Mi nombre es Alex, tengo 22 años, soy un sujeto delgado, algo débil y muy callado; quiero hablar sobre mi novia Brenda. Ella tiene 19 años, la conocí en la iglesia y es una joven muy hermosa. Es delgada, tiene una carita muy inocente y su cuerpo es muy sexy; aunque no va al gimnasio esta bien proporcionada, tiene piernas largas, pies muy hermosos y delgados, su culo es pequeño pero está muy bien formado y llama la atención de cualquiera; sus tetas son pequeñas, sin embargo van muy bien con su edad.
Sobre su actitud, ella es muy callada, tímida y reservada, como yo. Cuando la conocí pensé que era bastante tímida como para hablar. Poco a poco me fui acercando y logré que aceptara ser mi novia. Era una chica de casa, nunca la veía sin sus papás.
Ella siempre fue muy dulce y delicada. Se dedica a estudiar y la veo cada fin de semana en la iglesia y salimos a hacer cosas. Entre semana yo trabajo y ella estudia en las mañanas. La historia comienza cuando teníamos 8 meses de relación, ella siempre fue asediada por los hombres, le comentaban sus fotos en Facebook y esas cosas. Incluso en la calle podía notar las miradas de los demás porque a ella le gusta usar ropa sexy como vestidos, faldas y pantalones ajustados.
Ante tales comentarios ella nunca hizo nada, siempre me gustó eso porque su actitud me daba seguridad. Ella ignoraba los comentarios en público y en redes. Pero un día noté que había un perfil que le comentaba mucho en sus fotos, no tenía foto ni un nombre real, pero con el paso de los días sus comentarios fueron subiendo de tono hasta que en una foto le comentó: “Quisiera tenerte arrodillada frente a mi, chupandola”. Brenda casi no interactuaba en redes pero borró el comentario y de hecho subió más fotos después de eso.
Un fin de semana le comenté sobre eso y ella dijo que era un perfil falso de alguien, borró el comentario y dijo que lo deberíamos ignorar. Por su actitud centrada y tímida le creí y las cosas siguieron así por una semana hasta que un día que estábamos en la iglesia ella se fue al baño y dejó su teléfono junto a mi, estaba desbloqueado y yo lo revisé rápidamente. En sus conversaciones encontré al perfil que le comentaba y para mi sorpresa tenían una conversación bastante larga, hablaban de sexo y cosas calientes, ella le mandó varias fotos a él (ninguna foto desnuda) y él le mandó fotos de su verga, etc.
Me sorprendió que ella fuera capaz de eso, y me sorprendió más el tipo que le escribía, era un tipo ya mayor, con barba, quizás unos 48 años, medio gordo y grande, se veía que iba al gym. Quería indagar más, pero ella regresaría en cualquier momento y dejé el teléfono donde estaba. Me sentí enojado y no supe en qué momento reclamarle, estaba su familia ahí y decidí esperar al día siguiente. No pude dormir pensando en la situación, y para mi sorpresa toda la situación me daba morbo, interés y hasta me estaba excitando. Estaba confundido por los sentimientos.
Decidí investigar, descubrí el patrón para desbloquear el celular de Brenda y toda la semana estuve recolectando información. No solo se mensajeaba con él, pues pensé que podría ser un desconocido a kilómetros de distancia, estaban planeando verse un fin de semana y eso significaba que se conocían en persona. Por lo que leí sería su primer encuentro, aún no me era infiel completamente.
En la conversación el tipo que se llamaba Jair le decía: “Hoy te veías muy sexy, muñeca” lo que me hizo pensar que se conocían en la escuela. De inmediato pensé en algún maestro. Toda la situación era emocionante y me excitaba mucho.
Llegó el día, lo supe porque Brenda me dijo que el fin de semana no podría salir conmigo porque tenía que ir con su hermana a comprar algo para su negocio y tardaría todo el día. Esa fue la señal para mi, revisé su teléfono y supe que saldrían a las 3 pm y aposté por espiarla afuera de su universidad porque se verían “donde siempre”; era sábado y había buenos lugares para esconderme como tiendas, cafés y un parque. La situación era arriesgada y yo estaba emocionado más que molesto.
Estuve media hora esperando y la vi pasar al otro lado de la calle, llevaba una falda muy corta, unos tacones descubiertos, una blusa y un suéter, se dirigió hacia el estacionamiento de la universidad y ahí la esperaba Jair quien salió de un auto viejo. Se saludaron de beso en las mejillas y ella subió al auto. Supe que no podría seguirlos, pensé en tomar un taxi y seguirlos, pero iba a ser muy raro y difícil.
Ese día no pasó nada más, decidí espiarla entre semana saliendo de trabajar tenía 30 minutos para llegar a su hora de salida. Su papá va por ella así que tendría que tener cuidado de eso también. Entré al mismo café donde tenía visión, vi que su papá llegó al estacionamiento y saludó al guardia que estaba en una caseta, para mi sorpresa era Jair y Brenda salió por ahí, vió a su papá, saludó al guardia (su amante) de forma tímida, hasta indiferente, y se fueron a casa. Ahí entendí todo, su amante era el sucio guardia de seguridad. No podía creerlo.
Los días siguientes continué investigando en su celular, ya era una obsesión para mi. Se mandaban mensajes eróticos, ella le empezó a mandar fotos desnuda, algo que no creí que hiciera al asistir ella tan frecuentemente a la iglesia. Al parecer querían volverse a ver pero yo les estorbaba con nuestros planes de fin de semana tan recurrentes, el tal Jair siempre le decía que me cortara, pero ella no quería. Por lo menos tuvo fidelidad en eso.
Empecé a ver videos porno de cornudos y la idea cada vez me gustaba más, pero seguía sintiendo enojo e impotencia. Comencé a notar que me desplazada, no en forma romántica, sino en forma física porque sus mensajes amorosos seguían ahí y nuestras conversaciones regulares, simplemente la notaba distante físicamente, ya no buscaba estar conmigo dos días el fin de semana, quería reducirlo al domingo. Empezó a hablar de mucha tarea y que la haría los sábados. Yo sabía que estaba pasando y la dejé ser.
Sobre su actitud, ella es muy callada, tímida y reservada, como yo. Cuando la conocí pensé que era bastante tímida como para hablar. Poco a poco me fui acercando y logré que aceptara ser mi novia. Era una chica de casa, nunca la veía sin sus papás.
Ella siempre fue muy dulce y delicada. Se dedica a estudiar y la veo cada fin de semana en la iglesia y salimos a hacer cosas. Entre semana yo trabajo y ella estudia en las mañanas. La historia comienza cuando teníamos 8 meses de relación, ella siempre fue asediada por los hombres, le comentaban sus fotos en Facebook y esas cosas. Incluso en la calle podía notar las miradas de los demás porque a ella le gusta usar ropa sexy como vestidos, faldas y pantalones ajustados.
Ante tales comentarios ella nunca hizo nada, siempre me gustó eso porque su actitud me daba seguridad. Ella ignoraba los comentarios en público y en redes. Pero un día noté que había un perfil que le comentaba mucho en sus fotos, no tenía foto ni un nombre real, pero con el paso de los días sus comentarios fueron subiendo de tono hasta que en una foto le comentó: “Quisiera tenerte arrodillada frente a mi, chupandola”. Brenda casi no interactuaba en redes pero borró el comentario y de hecho subió más fotos después de eso.
Un fin de semana le comenté sobre eso y ella dijo que era un perfil falso de alguien, borró el comentario y dijo que lo deberíamos ignorar. Por su actitud centrada y tímida le creí y las cosas siguieron así por una semana hasta que un día que estábamos en la iglesia ella se fue al baño y dejó su teléfono junto a mi, estaba desbloqueado y yo lo revisé rápidamente. En sus conversaciones encontré al perfil que le comentaba y para mi sorpresa tenían una conversación bastante larga, hablaban de sexo y cosas calientes, ella le mandó varias fotos a él (ninguna foto desnuda) y él le mandó fotos de su verga, etc.
Me sorprendió que ella fuera capaz de eso, y me sorprendió más el tipo que le escribía, era un tipo ya mayor, con barba, quizás unos 48 años, medio gordo y grande, se veía que iba al gym. Quería indagar más, pero ella regresaría en cualquier momento y dejé el teléfono donde estaba. Me sentí enojado y no supe en qué momento reclamarle, estaba su familia ahí y decidí esperar al día siguiente. No pude dormir pensando en la situación, y para mi sorpresa toda la situación me daba morbo, interés y hasta me estaba excitando. Estaba confundido por los sentimientos.
Decidí investigar, descubrí el patrón para desbloquear el celular de Brenda y toda la semana estuve recolectando información. No solo se mensajeaba con él, pues pensé que podría ser un desconocido a kilómetros de distancia, estaban planeando verse un fin de semana y eso significaba que se conocían en persona. Por lo que leí sería su primer encuentro, aún no me era infiel completamente.
En la conversación el tipo que se llamaba Jair le decía: “Hoy te veías muy sexy, muñeca” lo que me hizo pensar que se conocían en la escuela. De inmediato pensé en algún maestro. Toda la situación era emocionante y me excitaba mucho.
Llegó el día, lo supe porque Brenda me dijo que el fin de semana no podría salir conmigo porque tenía que ir con su hermana a comprar algo para su negocio y tardaría todo el día. Esa fue la señal para mi, revisé su teléfono y supe que saldrían a las 3 pm y aposté por espiarla afuera de su universidad porque se verían “donde siempre”; era sábado y había buenos lugares para esconderme como tiendas, cafés y un parque. La situación era arriesgada y yo estaba emocionado más que molesto.
Estuve media hora esperando y la vi pasar al otro lado de la calle, llevaba una falda muy corta, unos tacones descubiertos, una blusa y un suéter, se dirigió hacia el estacionamiento de la universidad y ahí la esperaba Jair quien salió de un auto viejo. Se saludaron de beso en las mejillas y ella subió al auto. Supe que no podría seguirlos, pensé en tomar un taxi y seguirlos, pero iba a ser muy raro y difícil.
Ese día no pasó nada más, decidí espiarla entre semana saliendo de trabajar tenía 30 minutos para llegar a su hora de salida. Su papá va por ella así que tendría que tener cuidado de eso también. Entré al mismo café donde tenía visión, vi que su papá llegó al estacionamiento y saludó al guardia que estaba en una caseta, para mi sorpresa era Jair y Brenda salió por ahí, vió a su papá, saludó al guardia (su amante) de forma tímida, hasta indiferente, y se fueron a casa. Ahí entendí todo, su amante era el sucio guardia de seguridad. No podía creerlo.
Los días siguientes continué investigando en su celular, ya era una obsesión para mi. Se mandaban mensajes eróticos, ella le empezó a mandar fotos desnuda, algo que no creí que hiciera al asistir ella tan frecuentemente a la iglesia. Al parecer querían volverse a ver pero yo les estorbaba con nuestros planes de fin de semana tan recurrentes, el tal Jair siempre le decía que me cortara, pero ella no quería. Por lo menos tuvo fidelidad en eso.
Empecé a ver videos porno de cornudos y la idea cada vez me gustaba más, pero seguía sintiendo enojo e impotencia. Comencé a notar que me desplazada, no en forma romántica, sino en forma física porque sus mensajes amorosos seguían ahí y nuestras conversaciones regulares, simplemente la notaba distante físicamente, ya no buscaba estar conmigo dos días el fin de semana, quería reducirlo al domingo. Empezó a hablar de mucha tarea y que la haría los sábados. Yo sabía que estaba pasando y la dejé ser.
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