Luego de haber intercambiado números, empezamos a platicar constantemente, yo aprovechaba cada que la conversación se tornaba erótica para insinuarle que ella me gustaba, sin embargo ella oponía mucha resistencia siempre con el pretexto de que yo era casado. A pesar de que la atracción era mutua fue complicado convencerle siquiera de dar un primer beso. Se complicaba más por que las únicas oportunidades de poder vernos era en las breves visitas que le hacía con motivo del trabajo.
-¿Sentiste eso?- Inicié la conversación en el WhatsApp.
-¿Sentir que?.
-Ese como cosquilleo en el estómago cuando me acerque a ti.
-Estas loco, yo no sentí nada.
-Que triste, pensé que no era yo el único que se sentía así.
-Bueno, si he de ser sincera sentí un algo en mi estómago cuando me tocaste el brazo para ver mi tatuaje.
-¿Algo como emoción?, ¿Nervios?.
-La verdad no sé, pero si hay un algo.
-¿Te puedo preguntar algo?- Insistí, tratando de buscar información que me motivará a continuar.
-A ver dime.
-¿Sientes algo de atracción hacia mi?.
-Noooo, eso no puede ser. Acuérdate que eres casado, que estás son pláticas solo de amigos y además esas cosas son del "yablo".
-Jajajaja, payasa!. ¿Por qué van a ser cosas del diablo?.
-¿Que tal que luego nos gusta?.
-Pues hacemos todo lo que queramos hacer y que nos guste. ¿No?.
-Luego yo no tengo autocontrol y quiero más y más.
-Pues le damos más y más, hasta que ya no pidas más.😁.
-Nombre, estás canijo.
-Jajajajaja, noooo. ¿Por qué canijo?.
-Me asusta tu habilidad de tener siempre una respuesta, que se me hace que eres más canijo de lo que pensé.
-Al parecer no me sirve de nada, no he podido siquiera convencerte de que me des un beso.
-Jajajaja, ya te dije que esas cosas son del "yablo"
-A ver, se honesta- Insisti-¿ cuando me acerco a ti no te dan ganas de que nos besuqueeemos?.
- Ay! ay!- Eran ese tipo de respuestas las que me hacían sentir que de verdad no quería nada conmigo.
-¿Que?.
-Ya te dije que no puede ser, eres un hombre casado. Y déjame decirte que la última vez que salí con un casado no termino nada bien.
-¿Ves? No soy tan canijo como pensabas, insisto en que no puedo siquiera darte un beso.
-Tampoco lo has intentado - Esta respuesta la sentí como un reto.
-A ver dime ¿Que harías si en una de esas te tomo la mano y en lugar de soltarte te jalo hacia mi y te doy un beso?
-No se- Sentía que también ella quería, pero no quería decir que si.
- ¿No me darías un bofetada?
-No se, a lo mejor.- Ella decía que el canijo era yo, pero para este punto yo sentia que la estaba jugando conmigo era ella.
-Tal vez lo intente la próxima vez.
-Jajajaja, estás loco.
Pláticas de este tipo eran comunes, podíamos durar horas enteras hablando y jamás llegábamos a nada, siempre estaba la sensación de que ella estaba igual de dispuesta que yo, pero no quería admitirlo.
Cierto día que me tocó visitarla por el trabajo, hice todo el mismo procedimiento de siempre, surtido, acomodo de mercancía y firmas de tickets, pero está vez, estaba decidido a besarla aunque me abofeteara. Así que me acerque a despedirme de ella con un beso en la mejilla, pero en lugar de eso, tomé su rostro e intente besarla en la boca, ella retrocedió y forcejeo y un poco, no lo suficiente para alejarme y terminamos dandonos un pequeño beso "de piquito" como dicen en mi tierra. Inmediatamente después tomo mis manos por las muñecas intentando quitarlas de su rostro, pero nuevamente la tomé con fuerza y la acerque para darle un segundo beso, fue ahí cuando dejó de oponer resistencia, mirándome a los ojos abrió su boca y comenzó a besarme lentamente, cómo cuando besas a una persona por primera vez e intentas descifrar como seguirle el ritmo, luego de unos segundos la química era tal que parecía que eramos pareja desde hacía tiempo, pues nuestros labios encontraron la forma y el ritmo perfecto. Supongo que ella lo estaba disfrutando ya que poso sus manos alrededor de mi cuello y me jalo hacia ella con el afán de que el beso durara mas tiempo, yo no me resisti. La tomé por la cintura sin dejarla de besar y al fin pude sentir sus enormes senos pegados a mi pecho aún con la ropa puesta podía sentir como aquellas enormes carnes se apretujaban contra mi, mientras seguíamos besándonos. Creo que duramos una 4 o 5 minutos en el beso hasta que se escuchó la puerta de la tienda, un cliente había llegado, despertandonos de aquel trance en que habíamos caído los dos.
-¡Bonito día, muchas gracias!- atiné a decir mientras salía de la tienda completamente apenado por el cliente, pero eso sí, feliz de por fin haber logrado un avance con Maggie.
Aquí termina la segunda parte de este relato, en realidad no sé cuántas partes vayan a ser, puesto que voy contando tal cual sucedieron las cosas. En el anterior relato recibí un comentario que pedía conocer a Maggie, bueno he de aclarar dos cosas. En primero los nombres de los protagonistas de la historia han sido cambiados por obvias razones y en Segundo en cuanto a conocer a Maggie tengo que hablar con ella a ver qué tanto está dispuesta a mostrar, créanme si ella está dispuesta con gusto les subiré sus fotos.
Por ahora puedo mostrarles solo sus ojos.
Saludos a todos.
-¿Sentiste eso?- Inicié la conversación en el WhatsApp.
-¿Sentir que?.
-Ese como cosquilleo en el estómago cuando me acerque a ti.
-Estas loco, yo no sentí nada.
-Que triste, pensé que no era yo el único que se sentía así.
-Bueno, si he de ser sincera sentí un algo en mi estómago cuando me tocaste el brazo para ver mi tatuaje.
-¿Algo como emoción?, ¿Nervios?.
-La verdad no sé, pero si hay un algo.
-¿Te puedo preguntar algo?- Insistí, tratando de buscar información que me motivará a continuar.
-A ver dime.
-¿Sientes algo de atracción hacia mi?.
-Noooo, eso no puede ser. Acuérdate que eres casado, que estás son pláticas solo de amigos y además esas cosas son del "yablo".
-Jajajaja, payasa!. ¿Por qué van a ser cosas del diablo?.
-¿Que tal que luego nos gusta?.
-Pues hacemos todo lo que queramos hacer y que nos guste. ¿No?.
-Luego yo no tengo autocontrol y quiero más y más.
-Pues le damos más y más, hasta que ya no pidas más.😁.
-Nombre, estás canijo.
-Jajajajaja, noooo. ¿Por qué canijo?.
-Me asusta tu habilidad de tener siempre una respuesta, que se me hace que eres más canijo de lo que pensé.
-Al parecer no me sirve de nada, no he podido siquiera convencerte de que me des un beso.
-Jajajaja, ya te dije que esas cosas son del "yablo"
-A ver, se honesta- Insisti-¿ cuando me acerco a ti no te dan ganas de que nos besuqueeemos?.
- Ay! ay!- Eran ese tipo de respuestas las que me hacían sentir que de verdad no quería nada conmigo.
-¿Que?.
-Ya te dije que no puede ser, eres un hombre casado. Y déjame decirte que la última vez que salí con un casado no termino nada bien.
-¿Ves? No soy tan canijo como pensabas, insisto en que no puedo siquiera darte un beso.
-Tampoco lo has intentado - Esta respuesta la sentí como un reto.
-A ver dime ¿Que harías si en una de esas te tomo la mano y en lugar de soltarte te jalo hacia mi y te doy un beso?
-No se- Sentía que también ella quería, pero no quería decir que si.
- ¿No me darías un bofetada?
-No se, a lo mejor.- Ella decía que el canijo era yo, pero para este punto yo sentia que la estaba jugando conmigo era ella.
-Tal vez lo intente la próxima vez.
-Jajajaja, estás loco.
Pláticas de este tipo eran comunes, podíamos durar horas enteras hablando y jamás llegábamos a nada, siempre estaba la sensación de que ella estaba igual de dispuesta que yo, pero no quería admitirlo.
Cierto día que me tocó visitarla por el trabajo, hice todo el mismo procedimiento de siempre, surtido, acomodo de mercancía y firmas de tickets, pero está vez, estaba decidido a besarla aunque me abofeteara. Así que me acerque a despedirme de ella con un beso en la mejilla, pero en lugar de eso, tomé su rostro e intente besarla en la boca, ella retrocedió y forcejeo y un poco, no lo suficiente para alejarme y terminamos dandonos un pequeño beso "de piquito" como dicen en mi tierra. Inmediatamente después tomo mis manos por las muñecas intentando quitarlas de su rostro, pero nuevamente la tomé con fuerza y la acerque para darle un segundo beso, fue ahí cuando dejó de oponer resistencia, mirándome a los ojos abrió su boca y comenzó a besarme lentamente, cómo cuando besas a una persona por primera vez e intentas descifrar como seguirle el ritmo, luego de unos segundos la química era tal que parecía que eramos pareja desde hacía tiempo, pues nuestros labios encontraron la forma y el ritmo perfecto. Supongo que ella lo estaba disfrutando ya que poso sus manos alrededor de mi cuello y me jalo hacia ella con el afán de que el beso durara mas tiempo, yo no me resisti. La tomé por la cintura sin dejarla de besar y al fin pude sentir sus enormes senos pegados a mi pecho aún con la ropa puesta podía sentir como aquellas enormes carnes se apretujaban contra mi, mientras seguíamos besándonos. Creo que duramos una 4 o 5 minutos en el beso hasta que se escuchó la puerta de la tienda, un cliente había llegado, despertandonos de aquel trance en que habíamos caído los dos.
-¡Bonito día, muchas gracias!- atiné a decir mientras salía de la tienda completamente apenado por el cliente, pero eso sí, feliz de por fin haber logrado un avance con Maggie.
Aquí termina la segunda parte de este relato, en realidad no sé cuántas partes vayan a ser, puesto que voy contando tal cual sucedieron las cosas. En el anterior relato recibí un comentario que pedía conocer a Maggie, bueno he de aclarar dos cosas. En primero los nombres de los protagonistas de la historia han sido cambiados por obvias razones y en Segundo en cuanto a conocer a Maggie tengo que hablar con ella a ver qué tanto está dispuesta a mostrar, créanme si ella está dispuesta con gusto les subiré sus fotos.
Por ahora puedo mostrarles solo sus ojos.
Saludos a todos.

3 comentarios - La señora de la tienda cap 2
Tiene ojos bonitos