Soy Jota. 47 años. Casado con una hija. Vivo en Buenos Aires. Nunca se me habría pasado experimentar esto y considerar el mundo de los maricones. Pero cuando las cosas se dan de forma espontánea y orgánicas, son innegables.
Hace unos meses me crucé en la puerta del edificio a un vecinito que estaba despidiendo a su novia que se subía a un Uber. Cuando ingresábamos, le dije "te felicito nene, que pendejón te estás comiendo". Somos vecinos hace varios años. Él es el típico twink (utilizo éste término porque después me enteré que existía esa tribu urbana, si es que se llama así). Pibito fachero, lampiño, chiquito muy atento a la estética. Él se sonrió y atinó a decir "si, robé fuerte".
La cuestión es que semanas luego coincidimos otra vez entrando cuando regresaba de la oficina. "¿Como anda la nena, campeón?". Insaciable me responde. Bien le digo, hay que sacarse las ganas a full a tu edad. Sobra libido... bien por vos. El chaboncito rápido me dice murmurando, déjame entrar a tu casa y te muestro algo. Ingresamos y busca en el teléfono. Me muestra un video del pendejón hermoso metiéndose uno, dos, tres dedos. El sonido de la concha babosa era una locura. Yo me quedé helado y totalmente hipnotizado mirando el móvil. No podía dejar de ver esa piba soltando jugos de ésa cajeta tallada por los dioses. Imposible sacarle la vista. Estaba tan ensimismado en tamaño espectáculo que tardé unos segundos en darme cuenta que mi vecinito me estaba paqueteando el bulto. Era tal la atracción visual de ésa nena que no atiné a decirle nada. Me estaba agradando el estímulo suave, pero bien firme del nene. Tan firme en sus convicciones estaba que abrió mi bragueta y sacó mi miembro en considerable estado morcillón. Yo estaba experimentando un placer muy agradable. La adrenalina y la calentura, fueron muy superiores a la razón o frenos éticos(?)... ahí empecé a entregarme y el notó éso, que tomó como una bandera verde. El siguiente paso fué verlo a él a los ojos y sus labios que se estaba mordiendo muy fuerte. Por primera vez lo vi como un maricon, y reparé en la boca de chupa pija qué tenía. Así que se la ofrecí para que la trague. Empecé a intercalar mi vista en la pendeja y la boca de puto que empezaba a mostrar muuucho talento. Ya la boca le empezó a dejar paso a la garganta. En el ambiente sonaba una fabulosa música, mezcla de una concha empapada soltando fluidos , con el de un esófago recibiendo mi ya notable falo erecto generando buenas arcadas. No se cuanto tiempo habrá pasado. El talento oral de éste muchacho y la pendeja ya mostrando en primer plano sus dedos húmedos hicieron que lo agarré de la nuca con una mano y empuje más al fondo qué lo que el había podido llegar nunca. La explosión fué inminente. Me volvió a mirar a los ojos, sonrió y se pasó la lengua por los labios. Éso fué de puto nomas, porque mi guasca estaba toda en su garganta e incluso unas gotitas le salieron por la nariz. Evidentemente la situación generó un buen caudal de leche.
Me sacó el teléfono de la mano, me palmeo el hombro y me dijo muy tranquilo, nos vemos vecinito. Saludos a tu mujer, y se fué sin más.
Debo decir que pensé mucho tiempo esta experiencia y algún conflicto me generó. Pero por otro lado, el morbo y el placer fué mucho mayor. Ésto fué hace poco más de un año, y ya han sido varias las veces que andaba con exceso de leche, y como buen vecino, ha venido a hacerme el favor. No paro de ver ése pendejón, con el arrodillado y la boca llena. Pero admito que más de una vez, no ha llegado a sacar el teléfono y sólo me concentré en el.
Dato de color. Hace varios años que juego al fútbol con su padre. Una vez en chiste me dijo en el vestuario "que no te vea mi mujer éso porque lo va a querer probar". Jajaja fué mi respuesta. Quien iba a decir que tiempo después el que la probó fue su hijo...
Hace unos meses me crucé en la puerta del edificio a un vecinito que estaba despidiendo a su novia que se subía a un Uber. Cuando ingresábamos, le dije "te felicito nene, que pendejón te estás comiendo". Somos vecinos hace varios años. Él es el típico twink (utilizo éste término porque después me enteré que existía esa tribu urbana, si es que se llama así). Pibito fachero, lampiño, chiquito muy atento a la estética. Él se sonrió y atinó a decir "si, robé fuerte".
La cuestión es que semanas luego coincidimos otra vez entrando cuando regresaba de la oficina. "¿Como anda la nena, campeón?". Insaciable me responde. Bien le digo, hay que sacarse las ganas a full a tu edad. Sobra libido... bien por vos. El chaboncito rápido me dice murmurando, déjame entrar a tu casa y te muestro algo. Ingresamos y busca en el teléfono. Me muestra un video del pendejón hermoso metiéndose uno, dos, tres dedos. El sonido de la concha babosa era una locura. Yo me quedé helado y totalmente hipnotizado mirando el móvil. No podía dejar de ver esa piba soltando jugos de ésa cajeta tallada por los dioses. Imposible sacarle la vista. Estaba tan ensimismado en tamaño espectáculo que tardé unos segundos en darme cuenta que mi vecinito me estaba paqueteando el bulto. Era tal la atracción visual de ésa nena que no atiné a decirle nada. Me estaba agradando el estímulo suave, pero bien firme del nene. Tan firme en sus convicciones estaba que abrió mi bragueta y sacó mi miembro en considerable estado morcillón. Yo estaba experimentando un placer muy agradable. La adrenalina y la calentura, fueron muy superiores a la razón o frenos éticos(?)... ahí empecé a entregarme y el notó éso, que tomó como una bandera verde. El siguiente paso fué verlo a él a los ojos y sus labios que se estaba mordiendo muy fuerte. Por primera vez lo vi como un maricon, y reparé en la boca de chupa pija qué tenía. Así que se la ofrecí para que la trague. Empecé a intercalar mi vista en la pendeja y la boca de puto que empezaba a mostrar muuucho talento. Ya la boca le empezó a dejar paso a la garganta. En el ambiente sonaba una fabulosa música, mezcla de una concha empapada soltando fluidos , con el de un esófago recibiendo mi ya notable falo erecto generando buenas arcadas. No se cuanto tiempo habrá pasado. El talento oral de éste muchacho y la pendeja ya mostrando en primer plano sus dedos húmedos hicieron que lo agarré de la nuca con una mano y empuje más al fondo qué lo que el había podido llegar nunca. La explosión fué inminente. Me volvió a mirar a los ojos, sonrió y se pasó la lengua por los labios. Éso fué de puto nomas, porque mi guasca estaba toda en su garganta e incluso unas gotitas le salieron por la nariz. Evidentemente la situación generó un buen caudal de leche.
Me sacó el teléfono de la mano, me palmeo el hombro y me dijo muy tranquilo, nos vemos vecinito. Saludos a tu mujer, y se fué sin más.
Debo decir que pensé mucho tiempo esta experiencia y algún conflicto me generó. Pero por otro lado, el morbo y el placer fué mucho mayor. Ésto fué hace poco más de un año, y ya han sido varias las veces que andaba con exceso de leche, y como buen vecino, ha venido a hacerme el favor. No paro de ver ése pendejón, con el arrodillado y la boca llena. Pero admito que más de una vez, no ha llegado a sacar el teléfono y sólo me concentré en el.
Dato de color. Hace varios años que juego al fútbol con su padre. Una vez en chiste me dijo en el vestuario "que no te vea mi mujer éso porque lo va a querer probar". Jajaja fué mi respuesta. Quien iba a decir que tiempo después el que la probó fue su hijo...
5 comentarios - Como entré al fascinante mundo de los putitos