Madre e hijo lo prohibido capitulo 4

Reglas del Resort

Después de la primera noche en el resort, el administrador convoca a todas las parejas para darles una serie de instrucciones importantes. El resort, les informa, es un lugar exclusivo y único, un resort naturista donde la desnudez es obligatoria para acceder a todas las atracciones, incluyendo el restaurante, las piscinas y la playa. La única excepción es el interior de las habitaciones, donde se permite usar ropa.

Carolina mira a su hijo Mateo con una expresión de sorpresa, pero mantiene la compostura y no dice nada. Nadie en el resort sabe que ellos son madre e hijo, y ella espera que las indicaciones terminen pronto. La última instrucción del administrador es que las puertas del resort se cerrarán y no se abrirán nuevamente en 15 días, con la frase: "Parejas, disfruten de sus cuerpos desnudos. Aquí está permitido todo."

Regresan a la habitación, y Mateo, con una sonrisa triunfal, sabe que ha dado el primer paso de su plan. Carolina, aún impactada, le dice a su hijo:

—Hijo, así me toque quedarme los 15 días en la habitación, no me desnudaré.

Sin embargo, la curiosidad y el aburrimiento comienzan a hacer mella en Carolina. Desde su ventana, observa a otras parejas disfrutando de las instalaciones del resort. Después de dos días encerrada en la habitación, decide que no puede seguir así. Se acerca a Mateo y le dice:

—No puedo creer lo que me vas a hacer.

Mateo, con una mezcla de excitación y determinación, responde:

—Mamá, por fin vamos a salir.

Carolina, aunque apenada, decide seguir adelante. Con una voz temblorosa, pero decidida, le dice a Mateo:

—Voy a quitarme la ropa, pero no lo hago por ti, lo hago por disfrutar estas vacaciones.

Comienza a desvestirse lentamente, y Mateo la observa con una mezcla de admiración y deseo. Los senos de Carolina, grandes y firmes, con pezones perfectos, son una visión que Mateo no puede olvidar. Su vagina, totalmente arreglada, con pelos bien rasurados, es un manjar a la vista de su hijo. Ella es perfecta, y Mateo completa el segundo paso de su plan, sabiendo que las cosas están a punto de volverse aún más intensas.