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Soy una chica chichona, y mi tío me coge Pt.1🍒🍑

CapĂ­tulo 1: el rĂ­o

Mi tĂ­o Jaime era un hombre muy amigable. SolĂ­a hacer fiestas con muchos amigos y divertirse con muchas mujeres. Él no tenĂ­a esposa, jamĂĄs habĂ­a estado siquiera cerca de casarse con alguna. Le gustaba vivir la vida sin remordimientos ni preocupaciones. Por lo mismo no tenĂ­a tampoco hijos. No lo veĂ­amos mucho porque Ă©l se habĂ­a regresado a vivir a Cuba desde hacĂ­a ya mucho tiempo, pero por una buena oferta de trabajo vino a vivir a MĂ©xico.
Soy una chica chichona, y mi tío me coge Pt.1🍒🍑
Mi padre tenía mucho tiempo sin verlo y no sabía que esperar. La verdad yo tenía muchas ganas de ver a mi tío, era muy bueno con nosotros cuando éramos pequeños y yo era su consentida cuando era pequeña. Solía traerme siempre que venía de visita regalos y juguetes muy lindos. 
Teníamos mås de diez años sin verlo y lo extrañåbamos mucho.
El llego un sĂĄbado por la mañana. Nosotros estĂĄbamos haciendo una carne asado para comer y Ă©l llegĂł justo en la hora de la comida. ÂżCĂłmo estĂĄn familia? –PreguntĂł sonriente, mientras dejaba su maleta de piel en el suelo–. Yo corrĂ­ a abrazarlo y Ă©l me abrazo tambiĂ©n. Yo acababa de cumplir los dieciocho y para poder celebrarlo hicimos esa carne asada. El me bajo y me dijo –dĂ©jame verte hija, vaya, ya estĂĄs bien crecidita, ya no eres una niña mi amor, ya eres todo una mujer–. Pues claro tĂ­o, ya cumplĂ­ dieciocho, ya soy mayor de edad –dije–. Mi tĂ­o me recorriĂł con la mirada de arriba abajo viendo cada parte de mĂ­. Yo notĂ© su mirada tan penetrante y me hizo sentir un poquito incĂłmoda. DespuĂ©s saludĂł a mis padres y mi hermano y nos pusimos a platicar de todo lo que estuvo haciendo en Cuba por tantos años. Nos contĂł que estuvo vendiendo varios puros a otros paĂ­ses ilegalmente y habĂ­a ganado mucho dinero. La historia no le hacĂ­a sentir mucho orgullo a mi padre, pero Ă©l estaba feliz de que ya habĂ­a conseguido un trabajo mucho mĂĄs honrado y estaba dispuesto a cambiar de estilo de vida, aunque; como muchos saben, algunas personas nunca cambian.
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Mi tĂ­o quiso irse a un hotel en lo que encontraba una casa para vivir, pero mi padre no se lo permitiĂł. No puedo dejar que alguien de la familia se quede en un hotel, tu siempre vas a tener un lugar en mi casa hermano, a pesar de todo lo que haya pasado antes, tĂș sigues siendo mi familia –dijo mi padre–. Mi tĂ­o Jaime lo abrazo agradeciĂ©ndole y aceptĂł la invitaciĂłn de mi padre. Yo estaba cursando la prepa y mi tĂ­o me ayudaba con algunas de las materias que tenĂ­a problemas. Por la tarde nos ponĂ­amos a estudiar y el Ășltimamente era algo mĂĄs cariñoso de lo normal conmigo. Jugaba a hacerme cosquillas y disimuladamente apretaba un poco mis senos o mi trasero. Siempre con mucha sutileza pero yo lo notaba. Cuando Ă­bamos de visita toda la familia al rancho solĂ­amos quedarnos el fin de semana desde el dĂ­a viernes saliendo de clases. DespuĂ©s de haber estado mĂĄs de un año en MĂ©xico mi tĂ­o ya habĂ­a comprado su casa. Fuimos al rancho y Ă©l nos acompañó. Era Ă©poca de verano y en ese tiempo me encantaba ir a bañarme desnuda a un pequeño rĂ­o que quedaba cerca del rancho. Me iba a caballo y llegaba muy rĂĄpido. Ese dĂ­a me quite la ropa y me metĂ­ al rio.

 El agua estaba muy rica y algo fría. Mis pezones se pusieron duros desde que me aventé al río. Era un lugar que muy poca gente conocía por lo que nunca había nadie ahí.
Estuve ahí por mås de media hora cuando de pronto escuché el galope de otro caballo.
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Era mi tĂ­o Jaime, yo me metĂ­ al rio escondiendo mi figura para que Ă©l no me viera. Oye hija, tu mamacita quiere que te regreses para que la ayudes con la comida por que la muchacha que le ayudaba tuvo que ir a comprar algunas cosas –dijo mientras me veĂ­a como si tratara de ver bajo el agua–. El tomo la toalla de entre mis cosas y la extendiĂł hacia mĂ­. Toma para que te seques hija –dijo–. No puedo, no traigo ropa, ando encuerada –dije–. No pasa nada hija, somos familia, tĂș salte y tĂłmala –dijo–. Bueno pero volteĂ© la cara tĂ­o –dije–. Yo salĂ­ desnuda del rĂ­o. Mi joven figura hĂșmeda y voluptuosa estaba frente a sus ojos y la tentaciĂłn de verla era demasiada por lo que no pudo resistir. Me dio la toalla pero me miro de frente de inmediato. TĂ­o le dije que se volteara –dije–. PerdĂłname hijita, pero un cuerpecito como el tuyo no se ve todos los pinches dĂ­as –dijo mientras se saboreaba como si hubiera visto un plato delicioso de comida–. La saliva casi salĂ­a de su boca y yo me sentĂ­a indefensa ante sus miradas. Me tape rĂĄpidamente con mi toalla y fui a recoger mi ropa. EspĂ©rate chiquita, no hay prisa, tu mamita puede arreglĂĄrselas sola por un rato –dijo mientras resoplaba como un toro bravĂ­o–. Vamos a meternos los dos al rĂ­o –dijo mientras comenzaba a quitarse toda la ropa–. No tĂ­o, yo ya me quiero ir para ayudar a mi mamĂĄ –dije–. Ándele mija, quĂ­tese esa toallita y vamos a bañarnos juntitos como cuando nos metĂ­amos a la playa cuando eras chiquilla –dijo–. Pues sĂ­ pero esa vez no estĂĄbamos desnudos. Él se bajĂł los pantalones y la ropa interior y dejo salir su polla. 
Una polla bastante grande y obesa haciendo honor a ese origen cubano que tenĂ­a junto con mi padre. Su prepucio aun escondĂ­a su polla y se meneaba mientras se terminaba de quitar la ropa. Yo ya me voy –dije molesta–. Usted no se va a ningĂșn lado mijita, usted se va a quedar a hacerle compañía a su tĂ­o favorito –dijo–. Me abrazo y me arrebato fuertemente la toalla arrojĂĄndola al suelo violentamente. No sabes desde cuando querĂ­a quedarme solito contigo negrita –dijo mientras frotaba mis senos–. Yo forcejeaba y trataba de gritar pero Ă©l me puso una mano en la boca. Te tengo unas pinches ganas desde que llegue a la ciudad bebĂ© –dijo empujĂĄndome violentamente al suelo–. Tomo su polla y la masturbo para hacerla aĂșn mĂĄs dura. 
Su gran erección imponía respeto. Yo trate de incorporarme pero él me empujo boca abajo y sentía como mi cuerpo se llenaba de tierra y césped fresco. No había nadie que me pudiera ayudar y no tenía la fuerza para pelear con él. Mi cara estaba cerca de una porción de lodo y yo temblaba por lo que mi tío quería hacerme.
–Por favor no me haga daño tĂ­o.
–No te voy a hacer daño mijita, esto te va a encantar.
–No quiero, bájese de encima se lo ruego.
–CĂĄllate el puto hocico y quĂ©dese asĂ­ mija.
–Bájese ya por favor.
–Puta de mierda
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Mi tĂ­o metiĂł su polla entera en mi vagina sin pedir permiso ni perdĂłn. Empujo mi cabeza junto al lado mientras Ă©l seguĂ­a jodiendome. ÂĄAyuda, por favor! –Grite de manera desgarradora mientras Ă©l seguĂ­a violĂĄndome sin misericordia–. Me besaba la espalda y la parte baja de la nuca y el cuello mientras me dominaba y forzaba a mi vagina a recibir su polla. Mis gritos se desvanecĂ­an en el gran abismo del silencio de aquel gran y solitario pastizal. Yo no podĂ­a luchar mĂĄs. Su asqueroso aliento a cigarro era lo Ășnico que podĂ­a recordar de esa vez mientras me besaba y destruĂ­a mi cuerpo. DespuĂ©s de unos minutos se detuvo y me beso con la lengua en mi cuello. Toma tu lechita mija –dijo mientras unos grandes chorros llenaban mi vagina–. ÂĄNo, chingue a toda su puta madre tĂ­o, quĂ­tese a la chingada! –grite–. Él no me soltĂł y termino de eyacular dentro de mĂ­. No crea que esto se va a quedar asĂ­ –dije–. TĂș no vas a decirle nada a tu papito o yo le voy a contar lo que te vi hacerle a ese caballito el otro dĂ­a mi amor.



CapĂ­tulo 2: el caballo



Un día antes de que mi tío abusara de mi junto al rio, ocurrió algo que lo motivo a ponerse atrevido conmigo. Paso después de un día de trabajo y diversión. Estuvimos en una barbacoa en familia por la tarde después de un día de trabajo en el rancho y nos bañamos todos en la alberca que había ahí. 
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Me puse un traje de baño de dos piezas. Se estaban poniendo de moda y lo estrene allå. 
Lo había comprado incluso con la ferviente oposición de mi padre por no hacerlo. Me quedaba muy bien y resaltaba mucho mi joven figura. Voluptuosa y atrevida. Incluso mi padre se quedaba impactado algunas veces por mi cuerpo. Me queme un poco en el sol para tomar un lindo bronceado y me recosté en una silla de playa que me llevaba para allå. Me di cuenta que mi tío me miraba mientras hacia la carne para la comida en el asador. Quise provocarlo un poco y me recosté boca abajo desabrochåndome el traje de baño dejando mi espalda descubierta y el lado de mis grandes senos podía verse. Mi padre estaba dentro preparando las cosas para la comida y yo aprovechaba cada instante para molestarlo. Muchas ocasiones mientras asaba la carne sorprendí a mi tío frotåndose la polla por encima de su pantalón deseoso de tener mi cuerpo cosa que yo sabía que nunca pasaría. Bueno al menos no con mi consentimiento.
Llegada la hora de comer volví a amarrar el cordón de mi bikini negro y me preparé para comer. Con ese bikini mis senos rebotaban mucho cada vez que caminaba y eso estaba volviendo locos a todos los hombres ahí. Varios de los chicos que trabajaban en el rancho se quedaban mirando hacia la alberca. Se hacían locos pretendiendo trabajar en cualquier tontería cerca de la casa solo para poder verme tomar el sol. Cuando comíamos me senté justo en frente de mi tío Jaime para ver sus reacciones cada vez que veía mis pechos. Me puse mis lentes de sol y así no podría ver si lo estaba viendo. 
tio y sobrina


Soy una chica chichona, y mi tío me coge Pt.1🍒🍑



Comimos entre miradas discretas suyas e incluso de mi padre. 

Por mĂĄs familia que fuĂ©ramos unos senos como los mĂ­os son imposibles de no notar. Aquellos hombres que tengan hijas mayores con senos enormes y saltarines podrĂ­an entender a mi familia. Es imposible no notarlos, para ellos es muy difĂ­cil por su atracciĂłn natural hacia los senos. DespuĂ©s de comer con mi familia regrese a la alberca. Ya habĂ­a terminado de broncearme y estaba ansiosa por un chapuzĂłn. El dĂ­a estaba muy caluroso y nadie estaba en la alberca. Me metĂ­ a relajarme en la piscina y despuĂ©s de un rato llego mi tĂ­o en traje de baño. Se metiĂł conmigo a nadar. Mi padre y mi hermano estaban viendo un partido de futbol dentro de la casa y nosotros nos habĂ­amos quedado solos. A los otros trabajadores mi padre los habĂ­a reprendido por no estar haciendo sus labores acostumbradas por lo que no habĂ­a ningĂșn trabajador en los alrededores. Muchos de ellos habĂ­an ido a acarrear las reses y otros a recuperar un caballo que andaba perdido desde la mañana mientras que los pocos que quedaban fueron a reparar la cerca por la que se nos habĂ­a escapado una vaca una semana atrĂĄs.
– ÂżQuĂ© tal estĂĄ el agua hija?
–Pues está muy rica tío, bien calientita.
– ¿Te importa si me uno a ti hija?
–Claro que no, adelante.
–Oye, hija, dime, ÂżQuĂ© tal te trata tu novio?
–Yo ahorita no tengo novio tío.
–Pues que chavitos tan babosos, tu estas hermosa hijita, y ya eres todo una hembrita, cualquiera daría lo que fuera por estar con alguien como tu amor.
–No diga esas cosas tío, yo no soy tan linda
–Claro que si mija, tu estas muy bonita y con ese cuerpo, has de traer a todos los huercos babeando como idiotas.
–Pues tal vez alguno sí.
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–Ya vez, yo sĂ© que has de traer a todos de tras tuyo mi amor.
ComenzĂł a hacerme cosquillas jugando en la alberca y la verdad yo soy muy cosquilluda. Nos reĂ­amos y jugĂĄbamos en el agua. El me abrazo y pude sentir algo que me sorprendiĂł. Su pene estaba duro y lo pude sentir cuando estaba bajo el agua detrĂĄs mĂ­o en mi bikini. Lo froto disimuladamente mientras reĂ­a y me abrazaba fuerte sin dejarme escapar de sus brazos. La verdad yo no sabĂ­a quĂ© hacer ni como sentirme con esa situaciĂłn por lo que quise alejarlo disimuladamente diciĂ©ndole que tenĂ­a que ir al baño. Me SalĂ­ de la alberca rĂĄpidamente y me fui al baño para cambiarme. Tal vez Ă©l pudo notar mi incomodidad en aquella situaciĂłn pero no estaba por completo segura. No podĂ­a creer en ese entonces que mi tĂ­o hubiera frotado su pene en mi trasero. Incluso puso sus manos tambiĂ©n disimuladamente en mis senos al abrazarme en varias ocasiones. Esa situaciĂłn me habĂ­a puesto muy caliente. SabĂ­a que estaba mal tener esos pensamientos pero no tenĂ­a como desahogarme. Masturbarme no me llevarĂ­a a ningĂșn lado por el nivel de excitaciĂłn que tenĂ­a y no podĂ­a acostarme con nadie de ahĂ­. Pude recordar que ese dĂ­a me tocaba bañar a mi caballo asĂ­ que le dije a mi padre que lo harĂ­a por la tarde ya entrada la noche cuando ya todos los trabajadores habĂ­an partido a sus hogares.
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Me dirigĂ­ a las caballerizas que estaban algo apartadas de la casa para bañar a mi caballo. Mi padre estaba entretenido platicando con mi tĂ­o y mi hermano asĂ­ que sabrĂ­a que estarĂ­a sola por un buen rato. Mientras caminaba con el mi vagina chorreaba intensamente. Estaba tan caliente que ya no podĂ­a aguantar mĂĄs. Necesitaba mamar algo. Mi caballo era el Ășnico que estaba disponible y decidĂ­ tomar la oportunidad. Le amarre las patas a la puerta de la caballeriza para que no se moviera y me traje un banquito pequeño para sentarme justo al nivel de su gran polla bestial. Me quite toda la ropa y quede desnuda junto a Ă©l. Frote mi cuerpo al suyo diciĂ©ndole cosas bonitas. Como me gustarĂ­a que pudieras hacerme tuya chiquito, pero tu pene me destrozarĂ­a y me irĂ­a al hospital muchachote –dije mientras mis pechos se unĂ­an a su torso acariciĂĄndolo. ComencĂ© sin pensarlo a chupar desesperadamente su polla. TenĂ­a un sabor agrio, muy amargo pero para mĂ­ era la gloria. Sentir la piel ĂĄspera de su extraño glande en mis labios. La humedad de la punta y como relinchaba mientras disfrutaba de mi lengua acariciĂĄndolo. Relinchaba muy fuerte mientras trataba de mover sus patas. MovĂ­a la cola y yo lo tomaba con ambas manos. Nunca me habĂ­a sentido tan caliente en mi vida y estaba desahogĂĄndome con el pobre de mĂ­ potro. Aunque ni tan pobre. El hermoso caballo estaba disfrutando de cada una de mis salvajes lamidas. Frotaba su barriga mientras lo metĂ­a lo mĂĄs profundo que podĂ­a en mi garganta. El campeĂłn no pudo ni aguantar cinco minutos de mi garganta y relincho fuerte mientras eyaculaba un rio de su basto y espeso semen en mi interior. PodrĂ­a jurar que su semen llego hasta mi vientre con la fuerza que saliĂł disparado. Casi me ahogo por lo espeso que era y mucho de su semen me baño por completo el cuerpo. Me habĂ­a bañado entera con su leche por todo lo que seguĂ­a eyaculando. El sentirme bañada por aquel semen tan delicioso y suculento me excitaba aĂșn mĂĄs. Por un loco momento pensĂ© en dejarme montar por el pero el riesgo de ser lastimada gravemente era demasiado. No tenĂ­a idea de que podrĂ­a hacerme un pene de mĂĄs de un metro de tamaño. Me limpie con una cubeta de agua mi cuerpo y me puse de nuevo la ropa. Cuando estaba terminando de ponerme la ropa escuche un ruido cerca del granero. 
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Como si alguien hubiera tropezado con algo pero cuando SalĂ­ ya no habĂ­a nadie. El dĂ­a que mi tĂ­o me violo me lo confeso y entonces lo supe. Mi padre le habĂ­a dicho que fuera a avisarme que no debĂ­a de bañarlo porque estaba algo enfermo. Cuando llego pudo ver que yo estaba mamĂĄndosela a mi caballo. En vez de decir algo me confeso que por el momento comenzĂł a masturbarse mientras veĂ­a aquel espectĂĄculo tan poco comĂșn. Me confeso que tuvo un orgasmo muy placentero y que cuando terminaba de eyacular se tropezĂł con una cubeta en el exterior. No podĂ­a creer que Ă©l me hubiera visto. 
Me tenĂ­a totalmente en sus manos y es por eso que no podĂ­a contar lo que me habĂ­a hecho en el rio.


continuarĂĄ.....

1 comentarios - Soy una chica chichona, y mi tío me coge Pt.1🍒🍑

megak_0
como se llama la primera zorra que usaste como iamegn?