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Esposo Beta. Cap. 1. Un matrimonio normal

Me permito iniciar con una advertencia ⚠️ y un aviso de intención.
Si eres una persona, qe no le guste la lectura, probablemente te parezca algo embromoso ésta redacción. Difícil de leer, difícil de llegar al final.
Sin embargo, si eres una persona un poco más dedicada, y que sabes que en la lectura se puede encontrar igual o más placer que en un formato audiovisual, estás dispuesto a seguir está historia desde inicio a fin. Entonces espero poder satisfacer tu deseo de exitacion y acompañarnos mutuamente hasta el climax y desenlace de tan dedicada historia, qe contiene hechos verídicos, y a la vez, fantasías qe salen de lo más lascivo y lividinoso de la imaginación y el deseo de un esposo cualquiera. Que podría ser tú, tu vecino, o incluso tu amigo más cercano.

Hola. En éste relato explicare el contexto y los inicios de como cambio nuestro matrimonio. 

Primeramente me presento, soy un esposo normal, cómo muchos otros esposos que conoces, incluso como tú… no hay nada de especial en mi, no soy gordo, ni delgado. Estoy en medio, tampoco tengo cuerpo atlético. Mido 170 cm, peso 85 kg. Tengo 12 cm de vrg, el promedio de cualquier hombre mexicano. Soy Mario, tengo 35 años. 
Mi esposa, por otro lado… tiene muuuucho qe admirarle. Empezando con su linda figura muy femenina. 95-70-90 (cadera, cintura y bubis)
Su culo, al igual que sus chichis, son muy redonditos, muuuy firmes. Su piel es rojiza, piel canela le digo yo. Abundante pelo, castaño oscuro, y una carita de inocente muy linda. La amo con el alma. Su nombre es candy. De 30 años
Nuestra vida marital es como cualquier matrimonio de 10 años de casados. Sexo 4 a 5 veces por semana, nada fuera de lo ordinario. Poses como el misionero es la rutina, una que otra vez en 4. Y muy contadas las veces de un blowjob. En mi opinión estabamos normal y satisfechos, pero eso es lo qe yo creía. Tonto de mí.
Ya con nuestros hijos crecidos, ahora disponemos de más tiempo para continuar los planes qe estaban es pause por más de 8 años. El dinero y la comida nunca faltó en casa, y salidas familiares 1 vez al mes. Pero las salidas de parejas ya no existen hace muuuuchos años y menos ahora en éstos tiempos, que el dinero no alcanza. Y con lo que han subido los costos. Ya mi sueldo apenas estaba cubriendo lo básico de la casa.
Aprovechando que mi esposa ya no está tan esclavizada con el cuidado de los niños le propuse que buscara un trabajo. Ella se mostró un poco insegura, pero dijo que lo pensaría. Pasaron los días, y como una semana después, me dijo que estaba bien, que podríamos intentar organizarnos en los tiempos, para ella también poder generar un poco de dinero, pero qe se sentía insegura porque hacía demasiado tiempo no trabajaba en algo formal. Yo le dije qe le ayudaría a buscar un empleo, que no fuera muy pesado, y le permitiera volver a integrarse a el mundo laboral. 
Pasaron los días, y le propuse varios trabajos que podría mandar solicitud. Mandó algunos cv’s a dos tres trabajos, pero no sé le veía 100% convencida. Un par de días después. Platicando con algunos compañeros del trabajo, salió la plática de qe mi esposa quería trabajar, a lo que un compañero me propuso qe hablara con un ing. Conocido de él. Qe tiene una aduana, y cuando hay contratación, casi siempre son trabajos temporales, en lo que llegan contenedores o mercancías. Y cuando no hay mercancías pendientes, pues ya no hay más trabajo. Hasta qe vuelve a llegar mercancía. Me comentó que si le hechaban ganas, después los iban moviendo de áreas, hasta darles base en la oficina de la aduana. Y pues ya sería trabajo fijo. Ésa me pareció justo lo qe necesitaba mi esposa candy. Al llegar a casa después de mi trabajo. Llegué emocionado y le comenté lo qe me había enterado y ése trabajo si se le vió más convencida.  Quedamos en intentarlo ahí una vez más. Y nos fuimos a acostar con la esperanza de un mejor futuro. Y vaya futuro que nos esperaba.
Una semana después hablé con ése ing. Ramiro, se llama, de unos 30 años, emanaba una confianza que solo la gente con dinero puede proyectar. Le comenté la situación, y cuadramos una cita para llevar papeles y todo éso de los trabajos. 
Al fin, mi esposa fue contratada para trabajar y a los días tuvo su primer turno de trabajo, al parecer, tendría trabajo unos 10 días. Por lo que la paga sería buena, al ser trabajos temporales. Pero los horarios eran a veces de hasta 10 hrs. Ahí nos fuimos organizando poco a poco. Los días pasaban sin nada relevante qe destacar, y así se pasaron unos dos o tres meses, en los cuales mi esposa, trabajaba intermitentemente, tal cual teníamos proyectado. 
La situación económica mejoró bastante, ya se notaba el otro ingreso en la casa… las salidas familiares fueron más recurrentes, y las salidas en pareja revivieron después de tantos años de descuido. 
Cierto día, en una salida a cenar con mi esposa. Ella vestía un vestido con mucho vuelo, color rojo. Con un escote muy profundo en sus tetas. Y la espalda descubierta. El largo  le llegaba hasta medio muslo, y usaba unas zapatillas un poco altas. Por lo cuál, sus piernas y culo se marcaban muy definidas. Y su culo, de por sí llamativo, en esta ocasión era imposible no verla. Usaba una tanguita muy chiquita, que no era de hilo, pero era demasiado pequeña, en color blanco. Si se agachaba o soplaba un viento ligero, bastaba para poder ver su ropa interior, ya que no le gustaba usar shorts debajo de los vestidos. Decía qe le daba calor, y qe se le marcaría en la ropa. Al verla así de sexi, se me paró la verga por si sola, quise hacerla mía en ése mismo  instante, pero ya no nos alcanzaba el tiempo, y ella me dijo que mejor ya que estuviésemos de regreso, para tomarnos nuestro tiempo, y aparte, tendría muchas más ganas yo, Por estar aguantandome de no cogerla. 
Una vez en el lugar de la cita, Me comentó que su jefe, el ing. Ramiro, le había comentado que próximamente habría una vacante para trabajo de planta ahí en la empresa. Y éso obviamente conllevaría más estabilidad, y mejores prestaciones, por lo cuál estábamos muy emocionados los dos. Me comentó que antes de proceder con la contratación el jefe quería organizar una comida familiar, él y su esposa Julia, y mi esposa candy y yo. A lo cual le contesté qe me parecía una muy buena idea y solo quedaría pendiente la fecha de dicha reunión. Y mira lo que son las casualidades, en ése momento, al estár saliendo del lugar nos topamos con el jefe. El cuál iba llegando, con una chica de unos 20 años, muy linda, rubia, con tetas enormes, pero de poco culo. Iba en un vestido corto y pegado a su cuerpo. La presentó  como una amiga y al vernos, la chica agachó la mirada, y se mostró un poco tímida e insegura. Lo cual se nos hizo extraño, pero no quisimos hacer la situación más tensa, y así, solo nos saludamos rápidamente pero yo alcancé a notar rápidamente, cómo el ing Ramiro, se le le fueron los ojos, al ver el escote de mi esposa, y ver su vestido y su belleza, que opacaba a la chica con la que él iba. Cuando se saludaron de beso y abrazo. Alcancé a notar rápidamente, cómo él, sutilmente, tomó de la cintura a mi esposa, y la repegó contra él. Y su mano se deslizó suave y sin disimulo, a donde nace el tan marcado culo de mi esposa… prácticamente le agarro el culo con las llemas de sus manos. Yo al ver éso, lo dejé pasar por alto si darle importancia, y al contrario, para qe no se sintiera incómodo él, le dije a modo de chiste:
– hasta que agarra algo bueno – el, sin inmutarse, contestó
– disculpa, fue un desliz sin intensión, me dejé llevar por la confianza. – y así culminó dicho encuentro fugaz.
Al estarnos Alejando, pude notar que el jefe no perdía oportunidad de ver a mi esposa e incluso , se agachó para “amarrar un Zapato” el cual estaba perfectamente amarrado pero en ésa posición baja, y al levantar la mirada hacia mi esposa, era muy evidente que le estaba viendo por debajo del vestido. El me miró que lo descubrí y solo sonrió con una sonrisa medio de travesura. Y se encogió de hombros. Al levantarse, pude notar como se alzaba un bulto en su entrepierna, y él, sin disimulo hacia mí, se lo acomodó en su lugar. Cómo si estuviera controlando algo que reaccionaba por voluntad propia. Por un instante, llegué a pensar que ví un atisbo de lujuria en su mirada. Pero no le di importancia. Muchas veces han visto a mi esposa con ojos de deseo. Estoy un tanto acostumbrado a éso.
Al llegar a casa, mi esposa y yo, comentamos la situación extraña con el jefe y su acompañante, pero obvio supusimos, sería una amiga con derechos. Ya que el jefe tenía sus cualidades y atractivos. Incluyendo una cartera muuuy grande. Jajaja
La plática con mi esposa continuó de manera normal:
Yo: –que te pareció este encuentro de casualidad con tu jefe?--
Candy: –muy inesperado, pero agradable, lo mejor es que fue un encuentro fugaz, y no se volvió una situación incómoda con la otra chica– 
Yo: – supongo que te imaginas que la chica era su “amiga con derechos” – 
Ella:  – lo más seguro es que sí, pero pues es su vida y él sabe lo qué hace. Nosotros no debemos involucrarnos más allá de lo profesional y laboral –
Yo: – y como te trata en tu trabajo, nunca se te ha insinuado, o visto de manera inapropiada o algo que te haga sospechar de sus intenciones?-- 
Ella: – siempre lo he visto muy correcto con todos los trabajadores, incluyendome, nunca a tenido ningún comportamiento inapropiado, incluso, no siquiera se oye rumores de que haya tenido algo que ver con alguien del trabajo. Al parecer es una persona muy honesta y respetuosa.--
Yo: – pues a saber, a mí me dió ésa misma impresión… solo que al saludarte de manera tan afectuosa y con tanta confianza, llegué a pensar que quizás le gustaria tener más confianzas contigo– pero supongo que fue solo mi imaginación, y los tragos de más que tenía encima.-- 
Ella: – yo lo sentí muy natural, sin dobles intenciones, y si se puso muy mirón, o de confianzudo, quizás fue la emoción de encontrarnos al azar y por lo de la futura contratación. Pienso – 
Yo: – puede ser. Pero pues incluso cuando nos retiramos, él se agachó, disimulado atar sus zapatos, para poder verte por debajo del vestido. Yo no le doy importancia, no pasa nada por ver. Y aparte, eres muy hermosa, y de una figura muy deseable.-- 

En ése momento ya estábamos listos para dormir. Desvestidos, y ella de vuelta a la normalidad, y a su rutina de ama de casa. El glamour y lo sexy de la mujer, quedó afuera de la casa, al regresar,  las intenciones de hacer el delicioso pasaron a segundo plano, ya sin tantos ánimos, por la realidad de la rutina. Ya ambos estábamos cansados, solo nos dimos un pequeño beso, y cada quien a su lado, a dormir. __lo que no supe en ése momento, es que en mi esposa, se sembró la semilla de la duda, respecto a su jefe, de sus intenciones y lo atrevido que pudo llegar a ser en ese breve encuentro, y aún con su esposo presente.__ 

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