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El fuego de Cecilia (Parte 2)

El sol ya se había escondido, pero el calor en el patio no hacía más que subir. Las brasas de la barbacoa chisporroteaban, pero no eran nada comparadas con el incendio que Cecilia seguía avivando. Las cervezas se vaciaban, las risas se volvían más roncas, y las miradas, joder, eran puro fuego cruzado. Cecilia sabía exactamente lo que estaba haciendo, y yo, apoyado contra la mesa con una birra en la mano, solo podía mirar y dejar que mi reina jugara su partida.

Se acercó a Laura, la mujer de mi colega Marcos, que estaba sentada con las piernas cruzadas, intentando disimular lo nerviosa que la ponía cada movimiento de Ceci. Laura era puro contraste con mi esposa: rubia, con un cuerpo más suave, menos afilado, pero con unas curvas que pedían ser exploradas. Ceci se inclinó para servirle otra copa de vino, dejando que su vestido blanco subiera lo justo para que todos notáramos que no llevaba nada debajo. 

“Uy, Laura, estás toda tensa, ¿eh? ¿Te hago un masajito en los hombros?, dijo Cecilia con esa voz que era puro veneno dulce, mientras sus manos ya estaban rozando el cuello de Laura, que se puso roja pero no se apartó. Al contrario, se le escapó un suspiro que hizo que Marcos, que estaba a dos metros, casi escupiera su cerveza.

“Joder, Ceci, déjala respirar”, bromeó Ana, la otra amiga, aunque sus ojos decían todo lo contrario. Ana era más menuda, con una vibra más salvaje, tatuajes asomando por el borde de su short y una sonrisa que prometía problemas. Cecilia se giró hacia ella, con esa mirada de depredadora que no dejaba a nadie indiferente.

“¿Respirar? Ana, yo creo que lo que necesitas es que te suba un poco más la temperatura”, le soltó, acercándose hasta que sus rodillas casi se tocaron. El ambiente estaba tan cargado que parecía que el aire iba a explotar. Los maridos, Marcos y Dani, estaban como hipnotizados, con las botellas de cerveza olvidadas en las manos, y yo... yo solo podía reírme por dentro, porque sabía que Cecilia estaba a punto de romper todos los límites.

Entonces, Ceci hizo su jugada maestra. Se levantó, se acercó al centro del patio y, con un movimiento que parecía coreografiado, dejó caer el vestido al suelo. Quedó en ropa interior, una pieza negra mínima que era más una invitación que una prenda. “Hace demasiado calor para tanta ropa, ¿no creen?”, dijo, con una sonrisa que era puro desafío. Laura y Ana se miraron, entre risas nerviosas y algo más, algo que gritaba deseo. 

“Ceci, eres un peligro”, soltó Ana, pero ya estaba de pie, acercándose a ella. Laura no se quedó atrás, y en un arrebato que nadie vio venir, se quitó la blusa, dejando a la vista un sujetador rojo que hizo que Marcos murmurara un “hostia puta” entre dientes. Cecilia las tomó de las manos, tirando de ellas hacia el centro, y empezó a moverse al ritmo de la música que sonaba bajito de fondo, un reggaetón lento que parecía hecho para ese momento.

“Venga, chicos, ¿o qué, solo miran?”, lanzó Cecilia, guiñándome un ojo. Marcos y Dani no necesitaron más. Se acercaron, todavía con esa mezcla de incredulidad y excitación, mientras Cecilia, como la reina que es, empezó a dirigir el juego. Besó a Laura, primero suave, luego con una intensidad que hizo que todos contuviéramos el aliento. Ana no se quedó atrás, y en un segundo sus manos estaban en la cintura de Cecilia, explorando, mientras los maridos se unían, tocando, besando, dejando que el deseo que Ceci había encendido los consumiera a todos.

Yo me acerqué por detrás de Cecilia, susurrándole al oído: “Eres un jodido incendio, amor, y ahora todos estamos ardiendo contigo”. Ella se giró, me dio un beso que me hizo perder el norte, y luego volvió a las chicas, que ya estaban perdidas en ella. Los seis terminamos en un torbellino de manos, bocas y piel, con Cecilia en el centro, orquestando cada movimiento, cada gemido, como si el patio fuera su escenario y nosotros sus marionetas.

Y así, gracias a Cecilia, la barbacoa se convirtió en una noche que ninguno olvidaría. Ella, siempre la provocadora, siempre el fuego que no se apaga.
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¿Queréis la Parte 3?
Con lujos de detalles de lo que pasó esa noche…
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Darle mucho amor al post muchos puntos y escribirme en comentarios si queréis más.
El fuego de Cecilia (Parte 2)

3 comentarios - El fuego de Cecilia (Parte 2)

nukissy4956 +1
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