Nunca pensé que una pastilla cambiaría todo.
Nunca imaginé que un simple impulso me convertiría en esto.
Me llamo Marcos... me llamaba. Ahora soy Mía.
Todo comenzó una noche. La encontré por curiosidad. "Gender Bender X", decía el frasco. "Transformación total en 60 segundos".
Era una broma, pensé. Pero no podía dejar de mirarla. Algo dentro de mí lo deseaba... lo necesitaba.
La tomé.

Mientras estaba en la bañera con el agua tibia me miraba y conocia mi nuevo cuerpo.
No podia creer el nuevo cuerpo tenia y que tan bien se sentia.
Sentí mi cuerpo retorcerse, cambiar, arder de deseo.
Mis pezones se endurecieron al formarse
mis tetas. Mis caderas se ensancharon. Mi voz se
volvió suave, jadeante. Y abajo... lo que era mi orgullo... se desvaneció, dejando una humedad nueva, desconocida... excitante.
Me toqué. Gemí. Me mordí los labios.
Era real.

Me fui a poner un disfraz de colegiala que había dejado una amiga que era mi favorito Y me puse a imaginar y a tocar como seria coger con un hombre en este estado... En mi nuevo cuerpo
Y de repente escuche un ruido y mire a la puerta y me sorprendió

Lautaro, mi mejor amigo, apareció en la puerta.
-¿Marcos?
Me acerqué caminando lento, con esa nueva forma de moverme. Era natural... y muy puta.
-No. Ahora soy Mía.
Sus ojos se fueron directo a mis tetas.
Le sonreí, juguetona. Sabía lo que hacía. Sabía que lo tenía en la palma de mi mano... o mejor dicho, entre mis piernas.
Él se acercó. Me tocó la cintura.
Yo solté un gemido suave. Fue automático.
Mi cuerpo reaccionaba a él sin filtro.
-No sabés cómo te necesito -susurré.
Su mano subió por mi espalda. Se detuvo en mi nuca. Y me arrodille. Yo sabia que queria el y una parte de mi tambien lo queria.
Saco su verga y le comence a petear su gran verga
-Estás hecha para esto, ¿sabías?. Me dijo Lautaro
Yo solo asentí. No podía hablar. Temblaba

Lautaro me agarro y me puso en la cama -Estas lista para ser una mujer de verdad?
-Estoy Lista para ser tu puta. Le dije con un poco de miedo pero con ganas de ser su puta y llena de placer.
Mis pezones se erizaron, me agarro de la pierna y me abrio, mis caderas comenzaron a moverse de manera involuntaria, guiadas por un deseo que no podía controlar. El momento que me puso su gran verga dentro de mí se me salio un gemido de dolor y placer

Lautaro me solto la pierna y me agarro de la cintura
Sentí sus manos fuertes rodeando mi cintura, sujetándome con firmeza mientras su cuerpo se presionaba más contra el mío
-¿Te gusta, Mía?
Gemía, mi cuerpo reaccionando por sí solo. Cada movimiento suyo, cada empuje, me hacía perder el control. Mi respiración se aceleraba, y mi mente era un caos de sensaciones. La forma en que me poseía, me dominaba... nunca había experimentado algo así. Era como si mi cuerpo hubiera sido hecho solo para esto, para ser completamente suyo.
-No quiero que pares... Dije entre gemidos, casi rogándole.
Cada embestida más profunda me hacía sentir más viva, más mujer y mas puta. El placer se multiplicaba, y todo lo que quería era más. Más de él

Lautaro estaba comenzando a cansarse, pero yo no queria parar y el tampoco Lo miré, sonriendo, sabiendo que era mi turno.
Me acerqué lentamente, viéndolo a los ojos, y antes de que pudiera decir algo, lo tire a la cama y me subí sobre él con un movimiento seguro.
-Es mi turno ahora. Dije en voz baja, mordiéndome el labio.
Sentí su cuerpo bajo el mío. Me movía lentamente, disfrutando del poder que sentía al estar sobre él

Con un movimiento rápido, Lautaro me giró, colocándome boca abajo. Sentí su peso sobre mí, y esa sensación de rendirme me despertó un deseo incontrolable.
-Ahora soy yo quien manda, Mía. Dijo
Sentí su peso sobre mí, su cuerpo firme y cálido. Cada movimiento suyo me hacía sentir más y más puta.
Él estaba al mando

Lautaro me puso de lado y volvio a levantarme la pierna con una mano y la otra en el cuello y me seguia cogiendo.

No sabia que el sexo seria tan bueno como mujer
Despues de una hora de placer. Comence a sentir un liquido fuerte y espeso dentro de mí, era el semen de Lautaro.
Cuando saco su gran verga salio un gemido de placer y dolor y pense que ya habíamos terminado.
Todo mi cuerpo no paraba de templar. Y de mi vagina comenzaba a salir el semen de Lautaro, aunque un poco triste por que queria saber como era el sabor de su semen

Lautaro me vi que aunque estaba exhausta aun no estaba satisfecha del todo.
Lautaro me arrodillo, yo ya sin fuerza para pararme ni poder hacer nada
Lautaro me puso su gran verga en la boca
—Aun no estas satisfecha del todo, verdad?— dijo con una cara feliz y un poco arrogante
Mientras el seguia cogiendome la gargante no podia creer todo el placer que estaba sintiendo en este momento.
Comence a sentir del fondo de mi garganta lo mismo que senti adentro de mi vagina pero ahora diferente. Comence a sentir todo el sabor de su semen que era todo diferente a lo que alguna vez probe, su sabor era unico. Sentia el sabor a su semen a mis jugos vaginales, mi culo mi saliva y mas
Me saco la verga del fondo de mi garganta. Mis ojos se pusieron en blanco
—Ahora ya estas satisfecha?. Me dijo con una sonrisa en la cara
—Estoy mas que satisfecha. Le dije mirándolo a la cara con una sonrisa en mi cara

Con mi cara llena de semen , placer y totalmente satisfecha.
Mire a Lautaro totalmente satisfecho, cansado y bien seco jaja. Le giñe un ojo y me fui a prepararle algo para que reponga su fuerzas el pobre jaja
Nunca imaginé que un simple impulso me convertiría en esto.
Me llamo Marcos... me llamaba. Ahora soy Mía.
Todo comenzó una noche. La encontré por curiosidad. "Gender Bender X", decía el frasco. "Transformación total en 60 segundos".
Era una broma, pensé. Pero no podía dejar de mirarla. Algo dentro de mí lo deseaba... lo necesitaba.
La tomé.

Mientras estaba en la bañera con el agua tibia me miraba y conocia mi nuevo cuerpo.
No podia creer el nuevo cuerpo tenia y que tan bien se sentia.
Sentí mi cuerpo retorcerse, cambiar, arder de deseo.
Mis pezones se endurecieron al formarse
mis tetas. Mis caderas se ensancharon. Mi voz se
volvió suave, jadeante. Y abajo... lo que era mi orgullo... se desvaneció, dejando una humedad nueva, desconocida... excitante.
Me toqué. Gemí. Me mordí los labios.
Era real.

Me fui a poner un disfraz de colegiala que había dejado una amiga que era mi favorito Y me puse a imaginar y a tocar como seria coger con un hombre en este estado... En mi nuevo cuerpo
Y de repente escuche un ruido y mire a la puerta y me sorprendió

Lautaro, mi mejor amigo, apareció en la puerta.
-¿Marcos?
Me acerqué caminando lento, con esa nueva forma de moverme. Era natural... y muy puta.
-No. Ahora soy Mía.
Sus ojos se fueron directo a mis tetas.
Le sonreí, juguetona. Sabía lo que hacía. Sabía que lo tenía en la palma de mi mano... o mejor dicho, entre mis piernas.
Él se acercó. Me tocó la cintura.
Yo solté un gemido suave. Fue automático.
Mi cuerpo reaccionaba a él sin filtro.
-No sabés cómo te necesito -susurré.
Su mano subió por mi espalda. Se detuvo en mi nuca. Y me arrodille. Yo sabia que queria el y una parte de mi tambien lo queria.
Saco su verga y le comence a petear su gran verga
-Estás hecha para esto, ¿sabías?. Me dijo Lautaro
Yo solo asentí. No podía hablar. Temblaba

Lautaro me agarro y me puso en la cama -Estas lista para ser una mujer de verdad?
-Estoy Lista para ser tu puta. Le dije con un poco de miedo pero con ganas de ser su puta y llena de placer.
Mis pezones se erizaron, me agarro de la pierna y me abrio, mis caderas comenzaron a moverse de manera involuntaria, guiadas por un deseo que no podía controlar. El momento que me puso su gran verga dentro de mí se me salio un gemido de dolor y placer

Lautaro me solto la pierna y me agarro de la cintura
Sentí sus manos fuertes rodeando mi cintura, sujetándome con firmeza mientras su cuerpo se presionaba más contra el mío
-¿Te gusta, Mía?
Gemía, mi cuerpo reaccionando por sí solo. Cada movimiento suyo, cada empuje, me hacía perder el control. Mi respiración se aceleraba, y mi mente era un caos de sensaciones. La forma en que me poseía, me dominaba... nunca había experimentado algo así. Era como si mi cuerpo hubiera sido hecho solo para esto, para ser completamente suyo.
-No quiero que pares... Dije entre gemidos, casi rogándole.
Cada embestida más profunda me hacía sentir más viva, más mujer y mas puta. El placer se multiplicaba, y todo lo que quería era más. Más de él

Lautaro estaba comenzando a cansarse, pero yo no queria parar y el tampoco Lo miré, sonriendo, sabiendo que era mi turno.
Me acerqué lentamente, viéndolo a los ojos, y antes de que pudiera decir algo, lo tire a la cama y me subí sobre él con un movimiento seguro.
-Es mi turno ahora. Dije en voz baja, mordiéndome el labio.
Sentí su cuerpo bajo el mío. Me movía lentamente, disfrutando del poder que sentía al estar sobre él

Con un movimiento rápido, Lautaro me giró, colocándome boca abajo. Sentí su peso sobre mí, y esa sensación de rendirme me despertó un deseo incontrolable.
-Ahora soy yo quien manda, Mía. Dijo
Sentí su peso sobre mí, su cuerpo firme y cálido. Cada movimiento suyo me hacía sentir más y más puta.
Él estaba al mando

Lautaro me puso de lado y volvio a levantarme la pierna con una mano y la otra en el cuello y me seguia cogiendo.

No sabia que el sexo seria tan bueno como mujer
Despues de una hora de placer. Comence a sentir un liquido fuerte y espeso dentro de mí, era el semen de Lautaro.
Cuando saco su gran verga salio un gemido de placer y dolor y pense que ya habíamos terminado.
Todo mi cuerpo no paraba de templar. Y de mi vagina comenzaba a salir el semen de Lautaro, aunque un poco triste por que queria saber como era el sabor de su semen

Lautaro me vi que aunque estaba exhausta aun no estaba satisfecha del todo.
Lautaro me arrodillo, yo ya sin fuerza para pararme ni poder hacer nada
Lautaro me puso su gran verga en la boca
—Aun no estas satisfecha del todo, verdad?— dijo con una cara feliz y un poco arrogante
Mientras el seguia cogiendome la gargante no podia creer todo el placer que estaba sintiendo en este momento.
Comence a sentir del fondo de mi garganta lo mismo que senti adentro de mi vagina pero ahora diferente. Comence a sentir todo el sabor de su semen que era todo diferente a lo que alguna vez probe, su sabor era unico. Sentia el sabor a su semen a mis jugos vaginales, mi culo mi saliva y mas
Me saco la verga del fondo de mi garganta. Mis ojos se pusieron en blanco
—Ahora ya estas satisfecha?. Me dijo con una sonrisa en la cara
—Estoy mas que satisfecha. Le dije mirándolo a la cara con una sonrisa en mi cara

Con mi cara llena de semen , placer y totalmente satisfecha.
Mire a Lautaro totalmente satisfecho, cansado y bien seco jaja. Le giñe un ojo y me fui a prepararle algo para que reponga su fuerzas el pobre jaja

2 comentarios - De Marcos a Mía: De Macho a Puta Sin Retorno