Este relato nace de una sugerencia que me hicieron con respecto a liberar mis mas profundos deseos, siendo hombre en esta realidad tan compleja para nosotros. Se remonta a mi deseo de sentirme mujer por una noche,senirme deseado, sin complejos, solo disfrute. Les dejo el Relato;
Y entonces,cuando me tocó el pecho, sentí alivio.
No solo era piel: era aceptación. Era ternura.
Por primera vez me sentí deseado. No por lo que fingía ser,
sino por lo que realmente era.
Quise ser su compañía ,su deseo.
Con mis kilos demas. Con mi pecho que él miraba como si fueran senos sagrados.
Con mis nalgas, que pronto serían suyas, y yo lo sabía.
Esa noche sería una mujer en su cuerpo,en sus brazos,en sus ojos.
Le dije que queria ponerme sensual para él.
Asintió, con una dulzura que me desarmó.
Fuí al baño y me puse un conjunto de lenceria ajustado al cuerpo.
Cuando salí, me esperaba con los brazos abiertos.
Me abrazó y me susurró al oido: " Ser mujer por una noche no está mal. Me encanta tu conjunto."
Me besó sin apuro.
Me guío hacía la cama, me recostó.
Cada beso era una llave, cada caricia, un permiso.
Abrió mis piernas con amor.
Comenzaba a tomar forma mi mas profudo deseo.
Me dilataba con paciencia, entendiendo mi primera vez.
Subió hacía mí, me beso profundamente y al mismo tiempo tomaba una de mis manos con fuerza.
Y entonces, lo sentí entrar.
No hubo miedo. No hubo vergüenza.
Solo una certeza nueva:
mi cuerpo era digno de gozo..
Mi deseo no era un error.
Yo era amado, entero.
Continuará
Y entonces,cuando me tocó el pecho, sentí alivio.
No solo era piel: era aceptación. Era ternura.
Por primera vez me sentí deseado. No por lo que fingía ser,
sino por lo que realmente era.
Quise ser su compañía ,su deseo.
Con mis kilos demas. Con mi pecho que él miraba como si fueran senos sagrados.
Con mis nalgas, que pronto serían suyas, y yo lo sabía.
Esa noche sería una mujer en su cuerpo,en sus brazos,en sus ojos.
Le dije que queria ponerme sensual para él.
Asintió, con una dulzura que me desarmó.
Fuí al baño y me puse un conjunto de lenceria ajustado al cuerpo.
Cuando salí, me esperaba con los brazos abiertos.
Me abrazó y me susurró al oido: " Ser mujer por una noche no está mal. Me encanta tu conjunto."
Me besó sin apuro.
Me guío hacía la cama, me recostó.
Cada beso era una llave, cada caricia, un permiso.
Abrió mis piernas con amor.
Comenzaba a tomar forma mi mas profudo deseo.
Me dilataba con paciencia, entendiendo mi primera vez.
Subió hacía mí, me beso profundamente y al mismo tiempo tomaba una de mis manos con fuerza.
Y entonces, lo sentí entrar.
No hubo miedo. No hubo vergüenza.
Solo una certeza nueva:
mi cuerpo era digno de gozo..
Mi deseo no era un error.
Yo era amado, entero.
Continuará
0 comentarios - Ser mujer por una noche N°1