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La reunión con los amigos. Relato pt2

Continuación....


Accedí con mi esposo a tenerle un lugar tan acogedor que no iba a extrañar el table ese que iba con sus amigos, me tenía que esmerar para hacer que disfrutará él y sus amigos tanto, que prefirieran las reuniones en casa que andar yendo a esos lugares.

Todo el día me dedique a dejar impecable la casa, con especial atención en la sala, mi esposo había comprado dos cartones de cerveza, las acomodé en el refrigerador, prepare las botanas y les tenía ya todo listo y preparado.

Terminé a las 6:30 pm. Exhausta y toda acalorada, no había tenido oportunidad ni de revisar el teléfono, por lo cual me senté 5 minutos y vi que tenía mensajes de mi esposo, me avisaba que demoraría 30 minutos más en salir él del trabajo, pues tenía que mandar unos reportes de contabilidad, y para no tener a los monigotes ahí, les dijo que se adelantarán, por lo que llegarían ellos antes. Que los recibiera y el llegaba un poco después....

Esos 5 minutos de break se convirtieron en 10 y no me di cuenta lo rápido que pasó el tiempo y corrí a la ducha, pues si bien no planeaba estar con ellos, estaba tan sudada que necesitaba una ducha y en mi pieza no tengo baño, tendría que atravesar por la sala para llegar a él.

Entre al baño, me desnudé y me quedé frente al espejo plasmada, viendo mi silueta, si bien había tenido crisis existenciales por mi aspecto, el ver que los hombres les atrae un cuerpo igual al mío e incluso pagan por ello, me hizo sentir bonita y caliente, sentí como mi vagina se iba humedeciendo, mojando la tanga que aún llevaba puesta... Con mis deditos empecé a sobar por encima de la tanga mi vagina y empecé a masturbarme, con la otra mano apretaba mis tetas y la restregaba mientras me seguía viendo en el espejo. Me quité la tanga y la colgué en la perilla de la puerta y me seguí dando un poquito de dedo. Estaba tan pero tan caliente que estaba a punto de terminar, cuando entró una llamada de mi esposo y contesté...

Me dijo que los muchachos ya habían salido y solo pasaban a comprar algo a la tienda y llegaban, por lo que suspendí mi masturbación y entré rápido a la ducha.

Estaba terminando de bañarme cuando sonó el timbre de la casa, habían llegado. Salí rápido, me puse una toalla en el cabello para no escurrir lo que ya había limpiado y me puse una bata, si bien me tapaba hasta las rodillas, daba un gran contorno a mis nalgas y hacía entrever que no tenía nada por debajo. Así como mis pezones me delataban que no me había puesto bra, pero la insistencia en el timbre me hizo salir a recibirlos así.

Al abrir la puerta, estaban ahí. Parados frente a mí con sus miradas lasivas viendo mis pechos, los saludé y me disculpé, les dije que me habían avisado un poco tarde que yo los tendría que recibir, pero que pasarán y se pusieran cómodos. Yo no los conocía, al pasar se fueron presentando, Pedro, Ricardo, Rodrigo, Uriel... Todos tenían entre 28 y 35 años y supongo por su actividad, todos tenían aspecto fornido, aunque algo llenos y con panza chelera... No tomé importancia y les dejé pasar.

Uriel se anticipo y dijo -Yo si voy a abusar de su confianza, préstame el baño que me estoy orinando.

Todos se rieron y abuchearon, señale con la mano donde se encontraba el baño y pasó directo.

Duró si acaso 5 minutos dentro y salió, todos le echaron carrilla que si había echo sentado, que si se le soltó la panza o por qué demoró tanto... Entre risas, me quedé perpleja pues recordé que no había quitado mi tanga de la perilla de la puerta y fuí rápido a recogerla, para mí sorpresa ya no estaba...

Entre las prisas pensé haberla llevado al sesto de la habitación por lo que fuí rápidamente, no sin antes indicarle a los invitados dónde podrían sentarse.

Fui a la habitación, la cuál se encuentra en la planta alta, revise y no había nada... Era seguro, Uriel había secuestrado mi tanguita....

Lo primero que pensé fué que se quejaría del olor, pues la había dejado sudada y llena de jugos, que le harían burla a mi esposo por ello, me empezó a dar una crisis existencial y cuando me puse fuera de la habitación, podía entreoir risas, sabía que se burlaban de mí.

Me acerque a escuchar un poco, pues hablaban en voz baja.

Uriel- Yo ya gané hoy, la otra puta si acaso nos dejaba mirarla, pero su gemela me dió hasta un recuerdo.

Los demás lo discutían y le pedían que se las prestará para oler, se alcanzaba a escuchar como tomaban aire con fuerza y seguido decía fuuu "que rico le huele a esta perra". "¿Y aparte de lo rico que le huele viste el culote que se carga como le rebotan las nalgas", "Deja tu, ¿Le viste los pezonsotes?".

En esto estaban cuando se escuchó la puerta de la entrada, era mi esposo que estaba llegando del trabajo.

No sé si fue por lo caliente que me había quedado, el morbo que me dió que me vieran sin ropa interior, el morbo de que estuvieran oliendo mi tanga pero estaba al mil.

Continuará... Subo enseguida la parte 3, deja tus comentarios y puntos si te está gustando 🫣

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