Mi tío me había dicho que en semana santa íbamos a ir a pescar con sus amigos, pero llego el día sábado por la mañana y solo me pasaron a buscar a mí, eran dos de sus amigos con los que nos habíamos juntado mil veces a comer asados, pero esta vez mi tío no fue y si bien me pareció raro después entendi que no tenía sentido que fuera, solo me dijo antes de salir que "La pase lindo" y que "Me porte bien" con sus amigos.
Mi outfit fue: Una calza negra bien ajustada, una remera manga larga color blanco, una camperita bien abrigada porque hacia frio y nada mas, por debajo de la ropa llevaba únicamente una tanga porque ya me acostumbré a usarlas.
"Te dijeron que la venimos a pasar bien ¿no?" Me dijo el amigo que compartía el asiento trasero conmigo mientras me acariciaba la espalda, "Ayer le mandamos lo tuyo a tu tío así que estaría todo arreglado", ese segundo comentario me relajo bastante y fue cuando por fin me pude poner mimoso. Me cruce de piernas sobre las suyas mientras el acariciaba mi vientre y comenzaba a besarme antes de desabrochar su pantalón, me acomode para chupársela rápidamente porque sus primeros fluidos ya se escurrían, los levante con mi lengua y comencé a saborearlo. Luego de unos minutos, cuando estaba a punto de metérmela el que conducía se orilló sin pensarlo dos veces en una zona boscosa cercana y se bajó para sumarse, no se quería quedar atrás.
El par de cincuentones me cogió a su gusto mientras yo felizmente seguía sus órdenes, completamente desnuda a escasos metros de la ruta, mientras se la chupaba a uno el otro me cogía tan rico que mi cola se movía sola para chocar contra la verga a la que le tocara entrar en mí.
Estaba rico, pero teníamos que seguir viaje, ellos podían acabar en mi así que no desperdiciamos nada, de hecho, me pedían guardarme su néctar en mi para esperar impaciente la próxima vez.
Llegamos al barco y zarpamos, ellos acomodaron sus cañas mientras yo preparaba la comida, cada tanto pasaban y me besaban el cuello o me acariciaban la espalda, me daban la típica nalgada en la cola o, mas osado aun, metían sus dedos en mis calzas para jugar conmigo.
Para cuando les serví la comida ellos jugaban al poker, yo sali en tanga porque me quería ir a nadar (...y claramente provocarlos!), ellos se hicieron los desentendidos, siguieron jugando y luego de darme las gracias por la comida me fui, yo me daba cuenta de que ellos me miraban nadar.
Como a la hora subí de nuevo al barco a bañarme, ellos ya estaban levantando todo de su juego, los platos aun sucios, pero no le di importancia. Los escuchaba mover las cañas aun pero cuando estaba en la ducha uno de ellos se metió conmigo y sin mediar palabras me cogió ahí mismo, fue un rato nada mas, me tome toda su leche y salimos casi juntos de la ducha.
El premio del póker era yo, no entendi bien como fue la apuesta, la cuestión es que esa noche antes de volver me detonaron los dos juntos, literalmente hasta media hora de entrar a mi casa de nuevo alguna de las dos vergas estaba adentro mío, estuvo hermoso, creo que no pescaron nada igual.



Mi outfit fue: Una calza negra bien ajustada, una remera manga larga color blanco, una camperita bien abrigada porque hacia frio y nada mas, por debajo de la ropa llevaba únicamente una tanga porque ya me acostumbré a usarlas.
"Te dijeron que la venimos a pasar bien ¿no?" Me dijo el amigo que compartía el asiento trasero conmigo mientras me acariciaba la espalda, "Ayer le mandamos lo tuyo a tu tío así que estaría todo arreglado", ese segundo comentario me relajo bastante y fue cuando por fin me pude poner mimoso. Me cruce de piernas sobre las suyas mientras el acariciaba mi vientre y comenzaba a besarme antes de desabrochar su pantalón, me acomode para chupársela rápidamente porque sus primeros fluidos ya se escurrían, los levante con mi lengua y comencé a saborearlo. Luego de unos minutos, cuando estaba a punto de metérmela el que conducía se orilló sin pensarlo dos veces en una zona boscosa cercana y se bajó para sumarse, no se quería quedar atrás.
El par de cincuentones me cogió a su gusto mientras yo felizmente seguía sus órdenes, completamente desnuda a escasos metros de la ruta, mientras se la chupaba a uno el otro me cogía tan rico que mi cola se movía sola para chocar contra la verga a la que le tocara entrar en mí.
Estaba rico, pero teníamos que seguir viaje, ellos podían acabar en mi así que no desperdiciamos nada, de hecho, me pedían guardarme su néctar en mi para esperar impaciente la próxima vez.
Llegamos al barco y zarpamos, ellos acomodaron sus cañas mientras yo preparaba la comida, cada tanto pasaban y me besaban el cuello o me acariciaban la espalda, me daban la típica nalgada en la cola o, mas osado aun, metían sus dedos en mis calzas para jugar conmigo.
Para cuando les serví la comida ellos jugaban al poker, yo sali en tanga porque me quería ir a nadar (...y claramente provocarlos!), ellos se hicieron los desentendidos, siguieron jugando y luego de darme las gracias por la comida me fui, yo me daba cuenta de que ellos me miraban nadar.
Como a la hora subí de nuevo al barco a bañarme, ellos ya estaban levantando todo de su juego, los platos aun sucios, pero no le di importancia. Los escuchaba mover las cañas aun pero cuando estaba en la ducha uno de ellos se metió conmigo y sin mediar palabras me cogió ahí mismo, fue un rato nada mas, me tome toda su leche y salimos casi juntos de la ducha.
El premio del póker era yo, no entendi bien como fue la apuesta, la cuestión es que esa noche antes de volver me detonaron los dos juntos, literalmente hasta media hora de entrar a mi casa de nuevo alguna de las dos vergas estaba adentro mío, estuvo hermoso, creo que no pescaron nada igual.



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