Mi noche con la pendeja timida de Voley

Esta historia es del año pasado. Soy un hombre casado hace 20 años, desde los 23 (ahora ya estoy cerca de los 44) y con mi mujer tenemos una relación normal que en los últimos años se volvió un poco distante. Ambos trabajamos y en casa ya no existe la quimica de los años previos, especialmente en el sexo. Esto me llevó a que tenga mis deslices con alguna amiga o alguna cita ocasional. 
Hace poco empecé a dar clases de voley en un club de mi barrio, al ser ex jugador y donar plata a la institución me ofrecieron darles una mano con la categoría de chicas de 20 a 22 años. 
No voy a negar que soy un viejo pajero, desde un inicio me calentó ver a las nenas con esos shorcitos cuando se inclinan, como se tocan las piernas cuando se ponen cremita y todo esa locura pero me contuve bastante por mi rol de profesor. Soy de los que se consideran ese profe copado, hago bromas con las chicas, conversamos por whatsapp, hasta ahi todo bien. 





En marzo del año pasado empezó las clases una flaquita blanquita muy timida de unos 20 añitos, para preservar su identidad vamos a llamarla solo Camila. Ella no se daba mucho con las compañeras pero a mi ojos destacaba por la carita y por las tetas que tenía para su edad (y como rebotaban). 
Como un buen cazador que pone los ojos en la presa, me juré que me iba a garchar estar pendeja o al menos iba a hacer el intento. Durante unos meses fui haciendo un trabajo de hormiga, ella se adaptó bien al grupo, hizo amigas y pegamos onda también. Al final de las clases siempre unas chicas y yo nos quedábamos conversando o íbamos a tomar algo y ella se empezó a sumar. Conversación que va, conversación que viene, logré sacarle el ig y el numero de teléfono. Al ver las imágenes en IG me di cuenta que la pendex está orgullosa de sus tetas, se las saca de buenos ángulos y las comparte sin problema junto a otras fotos con la familia y las amigas.
El tiempo pasó hasta que me decidí a mandarle un wsp privado, al principio como algo casual le tire un "buen partido hoy" y así empezamos el ida y vuelta. Ella siempre se mostró muy timida pero cada tanto captaba mis indirectas. 
Fue un día después de entrenar que nos quedamos hablando los dos y le tiro un "che están por estrenar esta película queres que vayamos a verla", no tenía idea su reacción porque quizas pensaba que yo era un viejo pajero pero ella me aceptó sin drama. Así empezamos a salir tranqui, primero cine y después un par de salidas a un bar cerca del club. A la tercera salida ya nos besamos en mi auto. A la cuarta salida yo ya estaba decidido que me la iba empomar. El problema era donde: en mi casa imposible por mi señora y mis hijos, en la casa de ella tampoco por su padres. No quedaba otra que llevarla a un hotel.
Fue un sabado que fuimos a un festival de bandas emergentes, mucho piberio (me senti un jubilado ja), era un lugar lleno donde pasamos desapercibidos. El plan iba bien, nos estabamos divirtiendo. Después enfilamos para un pub donde (con algo de escabio encima) nos besamos a oscuras a la par de un baño y le digo la frase clave "vamos a un telo". Ella al principio no quería saber nada pero después de un par de vasos más la convencí y terminamos enfilando en la nave a nuestro encuentro prohibido.




Yo ya estaba al palo no daba más pero ella en la habitación estaba nerviosa. Yo sabía que ella había tenido un noviecito en la facultad pero al parecer no tenían mucha intimidad. Después de llegar a la habitación se sinceró, me dijo que no tenía mucha experiencia y que no quería que piense mal de ella. 
Le dije "como voy a pensar mal?", su comentario me dio tanta ternura que la agarre de la carita y le clavé un beso para que afloje y se deje llevar. Le saque la ropa mientras la comía besos y ella empezó a hacer lo mismo. Acto seguido, la pongo acostada en la cama y le empiezo a lamer la almejita, 10 puntos, se nota que la pendeja cuidaba su higiene. Ahí Camila empieza a gemir y eso me calentó aún más. Mientras estaba tirada en la cama la bese hasta que el muñeco no aguantó. La levanté suavemente de los brazos hasta tenerla sentada en el borde de la cama y sigilosamente la agarré de la nuca para meterle la pija en la boquita. Ya era mía y yo suyo. La fantasía se había cumplido y esa carita inocente estaba dejando revelar una fiera insaciable de sexo.

Después de un pete suavecito y tranquilo, clavé forrito y empezó el repertorio: misionero, 69, en cuatro, etc. Tuve que ir llevándola de a poco, dominándola, enseñándole como un verdadero entrenador, un profe del sexo. Sentí una adrenalina que no sentí jamás por mi mujer. Esta hija de puta de 20 años me tuvo loco durante dos meses así que no la iba a desaprovechar. Le di bomba hasta hacerla acabar y me tocaba acabar a mi también. Al finalizar el acto, le desparrame toda la lectosa en el cuello y esas tetitas. Ella se reia picaronamente y se fue a lavar. Después ya los dos secos, le pregunte si le había gustado y dijo "me encantó, estabas con todo". Me daban ganas de cogermela de nuevo pero era momento de ir a casa. Baño de por medio salimos del telo derecho al auto, de ahí a dejarla en su casa para descansar con sus papis...





Pensaran que después de semejante noche, seguimos saliendo. La realidad es que no, creo que a los dos se nos fue las ganas. Yo cumplí esa fantasía de estar con una pendeja hermosa como ella y creo que ella sintió que cumplió eso de estar con un profe más mayor. Al día de hoy nos seguimos hablando pero como amigos,  nos cargamos por futbol (ella es fana de racing y yo de boca) y hablamos de alguna que otra cosa pero el tema quedó ahí. Yo ya no la entreno pero nos seguimos cruzando en el club. Siempre alguna broma y una mirada picarona. Sé que las amigas saben pero nunca me dijeron nada. 
Ahora anda noviando con otro pibe, espero que le de el placer que ella necesita para que no me vuelva a buscar ja.