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Semental

El impresionante semental me dejó impactada

Nunca había visto a un enorme semental tan de cerca y mucho menos preñando a la yegua.

Ese domingo, un amigo de mi papa nos invitó a una comida a un rancho cerca de la ciudad.
Fuimos varias personas y estuvimos disfrutando de todo en gran ambiente.
Habían decidido que nos quedáramos a dormir ahí después de cenar, asi que, ya oscureciendo, me fui a caminar por el rancho para regresar a tiempo para cenar.
Llegue a un redondel donde unos trabajadores intentaban que un enorme corcel, majestuoso, preñara a una yegua.
Me detuve curiosa a mirar, ya que nunca había visto algo semejante.
Después de varios intentos, finalmente el hermoso corcel dio un salto sobre el lomo de la yegua y los trabajadores guiaron su enorme verga para que pudiera penetrar a la cachonda yegua, que ya estaba mas que dispuesta chorreando sus jugos por todo el piso.
Finalmente, de un solo golpe, el hermoso animal le clavo toda su enorme verga a la yegua que relincho de gusto en cuanto se sintió penetrada por ese monstruo de verga, a mi parecer, le media por lo menos un metro, o algo asi se me figuro.
En ese momento, sentí un poco de envidia de la yegua, no cualquiera tiene la oportunidad de comerse algo asi de delicioso.
Poco después, el enorme semental se termino a chorros dentro de la yegua, se bajo del lomo y se fue muy satisfecho, los trabajadores se lo llevaron a encerrar a su lugar.
Increíblemente, se me figuro que la yegua volteo a verme y me sonrió como diciendo ahí tienes puta, ya viste como me preño?
¿Tal vez eso fue solo mi imaginación, pero yo me sentí agredida y pensé, ah sí? a mi ninguna puta me reta y menos una yegua caliente como esa.
Asi que me fui caminando detrás de los trabajadores, esperé que amarraran al corcel y salieran. Entonces me escabullí sin que nadie me viera, por lo menos eso pensé y me metí a acariciar al hermoso semental, que todavía escurría sus jugos victoriosos.
Me acerqué y con mucho cuidado lo empecé a acariciar, primero su lomo, luego las patas traseras y finalmente me entretuve acariciándole la tremenda virgen que ya le colgaba entre las patas.
Asi estaba yo completamente distraída, cuando una voz fuerte grave, varonil me dijo, toma esto te va a ayudar. Al tiempo que me daba un bote con una crema.
Casi muero del susto, no esperaba que nadie estuviera por ahí y mucho menos que me hablara.
Me di vuelta y quedé paralizada del susto, era el dueño del rancho, el amigo de mi papa, al que yo admiraba en secreto debido a su porte gallardo, varonil, era un hombre enorme, vigoroso, por un instante mi mente hizo un comparativo de el y el corcel, en realidad casi nunca habíamos cruzado palabra y ahora el me estaba ofreciendo un ungüento para que se le pusiera dura la verga al caballo, pues ¿que se había pensado el tipo ese?
Nerviosa y totalmente avergonzada, tome el frasco, metí mis dedos, tome un poco de ungüento y sin decir palabra, le empecé a frotar todo su enorme miembro, le recorrí todo el tronco, me entretuve un poco acariciándole sus enormes huevos, eso parecido agradarle al corcel, se los acaricie un poco mas y luego recorrí nuevamente su enorme tronco, frotando de arriba abajo, por último, le unte pomada a su enorme cabeza, sentí unas enormes ganas de abrazarle la verga y apretarla por todo mi cuerpo, pero estaba toda embarrada por el ungüento y además ahí estaba mirando el amigo de mi papa.
En eso estaba cuando, de pronto, se le empezó a enderezar la verga y a ponerse muy dura, yo seguí acariciándosela un poco más, hasta que ya no me pude resistir, y valiéndome madre que estuviera ahí el amigo de mi papa, me empecé a frotar el sexo con la verga del enorme animal, sentí como me mojaba toda, estaba ya super caliente, quería cogerme a ese enorme semental, sin importarme nada.
Como si hubiera adivinado mi pensamiento, el dueño del corcel, me dijo, espera, te puede lastimar, hay que prepararse bien, monto al semental sobre una pequeña tarima, le amarro de la cabeza y le puso un arnés en las patas traseras para evitar que se moviera hacia adelante.
Ahora si me dijo, acomódate ahí, señalando la pequeña, tarima, me puso unos cobertores y me acosté sobre ellos. No espere que me dijera nada, me baje los calzones, me recosté sobre la tarima, le tome la verga al semental y abriendo las piernas como una verdadera puta, me empecé a frotar la verga del animal en mi sexo.
Yo para entonces ya estaba super excitada, me sentía toda mojada, mis jugos escurrían sobre mis nalgas y muslos, me di la frotada de mi vida, con la enorme verga de ese magnifico semental, sin decir nada, el hombre le aflojo un poco el arnés de las patas traseras y el animal me metió la punta de la verga en el sexo, casi muero de la excitación, me retorcía como una verdadera perra en celo, y me seguí frotando contra su verga.
El hombre aflojo un poco mas el arnés y el semental me penetro un poco mas con su enorme verga, yo quería sentirla ya toda dentro de una buena vez, pero sabia que eso no podía ser ya que el enorme animal podría matarme, le pedí al hombre que me diera un poco más, asi que nuevamente aflojo un poco mas el arnés y casi muero de lujuria al sentir como el enorme semental me penetraba otro poco mas con su norme verga.
Yo estaba fuera de mí, la lujuria estaba en su máximo, me moví desenfrenadamente hasta que finalmente, exhalando un enorme quejido de placer, me terminé viniéndome a chorros mojando toda la tarima debajo de mí. Yo quería mas verga, pero literalmente era imposible aguantar más, de otro modo el semental me hubiera partido en dos.
Después de unos momentos, el hombre se acerco a mí, me puso una manta en la espalda y me dijo, vámonos.
Yo lo mire agradecida y me deje llevar por él, me llevaba abrazada y nos dirigimos a la casa.
Pensé que ya me iba a dejar para que me fuera a cenar con todos, pero sin decir palabra me metió a una pequeña cabaña que prácticamente nomas tenia una cama y algunas cosas.
Yo lo mire confundida y el mirándome directo a los ojos me dijo con voz varonil y autoritaria, ahora me toca a mí. En ese momento supe perfectamente a que se refería y sin pensarlo me dejé llevar.
Se bajo los pantalones y se saco su enorme verga, que para entonces ya la tenia bien parada y super dura, se la empecé a acariciar como había hecho anteriormente con el corcel. Luego, me puse de rodillas frente a el y se la empecé a chupar, en ese momento recordé que no se la había chupado al corcel, y sonriendo para mí, pensé que ya habría otra oportunidad.
A los pocos minutos, el hombre ese ya tenia la verga super parada, me di cuenta que el ya estaba listo para lo que seguía. Asi que, sin más, me desnudé, me recosté sobre la camita y le ofrecí mi sexo, que, sin pensarlo, el hombre acepto de inmediato. Se monto sobre mí y me empezó a penetrar con su enorme verga, se sentía maravillosa, grande, gruesa, cabezona, tal como me gusta.
Me llenaba el sexo totalmente, yo ya estaba super cachonda nuevamente y me retorcía de placer, con cada embestida que me daba el hombre ese. Abrí mas las piernas para recibirlo mejor y las levante rodeándole con ellas la cintura, el empezó a arremeter contra mi cada vez mas y mas fuerte, mas y mas rápido, hasta que casi al mismo tiempo nos terminamos en tremenda venida llenándonos con nuestros jugos
Nos quedamos abrazados unos minutos, finalmente nos vestimos, nos lavamos y nos fuimos con el grupo que ya estaban a punto de comenzar la cena.
Al otro día cuando nos marchamos, casualmente pasamos junto a la yegua y yo me le quedé mirando con una sonrisa de triunfo, y mentalmente le dije, a mi nadie me reta puta, y me fui orgullosa de mi misma, al recordar como me cogí a los dos mas hermosos sementales de toda la región, en la misma noche.

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