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Lujuria, desenfreno y placer de 2 madres calientes (3°pte)

LUJURIA, DESENFRENO Y PLACER DE DOS MADRES CALIENTES (3°pte)
 
 

Relatos anteriores de esta serie:

http://www.poringa.net/posts/relatos/5966454/Lujuria-desenfreno-y-placer-de-2-madres-calientes-1-parte.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/5969025/Lujuria-desenfreno-y-placer-de-2-madres-calientes-2-parte.html


Caminamos de regreso a su casa tomadas del brazo, felices y comentando lo que habíamos provocado en la plaza y en el supermercado. La pareja de gays que vive al lado de su casa seguía tomando mate, nos saludaron y comentaron: “¿es noche de chicas hoy?”, respondimos afirmativamente y ellos curiosos nos preguntaron si íbamos a salir, mi amiga les mostró las cervezas y la prepizza: “que las pasen bien chicas” dijo uno de ellos y agregó con doble sentido: “no hagan mucho ruido”, los cuatro reímos pícaramente. Seguimos nuestro camino y entramos a la casa de mi amiga, e inmediatamente sentimos el cambio de temperatura, su hogar estaba cálido y acogedor.
 
Yo: Hay estoy acalorada.
V: Yo también. Si a vos no te molesta, me voy a sacar la calza y voy a andar en bolas como me gusta estar de entrecasa.          
Yo: Hay que lindo eso…- dije con nostalgia, yo desde hace tiempo no lo podía hacer, mi casa tiene dos adolescentes con amigos y esto no me lo permite.
V: sacáte la calza, si estamos las dos solas.
 
Le hice caso, fue un alivio, además me quité el saquito y me puse una remera liviana con tirantes. Las dos quedamos en bombacha y remeras. Libres, felices, con poca ropa y dispuestas a sentarnos a hablar. Comenzamos a cocinar, mientras abríamos una lata de cerveza de esas grandes de 750 cm. Ella puso música de los 90 y bailando se acercó a la cocina para empezar a hacer la pizza. Yo, del otro lado del pasaplatos la veía. Ella bailaba y cocinaba. “Vení ayudáme” me dijo y extendió la mano para guiarme al lado suyo.
 
Las dos estábamos en bombacha, con una remerita de tiradores liviana cocinando. Ella cortaba el queso y yo ponía la salsa en la prepizza, cada tanto había un roce de los brazos, que me electrizaba y evidentemente también a ella, pues sus pezones lo demostraban. Las dos hablábamos de familia, padres, hijos, trabajo, pero evidentemente nuestras mentes estaban en sentir la piel de la otra. Pasó detrás mío a buscar los condimentos y sus pezones rozaron mi espalda, a su regreso yo saqué el culo para achicar el espacio de paso y obligarla a rozarme. Sentí su entre pierna caliente rozando mis nalgas, su perfume y su piel de gallina. Cerré los ojos un momento y aparecieron imágenes nuestras, besándonos desnudas.
 
V: ¿qué pasa? - dijo ella con picardía, en su tono de voz.
Yo: nada, nada.
V: ¿seguro? - volvió a preguntar ella.
Yo: no jodas, no te hagas la boluda, que me doy cuenta- dije girando la cara hacia ella y quedando nuestras bocas a centímetros.

Lujuria, desenfreno y placer de 2 madres calientes (3°pte)

 
Sus ojos penetraron hasta mi alma, yo vi en su rostro una sensación de entrega. Hubo una pequeña sonrisa de ambas, nuestras frentes se apoyaron, la punta de nuestras narices se rozó y acercamos nuestros labios; nos besamos lentamente. Fue corto, nos separamos, nos sentimos avergonzadas. Nunca habíamos besado a otra mujer, nunca había sentido yo la necesidad irrefrenable de besar una mujer, como lo sentía en ese momento. 
 
Yo: Disculpá. - le dije.           
V: No, no, discúlpame vos.- respondió ella. 
 
Nos pedíamos perdón, pero no nos alejábamos, nuestros rostros y cuerpos estaban pegados, al mismo tiempo cerramos los ojos y nos volvimos a besar profundo, se mezclaron nuestras lenguas con desesperación, sus largos brazos me rodearon por la cintura yo respondí de igual manera. Nuestros pechos se tocaban apretujándose, sentía el calor de su cuerpo, una gota de transpiración me caía por la espalda. Fue eterno y hermoso. Nos separamos, ambas bajamos la mirada en una mezcla de excitación y vergüenza, le pasé los dedos por sus labios y nos reímos, alegres y nerviosas.
 
Yo no sabía qué hacer, ella tampoco. ¿Cómo seguía esta situación?: tenía ganas de abalanzarme sobre ella, desnudarla, y besar todo su cuerpo. Estábamos las dos inmóviles. Su propuesta fue fantástica: “Escuchá ese tema, vení vamos a bailar” me dijo, mientras agarraba una lata de cerveza con una mano y con la otra la mía. Los primeros golpes de la batería electrónica marcaban el ritmo de “El amor después del amor” de Fito Páez, esos golpes de batería eran una invitación a bailar y así lo hicimos.

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En el living de su casa estábamos las dos descalzas en bombacha y remera. Nuestros cuerpos se movían recordando nuestra primera juventud. Alegres, despreocupadas, bailábamos y gozábamos ese momento nuestro. Dos mujeres, madres, trabajadoras de 40 y pico, dándose su tiempo, olvidándose de todo y de todos, regalándose una noche, que se estaba transformando en un momento inolvidable.  
 
Bailábamos felices, cantábamos: “nadie puede y nadie debe vivir sin amor…”, reíamos y movíamos de manera sensual nuestros cuerpos. La lata de cerveza pasaba de su mano a mi mano. A esa altura cada movimiento mío o de ella era un roce de seducción a la otra, era un juego excitante que endureció nuestros pezones que emergían como dos picos a través de la tela dela remera. Cuando tuve la oportunidad, rocé con la lata fría su pecho mojando la remera. Ella se estremeció, me miró y dijo: “trola … ¿querés ver?” y sin dudarlo se sacó la remera. Luego, me miró y con una media sonrisa de costado y ojos picaros, se acercó lentamente y me quitó la mía. Yo me pegué a ella para sentir sus pechos desnudos, nuestros pezones se aplastaron se hicieron uno, sentía el latido de su corazón, su olor, la textura de su piel; la atraje hacia mí y la besé en la boca.
 
A partir de ese momento todo fue locura, como si se hubiese roto una presa o una barrera invisible, abandonamos todos nuestros prejuicios y nos besamos con pasión y lujuria. Ella me tomó del rostro con sus manos para besarme, yo metí mi muslo en su entrepierna para sentir su calor y rozarla, la sentí: estaba empapada, al igual que yo. Ella hizo lo mismo, las dos semiagachadas nos frotábamos como masturbándonos. Estiró sus brazos, tomó mi culo, me lo apretó y dijo: “me encanta tu culo guacha”. Ambas sabíamos que nos calentábamos diciéndonos groserías, ya lo habíamos hablado. Contesté: “siiii…, te gusta yegüa, apretáme, así como tu puta”, subió sus manos, me empujó suavementehacia el sillón, caí y abrí las piernas ofreciéndome.
 
La música, como cómplice de nuestra lujuria desenfrenada, acompañaba la situación. La play list saltó hacia el soft metal de los 90: BonJovi nos acompañaba cantando “I'll there for you” (estaré allí para ti). Alli estábamos las dos teniendo nuestra primera experiencia lésbica a los 40 y pico de años, lo deseábamos, durante meses habíamos fantaseado con este preciso instante, pero al llegar el momento estábamos asustadas.

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Ella, seguía de pie frente a mi inmóvil, como pensando si avanzaba, la miré a los ojos, estiré mi mano y le dije con suavidad -casi como una orden- “vení”. Lentamente se acercó, se arrodilló y pasó sus manos desde mis rodillas lentamente hasta mi concha. Su cara lo decía todo era una zorra deseosa de comerme. Corrió mi empapada bombacha y acercó sus labios: primero besó y lamio suavemente mis muslos, luego con delicadeza pasó su lengua por mis labios vaginales y con frenesí comenzó a chuparme la concha.  Yo sentí una electricidad subiendo de mi entrepierna, me tomé las tetas, aprete mis pezones y arqueé mi cuerpo de placer. La tomé del pelo y le dije: “el clítoris, pasáme tu lengua por el clítoris”, lo hizo y a la vez comenzó a meterme los dedos, los hizo ganchos, tocó mi punto rugoso, lo sentí inmediatamente: abrí la boca y mis ojos se pusieron en blanco, escuché que me dijo: “te gusta, mirá la cara de puta que ponés…”.
 
Ella en cuatro en el piso con su otra mano se pajeaba, la miré a los ojos y le dije: “subi”, lentamente su lengua fue a mi abdomen, a mis tetas y terminó en mi boca; me ofreció sus tetas, se las mordí, extendí mi brazo derecho, su concha quedó a la altura de mi mano, busqué desesperada su clítoris, con la yema de los tres dedos mayores se la comencé a refregar en círculos salvajemente, ella tiró su cabeza hacia atrás, movió su cadera y gimió: “ahhhh….”.Le dije: “dale trola…gozá”, al mismo tiempo que agarraba su culo lo tiraba hacia adelante haciendo que mis dedos se metan en su concha”.

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Bajó su mano por mi abdomen, buscando mi raja, la encontró y comenzó a pajearme. Esa paja cruzada era una locura: primero gemidos, cuerpos transpirados moviéndose frenéticamente, besos profundos, nos insultábamos: “puta”,“ trola”, “yegüa”, “perra”, todo nos calentaba. Las dos gozábamos. Mi concha era un volcán, le avisé en una mezcla de ruego y placer: “acábo….”, ella como una gata, bajo a mí entrepierna, las abrió, quedaron como una “W”, acercó su cara, para chuparme la concha. Ya era tarde mis jugos salían a chorros salpicando su cara. Al mismo tiempo ella abría las piernas y dejaba un charco en el piso. Luego, así con su boca toda empapada se levantó y se acercó a darme un beso en la boca, sentí mis jugos y su saliva; arrimó sus dedos mojados por su esquirt y me los ofreció para que los chupe.
 
Nos sentamos las dos rendidas en su sillón. Nos miramos con ternura, nos abrazamos, estábamos transpiradas, “dejamos de ser amigas” me dijo, e inmediatamente agregó: “ahora somos amigas y amantes”. Miré el techo y sonreí feliz. En el fondo la música volvía a ser cómplice, se escuchaba a Abel Pintos cantando “La llave”, la letra decía: “vas a verme llegar, vas a oír mi canción, vas a entrar sin pedirme la llave; la distancia y el tiempo lo saben, la falta que le haces a mi corazón….”  
 
La letra de la canción me impactó, mis ojos se humedecieron, el éxtasis posterior al placer todavía invadía mi cuerpo, la miré y le dije: “Vamos a tu dormitorio, me encanta ese espejo inmenso que tenés en la puerta del placard”.      
 
 
CONTINUARA……

7 comentarios - Lujuria, desenfreno y placer de 2 madres calientes (3°pte)

nukissy4852
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18cmBA +1
Ufff tremendo solo imaginarlas en esa escena me hizo poner al palo 🔥🔥🔥
Mujerymadre +1
Troliamiga te amoooooo!!! Hermoso, me mojé y sentí cada cosa de ése día!!! Me encantó todo!!!
LunayMarcos +1
Mmm tremenda trilogía que buena historia como relatas describiste que deliciosa manera de estimular los sentidos mmm no sabes como me quedo la pija llena de líquido pre seminal.. de lo caliente que me pusiste jaja vamos por más diosa