Está historia llevo bastante tiempo pensando la y ejecuntandola, me llena mucho de morbo y espeeo que a ustedes también, es una historia la cual va a tener muchos capítulos, desarrollo de personajes, diferentes perspectivas (POV) entonces tanto como me emocionan crear estas historias, espero que también les emocioné a ustedes, no olviden dejar sus puntos y dejar sus comentarios para saber que les gustaría ver o simplemente escuchar sus reseñas, sin más texto los dejo con la historia, que la disfruten saludos ❤️🔥
Era una mañana acogedora, con el sol derramando su luz dorada a través de las ventanas, creando un baile de sombras y luces en las paredes. Las cortinas, con un susurro sutil, se mecían al compás del viento, invitando a la brisa fresca a colarse en la habitación. La ventana abierta permitía que el aire frío se entrelazara con el vapor cálido que ya flotaba en el ambiente, creando una atmósfera de contraste y deseo.
La alarma sonó a las 6:00 en punto, su timbre clásico de despertar apenas audible sobre los pequeños gemidos que escapaban de los labios de los amantes. Esos gemidos, suaves y melódicos, reflejaban más ternura que agresividad, como una sinfonía de placer contenido. El sonido de la cama moviéndose se convertía en una sinfonía de susurros, cada crujido una nota en la melodía del deseo.
En cada movimiento, un pequeño gruñido masculino revelaba la intensidad de lo que estaba ocurriendo. Era un sonido gutural, primitivo, que hablaba de un placer mas que básico y primitivo, algo apurado. Sin embargo, pese a la pasión evidente, parecía una pareja principiante, con sonidos básicos y movimientos repetitivos. Cada embestida era un eco de la inexperiencia, pero también de un amor profundo y sincero. Movimientos torpes, como si ellos en su existir estuvieran congelados en una posición, el macho encima de la hembra, típico
Era como si, en su ingenuidad, el poco calor y deseo experto que mostraban delatara a una pareja que aún no había descubierto el verdadero camino hacia la satisfacción. Sus cuerpos se movían en sincronía, pero con una falta de fluidez que hablaba de una pasión recién descubierta, aún en proceso de maduración. Cada caricia, cada beso, era un intento de expresar un amor que, aunque intenso y muy real, se veía que como un junte de sentimiento muy fuerte y mutuo, aún no había encontrado su plena realización. pero ellos creían que si, al menos una de las dos partes se convencía que era suficiente, ya que el amor que se vivía dentro de sus almas opacaba todo lo demás placer y el amor.


Carlos- Mierda amor está fantástico
Carlos- Ah, Maria...
dice Carlos, entre dientes mientras su cadera trataba de hacer movimientos justos y directos al coño de maria, mientras la expresión de maria que un poco forzada reflejaba interrogativas que en su mente se hacia
Maria- (gemido contenido) Mmm…
Maria se sentía rara, pero se estaba convenciendo que todo lo intimo que había vivido con su marido era lo que se hacia que no había nada mas allá, además imaginarse hacer un poco mas era subestimar a su amado esposo?, Maria de 38 años esta casada con Carlos de 43 años, se casaron muy jovenes, limitando su principio de adolecencia, Carlos viene de una familia con buenos recursos, no son ricos, pero a su vez le dieron lo mejor a su hijo que a su corta edad conoció y se enamoro de maria, ya que se decidieron dedicarse a lo mismo, el trato de destacar en todo ámbito que ejercía, pero lastimosamente a su actitud muy ingenua, sumisas además de su apariencia frágil, logro siempre ser el blanco perfecto para pisotear y hacer a un lado, a maria lo enamoro su inocencia, la manera también como la trataba, al principio de la relación, su forma de pensar, su forma de expresarse, todo le parecía tierno, solo un detalle siempre le causo su incomodidad, el hecho de que su marido no supiera defenderse, al principio lo vio normal, algo de crianza pensó, ya que sus padres siempre han sido muy tiernos con el, hasta tal punto donde se le ve muy mimado
Carlos- (movimientos rítmicos) Te amo, Maria. Oh mierda, Eres todo para mí.
Carlos- (gruñido suave) Mmm, sí...Me escuchas cielo?
Maria- (movimientos mecánicos) Sí, Carlos. Te amo.
Maria es una mujer que al ser Carlos su primer novio, decidio que seria el hombre de su vida, pues su familia es muy religiosa, fiel creyente de que con una persona se debe estar, ella pensaba que todas esas chicas de su misma edad eran unas zorras, acostándose con todo tipo de hombres, le causaba fobia saber que lo hacían por solo placer y no por amor, ella pese a los pensamientos de sus padres siempre creyó que al tener sexo antes del matrimonio seria un pecado, por eso ella comentaba con Carlos lo que pensaba, los planes que tenían en su vida lo querían hacerlo juntos, con sus familias de acuerdo, se casaron a la edad de 19 años
Maria- (gemido forzado) Ah, sí...
Carlos- (gemido final) Ah, Maria...Mierdaa!

La habitación quedó en silencio, excepto por el susurro del viento y el crujido ocasional de la cama. Ambos yacían juntos, pero en la mente de maria, las dudas persistían.
Maria- (pensando) tal vez habrá algo mas haya? se esta haciendo un poco monotono, siempre la misma posición, los mismos movimientos, pensaba ella, solia recorar aquel deseo que empezó cuando se casaron, eran unas fieras salvajes
maria no a sido de muchas amigas, por lo cual no a tenido el momento para aclarar sus dudas con una persona que sea de su mismo genero y pueda compartir todo tipo de intimidades, saber si es asi o si va mas allá?
Maria- (pensando) Tal vez sea yo. Tal vez no sé lo que realmente quiero. Pero él me ama y yo tambien, y eso debería ser suficiente. porfavor deja tus ideas estúpidas, tienes al mejor hombre de tu vida
Carlos con la expresión de que lo a dado todo, acostado boca arriba con su pene completamente flácido se voltea con una dulcura en sus ojos y le dice a maria
Carlos- cielo, fue fantástico pero ya es hora de que nos alistemos
Maria mirándolo con la ternura que siempre lo a hecho, desechando los pensamientos de que no se sienten completa, da un beso lleno de amor y cariño a su querido esposo, ella ofreciéndole una calida sonrisa se desliza sobre las sabanas revolcadas y se acerca a la puerta y le dice
Maria- alístate primero cielo, yo ire a ver como están los niños y a preparar el desayuno, tienes que irte primero para que puedas alistar nuestra presentación, yo llegare después
Carlos como un hombre que al ver a la mujer de su vida irse con una bata que reflejaba su sexy cuerpo, suelta un suspiro mientras cierra los ojos y sonríe sutilmente asimilando que sus hijos y su mujer hacen que su vida sea perfecta pese a las adversidades que esta misma presenta
-EN LA COCINA-

Maria se encontraba preparando el desayuno para sus hijos y su esposo, ella siempre a priorizado su familia pese a todo, estaba totalmente perdida en sus pensamientos que no escucho llegar a sus hijos a la cocina, su hijo manuelito se acerca al lado derecho de ella con su cabeza cabizbaja, siempre manuelito a sido toda la estampa de su padre, misma apariencia, misma personalidad, eso le agrada a maria, pues sabe que el cariño que tiene por su hijo es demasiado grande, pero algo extraño salía del ambiente que traía su hijo, además que su comportamiento no es muy común, siempre es muy cariñoso, muy afectivo con maria, pero extrañamente esa mañana estaba distante y apurado, cogiendo todas sus cosas rápido, agarrando una manzana que se encontraba en la isla de la cocina, trata de salir rápido de la cercanía familiar. maria un poco distinta a su esposo, mas autoritaria, mas decidida y con carácter, llama con dureza pero con respeto y ternura a su hijo
Maria- Manuuelito, cariño que pasa porque tan apurado, ven dame un abrazo aunque sea
manuelito acercándose tímidamente, con la cabeza mirando el suelo se acerca tiernamente a su madre y le da un abrazo, pero maria como de costumbre le levanta su cara y con una cara de asombrada, asustada y preocupada. Maria revela el golpe en el rostro de Manuel, un golpe con color morado en su ojo izquierdo, Manuel aprovechando el shock de su madre la abraza rápidamente y antes de que maria reaccione, corre hacia la puerta de la entrada a la casa
Maria- ¡espera Manuel, dime que te paso!
Manuel sin mirar atrás cierra la puerta y sale de casa, su madre con una mano en el pecho mira a su hija estefani que presencio todo desde la isla de la cocina
Maria- tu sabes algo?
Estefani- prometí no decir nada
Maria- por dios soy su madre, debo saberlo, además me dirás todo lo que sabes o si no te castigo por mentirosa y no decirme que pasa
Estefani- (Girando sus ojos haciendo una expresión de fastidio) bien... en la escuela hay un chico muy guapo por cierto. lo golpeo
Maria- !porque no lo defendiste¡
estefani- por?... yo defendiendo a mi estúpido hermano de un chico tan sexy en la escuela? ni loca, además el ya es un hombre, debe aprender a defenderse solo, no me incumbe, sabes que me voy no quiero que me des el sermón de hermanita mayor
estefani saliendo de la cocina con la misma expresión que tenia cuando le dio la respuesta a su madre, maria atónita por lo que le acaba de contar su hija, se queda mirando al suelo al ver que puede a solucionar, en eso llega su marido ya listo con su traje y su portafolio, maria dándole un abrazo y un beso tierno charla con sobre lo que pasa con manuelito
Carlos- huele muy bien, amor. ¿y los niños?
Maria- (con una expresión preocupada) No ha sido una buena mañana. Acabo de hablar con estefani sobre manuelito y me ha dicho que un chico de su escuela lo dejo con un ojo morado.
Carlos- (sorprendido) ¿Un ojo morado? ¿Qué pasó?
Maria- (suspirando) No dio mas detalles, Al parecer, el bully de la escuela lo golpeó. El niño ha estado pasando por un momento difícil y no ha querido decírnoslo.
Carlos- (preocupado) Esto es serio. Tenemos que hacer algo al respecto.
Maria- (asintiendo) Exacto. Necesito que hables con los padres del niño que lo está molestando. Tal vez podamos resolver esto de manera civilizada y evitar que vuelva a ocurrir.
Carlos- (pensativo) Claro, hablaré con ellos. Pero hoy?, sabes que es un día muy importante
Maria- (frunciendo el seño encogiéndose de hombros) No puedo creer lo que acabas de decir
Carlos- (un poco intimidado por la mirada de maria) Está bien, hablaré con los padres hoy mismo.
Maria un poco enojada se despide distantemente de el y se dirige al baño para arreglarse. En el Baño del dormitorio. La luz del sol entra por la ventana, creando un ambiente cálido y relajante. El sonido del agua de la ducha llena el espacio.
Maria- (suspirando mientras se quita la ropa) No puedo sacar esos malditos pensamientos de mi cabeza. ¿Por qué siempre es igual?
Entra en la ducha, dejando que el agua caliente fluya sobre su cuerpo. Cierra los ojos, intentando relajarse, pero las dudas persistentes en su mente no la dejan en paz.

Maria- (pensando) ¿Es esto todo lo que hay? ¿No debería haber algo más? ¿Algo que me haga sentir un poco no se... mas llena? Mierda, deja de pensar maldita sea, esta todo bien en tu relación
Se enjabona lentamente, sus movimientos son mecánicos, casi sin vida.
Maria- (pensando) Él me ama, lo sé. Pero... ¿es suficiente?
El vapor llena el baño, creando una neblina que difumina los contornos de las cosas. Ella se queda bajo el agua, dejando que sus pensamientos fluyan libremente.
Maria- (pensando) Tal vez sea yo. Tal vez no sé lo que realmente quiero. Pero él me ama, y eso debería ser suficiente, ¿verdad?
Cierra el grifo y sale de la ducha, envolviéndose en una toalla. Se mira en el espejo empañado, intentando ver más allá de su reflejo.
Maria- (pensando) ¿Qué es lo que falta? ¿Por qué no puedo sentirme completamente satisfecha? ¿Es porque nunca he conocido a nadie más?
Se seca el cabello con otra toalla, sus movimientos son lentos, casi pensativos.
Maria- (susurrando para sí misma) Tal vez necesito hablar con él. Tal vez necesito decirle cómo me siento. Pero, ¿y si lo lastimo? ¿Y si él no entiende?"
Se viste lentamente su modesta ropa interior, cada movimiento cargado de incertidumbre y duda. Sale del baño, dejando atrás el vapor y las preguntas sin respuesta.
Maria- (pensando) Tal vez con el tiempo, las cosas cambien. Tal vez aprendamos juntos. Pero por ahora, solo puedo esperar y ver qué pasa.
Maria con su confusión, decide dejar a un lado a sus pensamientos ya que el dia no esta para quedarse sumergida a sus pensamientos sobre su amado y querido esposo, es un dia importante, ya que hoy se hará la primera presentación del proyecto que venían trabajando, este proyecto es muy importante, puede que les ayude a potenciar sus carreras, tal vez conseguir un ascenso. Maria se mira en el espejo, evaluando su reflejo con una mezcla de determinación y nerviosismo. El sol de la mañana ilumina la habitación, creando un ambiente de esperanza y nuevo comienzo.
Maria- (pensando) Hoy es el día. El día en que mi esposo presenta su proyecto. No puedo dejar que mis dudas sobre nuestra vida personal afecten esto. Necesito estar ahí para él, como él siempre está para mí.
Maria moviendo su cuerpo recien salido de la ducha, aun poco acalorada por el vapor del agua. Se dirige a su armario, pasando las perchas con ropa de oficina estándar. Sus dedos se detienen en un vestido que no suele usar. Es un vestido que equilibra la profesionalidad con un toque de sensualidad, ni demasiado sexy ni demasiado mojigato. Algo extraño en ella ya que siempre su criterio no aprueba las diferentes razones por lo cual vestir provocativo en la oficina, no le ve sentido mas que llamar la atención de los superiores, pero algo de ella esta distinto, no lo parece, pero puede que ella en su interior, pese a sus distintos pensamientos, ella puede que este dándole un giro a su vida
Maria- (pensando) Este vestido. Es perfecto. Me hará sentir empoderada. Y tal vez, solo tal vez, Juan lo note y se dé cuenta de que no soy alguien a quien puede tratar con desprecio, bueno, desprecio no, siempre me trata de intimidar con solo su presencia, cree que por tener esos... musculos, pero que mierda por que pienso en esos, es un maldito imbécil
Maria se quita la bata y se pone el vestido, ajustándolo para que caiga perfectamente. Se mira en el espejo, girando para ver cómo se ve desde todos los ángulos.


Maria- (pensando) Juan. Ese hombre es insoportable. Tan arrogante, tan seguro de sí mismo. Me saca de quicio con sus comentarios, y no puedo soportar cómo se cree superior a todos. Especialmente a mi esposo. su actitud y su personalidad... tan dominante
Se aplica un poco de maquillaje, enfatizando sus ojos y labios, dándoles un toque de misterio y confianza.

Maria- (pensando) Es hijo del jefe, y lo sabe. Se cree con el derecho de tratar a todos como inferiores. Y a veces, cuando mi esposo no está, sus comentarios se vuelven más subidos de tono, como si quisiera humillarme. Tal vez... seducirme PERO NO! Pero no lo logrará. No hoy.
Se calza unos zapatos de tacón que realzan su figura, dándole una postura segura y decidida.
Maria- (pensando) Tal vez hoy, con este vestido, pueda mostrarle a Juan que no soy solo la esposa de mi esposo. Que soy alguien a quien debe respetar. Y quién sabe, tal vez mi apariencia le haga cuestionar su actitud condescendiente. Tal vez también le muestre... No que estas pensando, hoy es el dia de tu esposo vamos a apoyarlo
Se da una última mirada en el espejo, asintiendo con aprobación. Coge su bolso y sale del dormitorio, lista para enfrentar el día con una nueva confianza.
Maria- (susurrando para sí misma) Hoy es el día. Y estoy lista para ello. Por mi esposo, y por mí. Juan no me hará sentir pequeña hoy. No lo permitiré.
-EN LA EMPRESA-
La luz fluorescente ilumina la habitación, creando un ambiente tenso y cargado de expectativas. El olor a café recién hecho y a papeles impresos llena el aire, mezclándose con el aroma sutil del perfume de María. La mesa de conferencias está llena de documentos y presentaciones impresas, cada hoja alineada con precisión militar. María acercándose con paso decidido, su vestido de un tono profundo y misterioso que realza su figura con una mezcla de elegancia y sensualidad. El sonido de sus tacones resonando en el suelo de madera añade un toque de autoridad a su presencia. Y sabiendo lo que venia a continuación, de igual manera no deja pasar las miradas de sus colegas, unos con cara de sorprendidos y otros fascinados
Colegas- (con sonrisas y miradas de admiración) ¡María, estás espectacular! ¿Es un nuevo vestido?
María- (sonriendo con confianza) Gracias, solo quería experimentar algo diferente hoy. ¿Cómo va todo?
Colega- Todo listo. Solo falta que Juan llegue.
María- (asintiendo) Perfecto. Asegúrate de que todo esté en orden. No quiero sorpresas. Es crucial ganar la aprobación de los inversionistas hoy, para que el viaje sea un total éxito
María se mueve con eficiencia, organizando los documentos y asegurándose de que todo esté en su lugar. La tensión en la sala es palpable, y ella puede sentir las miradas de admiración y sorpresa de sus colegas. El olor a tinta fresca y a papel recién impreso se mezcla con el aroma de su perfume, creando una sinfonía de sensaciones. Ella nerviosa con un poco de adrenalina y miedo, se toma una pausa y toma aire profundo y lo suelta, en eso al salir el aire entra su esposo a la sala con su computadora y unas carpetas de mas
Carlos- (entrando en la sala, con una sonrisa cálida siendo interrumpida por la maravilla de su esposa) Wow María, estás... impresionante además de... sexy.
María- (sonrojándose ligeramente) Gracias, Carlos. Solo quería estar a la altura de la ocasión.
Carlos- (tomando su mano) Estoy seguro de que lo estarás. ¿Cómo te sientes?
María- (suspirando) Nerviosa, pero lista. Solo espero que todo salga bien.
Carlos- (asintiendo) Lo hará. Confío en ti. Además no hay nadie mejor preparado que nosotros. Hoy somos el centro de aten...
La puerta se abre de golpe interrumpiendo la conversación entre Carlos y maria, el aire golpea contra las cortinas del lugar y Juan entra con una presencia imponente. Con sus casi dos metros de altura, domina la habitación. Su colonia, una mezcla de madera y especias, inunda el espacio, añadiendo una capa de intensidad a la ya cargada atmósfera. un traje negro, que a simple vista se ve que cuesta demasiado, un reloj brillante con tono plateado, una sonrisa muy fina, llena de una calidad excepcionante, su mirada ruda pero directa y firme. Se dirige directamente hacia Carlos

Con un movimiento rápido, lo abraza, pero más bien lo sujeta del cuello en una especie de llave, minimizando a Carlos.
Juan- (con una sonrisa coqueta hacia maria) Carlos, mi amigo. Siempre es un placer verte. Y María, estás... irresistible. Ese vestido te queda de maravilla.
María- (con una voz firme y autoritaria) Juan, por favor, suéltalo. Estamos apunto de entrar a una importantísima reunión de trabajo, no en un ring de lucha. Concéntrate en lo que realmente importa.
Juan- (soltando a Carlos, pero guiñándole el ojo a María) Tienes razón, María. Siempre tan directa. Me encanta.
Carlos- (con una voz ligeramente temblorosa) Bueno, creo que ya es hora de empezar. Todos listos para la presentación. Que dices amigo ya estas listo?
Asintiendo, pero sin quitarle la vista de encima a María, cambiando de su voz de hace unos segundos y cambiando el tono de ella misma cuando se refiere a Carlos, notando en su voz la autoridad y la falta de interés a la presencia de Carlos
Juan- Primero que todo, no soy tu amigo, soy muy superior a ti. En 5 minutos empezamos
juan alejándose a la puerta se escucha un pequeño susurro viniendo de la boca de Carlos un poco temblorosa sale un
Carlos- (con voz apenas perceptible) Idiota...
El susurro es como una chispa en un barril de pólvora. Juan, con sus oídos agudizados por la adrenalina y la rabia, capta el sonido. Se detiene en seco, su mano aún en el pomo de la puerta. La pausa es breve, pero cargada de significado. Con un movimiento lento y deliberado, Juan se vuelve, su figura imponente dominando el espacio.
Juan- (con voz intimidante, acercándose a Carlos) Disculpa, ¿dijiste algo?
Carlos, con los ojos desorbitados y el cuerpo temblando, niega con la cabeza, incapaz de formar palabras. La habitación parece encogerse a su alrededor, y cada paso de Juan es como un eco de su propia mortificación.
Juan- (con una sonrisa sádica) Debí haber escuchado mal.
La tensión en el aire es insoportable. Carlos puede sentir el aliento de Juan en su nuca, y cada fibra de su ser le grita que huya. Pero está paralizado, atrapado en la red de miedo y dominación que Juan ha tejido a su alrededor. La sonrisa de Juan, llena de desprecio y satisfacción, es la última imagen que Carlos ve antes de que la puerta se cierre detrás de él, dejándolo solo con maria que aun congelada por la estupidez que acaba de hacer su esposo con sus pensamientos y su cobardía.
Carlos- (pensando) Dios, ¿Qué he hecho?
La habitación queda en silencio, pero el eco de las palabras de Juan resuena en la mente de Carlos, un recordatorio constante de su propia debilidad y la fuerza aplastante de su opresor.
María- (pensando) Este hombre es insoportable. Pero no dejaré que nos afecte. Hoy es el día carlos, y nada ni nadie lo arruinará.
Carlos aun impaciente por lo que acaba de suceder mira a los ojos de su esposa y la encuentra un poco desorientada, como si estuviera perdida en sus pensamientos imaginando algo, sabe que aun esta aterrorizado pero no quiere que su esposa este igual que el
Carlos- (acercándose a María) María, ¿estás bien? Pareces un poco tensa.
María- (forzando una sonrisa) Sí, solo un poco nerviosa. Pero estaré bien. Gracias por preguntar.
Carlos- (tomando su mano) Recuerda, estamos en esto juntos. No estás sola.
María- (asintiendo) Lo sé. Gracias, Carlos. Eres un gran apoyo.
Después de pasar todo ese momento para el olvido, llega la hora de la reunión, ya todos los accionistas están en la sala sentados mientras que maria y juan están sentados a un costado de la sala mientras Carlos se prepara para presentar su parte de el proyecto. La tensión en la sala es palpable, y María puede sentir la mirada de Juan fija en ella, evaluándola. Se sienta erguida, lista para enfrentar cualquier desafío, con una determinación en sus ojos que habla de su fuerza y resiliencia.
Juan- (dirigiéndose a todos) Bueno, parece que todos están listos. Empecemos con esto. Carlos, eres el primero, ¿verdad?
Carlos- (asintiendo) Sí, eso es correcto. Gracias, Juan.
Juan- (sonriendo) Asegúrate de no decepcionarnos. Todos estamos llenos de expectativa en este proyecto así que no lo arruines
María- (pensando) Este hombre es insufrible. Siempre tiene que tener la última palabra. Y Carlos, ¿por qué no dice nada? ¿Por qué no se defiende?
Carlos- (empezando su presentación) Gracias a todos por estar aquí. Hoy presentaré nuestro proyecto, y espero que encuentren en él todo lo que buscan.
La presentación comienza, y la atención de todos se centra en Carlos. María, sin embargo, no puede evitar sentir la presencia de Juan, su mirada penetrante, y la tensión que flota en el aire. Cada palabra de Carlos, cada diapositiva, está cargada de significado, y ella se encuentra en un estado de alerta constante, preparada para cualquier cosa que Juan pueda lanzar.
Juan- (interrumpiendo en medio de la presentación) Carlos, esto es bastante interesante. Pero me pregunto, ¿Cómo planeas manejar las posibles fallas en el sistema?
Carlos- (nervioso) Bueno, Juan, hemos considerado varias contingencias y...
Juan- (interrumpiendo de nuevo con un tono de soberbia) Sí, sí, pero ¿qué pasa si falla el servidor principal? ¿Tienen un plan B?
María- (interviniendo con firmeza) Juan, por favor. Deja que Carlos termine su explicación. Estoy segura de que ha considerado todas las eventualidades.
Juan- (sonriendo) Claro, María. Solo quiero asegurarme de que todo esté en orden. No queremos sorpresas, ¿verdad?
La presentación continúa, pero la tensión entre María y Juan es evidente. Cada interrupción de Juan, cada mirada, añade una capa de intensidad a la ya cargada atmósfera. María se encuentra en un constante estado de alerta, lista para defender a Carlos y asegurar que la presentación sea un éxito, a pesar de las constantes interrupciones y comentarios de juan
Juan- (susurrando al oído de María) Muy guapa, María. No sé cómo tu inútil esposo pudo conquistar a alguien como tú.
María- (en voz baja, pero con un tono grosero) Juan, por favor. Esto es una reunión de trabajo, no un club nocturno. Deja de ser un idiota un segundo
Juan- (sonriendo sádicamente) Me encanta verte así de enojada. Me pregunto si también eres así de apasionada en la cama.
María se estremece, una punzada frágil pero notoria de excitación recorre su cuerpo, a pesar de haber tenido sexo esa mañana. Trata de mantener la compostura, pero puede sentir el calor subiendo a sus mejillas.
Carlos- (concluyendo su presentación) Gracias a todos por su atención. Espero que hayan encontrado útil esta presentación. Y con esto, concluimos la primera fase de nuestro proyecto. Estamos listos para avanzar a la siguiente etapa. Estoy abierto a cualquier pregunta o comentario.
Juan- (aplausos lentos) Muy impresionante, Carlos. Realmente has pensado en todo. María, ¿no crees que tu esposo ha hecho un trabajo excelente?
María- (con una sonrisa forzada y un poco confundía por el cambio de actitud) Sí, Juan. Carlos siempre da lo mejor de sí. Gracias por tu apoyo.
Juan- (guiñándole el ojo a María) Siempre es un placer, María. Creo que me gane una cita contigo después de este exitoso trabajo, ¿verdad?
María- (pensando) Este hombre es completo cabron. ¿Cómo se atreve a hablarme así frente a todos?
Carlos- (rompiendo el silencio) Bueno, creo que ya es hora de que todos nos vayamos a un pequeño receso que les parece. Gracias a todos por su tiempo y atención.
La reunión en pausa, y todos comienzan a salir conversando con buenas actitudes base a la presentación. María se queda un momento más, organizando los documentos, mientras Carlos se acerca a ella.
Carlos- (susurrando) Cielo, gracias por tu apoyo. No sé qué habría hecho sin ti.
María- (sonriendo) Es mi deber como tu esposa, Carlos. Estamos en esto juntos.
María y Carlos salen de la sala juntos, dejando atrás la tensión y los comentarios subidos de tono de Juan. Pero María sabe que esto no ha terminado, y que tendrá que seguir enfrentando a Juan y su actitud dominante. Con una determinación en sus ojos, se prepara para lo que venga, lista para defender a su esposo y a sí misma. A lo lejos ve la silueta de juan y le dice a su esposo que ya se encuentran que necesita resolver algo urgente
En el pasillo fuera de la sala de conferencias. La luz del día entra por las ventanas, creando un contraste con la tensión que aún persiste en el aire. María, con pasos decididos, se dirige hacia Juan, quien se encuentra charlando con algunos colegas. La luz dorada del sol ilumina su cabello, creando un halo que resalta su belleza y determinación.
María- (con voz firme y enojada) Juan, necesito hablar contigo un momento. A solas.
Juan- (sonriendo coquetamente, con una mirada que recorre todo su cuerpo) Claro, María. Nunca se debe rechazar dicha petición de una mujer tan sexy. Siempre es un placer. Vamos a mi oficina.
María y Juan se dirigen a la oficina de Juan, un espacio amplio y lujoso que refleja su posición de poder. Las paredes están adornadas con diplomas y certificados, y el aroma de su colonia, una mezcla de madera y especias, inunda el ambiente. Una vez dentro, María cierra la puerta con fuerza, creando un eco que resuena en la habitación, añadiendo una capa de intensidad a la ya cargada atmósfera.

María- (con voz temblorosa pero decidida) Juan, ¿por qué eres así? Sabes que Carlos es muy comprometido con su trabajo. ¿Por qué lo menosprecias constantemente?
Juan- (con una sonrisa dominante, acercándose a ella) María, mi querida, siempre tan apasionada. La verdad es que tengo un mejor currículum que tu esposo. No es nada personal, solo los hechos. Además, aunque no sea el jefe, soy el que está a cargo del proyecto. Así que, en cierto modo, soy yo quien toma las decisiones finales.
María- (con ojos llameantes, dando un paso atrás) Eso no te da derecho a tratarlo como si fuera menos que tú. Carlos se merece respeto, y tú lo sabes. ¿Qué te pasa? ¿Por qué disfrutas humillándolo?
Juan- (acercándose aún más, con una voz suave y peligrosa) Y tú, María, te mereces mucho más de lo que él te puede dar. Ese traje que llevas... es simplemente impresionante. Realza cada curva de tu cuerpo. Es una lástima que él no sepa apreciarlo como se debe.
María se siente atrapada entre la rabia y una excitación indeseada. La presencia de Juan, su aroma, su voz, todo conspira para confundir sus sentidos. Trata de mantener la compostura, pero cada palabra de Juan resuena en su mente, creando un torbellino de emociones.
María- (con voz más suave, pero aún firme) Juan, por favor. Esto no es justo para ninguno de nosotros. Necesitamos trabajar juntos, y tu actitud solo complica las cosas. ¿Por qué te empeñas en hacer esto más difícil?
Juan- (tomando su mano, con un gesto que es a la vez tierno y dominante) María, siempre tan racional. Pero a veces, solo a veces, es bueno dejar que las emociones tomen el control. Y te aseguro que, si me dejas, puedo mostrarte un mundo que ni siquiera imaginas ni conoces.
María retira su mano, sintiendo una mezcla de enojo y excitación. Sabe que debe mantener la distancia, pero la tentación de explorar lo desconocido es fuerte. Con un suspiro, se dirige a la puerta, pero Juan la detiene, colocando su mano en la puerta para impedirle salir.
Juan- (con una sonrisa maliciosa) María, antes de que te vayas, dime, ¿nunca te has preguntado cómo sería estar con alguien que realmente sabe cómo tratar a una mujer como tú?
María- (con voz temblorosa, pero con un toque de hostilidad) Juan, por favor. No sigas por ese camino. Esto es inapropiado y lo sabes. ¿Acaso crees que puedes manipularme con tus palabras?
María- (con voz decidida, pero con un toque de inseguridad) No dejes que tus comentarios personales afecten el proyecto. Y por favor, respeta a mi esposo. Él se merece eso, al menos.
Con un suspiro, María finalmente se libera de las intenciones de Juan, sintiéndose un poco enojada pero también excitada. Sale de la oficina, cerrando la puerta detrás de ella con un clic firme. En el pasillo, se encuentra con Carlos, quien la espera con una sonrisa cálida y preocupada.
Carlos- (tomando su mano) María, ¿estás bien? Pareces un poco alterada.
María- (forzando una sonrisa) Sí, solo un poco tensa. Pero estaré bien. Gracias por preguntar.
María y Carlos se dirigen juntos a la continuación de la reunión, dejando atrás la oficina de Juan y las emociones intensas que esta ha despertado. Pero María sabe que esta no será la última vez que tenga que enfrentar a Juan y sus avances.
Entran a la sala y a pesar de lo que estaba intentando hacer juan hace un tiempo en su oficina, extrañamente se comporto muy profesional en la reunión, sin interrupciones, sin miradas, sin comentarios, eso tranquilizo a maria, sabia que tal vez su actitud se deba a su firmeza de ponerle limites, con esto llega el final de la reunión. Juan se acerca a María y Carlos, con una sonrisa satisfecha en su rostro.
Juan- Carlos, necesario hablar con usted sobre el proyecto. ¿podemos tener una reunión privada en mi oficina?
Carlos- Claro, Juan. ¿De qué se trata? Y porque maria no puede estar?
Juan: (mirando a Carlos con desdén) Preferiría discutirlo a solas con usted. ya sabes, no me convenció del todo tu presentación. Creo que es mejor que usted y yo hablemos de lo sucedido

María siente una punzada de enojo y preocupación. Respira hondo, tratando de mantener la compostura, y se dirige a la cafetería, decidida a no dejar que las palabras de Juan la afecten más de lo necesario. Ya en la cafetería. El aroma de café recién hecho y pasteles recién horneados llena el aire, creando un contraste con la tensión que María siente. Se sienta en una mesa apartada, tratando de ordenar sus pensamientos. Después de unos minutos, decide regresar a su escritorio, también averiguar que paso con su esposo
Al salir de la cafetería, María se encuentra con Carlos, quien está llorando en el pasillo. Se acerca a él con preocupación, tomando su mano.

María- Carlos, Cielo, ¿qué pasa? ¿Por qué estás llorando?
Carlos- (con voz temblorosa) Me suspendieron del proyecto, María. Juan me dijo que no podré viajar para la próxima presentación el próximo lunes. Dice que no confía en mi capacidad para manejar la situación.
María- (con una mezcla de enojo y decepción) Esto es inaceptable. Pero no te preocupes, no es el fin del mundo. Solo es una presentación. todo saldrá bien. Sigues en el proyecto, todo se solucionara y veras que viajaremos juntos y lo afrontaremos los dos
Carlos- (asintiendo, pero aún con lágrimas en los ojos) Gracias, María. No sé qué haría sin ti.
María- (consolándolo como si fuera un niño pequeño) Shh, no llores. Todo va a estar bien. Ahora, ve a recoger a nuestro hijo en la escuela y habla con los padres del chico que golpeo a manuelito, como prometiste esta mañana. Yo me quedaré un poco más en la oficina para asegurarme de que todo esté en orden.
Carlos- (asintiendo) De acuerdo, María. Gracias. Te amo.
Carlos se va, y María espera a que se aleje lo suficiente antes de dirigirse a la oficina de Juan. Con pasos decididos, entra bruscamente en la oficina, interrumpiendo una reunión que está en curso.
María- (con voz enojada) Que mierda te pasa Juan, ¿por qué haces esto? ¿Por qué castigas a Carlos de esta manera? Pensé que ya habíamos solucionado esto mierda
Juan- (con una sonrisa maliciosa) María, estoy en una reunión. No puedo hablar contigo ahora. Y si sigues con esa actitud, no solo Carlos será castigado del proyecto, sino que también tendrás que enfrentar las consecuencias.
María- (con ojos llameantes) Juan, no eres el jefe. Tal vez tengas cierta autoridad por ser el líder del proyecto pero no tienes derecho a hacer esto.
Juan- (con una sonrisa sádica) No, no lo soy. Pero mi padre sí. Y él confía en mí para tomar estas decisiones. Así que, a menos que quieras enfrentarte a él, te sugiero que te calmes y te vayas.
María se queda sin palabras, sintiendo una mezcla de enojo y frustración. Con un suspiro, se da la vuelta y sale de la oficina, dejando atrás a Juan y su sonrisa maliciosa mientras baja la mirada a su culo. En el pasillo, se detiene un momento, tratando de recuperar la compostura antes de regresar a su escritorio
Pasa el tiempo mientras maria se prepara para irse a casa recuerda que su esposo ya tuvo que haber hablado con los padres del chico, por lo tanto ella decide dejarle un pequeño mensaje a ver que sucedió, que se resolvio

Mientras ella alista todo para irse espera el mensaje e su esposo, pasa un buen rato y el nada que responde, asi que de igual manera ya esta tarde, decide coger las llaves de su auto e ir a casa. La noche ha caído, maria llega agotada al abrir la puerta maria se extraña a la poca presencia de las luces de su casa. La casa está sumida en un silencio tenso. María entra por la puerta principal, agotada y estresada por todo lo sucedido durante el día. El olor a limpiador y a comida rancia flota en el aire, mezclándose con el aroma de su perfume, creando una sinfonía de sensaciones que solo añade a su cansancio.
María- (pensando) Dios, qué día. Solo quiero llegar a mi cama, relajarme y olvidarme de todo. Pero primero, necesito averiguar qué pasa con Manuelito y Carlos.
María deja su bolso en la entrada y grita hacia las escaleras
María- ¡Manuelito! ¡Carlos! ¡Estefani! ¡Ya llegué!
No obtiene respuesta. La casa sigue en silencio, lo que aumenta su preocupación. Con pasos decididos, sube las escaleras, el crujido de la madera bajo sus pies añadiendo un toque de drama a la escena.
María- (pensando) ¿Dónde estarán? Esto no es normal. Manuelito suele venir corriendo cuando llego a casa.
Al llegar al segundo piso, se dirige a la habitación de Manuelito. La puerta está entreabierta, y al asomarse, ve a su hijo sentado en la cama, con los ojos llorosos. La preocupación de maria se intensifica.
María- (con voz firme) ¿Qué pasa aquí? ¿Por qué estás llorando? Que sucede cielo
Manuelito- (con voz temblorosa) Mamá, el bully... le dio un golpe a papá. Le hizo mucho daño.
María- (con el corazón acelerado) ¿Qué? ¿Dónde está Carlos? ¿Dónde está tu padre?
María sale de la habitación de Manuelito y comienza a buscar a Carlos por toda la casa. Revisa el dormitorio, la sala, el estudio, y finalmente, el garaje. Al abrir la puerta del garaje, encuentra a Carlos sentado en el suelo, con el ojo morado y la camisa llena de sangre. La visión la impacta, y siente una mezcla de enojo y preocupación.

María- (acercándose a Carlos) Carlos, ¿qué pasó? ¿Por qué no me llamaste? ¿Por qué no fuiste al hospital?
Carlos- (tartamudeando, como si hubiera visto al diablo) "Yo... yo solo quería proteger a Manuelito. No quería que te preocuparas. El bully... me atacó sin previo aviso. No pude defenderme. No pude hacer nada
María- (con voz seria) Carlos, tienes que aprender a defenderte. A defender a tu familia. No puedes dejar que te humillen así. ¿Dónde está el respeto?
Carlos- (con voz débil) No quiero problemas, Maria lo siento mucho
María- (pensando muy alterada) Lo siento?, dices. Estoy harta de que todos quieran maltratar y pisotear a mi familia
Maria- (con voz decidia mientras se aleja de carlos) Voy a hablar con los padres de ese bastardo. Ya es suficiente.
Carlos- (intentando detenerla) María, por favor, no. No quiero más problemas.
María- (decidida) Demasiado tarde, Carlos. Ya estoy harta.
La noche se cerró sobre María como un manto de oscuridad, mientras el motor de su auto rugía con cada acelerón. Las manos apretaban el volante con una intensidad que reflejaba la tormenta de emociones que se agitaba en su interior. Carlos, con su voz suplicante, intentó detenerla, pero sus palabras fueron arrasadas por la determinación de María, que se dirigía hacia la casa del bully con una furia ciega.
La luna, un espectador indiferente, lanzaba destellos plateados sobre el asfalto, iluminando parcialmente el camino. Los faros del auto cortaban la oscuridad, revelando sombras que danzaban a su paso. María conducía con una ferocidad inusual, cada curva y cada recta eran un desafío a su control, pero su mente estaba fija en un único objetivo.
Al llegar a la casa, el silencio de la noche fue roto por una cacofonía de sonidos que emanaban del interior. No eran gritos de ayuda, sino jadeos y gemidos que se mezclaban con los sonidos carnosos de "plaf, plaf". La curiosidad y la indignación se entrelazaron en el pecho de María, pero ella recordó el propósito de su visita. Con un golpe decidido, tocó la puerta con fuerza, su corazón latiendo como un tambor de guerra.
Pasaron unos segundos que parecieron una eternidad antes de que la puerta se abriera. Allí, de pie, apareció un hombre negro, sin camisa, con un cuerpo musculoso y definido que brillaba con una fina capa de sudor. Su piel oscura contrastaba con la luz tenue del interior, resaltando cada línea de sus músculos. Su miembro erecto y venoso, brillante y palpitante, se alzaba orgulloso, goteando ligeramente. El olor a sexo y sudor invadió las fosas nasales de María, haciendo que su corazón se acelerara aún más. Sus ojos se abrieron de par en par, sorprendidos y en shock, mientras sentía cómo su propio cuerpo respondía a la visión, las gotas de excitación comenzando a formarse entre sus piernas, traicionando su estado de confusión y furia. El hombre, con una sonrisa lujuriosa y ojos hambrientos, la observó, sin hacer ningún esfuerzo por ocultar su excitación.

Pedro- (con una sonrisa burlona y un ajetreo en su aire) Señora, ¿qué mierda quiere?
CONTINUARA...
Espero que les haya gustado este primer capítulo, se vienen muchos más, ayúdeme con muchísimos puntos exactamente unos 250 para subir rápidamente la parte dos que ya está lista, espero sus comentarios y sus puntos y gracias por el apoyo morbos@s, saludos ❤️🔥
Era una mañana acogedora, con el sol derramando su luz dorada a través de las ventanas, creando un baile de sombras y luces en las paredes. Las cortinas, con un susurro sutil, se mecían al compás del viento, invitando a la brisa fresca a colarse en la habitación. La ventana abierta permitía que el aire frío se entrelazara con el vapor cálido que ya flotaba en el ambiente, creando una atmósfera de contraste y deseo.
La alarma sonó a las 6:00 en punto, su timbre clásico de despertar apenas audible sobre los pequeños gemidos que escapaban de los labios de los amantes. Esos gemidos, suaves y melódicos, reflejaban más ternura que agresividad, como una sinfonía de placer contenido. El sonido de la cama moviéndose se convertía en una sinfonía de susurros, cada crujido una nota en la melodía del deseo.
En cada movimiento, un pequeño gruñido masculino revelaba la intensidad de lo que estaba ocurriendo. Era un sonido gutural, primitivo, que hablaba de un placer mas que básico y primitivo, algo apurado. Sin embargo, pese a la pasión evidente, parecía una pareja principiante, con sonidos básicos y movimientos repetitivos. Cada embestida era un eco de la inexperiencia, pero también de un amor profundo y sincero. Movimientos torpes, como si ellos en su existir estuvieran congelados en una posición, el macho encima de la hembra, típico
Era como si, en su ingenuidad, el poco calor y deseo experto que mostraban delatara a una pareja que aún no había descubierto el verdadero camino hacia la satisfacción. Sus cuerpos se movían en sincronía, pero con una falta de fluidez que hablaba de una pasión recién descubierta, aún en proceso de maduración. Cada caricia, cada beso, era un intento de expresar un amor que, aunque intenso y muy real, se veía que como un junte de sentimiento muy fuerte y mutuo, aún no había encontrado su plena realización. pero ellos creían que si, al menos una de las dos partes se convencía que era suficiente, ya que el amor que se vivía dentro de sus almas opacaba todo lo demás placer y el amor.


Carlos- Mierda amor está fantástico
Carlos- Ah, Maria...
dice Carlos, entre dientes mientras su cadera trataba de hacer movimientos justos y directos al coño de maria, mientras la expresión de maria que un poco forzada reflejaba interrogativas que en su mente se hacia
Maria- (gemido contenido) Mmm…
Maria se sentía rara, pero se estaba convenciendo que todo lo intimo que había vivido con su marido era lo que se hacia que no había nada mas allá, además imaginarse hacer un poco mas era subestimar a su amado esposo?, Maria de 38 años esta casada con Carlos de 43 años, se casaron muy jovenes, limitando su principio de adolecencia, Carlos viene de una familia con buenos recursos, no son ricos, pero a su vez le dieron lo mejor a su hijo que a su corta edad conoció y se enamoro de maria, ya que se decidieron dedicarse a lo mismo, el trato de destacar en todo ámbito que ejercía, pero lastimosamente a su actitud muy ingenua, sumisas además de su apariencia frágil, logro siempre ser el blanco perfecto para pisotear y hacer a un lado, a maria lo enamoro su inocencia, la manera también como la trataba, al principio de la relación, su forma de pensar, su forma de expresarse, todo le parecía tierno, solo un detalle siempre le causo su incomodidad, el hecho de que su marido no supiera defenderse, al principio lo vio normal, algo de crianza pensó, ya que sus padres siempre han sido muy tiernos con el, hasta tal punto donde se le ve muy mimado
Carlos- (movimientos rítmicos) Te amo, Maria. Oh mierda, Eres todo para mí.
Carlos- (gruñido suave) Mmm, sí...Me escuchas cielo?
Maria- (movimientos mecánicos) Sí, Carlos. Te amo.
Maria es una mujer que al ser Carlos su primer novio, decidio que seria el hombre de su vida, pues su familia es muy religiosa, fiel creyente de que con una persona se debe estar, ella pensaba que todas esas chicas de su misma edad eran unas zorras, acostándose con todo tipo de hombres, le causaba fobia saber que lo hacían por solo placer y no por amor, ella pese a los pensamientos de sus padres siempre creyó que al tener sexo antes del matrimonio seria un pecado, por eso ella comentaba con Carlos lo que pensaba, los planes que tenían en su vida lo querían hacerlo juntos, con sus familias de acuerdo, se casaron a la edad de 19 años
Maria- (gemido forzado) Ah, sí...
Carlos- (gemido final) Ah, Maria...Mierdaa!

La habitación quedó en silencio, excepto por el susurro del viento y el crujido ocasional de la cama. Ambos yacían juntos, pero en la mente de maria, las dudas persistían.
Maria- (pensando) tal vez habrá algo mas haya? se esta haciendo un poco monotono, siempre la misma posición, los mismos movimientos, pensaba ella, solia recorar aquel deseo que empezó cuando se casaron, eran unas fieras salvajes
maria no a sido de muchas amigas, por lo cual no a tenido el momento para aclarar sus dudas con una persona que sea de su mismo genero y pueda compartir todo tipo de intimidades, saber si es asi o si va mas allá?
Maria- (pensando) Tal vez sea yo. Tal vez no sé lo que realmente quiero. Pero él me ama y yo tambien, y eso debería ser suficiente. porfavor deja tus ideas estúpidas, tienes al mejor hombre de tu vida
Carlos con la expresión de que lo a dado todo, acostado boca arriba con su pene completamente flácido se voltea con una dulcura en sus ojos y le dice a maria
Carlos- cielo, fue fantástico pero ya es hora de que nos alistemos
Maria mirándolo con la ternura que siempre lo a hecho, desechando los pensamientos de que no se sienten completa, da un beso lleno de amor y cariño a su querido esposo, ella ofreciéndole una calida sonrisa se desliza sobre las sabanas revolcadas y se acerca a la puerta y le dice
Maria- alístate primero cielo, yo ire a ver como están los niños y a preparar el desayuno, tienes que irte primero para que puedas alistar nuestra presentación, yo llegare después
Carlos como un hombre que al ver a la mujer de su vida irse con una bata que reflejaba su sexy cuerpo, suelta un suspiro mientras cierra los ojos y sonríe sutilmente asimilando que sus hijos y su mujer hacen que su vida sea perfecta pese a las adversidades que esta misma presenta
-EN LA COCINA-

Maria se encontraba preparando el desayuno para sus hijos y su esposo, ella siempre a priorizado su familia pese a todo, estaba totalmente perdida en sus pensamientos que no escucho llegar a sus hijos a la cocina, su hijo manuelito se acerca al lado derecho de ella con su cabeza cabizbaja, siempre manuelito a sido toda la estampa de su padre, misma apariencia, misma personalidad, eso le agrada a maria, pues sabe que el cariño que tiene por su hijo es demasiado grande, pero algo extraño salía del ambiente que traía su hijo, además que su comportamiento no es muy común, siempre es muy cariñoso, muy afectivo con maria, pero extrañamente esa mañana estaba distante y apurado, cogiendo todas sus cosas rápido, agarrando una manzana que se encontraba en la isla de la cocina, trata de salir rápido de la cercanía familiar. maria un poco distinta a su esposo, mas autoritaria, mas decidida y con carácter, llama con dureza pero con respeto y ternura a su hijo
Maria- Manuuelito, cariño que pasa porque tan apurado, ven dame un abrazo aunque sea
manuelito acercándose tímidamente, con la cabeza mirando el suelo se acerca tiernamente a su madre y le da un abrazo, pero maria como de costumbre le levanta su cara y con una cara de asombrada, asustada y preocupada. Maria revela el golpe en el rostro de Manuel, un golpe con color morado en su ojo izquierdo, Manuel aprovechando el shock de su madre la abraza rápidamente y antes de que maria reaccione, corre hacia la puerta de la entrada a la casa
Maria- ¡espera Manuel, dime que te paso!
Manuel sin mirar atrás cierra la puerta y sale de casa, su madre con una mano en el pecho mira a su hija estefani que presencio todo desde la isla de la cocina
Maria- tu sabes algo?
Estefani- prometí no decir nada
Maria- por dios soy su madre, debo saberlo, además me dirás todo lo que sabes o si no te castigo por mentirosa y no decirme que pasa
Estefani- (Girando sus ojos haciendo una expresión de fastidio) bien... en la escuela hay un chico muy guapo por cierto. lo golpeo
Maria- !porque no lo defendiste¡
estefani- por?... yo defendiendo a mi estúpido hermano de un chico tan sexy en la escuela? ni loca, además el ya es un hombre, debe aprender a defenderse solo, no me incumbe, sabes que me voy no quiero que me des el sermón de hermanita mayor
estefani saliendo de la cocina con la misma expresión que tenia cuando le dio la respuesta a su madre, maria atónita por lo que le acaba de contar su hija, se queda mirando al suelo al ver que puede a solucionar, en eso llega su marido ya listo con su traje y su portafolio, maria dándole un abrazo y un beso tierno charla con sobre lo que pasa con manuelito
Carlos- huele muy bien, amor. ¿y los niños?
Maria- (con una expresión preocupada) No ha sido una buena mañana. Acabo de hablar con estefani sobre manuelito y me ha dicho que un chico de su escuela lo dejo con un ojo morado.
Carlos- (sorprendido) ¿Un ojo morado? ¿Qué pasó?
Maria- (suspirando) No dio mas detalles, Al parecer, el bully de la escuela lo golpeó. El niño ha estado pasando por un momento difícil y no ha querido decírnoslo.
Carlos- (preocupado) Esto es serio. Tenemos que hacer algo al respecto.
Maria- (asintiendo) Exacto. Necesito que hables con los padres del niño que lo está molestando. Tal vez podamos resolver esto de manera civilizada y evitar que vuelva a ocurrir.
Carlos- (pensativo) Claro, hablaré con ellos. Pero hoy?, sabes que es un día muy importante
Maria- (frunciendo el seño encogiéndose de hombros) No puedo creer lo que acabas de decir
Carlos- (un poco intimidado por la mirada de maria) Está bien, hablaré con los padres hoy mismo.
Maria un poco enojada se despide distantemente de el y se dirige al baño para arreglarse. En el Baño del dormitorio. La luz del sol entra por la ventana, creando un ambiente cálido y relajante. El sonido del agua de la ducha llena el espacio.
Maria- (suspirando mientras se quita la ropa) No puedo sacar esos malditos pensamientos de mi cabeza. ¿Por qué siempre es igual?
Entra en la ducha, dejando que el agua caliente fluya sobre su cuerpo. Cierra los ojos, intentando relajarse, pero las dudas persistentes en su mente no la dejan en paz.

Maria- (pensando) ¿Es esto todo lo que hay? ¿No debería haber algo más? ¿Algo que me haga sentir un poco no se... mas llena? Mierda, deja de pensar maldita sea, esta todo bien en tu relación
Se enjabona lentamente, sus movimientos son mecánicos, casi sin vida.
Maria- (pensando) Él me ama, lo sé. Pero... ¿es suficiente?
El vapor llena el baño, creando una neblina que difumina los contornos de las cosas. Ella se queda bajo el agua, dejando que sus pensamientos fluyan libremente.
Maria- (pensando) Tal vez sea yo. Tal vez no sé lo que realmente quiero. Pero él me ama, y eso debería ser suficiente, ¿verdad?
Cierra el grifo y sale de la ducha, envolviéndose en una toalla. Se mira en el espejo empañado, intentando ver más allá de su reflejo.
Maria- (pensando) ¿Qué es lo que falta? ¿Por qué no puedo sentirme completamente satisfecha? ¿Es porque nunca he conocido a nadie más?
Se seca el cabello con otra toalla, sus movimientos son lentos, casi pensativos.
Maria- (susurrando para sí misma) Tal vez necesito hablar con él. Tal vez necesito decirle cómo me siento. Pero, ¿y si lo lastimo? ¿Y si él no entiende?"
Se viste lentamente su modesta ropa interior, cada movimiento cargado de incertidumbre y duda. Sale del baño, dejando atrás el vapor y las preguntas sin respuesta.
Maria- (pensando) Tal vez con el tiempo, las cosas cambien. Tal vez aprendamos juntos. Pero por ahora, solo puedo esperar y ver qué pasa.
Maria con su confusión, decide dejar a un lado a sus pensamientos ya que el dia no esta para quedarse sumergida a sus pensamientos sobre su amado y querido esposo, es un dia importante, ya que hoy se hará la primera presentación del proyecto que venían trabajando, este proyecto es muy importante, puede que les ayude a potenciar sus carreras, tal vez conseguir un ascenso. Maria se mira en el espejo, evaluando su reflejo con una mezcla de determinación y nerviosismo. El sol de la mañana ilumina la habitación, creando un ambiente de esperanza y nuevo comienzo.
Maria- (pensando) Hoy es el día. El día en que mi esposo presenta su proyecto. No puedo dejar que mis dudas sobre nuestra vida personal afecten esto. Necesito estar ahí para él, como él siempre está para mí.
Maria moviendo su cuerpo recien salido de la ducha, aun poco acalorada por el vapor del agua. Se dirige a su armario, pasando las perchas con ropa de oficina estándar. Sus dedos se detienen en un vestido que no suele usar. Es un vestido que equilibra la profesionalidad con un toque de sensualidad, ni demasiado sexy ni demasiado mojigato. Algo extraño en ella ya que siempre su criterio no aprueba las diferentes razones por lo cual vestir provocativo en la oficina, no le ve sentido mas que llamar la atención de los superiores, pero algo de ella esta distinto, no lo parece, pero puede que ella en su interior, pese a sus distintos pensamientos, ella puede que este dándole un giro a su vida
Maria- (pensando) Este vestido. Es perfecto. Me hará sentir empoderada. Y tal vez, solo tal vez, Juan lo note y se dé cuenta de que no soy alguien a quien puede tratar con desprecio, bueno, desprecio no, siempre me trata de intimidar con solo su presencia, cree que por tener esos... musculos, pero que mierda por que pienso en esos, es un maldito imbécil
Maria se quita la bata y se pone el vestido, ajustándolo para que caiga perfectamente. Se mira en el espejo, girando para ver cómo se ve desde todos los ángulos.


Maria- (pensando) Juan. Ese hombre es insoportable. Tan arrogante, tan seguro de sí mismo. Me saca de quicio con sus comentarios, y no puedo soportar cómo se cree superior a todos. Especialmente a mi esposo. su actitud y su personalidad... tan dominante
Se aplica un poco de maquillaje, enfatizando sus ojos y labios, dándoles un toque de misterio y confianza.

Maria- (pensando) Es hijo del jefe, y lo sabe. Se cree con el derecho de tratar a todos como inferiores. Y a veces, cuando mi esposo no está, sus comentarios se vuelven más subidos de tono, como si quisiera humillarme. Tal vez... seducirme PERO NO! Pero no lo logrará. No hoy.
Se calza unos zapatos de tacón que realzan su figura, dándole una postura segura y decidida.
Maria- (pensando) Tal vez hoy, con este vestido, pueda mostrarle a Juan que no soy solo la esposa de mi esposo. Que soy alguien a quien debe respetar. Y quién sabe, tal vez mi apariencia le haga cuestionar su actitud condescendiente. Tal vez también le muestre... No que estas pensando, hoy es el dia de tu esposo vamos a apoyarlo
Se da una última mirada en el espejo, asintiendo con aprobación. Coge su bolso y sale del dormitorio, lista para enfrentar el día con una nueva confianza.
Maria- (susurrando para sí misma) Hoy es el día. Y estoy lista para ello. Por mi esposo, y por mí. Juan no me hará sentir pequeña hoy. No lo permitiré.
-EN LA EMPRESA-
La luz fluorescente ilumina la habitación, creando un ambiente tenso y cargado de expectativas. El olor a café recién hecho y a papeles impresos llena el aire, mezclándose con el aroma sutil del perfume de María. La mesa de conferencias está llena de documentos y presentaciones impresas, cada hoja alineada con precisión militar. María acercándose con paso decidido, su vestido de un tono profundo y misterioso que realza su figura con una mezcla de elegancia y sensualidad. El sonido de sus tacones resonando en el suelo de madera añade un toque de autoridad a su presencia. Y sabiendo lo que venia a continuación, de igual manera no deja pasar las miradas de sus colegas, unos con cara de sorprendidos y otros fascinados
Colegas- (con sonrisas y miradas de admiración) ¡María, estás espectacular! ¿Es un nuevo vestido?
María- (sonriendo con confianza) Gracias, solo quería experimentar algo diferente hoy. ¿Cómo va todo?
Colega- Todo listo. Solo falta que Juan llegue.
María- (asintiendo) Perfecto. Asegúrate de que todo esté en orden. No quiero sorpresas. Es crucial ganar la aprobación de los inversionistas hoy, para que el viaje sea un total éxito
María se mueve con eficiencia, organizando los documentos y asegurándose de que todo esté en su lugar. La tensión en la sala es palpable, y ella puede sentir las miradas de admiración y sorpresa de sus colegas. El olor a tinta fresca y a papel recién impreso se mezcla con el aroma de su perfume, creando una sinfonía de sensaciones. Ella nerviosa con un poco de adrenalina y miedo, se toma una pausa y toma aire profundo y lo suelta, en eso al salir el aire entra su esposo a la sala con su computadora y unas carpetas de mas
Carlos- (entrando en la sala, con una sonrisa cálida siendo interrumpida por la maravilla de su esposa) Wow María, estás... impresionante además de... sexy.
María- (sonrojándose ligeramente) Gracias, Carlos. Solo quería estar a la altura de la ocasión.
Carlos- (tomando su mano) Estoy seguro de que lo estarás. ¿Cómo te sientes?
María- (suspirando) Nerviosa, pero lista. Solo espero que todo salga bien.
Carlos- (asintiendo) Lo hará. Confío en ti. Además no hay nadie mejor preparado que nosotros. Hoy somos el centro de aten...
La puerta se abre de golpe interrumpiendo la conversación entre Carlos y maria, el aire golpea contra las cortinas del lugar y Juan entra con una presencia imponente. Con sus casi dos metros de altura, domina la habitación. Su colonia, una mezcla de madera y especias, inunda el espacio, añadiendo una capa de intensidad a la ya cargada atmósfera. un traje negro, que a simple vista se ve que cuesta demasiado, un reloj brillante con tono plateado, una sonrisa muy fina, llena de una calidad excepcionante, su mirada ruda pero directa y firme. Se dirige directamente hacia Carlos

Con un movimiento rápido, lo abraza, pero más bien lo sujeta del cuello en una especie de llave, minimizando a Carlos.
Juan- (con una sonrisa coqueta hacia maria) Carlos, mi amigo. Siempre es un placer verte. Y María, estás... irresistible. Ese vestido te queda de maravilla.
María- (con una voz firme y autoritaria) Juan, por favor, suéltalo. Estamos apunto de entrar a una importantísima reunión de trabajo, no en un ring de lucha. Concéntrate en lo que realmente importa.
Juan- (soltando a Carlos, pero guiñándole el ojo a María) Tienes razón, María. Siempre tan directa. Me encanta.
Carlos- (con una voz ligeramente temblorosa) Bueno, creo que ya es hora de empezar. Todos listos para la presentación. Que dices amigo ya estas listo?
Asintiendo, pero sin quitarle la vista de encima a María, cambiando de su voz de hace unos segundos y cambiando el tono de ella misma cuando se refiere a Carlos, notando en su voz la autoridad y la falta de interés a la presencia de Carlos
Juan- Primero que todo, no soy tu amigo, soy muy superior a ti. En 5 minutos empezamos
juan alejándose a la puerta se escucha un pequeño susurro viniendo de la boca de Carlos un poco temblorosa sale un
Carlos- (con voz apenas perceptible) Idiota...
El susurro es como una chispa en un barril de pólvora. Juan, con sus oídos agudizados por la adrenalina y la rabia, capta el sonido. Se detiene en seco, su mano aún en el pomo de la puerta. La pausa es breve, pero cargada de significado. Con un movimiento lento y deliberado, Juan se vuelve, su figura imponente dominando el espacio.
Juan- (con voz intimidante, acercándose a Carlos) Disculpa, ¿dijiste algo?
Carlos, con los ojos desorbitados y el cuerpo temblando, niega con la cabeza, incapaz de formar palabras. La habitación parece encogerse a su alrededor, y cada paso de Juan es como un eco de su propia mortificación.
Juan- (con una sonrisa sádica) Debí haber escuchado mal.
La tensión en el aire es insoportable. Carlos puede sentir el aliento de Juan en su nuca, y cada fibra de su ser le grita que huya. Pero está paralizado, atrapado en la red de miedo y dominación que Juan ha tejido a su alrededor. La sonrisa de Juan, llena de desprecio y satisfacción, es la última imagen que Carlos ve antes de que la puerta se cierre detrás de él, dejándolo solo con maria que aun congelada por la estupidez que acaba de hacer su esposo con sus pensamientos y su cobardía.
Carlos- (pensando) Dios, ¿Qué he hecho?
La habitación queda en silencio, pero el eco de las palabras de Juan resuena en la mente de Carlos, un recordatorio constante de su propia debilidad y la fuerza aplastante de su opresor.
María- (pensando) Este hombre es insoportable. Pero no dejaré que nos afecte. Hoy es el día carlos, y nada ni nadie lo arruinará.
Carlos aun impaciente por lo que acaba de suceder mira a los ojos de su esposa y la encuentra un poco desorientada, como si estuviera perdida en sus pensamientos imaginando algo, sabe que aun esta aterrorizado pero no quiere que su esposa este igual que el
Carlos- (acercándose a María) María, ¿estás bien? Pareces un poco tensa.
María- (forzando una sonrisa) Sí, solo un poco nerviosa. Pero estaré bien. Gracias por preguntar.
Carlos- (tomando su mano) Recuerda, estamos en esto juntos. No estás sola.
María- (asintiendo) Lo sé. Gracias, Carlos. Eres un gran apoyo.
Después de pasar todo ese momento para el olvido, llega la hora de la reunión, ya todos los accionistas están en la sala sentados mientras que maria y juan están sentados a un costado de la sala mientras Carlos se prepara para presentar su parte de el proyecto. La tensión en la sala es palpable, y María puede sentir la mirada de Juan fija en ella, evaluándola. Se sienta erguida, lista para enfrentar cualquier desafío, con una determinación en sus ojos que habla de su fuerza y resiliencia.
Juan- (dirigiéndose a todos) Bueno, parece que todos están listos. Empecemos con esto. Carlos, eres el primero, ¿verdad?
Carlos- (asintiendo) Sí, eso es correcto. Gracias, Juan.
Juan- (sonriendo) Asegúrate de no decepcionarnos. Todos estamos llenos de expectativa en este proyecto así que no lo arruines
María- (pensando) Este hombre es insufrible. Siempre tiene que tener la última palabra. Y Carlos, ¿por qué no dice nada? ¿Por qué no se defiende?
Carlos- (empezando su presentación) Gracias a todos por estar aquí. Hoy presentaré nuestro proyecto, y espero que encuentren en él todo lo que buscan.
La presentación comienza, y la atención de todos se centra en Carlos. María, sin embargo, no puede evitar sentir la presencia de Juan, su mirada penetrante, y la tensión que flota en el aire. Cada palabra de Carlos, cada diapositiva, está cargada de significado, y ella se encuentra en un estado de alerta constante, preparada para cualquier cosa que Juan pueda lanzar.
Juan- (interrumpiendo en medio de la presentación) Carlos, esto es bastante interesante. Pero me pregunto, ¿Cómo planeas manejar las posibles fallas en el sistema?
Carlos- (nervioso) Bueno, Juan, hemos considerado varias contingencias y...
Juan- (interrumpiendo de nuevo con un tono de soberbia) Sí, sí, pero ¿qué pasa si falla el servidor principal? ¿Tienen un plan B?
María- (interviniendo con firmeza) Juan, por favor. Deja que Carlos termine su explicación. Estoy segura de que ha considerado todas las eventualidades.
Juan- (sonriendo) Claro, María. Solo quiero asegurarme de que todo esté en orden. No queremos sorpresas, ¿verdad?
La presentación continúa, pero la tensión entre María y Juan es evidente. Cada interrupción de Juan, cada mirada, añade una capa de intensidad a la ya cargada atmósfera. María se encuentra en un constante estado de alerta, lista para defender a Carlos y asegurar que la presentación sea un éxito, a pesar de las constantes interrupciones y comentarios de juan
Juan- (susurrando al oído de María) Muy guapa, María. No sé cómo tu inútil esposo pudo conquistar a alguien como tú.
María- (en voz baja, pero con un tono grosero) Juan, por favor. Esto es una reunión de trabajo, no un club nocturno. Deja de ser un idiota un segundo
Juan- (sonriendo sádicamente) Me encanta verte así de enojada. Me pregunto si también eres así de apasionada en la cama.
María se estremece, una punzada frágil pero notoria de excitación recorre su cuerpo, a pesar de haber tenido sexo esa mañana. Trata de mantener la compostura, pero puede sentir el calor subiendo a sus mejillas.
Carlos- (concluyendo su presentación) Gracias a todos por su atención. Espero que hayan encontrado útil esta presentación. Y con esto, concluimos la primera fase de nuestro proyecto. Estamos listos para avanzar a la siguiente etapa. Estoy abierto a cualquier pregunta o comentario.
Juan- (aplausos lentos) Muy impresionante, Carlos. Realmente has pensado en todo. María, ¿no crees que tu esposo ha hecho un trabajo excelente?
María- (con una sonrisa forzada y un poco confundía por el cambio de actitud) Sí, Juan. Carlos siempre da lo mejor de sí. Gracias por tu apoyo.
Juan- (guiñándole el ojo a María) Siempre es un placer, María. Creo que me gane una cita contigo después de este exitoso trabajo, ¿verdad?
María- (pensando) Este hombre es completo cabron. ¿Cómo se atreve a hablarme así frente a todos?
Carlos- (rompiendo el silencio) Bueno, creo que ya es hora de que todos nos vayamos a un pequeño receso que les parece. Gracias a todos por su tiempo y atención.
La reunión en pausa, y todos comienzan a salir conversando con buenas actitudes base a la presentación. María se queda un momento más, organizando los documentos, mientras Carlos se acerca a ella.
Carlos- (susurrando) Cielo, gracias por tu apoyo. No sé qué habría hecho sin ti.
María- (sonriendo) Es mi deber como tu esposa, Carlos. Estamos en esto juntos.
María y Carlos salen de la sala juntos, dejando atrás la tensión y los comentarios subidos de tono de Juan. Pero María sabe que esto no ha terminado, y que tendrá que seguir enfrentando a Juan y su actitud dominante. Con una determinación en sus ojos, se prepara para lo que venga, lista para defender a su esposo y a sí misma. A lo lejos ve la silueta de juan y le dice a su esposo que ya se encuentran que necesita resolver algo urgente
En el pasillo fuera de la sala de conferencias. La luz del día entra por las ventanas, creando un contraste con la tensión que aún persiste en el aire. María, con pasos decididos, se dirige hacia Juan, quien se encuentra charlando con algunos colegas. La luz dorada del sol ilumina su cabello, creando un halo que resalta su belleza y determinación.
María- (con voz firme y enojada) Juan, necesito hablar contigo un momento. A solas.
Juan- (sonriendo coquetamente, con una mirada que recorre todo su cuerpo) Claro, María. Nunca se debe rechazar dicha petición de una mujer tan sexy. Siempre es un placer. Vamos a mi oficina.
María y Juan se dirigen a la oficina de Juan, un espacio amplio y lujoso que refleja su posición de poder. Las paredes están adornadas con diplomas y certificados, y el aroma de su colonia, una mezcla de madera y especias, inunda el ambiente. Una vez dentro, María cierra la puerta con fuerza, creando un eco que resuena en la habitación, añadiendo una capa de intensidad a la ya cargada atmósfera.

María- (con voz temblorosa pero decidida) Juan, ¿por qué eres así? Sabes que Carlos es muy comprometido con su trabajo. ¿Por qué lo menosprecias constantemente?
Juan- (con una sonrisa dominante, acercándose a ella) María, mi querida, siempre tan apasionada. La verdad es que tengo un mejor currículum que tu esposo. No es nada personal, solo los hechos. Además, aunque no sea el jefe, soy el que está a cargo del proyecto. Así que, en cierto modo, soy yo quien toma las decisiones finales.
María- (con ojos llameantes, dando un paso atrás) Eso no te da derecho a tratarlo como si fuera menos que tú. Carlos se merece respeto, y tú lo sabes. ¿Qué te pasa? ¿Por qué disfrutas humillándolo?
Juan- (acercándose aún más, con una voz suave y peligrosa) Y tú, María, te mereces mucho más de lo que él te puede dar. Ese traje que llevas... es simplemente impresionante. Realza cada curva de tu cuerpo. Es una lástima que él no sepa apreciarlo como se debe.
María se siente atrapada entre la rabia y una excitación indeseada. La presencia de Juan, su aroma, su voz, todo conspira para confundir sus sentidos. Trata de mantener la compostura, pero cada palabra de Juan resuena en su mente, creando un torbellino de emociones.
María- (con voz más suave, pero aún firme) Juan, por favor. Esto no es justo para ninguno de nosotros. Necesitamos trabajar juntos, y tu actitud solo complica las cosas. ¿Por qué te empeñas en hacer esto más difícil?
Juan- (tomando su mano, con un gesto que es a la vez tierno y dominante) María, siempre tan racional. Pero a veces, solo a veces, es bueno dejar que las emociones tomen el control. Y te aseguro que, si me dejas, puedo mostrarte un mundo que ni siquiera imaginas ni conoces.
María retira su mano, sintiendo una mezcla de enojo y excitación. Sabe que debe mantener la distancia, pero la tentación de explorar lo desconocido es fuerte. Con un suspiro, se dirige a la puerta, pero Juan la detiene, colocando su mano en la puerta para impedirle salir.
Juan- (con una sonrisa maliciosa) María, antes de que te vayas, dime, ¿nunca te has preguntado cómo sería estar con alguien que realmente sabe cómo tratar a una mujer como tú?
María- (con voz temblorosa, pero con un toque de hostilidad) Juan, por favor. No sigas por ese camino. Esto es inapropiado y lo sabes. ¿Acaso crees que puedes manipularme con tus palabras?
María- (con voz decidida, pero con un toque de inseguridad) No dejes que tus comentarios personales afecten el proyecto. Y por favor, respeta a mi esposo. Él se merece eso, al menos.
Con un suspiro, María finalmente se libera de las intenciones de Juan, sintiéndose un poco enojada pero también excitada. Sale de la oficina, cerrando la puerta detrás de ella con un clic firme. En el pasillo, se encuentra con Carlos, quien la espera con una sonrisa cálida y preocupada.
Carlos- (tomando su mano) María, ¿estás bien? Pareces un poco alterada.
María- (forzando una sonrisa) Sí, solo un poco tensa. Pero estaré bien. Gracias por preguntar.
María y Carlos se dirigen juntos a la continuación de la reunión, dejando atrás la oficina de Juan y las emociones intensas que esta ha despertado. Pero María sabe que esta no será la última vez que tenga que enfrentar a Juan y sus avances.
Entran a la sala y a pesar de lo que estaba intentando hacer juan hace un tiempo en su oficina, extrañamente se comporto muy profesional en la reunión, sin interrupciones, sin miradas, sin comentarios, eso tranquilizo a maria, sabia que tal vez su actitud se deba a su firmeza de ponerle limites, con esto llega el final de la reunión. Juan se acerca a María y Carlos, con una sonrisa satisfecha en su rostro.
Juan- Carlos, necesario hablar con usted sobre el proyecto. ¿podemos tener una reunión privada en mi oficina?
Carlos- Claro, Juan. ¿De qué se trata? Y porque maria no puede estar?
Juan: (mirando a Carlos con desdén) Preferiría discutirlo a solas con usted. ya sabes, no me convenció del todo tu presentación. Creo que es mejor que usted y yo hablemos de lo sucedido

María siente una punzada de enojo y preocupación. Respira hondo, tratando de mantener la compostura, y se dirige a la cafetería, decidida a no dejar que las palabras de Juan la afecten más de lo necesario. Ya en la cafetería. El aroma de café recién hecho y pasteles recién horneados llena el aire, creando un contraste con la tensión que María siente. Se sienta en una mesa apartada, tratando de ordenar sus pensamientos. Después de unos minutos, decide regresar a su escritorio, también averiguar que paso con su esposo
Al salir de la cafetería, María se encuentra con Carlos, quien está llorando en el pasillo. Se acerca a él con preocupación, tomando su mano.

María- Carlos, Cielo, ¿qué pasa? ¿Por qué estás llorando?
Carlos- (con voz temblorosa) Me suspendieron del proyecto, María. Juan me dijo que no podré viajar para la próxima presentación el próximo lunes. Dice que no confía en mi capacidad para manejar la situación.
María- (con una mezcla de enojo y decepción) Esto es inaceptable. Pero no te preocupes, no es el fin del mundo. Solo es una presentación. todo saldrá bien. Sigues en el proyecto, todo se solucionara y veras que viajaremos juntos y lo afrontaremos los dos
Carlos- (asintiendo, pero aún con lágrimas en los ojos) Gracias, María. No sé qué haría sin ti.
María- (consolándolo como si fuera un niño pequeño) Shh, no llores. Todo va a estar bien. Ahora, ve a recoger a nuestro hijo en la escuela y habla con los padres del chico que golpeo a manuelito, como prometiste esta mañana. Yo me quedaré un poco más en la oficina para asegurarme de que todo esté en orden.
Carlos- (asintiendo) De acuerdo, María. Gracias. Te amo.
Carlos se va, y María espera a que se aleje lo suficiente antes de dirigirse a la oficina de Juan. Con pasos decididos, entra bruscamente en la oficina, interrumpiendo una reunión que está en curso.
María- (con voz enojada) Que mierda te pasa Juan, ¿por qué haces esto? ¿Por qué castigas a Carlos de esta manera? Pensé que ya habíamos solucionado esto mierda
Juan- (con una sonrisa maliciosa) María, estoy en una reunión. No puedo hablar contigo ahora. Y si sigues con esa actitud, no solo Carlos será castigado del proyecto, sino que también tendrás que enfrentar las consecuencias.
María- (con ojos llameantes) Juan, no eres el jefe. Tal vez tengas cierta autoridad por ser el líder del proyecto pero no tienes derecho a hacer esto.
Juan- (con una sonrisa sádica) No, no lo soy. Pero mi padre sí. Y él confía en mí para tomar estas decisiones. Así que, a menos que quieras enfrentarte a él, te sugiero que te calmes y te vayas.
María se queda sin palabras, sintiendo una mezcla de enojo y frustración. Con un suspiro, se da la vuelta y sale de la oficina, dejando atrás a Juan y su sonrisa maliciosa mientras baja la mirada a su culo. En el pasillo, se detiene un momento, tratando de recuperar la compostura antes de regresar a su escritorio
Pasa el tiempo mientras maria se prepara para irse a casa recuerda que su esposo ya tuvo que haber hablado con los padres del chico, por lo tanto ella decide dejarle un pequeño mensaje a ver que sucedió, que se resolvio

Mientras ella alista todo para irse espera el mensaje e su esposo, pasa un buen rato y el nada que responde, asi que de igual manera ya esta tarde, decide coger las llaves de su auto e ir a casa. La noche ha caído, maria llega agotada al abrir la puerta maria se extraña a la poca presencia de las luces de su casa. La casa está sumida en un silencio tenso. María entra por la puerta principal, agotada y estresada por todo lo sucedido durante el día. El olor a limpiador y a comida rancia flota en el aire, mezclándose con el aroma de su perfume, creando una sinfonía de sensaciones que solo añade a su cansancio.
María- (pensando) Dios, qué día. Solo quiero llegar a mi cama, relajarme y olvidarme de todo. Pero primero, necesito averiguar qué pasa con Manuelito y Carlos.
María deja su bolso en la entrada y grita hacia las escaleras
María- ¡Manuelito! ¡Carlos! ¡Estefani! ¡Ya llegué!
No obtiene respuesta. La casa sigue en silencio, lo que aumenta su preocupación. Con pasos decididos, sube las escaleras, el crujido de la madera bajo sus pies añadiendo un toque de drama a la escena.
María- (pensando) ¿Dónde estarán? Esto no es normal. Manuelito suele venir corriendo cuando llego a casa.
Al llegar al segundo piso, se dirige a la habitación de Manuelito. La puerta está entreabierta, y al asomarse, ve a su hijo sentado en la cama, con los ojos llorosos. La preocupación de maria se intensifica.
María- (con voz firme) ¿Qué pasa aquí? ¿Por qué estás llorando? Que sucede cielo
Manuelito- (con voz temblorosa) Mamá, el bully... le dio un golpe a papá. Le hizo mucho daño.
María- (con el corazón acelerado) ¿Qué? ¿Dónde está Carlos? ¿Dónde está tu padre?
María sale de la habitación de Manuelito y comienza a buscar a Carlos por toda la casa. Revisa el dormitorio, la sala, el estudio, y finalmente, el garaje. Al abrir la puerta del garaje, encuentra a Carlos sentado en el suelo, con el ojo morado y la camisa llena de sangre. La visión la impacta, y siente una mezcla de enojo y preocupación.

María- (acercándose a Carlos) Carlos, ¿qué pasó? ¿Por qué no me llamaste? ¿Por qué no fuiste al hospital?
Carlos- (tartamudeando, como si hubiera visto al diablo) "Yo... yo solo quería proteger a Manuelito. No quería que te preocuparas. El bully... me atacó sin previo aviso. No pude defenderme. No pude hacer nada
María- (con voz seria) Carlos, tienes que aprender a defenderte. A defender a tu familia. No puedes dejar que te humillen así. ¿Dónde está el respeto?
Carlos- (con voz débil) No quiero problemas, Maria lo siento mucho
María- (pensando muy alterada) Lo siento?, dices. Estoy harta de que todos quieran maltratar y pisotear a mi familia
Maria- (con voz decidia mientras se aleja de carlos) Voy a hablar con los padres de ese bastardo. Ya es suficiente.
Carlos- (intentando detenerla) María, por favor, no. No quiero más problemas.
María- (decidida) Demasiado tarde, Carlos. Ya estoy harta.
La noche se cerró sobre María como un manto de oscuridad, mientras el motor de su auto rugía con cada acelerón. Las manos apretaban el volante con una intensidad que reflejaba la tormenta de emociones que se agitaba en su interior. Carlos, con su voz suplicante, intentó detenerla, pero sus palabras fueron arrasadas por la determinación de María, que se dirigía hacia la casa del bully con una furia ciega.
La luna, un espectador indiferente, lanzaba destellos plateados sobre el asfalto, iluminando parcialmente el camino. Los faros del auto cortaban la oscuridad, revelando sombras que danzaban a su paso. María conducía con una ferocidad inusual, cada curva y cada recta eran un desafío a su control, pero su mente estaba fija en un único objetivo.
Al llegar a la casa, el silencio de la noche fue roto por una cacofonía de sonidos que emanaban del interior. No eran gritos de ayuda, sino jadeos y gemidos que se mezclaban con los sonidos carnosos de "plaf, plaf". La curiosidad y la indignación se entrelazaron en el pecho de María, pero ella recordó el propósito de su visita. Con un golpe decidido, tocó la puerta con fuerza, su corazón latiendo como un tambor de guerra.
Pasaron unos segundos que parecieron una eternidad antes de que la puerta se abriera. Allí, de pie, apareció un hombre negro, sin camisa, con un cuerpo musculoso y definido que brillaba con una fina capa de sudor. Su piel oscura contrastaba con la luz tenue del interior, resaltando cada línea de sus músculos. Su miembro erecto y venoso, brillante y palpitante, se alzaba orgulloso, goteando ligeramente. El olor a sexo y sudor invadió las fosas nasales de María, haciendo que su corazón se acelerara aún más. Sus ojos se abrieron de par en par, sorprendidos y en shock, mientras sentía cómo su propio cuerpo respondía a la visión, las gotas de excitación comenzando a formarse entre sus piernas, traicionando su estado de confusión y furia. El hombre, con una sonrisa lujuriosa y ojos hambrientos, la observó, sin hacer ningún esfuerzo por ocultar su excitación.

Pedro- (con una sonrisa burlona y un ajetreo en su aire) Señora, ¿qué mierda quiere?
CONTINUARA...
Espero que les haya gustado este primer capítulo, se vienen muchos más, ayúdeme con muchísimos puntos exactamente unos 250 para subir rápidamente la parte dos que ya está lista, espero sus comentarios y sus puntos y gracias por el apoyo morbos@s, saludos ❤️🔥
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