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Hermanos de la tranquilidad a la lujuria capitulo 4

Camí, dándose cuenta de que la situación se estaba saliendo de control, le pidió a Pedro que se detuviera. "No, hermano, ya me viste casi desnuda. Dejémoslo así, no vaya a ser que nos arrepintamos," dijo, tratando de recuperar el control.

Pedro, sin embargo, no podía sacarse de la cabeza la imagen de Camí con esa ropa interior transparente. Sus tetas perfectas y esa vagina llena de pelitos, escondiendo algo que seguramente nunca había sido tocado por nadie, lo obsesionaban. Pasaron los días, y Pedro no perdía oportunidad de ver a su hermana. Camí, consciente de la situación, decidió dejarlo hacer, disfrutando secretamente de la atención.

Pedro comenzó a tomar la ropa interior de Camí y a olerla, masturbándose mientras imaginaba su cuerpo. Camí, por su parte, seguía con su rutina diaria, pero empezó a usar menos ropa en la casa. Salía sin brasier, solo con camisas viejas y desabotonadas que revelaban sus tetas grandes y sus pezones rosados. Pedro no podía dejar de mirarla y se masturbaba con frecuencia, sin miedo a que su hermana lo viera.

Una tarde, Camí salió a nadar al lago. Pedro, desde la ventana, la observaba con deseo. Camí notó su mirada pero no le importó. Se quitó toda la ropa y quedó completamente desnuda, su cuerpo mojado resplandecía bajo el sol. Pedro, excitado, comenzó a masturbarse mientras observaba ese culo perfecto, esa vagina llena de pelitos y esos senos grandes y mojados.

Camí, consciente de que su hermano la estaba mirando, lo miró fijamente y le gritó:

"Hermanito, ¿si quiero que me depiles?"

Pedro, con la respiración entrecortada y el corazón acelerado, asintió, sin poder articular palabras. La tensión entre ellos había alcanzado un punto de no retorno, y ambos lo sabían.

2 comentarios - Hermanos de la tranquilidad a la lujuria capitulo 4

gy_tg36317
Me encanta tus relatos, porque no respondes al privado?