Este fin descubrí un motel limpio, amplio con jacuzzi y baratísimo en buena zona de mi ciudad y además por 12 horas en domingo.
Tenía una arquitectura europea que no se ve comunmente en los 5 letras, aún así lo mejor fue descubrir que en la cabecera de la cama habia un espejo. Personalmente el 100% de mi atención se centra en la mujer con la que estoy encamado y nada más. Si bien he estado en lugares con espejos nunca les he prestado atención, nunca imaginé que eso cambiaría este fin de semana.
Después de un delicioso roce de cuerpos sin quitarnos una sola prenda, para después hacer lo mismo con ropa interior y finalmente esos roces desnudos del previo que me encantan. Seguí con uno de los mejores si no que el mejor oral que he dado, recorriendo sus piernas con mis dedos de manera suave para después darle unos besos alrededor de toda su vagina manoseando su clitoris de manera ruda pero controlada y poniendo mi lengua en su interior.
Regresando al tema...
Empecé de misionero sin mirar al espejo, clavé mi mirada en los ojos de mi novia, esos que siempre me miran sangrando pasión mientras escupía comentarios que solamente me ponían más duro para aumentar el ritmo del va y viene mientras sostenía sus muñecas con mis manos hasta quedarme sin aire.
Después de tenerla debajo de mí por un rato decidí subirla a mí, aquí es donde todo cambió, pues pude notar como miraba el reflejo de su preciosa figura mientras me montaba. Le pregunté si le gustaba a lo que asintió y sentenció lo mojada que estaba, pude sentirlo, tomé uno de sus perfectos pechos con una mano mientras la otra la empujaba hacía adelante y atrás para causar ese orgasmo que nunca falla al ponerla encima de mí.
Escuchar sus gemidos y su respiración al acabar no tiene precio, después la recosté con besos apasionados mientras sentía sus piernas temblar. Comienzo a darle de nuevo y aquí es donde volteo por curiosidad al espejo me vi de una manera que nunca lo había hecho.
Soy una persona seria y reservada por lo que mirarme tan libre disfrutando me pareció muy extraño, no me reconocía, leía la pasión que reflejaban mis ojos y la sonrisa tan vil que mostraba mientras le daba con todas las fuerzas que mi cuerpo permitía.
Quedé impresionado al ver como la tenía abierta de piernas debajo mío mientras me decía lo rico que sentía mi verga dentro de ella suplicando por más. Eso no hizo nada más que potenciar mis ganas de sacarle un orgasmo más. Me observaba en el espejo de vez en cuando y la invitaba a hacer lo mismo preguntándole si le gustaba.
Después la puse en 4 y a pesar que nunca le había hecho esto a una mujer, jalé su cabello para que levantara la cabeza y viera como la estaba azotando con mi pelvis y mi mano libre.
Le pregunté si le gustaba verse así, ella solo gemía y exclamaba que sí mientras se empezaba a ensartar sola mi pene. Mi cabeza no entendía el placer tan grande que estaba sintiendo en ese momento, la saqué antes de venirme bañando su espalda con nuestros fluidos mezclados.
Me levanté por papel para limpiarla a lo que solo me mira y me dice
Que buen sexo
Ese día entendí porque mi chica siempre me dice que le gustan las caras que hago mientras estamos en el acto.
Tenía una arquitectura europea que no se ve comunmente en los 5 letras, aún así lo mejor fue descubrir que en la cabecera de la cama habia un espejo. Personalmente el 100% de mi atención se centra en la mujer con la que estoy encamado y nada más. Si bien he estado en lugares con espejos nunca les he prestado atención, nunca imaginé que eso cambiaría este fin de semana.
Después de un delicioso roce de cuerpos sin quitarnos una sola prenda, para después hacer lo mismo con ropa interior y finalmente esos roces desnudos del previo que me encantan. Seguí con uno de los mejores si no que el mejor oral que he dado, recorriendo sus piernas con mis dedos de manera suave para después darle unos besos alrededor de toda su vagina manoseando su clitoris de manera ruda pero controlada y poniendo mi lengua en su interior.
Regresando al tema...
Empecé de misionero sin mirar al espejo, clavé mi mirada en los ojos de mi novia, esos que siempre me miran sangrando pasión mientras escupía comentarios que solamente me ponían más duro para aumentar el ritmo del va y viene mientras sostenía sus muñecas con mis manos hasta quedarme sin aire.
Después de tenerla debajo de mí por un rato decidí subirla a mí, aquí es donde todo cambió, pues pude notar como miraba el reflejo de su preciosa figura mientras me montaba. Le pregunté si le gustaba a lo que asintió y sentenció lo mojada que estaba, pude sentirlo, tomé uno de sus perfectos pechos con una mano mientras la otra la empujaba hacía adelante y atrás para causar ese orgasmo que nunca falla al ponerla encima de mí.
Escuchar sus gemidos y su respiración al acabar no tiene precio, después la recosté con besos apasionados mientras sentía sus piernas temblar. Comienzo a darle de nuevo y aquí es donde volteo por curiosidad al espejo me vi de una manera que nunca lo había hecho.
Soy una persona seria y reservada por lo que mirarme tan libre disfrutando me pareció muy extraño, no me reconocía, leía la pasión que reflejaban mis ojos y la sonrisa tan vil que mostraba mientras le daba con todas las fuerzas que mi cuerpo permitía.
Quedé impresionado al ver como la tenía abierta de piernas debajo mío mientras me decía lo rico que sentía mi verga dentro de ella suplicando por más. Eso no hizo nada más que potenciar mis ganas de sacarle un orgasmo más. Me observaba en el espejo de vez en cuando y la invitaba a hacer lo mismo preguntándole si le gustaba.
Después la puse en 4 y a pesar que nunca le había hecho esto a una mujer, jalé su cabello para que levantara la cabeza y viera como la estaba azotando con mi pelvis y mi mano libre.
Le pregunté si le gustaba verse así, ella solo gemía y exclamaba que sí mientras se empezaba a ensartar sola mi pene. Mi cabeza no entendía el placer tan grande que estaba sintiendo en ese momento, la saqué antes de venirme bañando su espalda con nuestros fluidos mezclados.
Me levanté por papel para limpiarla a lo que solo me mira y me dice
Que buen sexo
Ese día entendí porque mi chica siempre me dice que le gustan las caras que hago mientras estamos en el acto.

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