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Eli 2

El aprendizaje ya ha tenido lugar y ahora es momento de la práctica. Una orgía sin igual, de todos contra todas y todas contra todos. 6 chicos y 4 chicas pueden hacer muchas cosas.
Hola a todos: mi nombre es Elizabeth, de ahora en adelante seré Eli. Tengo 22 años. Desde hace un tiempo me la paso leyendo los relatos de muchos de ustedes.

Con ellos he aprendido e imaginado cosas. Tengo 22 años, pero esto sucedió después de mi viaje al caribe, como unas 6 semanas después, cuando tenía los 21. Mis amigas dicen que soy linda, y lo que más les gusta de mi son mis senos y mi cabello.

A mis amigos también les gustan mis senos y no paran de halagarme por ellos, pero lo que si les gusta son mis piernas delgadas pero fuertes.
Soy de piel canela, delgada, pero con mucho trabajo de gimnasio como para tener el cuerpo que me gusta!. Todo esto lo cuento porque parece ser el sueño de los chicos con los que me críe . Crecí en un barrio normal con chicos y chicas de la misma edad mía. Desde la escuela estuvimos juntos un grupo de amigos, éramos 4 chicas y 6 chicos. Con los que aprendí muchísimo de la vida y del sexo. A medida de ir creciendo, cada uno se fue marchando del barrio, pero igual no dejábamos de vernos para recordar los buenos momentos. En una de aquellas reuniones; hace un par de semanas; tomamos mucho licor y también le dimos algo a la hierba (Léase Marihuana).

Las cuatro chicas estábamos muy mal, entonces los 6 chicos comenzaron a aprovechar la situación. Empezaron recordando cómo éramos de pequeñas y cada cual fue desvirgada por quién. Aquello era un secreto entre nosotros, así que fue tremendo saber quién se folló por primera vez a quién. La noche fue avanzando y ya todas y todos sabíamos hasta los pormenores de los encuentros de todas con los chicos, hasta supimos que una de nosotras estuvo con dos de los chicos una noche.

A uno de ellos se le ocurrió que jugáramos a las "verdades o penitencias", todos aceptamos. El juego comenzó con la primera verdad de uno de los chicos. La pregunta fue: "¿a quién de ellas te gustaría follarte ahora mismo?". David se puso muy nervioso, pero después de que los machos lo aceleraran dijo que a Raquel; la única morena de las cuatro; todos festejaron. Raquel y David se miraron un rato. Continuamos así durante un rato, hasta que le toco el turno a María que no quiso responder una pregunta tonta, así que llego su penitencia. Fue unánime por parte de los chicos: "¡te queremos ver totalmente desnuda mientras te masturbas!" entre las chicas fue conmoción total.

Alegamos la penitencia, pero ya habíamos hecho un trato de cumplir todo lo pactado, así que María tuvo que quitarse sus jeans, blusa, sostenes y pantys, dejando sólo sus tacos, para sentarse en un sofá y tocarse toda. Yo miraba a los chicos que no dejaban de lamerse el gusto por ver a esa belleza frente a ellos, metiendo sus dedos en su vagina. Y María era toda una belleza, rubia, muy alta, de cuerpo perfecto, había sido reina del barrio alguna vez. María se estremecía ante su propio contacto y comenzó a gemir muy fuerte. Esos gritos hicieron que todos en el cuarto nos pusiéramos bien calientes. Con un grito y un espasmo, María se vino. Todos la aplaudieron. Sobre todo Carlos quien fue su primer hombre. Continuamos con el juego, aunque María no, ella lo siguió desde el sofá.
Los turnos fueron pasando, cada uno de los chicos aprovechaba la situación para desnudar a las chicas.
Casi ninguno de los hombres tuvo perdidas. Parecían que hubieran hablado con anterioridad para no perder. De las chicas yo era la única que no estaba desnuda y que no me había masturbado ante todos. Pues esa fue la prueba para todas. A medida que Raquel, María y Sonia hicieron lo que los chicos quisieron, el cuarto estaba ardiendo. Los hombres hacían todo lo posible porque yo cayera, pero no lo lograban. Entonces comenzaron con lo que nos suponíamos las chicas: el juego volvió a empezar, con las chicas desnudas y recalientes. Cada que una de ellas perdía, la penitencia era mamarle la verga a uno de ellos. Pero la cosa fue que no debía ser inmediato sino cuándo el ganador quisiera, así todas las chicas perdieron no sólo con un chico sino con dos o tres, así los 6 ya tenían leche asegurada para la noche. La única que no estaba dentro de los planes era yo. Pues me resistía a perder con los hombres. Entonces los chicos se pusieron pesados, intentando derrotarme... y lo lograron. La pregunta fue: "sabemos que alguien con tu mismo apellido estuvo en tu cama, muy borracho, y te obligó a pasar un buen rato mordiendo la almohada, ¿Quién fue?", yo sentí que todo se me iba, pues la pregunta estaba fuera de contexto, ninguno de mis amigos debía de hablar de ello, era un secreto, pero lo utilizaron para que perdiera.

No quise responder que era mi tío y que me gustó. Así que dimití. Los 6 hombres hicieron una fiesta cuando me derrotaron, las chicas también.

La penitencia fue la más alta:
"Te va a tocar ver cómo Raquel, María y Sonia, se divierten con todos nosotros y después te vas a convertir en una puta y vas a coger con todos en esta sala, incluyendo chicas y chicos". A todos les encanto a idea.

Yo no lo podía creer. Entonces Me sentaron y me amarraron por si me escapaba. Entonces empezó todo: las 3 chicas que perdieron varias veces, tenían a dos chicos con sus enormes vergas apuntando hacía su boca, y de rodillas comenzaban a mamar por turnos. La escena era super erótica. Los chicos no paraban de reír de satisfacción ante las bellezas que tenían arrodilladas y chupando perfectamente.

Hubo un momento en el que quería zafarme e ir en busca de uno de esos penes para mi. La penitencia surtía efecto. Cuando uno de los chicos estuvo por terminar. Se detuvo de improviso. - - ¡hey muchachos vamos a follar!- entonces todos se miraron y sacaron sus penes de la bocas de mis tres amigas. Ellas comprendieron y no dijeron nada. entonces cada dúo de chicos se "encargaba" de una de mis amigas.

A Raquel la pusieron en cuatro mientras David se la metía por detrás y Eduardo la ponía a mamar.

María, que era la apetecida, estaba montada sobre Carlos, mientras Juan la penetraba por su trasero, ella daba gritos de dolor y placer.

Sonia, que era la menor de todas, tenía 19, era enculada por Alberto, al tiempo que masturbaba el miembro de Mauro.

Yo no paraba de moverme en mi asiento, la escena de orgía me estaba matando. Veía muy bien como mis amigas gozaban con lo que les pasaba, pronto las parejas cambiaron y las vergas penetraban varios culos y vaginas.
Se turnaron los chicos varias veces, creo que fue a María a quien más verga le dieron, pues estuvo , aproximadamente, una hora follada por cada uno de los seis, en varios turnos.
Entonces comenzaron a venirse los hombres sobre los cuerpos de las chicas.

Cada uno lo hacía como en verdad le apetecia!

Raquel recibía los dos líquidos dentro de su cuerpo.
Sonia, estaba recibiendo las descargas de dos de ellos que se vinieron sobre sus pechos y rostro.
A María se la estaban follando por el culo cuando Eduardo soltó el chorro sobre la espalda de mi amiga, de inmediato Juan, le sacaba la verga de la boca para ponérsela en su rostro.

Entonces todos gemían de placer. En unos segundos todos cayeron rendidos por todo el lugar. Algunos se besaban, y otros se reían por la felicidad de aquél momento.

Yo mientras tanto, no había hablado para nada, pero estaba mojada a más no poder. Creo que si me metían dos vergas al tiempo entrarían con lo lubricada que estaba!.

Después de unos minutos, los chicos ayudaron a mis amigas a limpiarse, con ello aprovechaban para tocarlas e intentar volver a empezar. Sonia fue la primera que beso a David y lo invito a sentarse mientras ella comenzaba a chuparle el pene, que se iba poniendo muy duro.

Entonces Eduardo me miro. - ¡Hey un momento, que falta algo la penitencia de Eli!- entonces todos me miraron con una sonrisa en sus labios, hasta Juan pidió a Sonia que parara un momento.
David me zafó y me llevo hasta la mitad del lugar.

Las chicas se agruparon y se sentaron en el sofá. Juan me preguntó, con su verga erecta:

- ¿Qué conclusión saca la niña de lo que acaba de observar?
- yo no dije nada, pues estando rodeada de hombres desnudos y con sus aparatos hinchándose cada vez más, es poco lo que uno puede decir.

Entonces Mauro se me abalanzo. Yo tenía puesto un vestido entero largo con escote. El chico moreno se me acercó por detrás, me tocó. - ¡Muchachos, nuestra puta de la noche está más mojada que un río!- todos se rieron, entonces entre Mauro y David, me quitaron el vestido, dejándome mis tacos altos blancos.
Eduardo se encargó de mi sostén y Carlos de mis pantys. Sin hablar ni un segundo, Alberto me tomo y me tiro a un lado de las chicas en el sofá, me abrió las piernas y comenzó a lamerme el coño.
Empecé a gemir de placer, entonces Raquel se me acercó y comenzó a besarme los senos. En ese instante me vine de una. Alberto lo notó, metió su verga de golpe y comenzó a dar empollones, yo no dejaba de gritar. Raquel continuaba besándome. Alberto quito a Raquel de un manotazo, estaba fuera de si, me agarro del cabello y me dio una paliza con su verga al tiempo que decía:
- así es como te quería ver, gran puta, toda mi vida quise metertela así... ¿te gusta puta?...
- continuo así hasta que se vino dentro de mi. Sus ojos eran extraños, parecía como si toda su vida hubiera querido hacer lo que hizo.

Un chorro enorme de semen me lleno toda y me vine de una. Alberto se quedó un instante dentro de mi y luego me sonrió sacando su aparato ya no tan duro como un minuto atrás. Todos los chicos nos habían rodeado mirando la escena.

Entonces Mauro, dijo - Me toca, te vas a acordar de esto toda la vida!- y me halo del brazo sacándome del sofá. Me puso en la mitad de la sala. Me hizo arrodillar y quedé en cuatro. El moreno del grupo, la verdad es que es negro, de esos que les brilla la piel y tenía su miembro totalmente erecto, al parecer por la dosis de folle que acababa de ver, se puso detrás de mí, me acarició las caderas. Yo metí mi mano para tomar su pene y meterlo en mi coño, pero el me aparto. - No, so perra, esto lo vas a recordar por detrás- . yo intente huir, él me agarro de las caderas y me apretó fuerte.

- por ahí no Mauro- todos me callaron.

Yo estaba muy asustada pues desde lo de la playa, no me habían vuelto a meter una verga en el culo, menos una como la de Mauro. - Ya es tiempo de que tengas por donde divertirte también.- todos se reían. - Por favor Mauro, no me hagas eso...- decía eso cuando sentí uno de sus dedos que me penetraba suavemente. Sentí como si fuera a defecar.
El negro lo sacó y lo chupo, volvió a meterlo está vez lleno de saliva, el dedo gordo entró un poco más que la primera vez. Entonces comenzó a lamerme con su boca y lengua por todo mi culo. Eso empezó a excitarme cada vez más. Entonces paro y volvió a acomodarse. Mire de reojo y todos en la sala, incluidas mis amigas, esperaban mi desfloración anal (Sin saber que ya había ocurrido y por tres vergas! En una isla!).
Entonces comencé a sentir como un tubo me penetraba, llenándome toda. El dolor era enorme, comencé a chillar. Mauro me tomaba de las caderas para impulsarse, me sacaba su verga y la volvía a meter un poco más adentro, lo siguió haciendo hasta que las paredes de mi recto se ajustaron a las dimensiones del cañón del negro.
Entonces el chico (no tan chico unos 28) comenzó a meter y sacar su monstruo dentro de mi. El mete y saca era brutal, yo sentía que me estaba atravesando.

Los chicos se miraban y comenzaron a tocar a las niñas. Raquel fue la primera en arrodillarse frente a Alberto y comenzar a mamarle la verga. María agarraba los penes de Juan y Eduardo masturbándolos.
Sonia miraba atónita la penetración, al igual que Carlos y David. Mauro seguía dando embates detrás de mí, el castigo anal era brutal, entonces comencé a sentir un placer enorme cada vez que el negro me penetraba. Cuando estaba apunto de venirme, Mauro saco su verga y voto sus líquidos sobre mi espalda. - ¡Que culo tan rico el de está perra!- me agarro del cabello y me beso.

Yo estaba adolorida, intente pararme, pero Carlos fue más rápido. Metió su pene dentro de mi trasero de golpe fue muy fácil pues ya estaba más que lubricado mi culito.

El chico estaba totalmente excitado con lo que acababa de ver. Me tomo del cabello, como arriando una yegua y comenzó a meter y sacar su verga, que no era tan larga y ancha como la de Mauro, pero si era muy gruesa. Tanto que volvía a sentir como las paredes de mi recto se ancheaban ante el "galope" constante de Carlos. Me halaba del cabello con fuerza, y de vez en cuando, me daba palmadas en mis nalgas como si fuera una bestia. Después tomo mis caderas con ambas manos y las atraía hacía él, metiéndome mucho más su miembro. - ¿Te gusta por detrás?... ¡yo se que si!... ¡hablá zorra! ¿te gusta mi verga en tu culo? (me golpeaba las nalgas)... ¿te gusta?... ¡hablá pues! ... ¿te doy más duro o qué?- Carlos estaba fuera de si, penetrándome con todas sus fuerzas. Entonces, yo que no hacía más que gritar de dolor y llorar, comencé a sentir la excitación de Carlos me concentré en los embates y pronto sentí que iba a venir de nuevo.

- Si, si, me gusta, tu verga dentro de mi culito, me gusta... dame más, dame más, carlitos, dame de tu verga, con todo...- me vine dos veces a la vez, gemí de placer y las chicas lo notaron, igual que todos.

Carlos que era quien más hierba había consumido, llevaba más de media hora dándome por detrás y no se venía. Eduardo no aguantó más. - ¡dale Carlos que yo también quiero!

- yo mire a Eduardo, el chico estaba totalmente excitado con lo que veía y escuchaba, su verga estaba a punto de reventar. Entonces le agarre una pierna, él se dio cuenta y se puso frente a mi, lo hice agacharse para poder agarrar su miembro que metí en mi boca al tiempo que Carlos me daba por el culo. Eduardo era un chiquillo de 18 años que siempre había querido verme desnuda, me lo había dicho muchas veces. Le gustaban mis senos. Alguna vez me lo dijo sin miramientos. Al sentir como yo le chupaba la verga el chico estuvo en la gloria, aunque se que quisiera penetrarme, la mamada estaba brutal para él. De pronto sentí el líquido dentro de mi culo que me calentaba. Carlos dio un grito inmenso y se vino con una fuerza inusitada. Dejo todo su semen dentro mío.

Juan hablo. - Dale Eduardo, vente de una que me toca!- entonces el chico se concentro y lanzó un chorro inmenso en mi boca. Su semen se botaba por mis labios. Eduardo me agarraba la cabeza con fuerza mientras se venia. Intente tragarme todo lo que pude, pero la descarga había sido brutal. Di una mirada tierna a Eduardo que estaba feliz.

Ya llevaba cuatro vergas y no quería saber de más. Cuando Juan y David me miraron al tiempo que me ayudaban a levantarme. Por mi entre pierna chorreaban líquidos de Alberto, Mauro y Carlos. Entonces David me llevo hasta uno de los asientos. Sabía que estaba mal, pero igual tenía que darme su ración de verga. - Se que estás muy mal, pero todavía aguantas.

Se sentó con su verga mirando la techo. Me insinuó que me sentara sobre ella. Así lo hice. Me senté sobre esa verga delgada pero larguisima, dándole la espalda a David, que me acariciaba la espalda. está vez su porción entro por mi coñito. Yo comencé a moverme. Arriba y abajo. David intentaba sostenerme de mis nalgas para así ayudarme a subir y bajar. Yo decidí tirarme hacía delante, dejando mi cuerpo ser sostenido por mis piernas. Así era más fácil para mi. La verga de David era muy larga entonces podía mover mi culo arriba y abajo sin tocar sus piernas, sólo su pene, era como masturbarlo con mi concha. El chico comenzó a gemir de placer, yo acelere el ritmo y rápido se vino quitándome de un empujón. Yo me levante y de inmediato me halo del cabello para que me arrodillara y lamiera su pene. Así lo hice. Lo limpie como si nunca se hubiera venido.

Faltaba Juan, que era el chico que tuvo el placer de desflorarme en mi primera vez, cuando yo tenía 16 y él 18. Juan me halo del cabello y me hizo levantar me dio una fuerte palmada en el trasero, lo cual me indico que debía ponerme en cuatro. Así lo hice. Juan tenía uno de los penes más grandes que yo había visto. Podría tener 25 cm. Los dos tuvimos mucho sexo entre mis 16 y 18. Después él se fue y yo conseguí otros novios. Nunca me volvió a tocar desde hacía 3 años. Esa era la primera vez desde hacía tanto tiempo. Cuando estaba en cuatro se puso delante de mí y me ofreció su verga. Me la metí toda de un solo intento. Se la chupe como loca, como si fuera la última vez. Él gozaba de lo lindo. Su pene se estaba creciendo cada vez más grande, cuando estaba a punto de venirse me detuvo.

Entonces se puso detrás. Metió su músculo de una llenándome por completo. Comenzó a meter y sacar su verga con una fuerza enorme. Paro y se acomodó mejor: levanto sus piernas y las puso sobre las mías, así estaba un poco más alto y con la verga más apretada a mi culo. Poso sus manos sobre mi espalda y comenzó a darme durisimo. Yo empecé a gritar de dolor y placer. Me estaba dando la tunda del año! Siguió así hasta que estaba a un paso de venirse, entonces lo sacó, se puso delante de mí y me lanzo el chorro sobre el rostro, mojándome el cabello y mis senos. Su leche era muchísima. Después yo me incline y metí esa verga en mi boca extrayendo todos sus jugos. También lo limpie. Al terminar vi que todos estaban muy felices, ya Sonia estaba siendo penetrada nuevamente, al igual que María se lo chupaba a dos de nuestros amigos.

Raquel estaba siendo enculada por Mauro dándole la misma dosis que a mi. Juan me acompaño hasta el baño para que me lavara. Así lo hice. Al salir, vi que todos estaban exhaustos tirados por todas partes. Ya el licor, la yerba y la orgía había hecho mella en todos. Salí buscando mi ropa y vi a Juan que me esperaba. - espero que no estés enojada con nosotros.- lo mire tranquila. - apuesta es apuesta- lo dije convencida. - ¿Y si no hacemos una apuesta?- - - pues tal vez sería porque les gusto que fuera su puta y me tocaría cobrarles- le dije muy seria ante su propuesta. Él me miro y sonrió. - esto no volverá a pasar ¿cierto?- lo mire y le negué con un gesto.

Tome mi ropa.

- Me imagino que seguiremos viéndonos como siempre, aunque esta vez ustedes aprovecharon... ya habrá tiempo para que nosotras nos aprovechemos...- le sonreí. Él me miro - la próxima vez apostare a lo mismo. Te quiero ver de nuevo follada por todos!-
yo le sonreí y busqué el resto de mi ropa, fui a uno de los cuartos a cambiarme y allí estaba Eduardo dormido. Me iba a empezar a vestir cuando el chico se despertó. Me miro desnuda y recién bañada. Se fijo en mis senos. - siempre los quisiste ver y acá están!- le dije en tono divertido. - si, los tienes como los había imaginado, grandes y jugosos- el chico se levanto y puso sus manos en mis tetas. Luego comenzó a besarlas y morderlas. Yo me excite por sus acciones. Entonces lo abracé. De inmediato sentí algo que crecía en mi entre pierna y se ponía cada vez más caliente. El chico comenzó a tocarme por todas partes. A pesar de que la noche había sido brutal, eso me gustaba.

El pene de Eduardo ya estaba listo para una jornada más, apretado contra mi muslo. Entonces empezó a besarme y a acorralarme en la pared. - Así te he imaginado desde los 14, porque sos la más rica de todas... todos dicen que María está más buena, vos sos la que tenés mejor culo, mejores piernas y tetas más grandes...- el chico estaba que explotaba. Yo estaba excitadisima con las palabras de Eduardo. Entonces él levantó una de mis piernas buscando penetrarme allí de pie. Yo le ayude pero Eduardo es un chico muy alto y yo muy bajita. Entonces me halo y me tiro en la cama. Yo caí de espaldas y con las piernas abiertas. Él se me fue encima y sin ningún esfuerzo me penetró. Yo sentí algo extraño al tener ese pene dentro mío. Eduardo comenzó a hacérmelo con fuerza, pasión y ternura juntos.

Yo me enloquecí, comencé a morderle sus orejas y a arañarle la espalda. Eduardo no dejaba de follarme con ganas. - - me encanto tu mamada de ahora...- me dijo mientras detenía sus embates.

Entonces le dije que se levantara. El se acostó, se puso boca arriba. Tome su pene y comencé a masturbarlo. El chico estaba en el cielo. Puso sus dos manos atrás de su cabeza como para verlo todo y gozarcelo. Entonces se lo chupe. Le di una mamada infernal. Le pedía que me diera de su saliva para mamarla mejor. Se la chupe por más de media hora. Cada que sentía que se iba a venir, Eduardo me halaba el cabello. Paraba la chupada y continuaba. Se la chupe hasta que ya no pudo más. Antes de venirse se detuvo. Quiso descansar. Yo mientras le tocaba sus gónadas y daba uno que otro lametazo a su verga que era bien grande y gruesa, y que con un poco de trabajo podría crecer mucho más. Era enorme, lo supe hasta ahora cuando la metía en mi boca, pues antes no, tal vez por la dilatación de los encuentros anteriores. Estaba ahí y le dije: - Eduardo hazme lo que desees está noche. Seré tu puta.

Está es mi noche de puta- el chico me sonrió... - Eso ya lo se... - entonces me pidió que lo cabalgara. Así lo hice. Me monte en esa verga y daba saltos de felicidad al ser penetrada por ese pene magnifico. Lo hacía a todos los ritmos y me vine tres veces seguidas. Estaba feliz con Eduardo. El chico me dijo que quería encularme. Sabía que me iba a doler, pero estaba allí para lo que Eduardo quisiera. Me puse en cuatro. El chico tomo su pene y lo puso en la entrada. - ahora te lo vas a meter tu solita hasta el fondo!- eso me gusto. Entonces fui metiendo esa lanza poco a poco. Sentía como iba creciendo y creciendo. - - yo no voy a moverme, no te voy a agarrar de ninguna parte, quiero que seas tu la que te mueves y te das culazos en mi verga!- Eduardo era un amante ingenioso, comencé a moverme y meterme el pene duro de mi chico hasta el fondo, me movía cada vez más rápido, hasta que tuve un orgasmo enorme. Caí rendida en la cama.

Eduardo se acostó conmigo y me dio un tierno beso. - ¿Te gusto? - le respondí si con un gran beso. - ¿Y tu, no vas a acabar?- le pregunte. - te dejaba esa respuesta a ti...- me dijo con una risa enorme. Sabía lo que quería. Me puse en cuatro poniendo el trasero casi sobre el aire. Estaba frente a la verga de Eduardo que estaba acostado. Sus piernas estaban a mis lados. Comencé a chuparlo. La mamaba con un gusto exquisito. Le lamía como si fuera un helado. La metía suave y rápido en mi boca. Le dije que se pusiera de pie. Así lo hizo. Me arrodille frente a él y continué mamándole su verga inmensa y mirando su placer enorme de verme ahí para él. Me tomo del cabello, me lo halaba durisimo entonces sabía que estaba a punto de venirse. Justo en ese momento. Lo saque de mi boca. Eduardo tomo su pene y le dio varias sacudidas antes de que su leche se regara por todo mi rostro y mi cuerpo. Era un polvo enorme. Me baño por completo. Él continuaba sacudiéndoselo y le salía más semen que yo intentaba tragarme. Lo lamí todo.

Estaba muy cansada.

Le pedí que me acompañara a bañarme. Así lo hizo. En el baño lo volvimos a hacer. Está vez fue un polvo rápido. Sólo me lo metió por atrás y me dio una ráfaga de verga dura por 3 minutos, mientras el agua nos lavaba.

Después hizo lo que quería hacía un rato. Me monto sobre su aparato, estando yo de pie acorralada a la pared. Me dio una ración deliciosa de polla por otros 3 minutos. Para finalmente, hacérmela chupar otra vez. Solo que ahora quería que me tragara sus líquidos sin botar una gota. - Trágatelo todo mi puta de está noche. Porque se que mañana serás la chica de en frente, que no me da la hora y a la que me follo todos los días en mis sueños...- yo me trague todo su semen si derramar una sola gota. Y comprendí todo lo que gozo Eduardo en esa noche. Igual que todos los chicos. Pues las 4 niñas del grupo habían sido el sueño sexual de los 6, y en una noche de juegos el sueño había sido cumplido.


Ahora se que me gusto mucho. Pero no volví a las reuniones con ellos. Creo que María tampoco; no por no haber gozado con todas esas vergas juntas, sino porque son mis amigos del alma y eso, en ocasiones, hay que respetarlo.

Ahora los veo de vez en cuando y tan solo hablo con ellos de cualquier cosa.

En cambio con Eduardo intento verme muy seguido, sobre todo de noche, pues se con que frase se le pone dura como una roca: -"esta será mi noche de puta para ti"-
Le veo muy seguido pero se que se va a marchar para otra ciudad.

Ahora tengo novio, se llama Rafael. Aunque no es tan sexual como Eduardo, creo que me he enamorado de él.
Nuestro sexo no es tan intenso como quisiera pero estoy probando una nueva forma de sentir: la de "los novios que se quieren y desean llegar a algo serio".

A veces me aburro y quiero visitar a Eduardo, pero prefiero no hacerlo y darle la oportunidad al amor, sin sexo fuerte...

ya les contare cómo me fue!

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