Hermanos de la tranquilidad a la lujuria capitulo 7

Después de la noche de la película, los hermanos continuaron con sus noches de masturbación, pero la tensión entre ellos había alcanzado un punto de no retorno. Una de esas noches, Camí, con voz temblorosa pero decidida, le dijo a Pedro:

"Hermano, me gustaría tener la sensación de un pene adentro de mí. Y el único que hay en esta casa es el tuyo. ¿Me ayudarías?"

Pedro, con mucho amor y deseo, respondió:

"Si tú quieres, claro, hermanita."

Camí, totalmente desnuda, se puso en cuatro sobre la cama, esperando que su hermano la penetrara. Pero Pedro, con una idea en mente, le dijo:

"Hermana, hagamos lo que salen en las películas de sexo."

Ella, curiosa y excitada, asintió. Comenzaron a seguir las escenas de la película porno que habían visto. La primera escena mostraba a la mujer haciendo sexo oral. Pedro, con una sonrisa, le dijo:

"Vamos, hermana, te toca."

Se sacó el pene y, por primera vez, Camí lo tomó en su boca, sintiendo una mezcla de sensaciones eróticas y nuevas. Pedro gimió de placer, disfrutando de la boca de su hermana.

"Así, hermanita, así," la animó, mientras ella movía su cabeza arriba y abajo, explorando con su lengua.

Luego, la escena cambió y mostraba al hombre haciendo sexo oral a la mujer. Pedro, con una sonrisa maliciosa, le dijo a Camí:

"Te toca, hermanita. Ahora yo te probaré a ti."

Camí, con una mezcla de vergüenza y excitación, se recostó mientras Pedro se posicionaba entre sus piernas. Le separó los labios vaginales con sus dedos y comenzó a lamerla, metiendo su lengua en su vagina. El sabor y las sensaciones eran deliciosos para ambos.

"Te sabe tan rico, hermanita," dijo Pedro, levantando la vista hacia ella.

Camí, gimiendo de placer, respondió:

"Sí, hermano, me encanta."

Pedro continuó lamiendo y chupando, llevándola al borde del orgasmo. Luego, siguiendo la escena de la película, le metió un dedo, luego dos, preparándola para lo que venía.

"Espera, hermano, que no sale eso en la película. Mira, me tienes que besar el ano," dijo Camí, riendo nerviosamente.

Pedro, sorprendido pero dispuesto, se movió hacia abajo y comenzó a besar y chupar su ano, haciendo que Camí gimiera de placer.

"Así, hermanito, así," lo animaba, mientras él exploraba con su lengua.

Finalmente, la escena de la película mostró la penetración. Camí, con voz suplicante, le dijo:

" Ahora sí, hermanito. Penétrame."

Pedro, con cuidado, se posicionó detrás de ella y lentamente introdujo su pene en la vagina de Camí. Ambos gimieron de placer al sentir esa conexión profunda y prohibida.

"Te sientes tan bien, hermanita," dijo Pedro, comenzando a moverse lentamente.

"Sí, hermano, más fuerte," respondió Camí, empujando sus caderas hacia atrás para recibirlo más profundo.

La noche continuó con ambos siguiendo las escenas de la película, explorando sus cuerpos y descubriendo nuevos placeres. Las conversaciones eróticas y vulgares llenaban la habitación, mientras ellos se dejaban llevar por la pasión y el deseo.

"Me encanta cómo te sientes, hermanita. Tu vagina es tan apretada y caliente," dijo Pedro, mientras la penetraba más profundamente.

"Sí, hermano, así. Me estás volviendo loca," respondió Camí, gimiendo y moviendo sus caderas al ritmo de él.

"Quiero que te corras para mí, hermanita. Quiero sentir cómo tu vagina se aprieta alrededor de mi pene," le susurró Pedro al oído, aumentando el ritmo.

"Sí, hermanito, sí. Me voy a correr," gritó Camí, mientras su cuerpo temblaba de placer.

Pedro, sintiendo cómo su vagina se apretaba alrededor de su pene, se dejó llevar y se corrió dentro de ella, llenándola con su semen.

"Te amo, hermanita," dijo Pedro, abrazándola mientras ambos recuperaban el aliento.

"Y yo a ti, hermanito," respondió Camí, sonriendo y acariciando su cabello.

Así, guiados por una película de porno, los hermanos exploraron sus deseos más profundos y prohibidos, creando una noche de sexo intenso y placentero.