de las manos y no m gusto para nada...con mi mujer esta todo bien pero hubo problemas grandes hasta con su esposa (ella no sabia)...
juantrozolargo
Les deseo de corazón q nos les pase!! Besos