La putita del asado

Holi a todos, soy Flor.

Cómo les contaba anteriormente, hubo una época en la que explore y explote a full mí sexualidad, donde no me privé de nada a la hora de tener relaciones.

Y lo que les voy a contar transcurrió cuando yo tenía 24 años, separada hace meses, con un buen trabajo y probando cuan pija se me pusiera enfrente.

En la empresa, había conseguido el ascenso a secretaria general y dependía directamente de mí jefe, con oficina individual y poco tiempo para entretenerme en el trabajo. Pero me faltaba algo y era estar cerca de mí familia, así que decidí solicitar el traslado y esperar a que me lo confirmen.

La respuesta llego a la semana siguiente y tenía fecha para 10 días después, lo que me daba tiempo a ordenar los papeles y a hacer una transición medianamente ordenada con la nueva aspirante a mí puesto.

Con el correr de los días, mis compañeros pasaban por mí oficina a decirme que me extrañarían y que no me vaya. Pero la decisión estaba tomada, así que decidieron organizar un asado de despedida en una casa con pileta el viernes último a qué me vaya.

Para asistir, trate de no ponerme algo muy provocador, sabiendo que sería el centro de atención de la fiesta. Así que como era al mediodía, hacía calor y había pileta, decidí ponerme un jean cortito con una musculosa rosa y la bikini abajo.

Facu me llevó y como ya saben, aprovecho para meter mano durante todo el viaje, por lo que llegue caliente a la fiesta.

Después de comer y jugar un poco al truco, nos metimos a la pile. Mí sorpresa fue que solo llegaban mis compañeros, de las chicas no había llegado nadie. Pero con la música fuerte y los chistes, la fiesta era muy divertida.

Poco a poco y entre juegos, mis compañeros se acercaban y me metían mano bajo el agua. Que una fotito y por debajo me tocaban la cola y cosas así. Yo por dentro estaba que hervía, pero me gustaba ese juego.

El fernet abundaba en la fiesta y así también los chistes con doble sentido entre todos. Ruben, aprovechaba a cada rato para venir y meterme mano bajo el agua, lo que por dentro cada vez me calentaba más.

Facundo lo vio y no quiso ser menos, así que se acercó y me apoyo por detras mientras nos sacaban una foto.

Así empezaron a pasar uno por uno y yo sentías sus pijas cada vez más duras en mí cola y espalda.

Pero todo se descontroló cuando empezamos a jugar a verdad o consecuencia. Y fue Rubén quien me hizo pisar el palito al preguntarme por Facundo. Obviamente perdí y la consecuencia era que me quite la parte de arriba del bikini y baile sexi para todos.

Primero me resistí, pero ellos fueron armando un círculo a mí alrededor y mientras gritaban que baile, empecé a moverme de la forma más sensual que encontraba para no perder el juego.

De un momento a otro, mí bikini desapareció, así que con solo la parte de abajo y una mano tapándome, continuamos el juego en el que cada uno debía quitarse una prenda por perder.

Era lógico que ellos se habían puesto de acuerdo para perder todos, así que lentamente empezaron a quedar cada uno con sus pijas al viento. Y cuando yo me disponía a ganar el juego, Facundo me hizo perder, por lo que tuve que sacarme la tanguita y quedar al igual que ellos.

Ahí recién tomé magnitud de que todos tenían sus pijas paradas, cuando volvieron a hacer una ronda a mí alrededor. Pero fue Rubén quien tomo la palabra y dijo, Florcita este es nuestro regalo para vos, esperamos que lo recibas de la mejor manera.

Claro, querían enfiestarme entre todos y no iba a dejarlos con las ganas, así que empecé a agarrar una por una y a besar sus cabecitas para que terminen de ponerse duras, cómo a mí me gustan.

Acto seguido, empecé a chuparlas, mientras ellos no dejaban pasar el momento para meter mano por todo mí cuerpo.

Facundo fue el primero en hacerme parar, y mientras chupaba la pija de Sergio, me separó las piernas e introdujo su pija enorme hacia mí interior.

Obvio que quería gemir, pero Sergio empujó más adentro de mí boca, por lo que empecé a disfrutar de dos pijas para mí.

Minutos después, empezaron a desfilar todos. Unos me cogían y los otros hasta me golpeaban en la cara con sus pijas, un momento muy excitante que marcaba una despedida inolvidable.

A pura pija bajó la tarde y mí cuerpo ya estaba cansado de tantos pijazos, así que decidimos parar de la mejor manera. Todos en círculo y sus pijas apuntando a mí boca, para darme la merienda directamente desde el envase.

Así empezaron a acabar mis chicos, primero Facundo, después Cristian, siguió Diego que me baño la cara y cada uno de los 8 que estaban en el asado.

Totalmente lecheada y bien cogida me dirigí hacia la ducha, mí cuerpito necesitaba relajarse. Así que me bañé, me volví a vestir cómo había llegado a la fiesta y salí al salón donde todos ya estaban vestidos, cómo si nada hubiera pasado.

Minutos más tarde llego mí taxi, me despedí uno por uno de los chicos y me dirigí a mí departamento a descansar con una sonrisa enorme de sentir que todos habían disfrutado de cogerse a la putita de la empresa.