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Lourdes la esposa compartida por su marido a sus socios

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Para muchos de los presentes, esta flaca divina no necesita presentación. Su cola es tan famosa que la reconocemos aunque no le veamos la cara. Para muchos es el único pan dulce que esperan para navidad y tenerla en cuatro, es un privilegio de pocos hombres ya que ella elegí a quien follar .



Pero iba a llegar el día en que algunos hombres iban a poder acceder a ella, y todo gracias al nada egoísta de su marido pito corto ya que el no la satisface como ella le gusta por eso ellos tienen una relación abierta nada mas que no se pueden ver pero si contar cuando tienen relaciones ya que eso la calienta a ella , ya que su marido ya es de edad con 59 años ya casi ni se la para y ella disfruta cuando sale sola de vacaciones, lourdes tiene una colita paradita a que debieran hacérsele un monumento.  
Lourdes, a pesar de ser una mina con un culazo muy hermoso y bastante linda de cara también, es sin embargo, una chica muy insegura de sí misma. Y debe ser por eso que, cuando el viejo, con plata que le gustaba le dio bola, accedió a todos su caprichos.

Su nombre es Pablo y es un viejo de plata ya que es un productor de tv, por lo que es muy codiciado por las minas, así que tenerla a ella en su colección es algo que se considera lógico. Sin embargo, el viejo es bastante exigente y tiene gustos peculiares.

Después de cogérsela de muchas maneras y en todas las posiciones imaginables, se empezó aburrir de ella y empezó a explorar diversas variables para disfrutar con ella.
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Un verano había organizado una fiesta en su casa quinta y los hechos que se sucedieron lo inspiraron para su próxima experiencia.

Esa vez, hubo bastante concurrencia y entre los invitados, se encontraban su mejor amigo y socio del canal de su novio Marcelo, y su otro socio federico, y su cuñado, Lucho; y el amigo de este último, Franco, a quien ella conocía de vista no más. Además de su novio, entre otras personas.

Ahí fue donde estos personajes se conocerían entre ellos y cuya reunión inspiraría una fantasía en pablo . Quería verla a ella cogiendo con otro. La forma como la miraban con deseo y cómo querían poseerla hizo que quisiera ver lo que le harían si tuvieran la oportunidad de acceder a ella.

Entonces, esa misma semana fue preparando el terreno para convencerla.

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Él estaba acostado en la cama viendo una peli cuando ella vino a la cama con él. Estaba muy mimosa y se la sentía bastante exitada. Lourdes lo buscaba, besándole el cuello frotándole el bulto, ya que el le costaba tener una erección ya por su edad o porque ya no la satisfacia su mujer. 
Pablo la dejaba actuar porque le gustaba la atención que ella sabía brindarle.

Él viejo, con los ojos cerrados y la boca abierta, disfrutaba de los manoseos de lourdes ya que es mujer insaciable que le encanta cojer y que se cojan como la puta que es y ella que también le besaba el cuello para aumentar su calentura.

Y cuando lo consideró apropiado, le bajó el elástico del short, liberando su miembro que parecia una goma flexible sin erección. Lourdes no perdió tiempo, pillandole con sus finos y delicados dedos, para empezar a subir y bajar en una majestuosa paja que le puso los ojos en blanco al viejo .

Ella se mordía los labios, mientras se metía los dedos en su vagina para empezar a frotarse para que ella tenga una satisfacción también.

La morocha estaba tan concentrada en la pija, que no sintió la mano de él subiendo por su espalda hasta su nuca, en donde empezó a empujarla para que se agachara hasta su verga ya parada de tanto que ella lo pajeó. Lo hizo con tanta brusquedad, que ella apenas tuvo tiempo de abrir sus labios para recibirla en su boca. Entonces él aflojó su presión, dejando que ella hiciera su parte.

Lourdes succionó su miembro con profesionalismo, bajando sus labios a lo largo de su pijita no era ni de 10 centímetros, mientras que con su lengua acariciaba su glande.

Él gemía con cada chupada suya, mientras ella hacía sonidos con su garganta, festejando su disfrute.

Un sonoro chirlo se oyó en el silencio (que era interrumpido por los chuponeos de ella a la verga). La cola entangada de ella quedó rosada por el golpe. La mano de su marido siguió aferrando un cachete de su cola de ella, que acariciaba con fuerza antes del próximo chirlo.

Pablo le corrió la tanga y le metió sus dedos mientras ella se la seguía chupando. Estaba muy húmeda, deseando que él entrara en ella.

- Subí.

Le ordenó su marido, apenas pudiendo hablar. Lourdes alzó sus ojos y lo miró, obedeciendo.

Sin sacarse la tanga, se montó en él, dándole la espalda.

Su hermosa cola redondita quedó frente al viejo, que vio cómo su verga penetraba esa vagina rosada y toda mojada. Sus labios vaginales se separaron para dejarlo entrar.

Pablo agarró su cola entre sus manos, apretando esos cachetes firmes mientras ella subía y bajaba encima suyo. Sus pelvis chocaban con violencia, pudiendo oírse el magnífico sonido de los impactos de ambos cuerpos.

Ella jadeaba al sentir la pija metiéndose dentro suyo, haciendola estremecer y suspirar 

Su novio veía esa espalda hermosa cubierta por su cabellera , que ella sacudía con salto que pegaba. Sus dedos seguían aferrando su hermosa cola, que impactaba contra él, llegándose a visualizar apenas una porción de su miembro asomándose fuera de ella.
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- No podes tener tan buen culo!

La felicitó él entre gemidos.

- Te gusta, mi amor? Es tuya...

- Te gusta que te cojan así, puta?

- Sí, amor! Soy tu puta!

- Querés que te llene de leche, trolita?

- Sí, amor! Acabame toda!

Él gimió de placer al oír esto, sintiendo que sus huevos se ponían duros, preparándose para descargar.
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- Dame tu lechita, amor!

Se lo pidió ella, con voz de putita en celo.

Las piernas de él empezaron a temblar, mientras su miembro se inflaba, anunciando que se estaba por venir.

- Acabame adentro, amor!

Le pido ella, extasiada.

Entonces, su fluido seminal empezó a abrirse paso dentro de su miembro, anunciando que había llegado a la punta de su glande con un potente latigazo. Ella aumentó el ritmo de sus saltos, haciendo que su verga escupiera su leche en varios disparos.

Lourdes le pegó un último sentón, quedándose quita mientras sentía dentro suyo la verga de él, descargar su última gota, quedando con las piernas chorreando de leche y ella gemía decía que rico mi amor por cojerme así hace mucho que no lo hacíamos como hoy.

Entonces ella se bajó de él y se la chupó, tragándose lo que hubiera quedado en la puntita, mientras su vagina escupía el semen de Pablo, chorreando por su pierna.

Mientras ella hacía esto, él pensaba la forma de convencerla de hacer algo diferente.

 Así que, después de echarle aquel polvo, le comentó sobre su fantasía, pero sin mencionar al posible involucrado e insinuándole que lo calentaba imaginarla ser penetrada anal y vaginal de otro hombre.

Lógicamente, ella se negó en un principio, alegando que no se animaba y quería ser solamente suya. Él, para manipularla, se mostró ofendido y puso un poco de distancia entre ellos. Ella pudo notar esto así que empezó a plantearse en cumplirle aquella fantasía.

Así que un día le insinuó que aceptaba su propuesta y que haría lo que él le pidiese. De manera que Pablo, sirviéndose de esto, le dijo que haría los preparativos y que durante el encuentro, ella debía estar atada.

A lourdes le gustaba cada vez menos esto, pero ya había accedido así que no se podía retractar.
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Entonces el día acordado llegó, y ella se vistió con un conjuntito de lencería negra y un portaligas del mismo color.

El encuentro lo realizarían en la casa quinta de él, en cuyo living preparó una plataforma propia de sadomasoquistas, una especie de potro o caballete en donde ella iría montada.

Su novio se hizo presente, con la verga tan dura que podía notársele en el short deportivo que tenía puesto. Él la besó apasionadamente y aprisionó entre sus manos su hermosa colita, que en un rato más sería disfrutado por otro hombre.

Mientras lourdes se preguntaba quién sería el invitado, él acompañó hasta el potro, en donde le dijo:

- Te tenes que subir y ponerte en cuatro, sacando culo. Y yo te ato las manos.
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Ella aceptó y procedió a obedecer, subiéndose a dicha plataforma, quedando ella arrodillada con su vientre reposando sobre lo que parecía el respaldar de un banco, pero bien acondicionado con un tapizado de terciopelo que la hacían sentir cómoda.

Una vez montada, Pablo le ató los tobillos con unas correas, quedando bien sujeta con las piernas separadas y la cola bien paradita. Luego, hizo lo mismo con sus manos, atándole las muñecas con unas correas de cuero que limitaban sus movimientos. Y por último, otra correa alrededor del cuello, que impedían que moviera la cabeza.

Lourdes así atada, se sintió prisionera de los deseos de su marido. Y cierto estremecimiento recorrió su cuerpo.

Sin embargo, había un par de detalles que aquel no le había comentado a ella todavía. Y cuando la minuza lo vio con un antifaz en las manos, entendió lo que iba a pasar.

- Quiero que sea una sorpresa...

Solamente le comentó antes de colocarle dicha venda en los ojos. Ahora iba a tener que adivinar con quien la compartiría.

Lourdes no podía ver nada, solamente podía percibir lo que pasaba a traves de sus otros sentidos.

Los labios de su novio besaron los suyos apasionadamente, metiéndole la lengua para competir con la suya. Luego, abruptamente, se separó de ella y otra cosa ocupó su lugar. Lourdes solamente podía suponer de qué se trataba y, al tantearla con la lengua y percibir su flacidez y su pene menos de 10 centímetros pudo deducir que era la verga de pablo ya que la conocía de memoria .

Él, exitado como estaba, se la metía y la sacaba continuamente, arremetiendo sin piedad contra su boca ya que se la tragaba toda y el le mete chirlos en la cara y le decía que putita qué es.

Ella oía sus jadeos y el sabor de sus fluidos seminales pudieron adivinarse mezclados con su saliva.

Sin embargo, cuando sentía que ya hinchaba como para escupirle su semen, él se apartó de ella, imponiendo una notable pausa a sus acciones.

No obstante, pasado esto, su miembro volvió a ocupar su lugar en su boca.

Y entonces fue cuando lourdes pudo notar que aquella no era la misma que venía saboreando hasta hacía unos segundos. Esta era de diferente tamaño más ancha y poco mas larga que le costaba entrar en la boca y no estaba embadurnada con su saliva.

Una segunda respiración a sus espaldas le confirmó su sospecha. Dos hombres la sometían.

Las manos rústicas de un hombre le dio un sonoro chirlo en la cola, antes de comenzar a separarle los cachetes.

Lourdes entonces supo que le estaba chupando al desconocido con el que él quería compartirla su marido ella empezó a tragarsela mas ya que el la penetraba su boquita haciendola devolver de tanto saliva.
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Sus pensamientos fueron interrumpidos por una gruesa y larga verga del hombre a sus espaldas, el cual separaba sus labios para penetrar y le frotaba la verga por su vagina haciéndola umedecer con sus flujos de tanta exitacion que le producía sentir ese enorme verga.

Dos manos poderosas la aferraron de la cintura, mientras feroces embestidas chocaban contra sus carnosas nalgas rosadas.

El tipo que tenía delante y que le metía el pene en la boca, la agarraba de la cabeza mientras le metía y le sacaba la verga de la boca, hasta que se la empujó hasta el fondo de la garganta, en donde se la dejó por algunos segundos, hasta que ella soltó una arcada.

Entonces la soltó y se separó de ella, suspirando profundamente.

- Ah, hijo de puta!

Exclamó ella, sintiendo que sus lágrimas se escurrían por debajo del antifaz. Nadie respondió a su reclamo, pero pudo sentir una mano juvenil y delicada que le manoseaba las tetas mientras que con la otra sostenía el mentón de ella, facilitando que su verga ingresara en su boca nuevamente.

Sin embargo, a lourdes no le pasó por alto el detalle de que ese muchacho iba perfumado, a diferencia del que recién había estado peteando.

Había un tercer hombre en escena?

Su verga incluso era diferente y podía sentirlo al tantearlo con la lengua era mas chica y muy gruesa con venas .

Al mismo tiempo, atrás suyo, las embestidas del otro hombre se reducían hasta detenerse y pudo sentir claramente que otras manos aferraban su cola, y se dio cuenta de que no eran las mismas por la temperatura diferente de ambas.
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Su marido la estaba compartiendo con otros dos hombres?

No pudo quejarse porque su boca estaba ocupada por una pija gruesa y venosa desconocida. El pibe gimió con las succiones que le hacia lourdes, y el tono de su voz le resultó familiar, aunque prefirió no especular.

Detrás de ella, el otro flaco le apoyaba el tronco de su miembro en sus nalgas, presionándola contra ella mientras se la frotaba lentamente, de arriba abajo, como si se masturbara de ese modo.

Luego, lo tomó con una mano mientras que con la otra separaba sus cachetes, introduciéndola dentro de ella. Ya hecho esto, la empujó hasta que su pelvis hubo chocado contra su cola. El desconocido no se detuvo ahí, retrocedió y volvió a embestirla, con potencia. Y siguió repitiendo sus movimientos una y otra vez, provocando un sonido como de continuo chasquidos. El roce de su piel con el de ella, causó que su vagina se humedeciera y sus fluidos empezaron a chorrear por sus piernas tiritaba.

La palma de la mano de este se estrelló contra su nalga, haciendo que se oyera un sonoro chirlo, que hizo que lourdes dejaba escapar un gemido de satisfacción.

El pibe al que peteaba, se apartó de ella y una pausa se produjo antes de que volviera a metérsela en la boca.

Y nuevamente, pudo sentir que la forma de esa verga era diferente a la que estaba chupando, siendo más gruesa aunque un poco más larga y cabezona. Y a la vez que una nueva chota se metía en su boca, otro hombre ingresaba en su húmeda vagina. Y pudo notar que era otro porque este tenía su miembro más grueso y más largo que los que habían entrado en ella.

Este último desconocido la penetró brutalmente, haciendo que ella soltara un gemido lastimoso. Entonces, aquel festejó su gesto dejando escapar una exclamación:

- Qué culo que tiene!
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Y fue ahí cuando lourdes reconoció su voz, identificándolo como Lucho, su cuñado. Esto derivó en un conflicto interno dentro de ella, dado que ahora sabía que aquel se la estaba cogiendo, sintiendo culpa y un poco de vergüenza. Pero al mismo tiempo, una extraña exitación recorrió su cuerpo, calentándose por el morbo de saber que su cuñado estaba aprovechándose de ella.

Cuántas veces la había hecho reír con sus payasadas y la había tratado con respeto. Y ahora que la encontraba vulnerable saciaba su apetito sexual sin su consentimiento.

Y a la vez que estos conflictos se desataban en ella, otra voz se dejo oír en respuesta a la primera:

- Sí. Es tremenda puta!

Y a este también la flaca identificó como Franco, el amigo de su cuñado y ex novio de su mejor amiga.

A este apenas lo conocía de vista. Lo había visto un par de veces con su cuñado cuando venía a buscarlo para ir a jugar algún partido. Sí había notado cómo la miraba con deseo y esperaba que ella se diera vuelta para ficharle el orto. Pero tenerlo ahora dentro suyo disfrutando de su gran verga, era algo que llegaba a molestarla. Cuántas veces lo había visto cuando salía con su amiga, tratando de sacarle conversación y de vez en cuando tirándole algún chiste boludo, ignorándolo ella por razones lógicas, que sumadas a que no le gustaba él, era un ex de una amiga, por lo que era impensable para ella estar con él conociendo esto.

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Y su cuñado, que parecía disfrutar de su dominio sobre ella, la agarraba de la cabeza y se cogía su boca con brutalidad, como queriendo sacarse bien las ganas de saber que en otras condiciones, no podría tenerla.

Con él también había pasado mucho rato, agradables por cierto, dado que era muy gracioso. Siempre la hacía reír, estando su marido o no. Y también ella había notado sus miradas insistentes cuando ella le daba la espalda, ya sea cuando estaba en bikini o cuando andaba en shorcito. Incluso había llegado a verlo morderse los labios mientras apreciaba casi en bola con su micro bikini que se ponia para tomar sol al lado de la pileta. Y si tenía que admitirlo, él también le parecía atractivo. Pero ya salía con su hermano mayor y ella lo trataba como un hermanito ya que tenian casi la misma edad ella era mas grande por 2 años , debito a su estatura más alto y con un lindo cuerpo trabajado en el gym a la par de su marido ya que el era un poco viejo canoso, parecía su padre más que su marido, 

Lourdes no supo porqué, o al menos no quiso admitirlo, pero le puso mayor empeño en chupar su verga. Tal vez aprovechaba que en esa situación era válida su interacción, quiso aprovecharla.

Cuando él paró de empujarla, le siguió chupando la verga pasandole la lengua por su pedazo no iba a dejar de aprovechar esa oportunidad que le dio su marido el pito corto , sintiendo como él se masturbaba su tronco en la boca de ella. El fluido preseminal empezó a brotar de su punta, pudiendo ella saborearla en su lengua, entendiendo que estaba por hacerlo acabar.

- Bueno, dejame a mí ahora que me quiero coger ese culo!

Dijo su cuñado, sacándole la chota de la boca y caminando hacia la espalda de ella cacheteando las nalgas.

- Por la cola no!

Exigió ella, imponiendo un poco su voluntad y demostrando que estaba al tanto de lo que pasaba y de lo que le hacían, a pesar de no poder verlos.

- El culo solamente yo se lo hago. Es mío

Dijo un voz autoritaria, un tanto alejada del grupo, que la flaca pudo identificar como la de su marido pablo, a quien adivinó pajeándose con la escena que ella le regalaba.

Otro silencio siguió a esta acotación, aunque lourdes pudo sentir a su cuñado Lucho darle un fuerte chirlo, antes de agarrar una de sus nalgas y separarla para que apoyar su gruesa verga en sus labios vaginales. Primero se lo frotó con ansias y luego, lentamente fue penetrándola. Cuando ya estuvo dentro, le pegó un buen empujón, hasta que hizo tope, haciéndola soltar un gemido. Luego empezó a agarrar ritmo, moviendose hacia delante y atrás con velocidad, mientras apretaba entre sus manos su linda colita de lourdes.

- Qué buen culo que tenés hija de puta!

Gimió él, hablándole al oído. Ella tenía otra verga en la boca, así que no podía hablar. Pero ahora que sabía que era su cuñado el que se la estaba cogiendo con ganas, podía sentirlo diferente e incluso llegar a disfrutar de esa fantasía de garchar con él. De ser aprovechada por él, por su desventaja, como si la estuviera violando.

Y para colmo, la verga que estaba succionando se la sacaron de la boca y otra se puso para que se la chupara. Pero pudo notar que ambos hombres estaban uno al lado del otro, así que se la chupaba a uno y otro en simultáneo.

Uno tenía la pija gruesa y larga, y le pertenencía al que estaba perfumado, y la otra era más corta pero bien gruesa y con venas y cabezona.

- Qué petera que sos!

Murmuró una voz delante suyo, perteneciente al flaco que estaba chupando.

Y su corazón pegó un salto cuando lo identificó como a federico socio de marido y tambien su mejor amigo desde la infancia casi. Estuvo a punto de quejarse, pero él ya le metía la verga de vuelta en la boca.

federico no le gustaba. De hecho su atractivo físico era poco o nulo, siendo un petiso panzón que se la pasaba riendo y que era muy gracioso, pero no alguien a quien se cogería, si pudiera elegir.

Cuántas veces él la había hecho reír y ella le había contado sus confidencias, a veces incluso llorando en su hombro, y ahora lo tenía en su boca, dándole placer involuntariamente.

- Es el mejor culo que me cojí en mi vida!

Admitió el dueño de la segunda chota, a quien reconocería como Marcelo, otro socio de su marido.

Entonces no supo cómo reaccionar. Este era un flaco de anteojos que hablaba mucho, no muy lindo, y que ahora era el actual novio de otra de sus amigas. A él lo conocía un poco más porque si no estaba con su amiga, estaba con el marido , así que cada tanto intercambiaban conversaciones.

- Les gusta el regalito que les hice?

Quiso saber pablo, preguntándole al grupo en general, que respondió afirmativamente al unísono y con entusiasmo.

Lourdes supo cómo sentirse. Entre amigos y conocidos, todos estaban disfrutando por su cuerpo prácticamente sin su permiso, ya que le había dado ese poder a su marido y este se había excedido.

- Me la quiero coger un rato.

Dijo la voz de federico, que le manoseó las tetas antes de ir atrás de ella, en donde su cuñado le cedió su lugar para que cumpliera su deseo.

Su mejor amigo la penetró sin delicadezas, notándose que era algo que necesitaba hacerle hace tiempo.

La agarró de la cintura con sus manos regordetas y empezó a embestirla con brutalidad, haciendo sonar sus cuerpos con el impacto. Y mientras lo hacía, le decía cosas al oído para que ella sola lo oyera.

- Te gusta trolita? Hace rato que me vuelve loco esa cola hermosa.... No podés tener tan buen culo! Quiero llenarte de leche puta...

A su vez, tres de ellos se habían puesto para que ella les lamiera sus miembros, soltando uno y chupando otro, sucesivamente. Y de mientras, una mano poderosa le manoseaba las tetas y le acariciaba los pezones con una mano, usando la otra para masturbarse.

Lourdes no podía verlos, pero podía adivinarlos a su alrededor, gimiendo, pajeándose, penetrándola, metiéndosela en la boca.

Ellos estaban extasiados y aullaban de placer, gustosos de someterla y tenerla para ellos, con el permiso de su marido.

Federico se la cogió un buen rato, pero de pronto se detuvo en seco y se la sacó, pudiéndose intuir que estuvo a punto de acabar, pero se contuvo para seguir disfrutándola.

- A ver, correte que me toca.

Dijo la voz de pablo, su marido, sacando al gordito para ocupar su lugar.

Sin embargo, en vez de entrar en su vagina, humedeció con saliva el agujero de su cola, en donde metió un dedo, estimulándola para que se le dilatara.

La flaca estaba muy ocupada para quejarse, pero quería pedirle que se lo hiciera despacio. No era la primera vez que le entregaba esa cola perfecta, pero quería que fuera más cariñoso.

Pablo apoyó su pijita en la entrada de su ano y despacio fue empujándola, hasta que su cabeza hubo ingresado en su cola. Ella soltó un gemido de dolor, porque no estaba bien lubricada. A su marido no le importó, empujándola más a fondo y escupiéndola un poco para que resbale mejor. Seguido a esto, empezó a aumentar el ritmo de las cogidas a su apretado agujero.

Ella dejó de chupar vergas para morderse los labios, tratando de tolerar el dolor provocado por la culeada que le estaban pegando ya que la tenia serradito el agujero de su culito.

- Qué afortunado. Mirá cómo le da por el culo a lourdes 

Dijo la voz de su cuñado, pajeándose en su cara.

A su lado, Franco agarró su verga grande gruesa como se 22 centímetros como le gusta a ella y le pegó con este en la cara a la flaca, como si fuera una cachiporra de carne.

- Es re trola. Le gusta que se la cojan entre varios...

Comentó Franco.

- Y que le rompan el culazo.

Agregó Federico, masturbándose delante de su cara.

- Mirá cómo entrega la puta.

Gimió Marcelo, demasiado caliente.

Entonces, pablo frenó sus movimientos y sacó suavemente su miembro de la cola de ella, metiéndosela ahora sí por su concha bien húmeda.

- Me encanta cuando sos tan putita...

Gimió su maridos, apenas pudiendo hablar mientras le estampaba unos buenos empellones, haciendo sonar sus nalgas.

Pero su exitasión era tal, que pronto pudo sentirse que su verga se fue preparando para eyacular.

- Acabo!

Anunció con un grito, mientras hundía hasta el fondo su chota y dejándola ahí.

Lourdes sintió el fluido caliente derramarse dentro suyo en una potente explosión. Pablo dejó que la primera descarga saliera antes de retroceder y volver a embestirla, para que otras descargas salieran de él.

Sus eyaculaciones iban acompañadas de gemidos de placer, mientras que a su alrededor, sus invitados lo festejaban.

-No! Mirá qué hijo de puta!

-Naa.. chabón! Qué afortunado!

- Cómo le acabaste adentro! Sos un genio!

- Sos mi ídolo! Cómo la llenaste de leche a la flaca!

Pablo dejó de moverse pero todavía se sentía su respiración agitada. Y lentamente fue sacando su miembro de la vagina de lourdes, dándole un fuerte chirlo a modo de agradecimiento.

- Quién sigue?

Ofreció pablo, exhausto.

- Yo!

Se apuró Lucho, su cuñado. Pero antes de penetrarla, se acercó a su hermano y le hizo una pregunta, que aquel respondió negativamente. Sin embargo Lucho insistió, llegando a implorarle inclusive.

- Dale! Por favor! Hacelo por tu hermanito! Es la única oportunidad que tengo para hacer esto! Dejame una vez y listo!

Pablo hizo una pausa reflexiva, accediendo luego.

- Bueno, pero no la lastimes.

Lucho habrá pegado un salto de la alegría. Y pronto lourdes entendería lo que él quería hacerle.

Su verga gruesa no se metió en su vagina llena de semen, sino en su cola.

La flaca no podía creer que también su cuñado pudiera disfrutar de su mayor atributo. Y encima sin su permiso.

Entonces pudo sentir a su cuñado agarrándola nuevamente de los cachetes y penetrarla por su estrecho agujero. Aunque más delicado que su hermano ya que no podía entrar ahí su cuñada le escupió la cola tratando de meterle la cabeza de esa gruesa verga ella pego un grito de dolor ya que la estaban rompiendo la cola con esa enorme verga metía y sacaba le entraba asta la mitad asta que la bombeo con toda le entro asta fondo de su colita ella no podía gemir porque tenía otra verga en su boca pero le caía las lágrimas por debajo del antifaz. 

Podía sentir la piel del miembro de su cuñado deslizarse dentro de su cola, haciendo tope su pelvis contra sus nalgas y rosadas, mientras él las acariciaba con devoción. Hasta podía imaginar su cara de placer y sus ojos iluminados mientras se lo hacía. Lourdes movió un poco las caderas, para provocarlo aún más. En el fondo sentía que aquello era algo entre ellos dos no más, como si no hubiera otros rodeándola. Como si fuera una historia entre ambos, un jugueteo cómplice.

A pesar de que aquello era válido en aquel contexto, llegó a sentir que estaba engañando a su marido con su hermanito menor, su cuñadito.

Él pareció sentir lo mismo, porque aumentó el ritmo de sus movimientos, hasta que también llegó clímax.

Aferrándola con fuerza de las nalgas, se la clavó profundamente en la cola, dejándola ahí, mientras potente y continuas descargas llenaban su pequeño agujero.
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Su cuñado gemía de placer, disfrutando el hecho de hacerle la cola a su cuñada y encima acabarle adentro.

Después de asestarle otro empujón, salió de ella, sin dejar de acariciarle el orto, como si se despidiera de su culo.

Sin embargo, apenas él la había soltado, ya había otro haciendo fila. Por suerte no para su cola, y tuvo que agradecer, porque era bien grande y gruesa, así que supuso que sería Franco, el amigo de su cuñado.

Su concha todavía húmeda, lo recibió gustoso, interrumpiendo los petes que le propinaba a los otros dos para disfrutar de la penetrada.

Su verga gruesa rozaba las paredes de su vagina y la calentaba, recibiendo sus poderosos empujones que la hacían mojarse cada vez más. Pero él tampoco iba a aguantar tanto y antes de terminar consultó:

- Puedo acabarle adentro?

-No! Solamente yo le acabo adentro.

Aseguró pablo, provocando un suspiro de contrariedad en Franco, que siguió empujándola con salvajismo, agarrándola de la cintura.

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Entonces, su miembro se puso más grueso, anunciando su eyaculación. Y, contrario a lo que había impuesto su marido, Franco hizo trampa, a pesar de que pudo engañar al resto.

Lourdes claramente sintió que un potente chorro brotó de su verga gruesa, quedando dentro suyo. Y antes de que la segunda descarga saliera, Franco la sacó de adentro y se pajeó con ganas, regando su cola con varios chorros de semen, dejando sus nalgas bien decoradas con sus fluidos. Y él también le propinó una nalgada a modo de agradecimiento, riendo luego de que la última gota hubiera salido de él.

La flaca no denunció esto para evitar que se armara quilombo, pero no le gustó que aquel desconocido le dejara adentro su semen.

Pero no tuvo tiempo de hacerse drama por esto, porque escuchó la conversación entre Marcelo, el mejor amigo de su novio y socio y Federico, su mejor amigo y también socio de trabajo de su marido.

- Te la vas a coger?

Le preguntó el novio de su amiga y el gordo respondió:

- No! Le quiero acabar en la cara.

Lourdes quiso quejarse, pero Marcelo le metía su miembro en la boca y no le permitía articular palabra.

El novio de su amiga le empujaba su pedazo dentro de sus labios, obligándola a succionarlo.

Y pensar que su amiga decía que estaba enamoradísima de él, que quería casarse con él porque no tenía ojos para otra que no fuera ella y que nunca la engañaría. Y ahí estaba, siendo peteado por la flaca, traicionando involuntariamente a su amiga con su novio.

Marcelo dejó su glande entre los labios de la Flaca, mientras se pajeaba el tronco, apuntando dentro de la boca de ella.

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Chupá puta! 

Dale chupá!

Exigió este, denotando que estaba por acabar también. Y lourdes, enojada, de todas maneras obedeció, succionando su verga con fuerza.
Marcelo no pudo aguantar y soltó una potente descarga en su boca, sin parar de masturbarse y colaborando para que otros chorros de semen brotaran de él, aterrizando en la lengua de lourdes.

Lourdes se quedó quieta, aún succionando, permitiendo que él exprimiera su verga dentro de su boca. Y cuando la última gota saltó, se tragó el fluido, siendo festejado por los hombres que la rodeaban.

- No! Mirá cómo se lo traga! Es re puta!

- Le encanta le leche a la trolita!

Y otras cosas más.

Y ahora, llegaba el turno de federico, el mejor amigo de lourdes, que le metió la chota en la boca, obligándola a chupar. Ella lo hizo a desgano.

Pero el gordito ya se había aguantado bastante, así enseguida le sacó la pija de la boca y se masturbó delante de ella.

Y para su sorpresa, en un inesperado movimiento, le sacó el antifaz, dejando los ojos de ella descubiertos.

- Mirame puta!
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Exclamó federico, exitado.

Lourdes, deslubrada, alcanzó a ver la mano regordeta de su amigo sosteniendo su miembro igualmente fofo y su barriga prominente delante de ella, antes de alzar lavista en busca de su rostro.

Pero por su disposición, los ojos de su amigo no entraban en su ángulo de visión, y ella tenía el cuello atado con una correa así que no podía alzar más la vista.
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- Sos re puta!

Exclamó el gordito antes de soltar el primer escupitajo de semen. Aquel chorro impactó en la mejilla rosada de lourdes, que no pudo esquivarla porque él le sostenía la cara agarrándola por el mentón.

Una segunda explosión le dio de lleno en la cara, quedando una línea blanca y espesa atravesando sus labios y la comisura de su boca.

Lourdes cerró los ojos, tratando de pensar en otra cosa y evitando guardar el recuerdo de aquel flaco llenándole la cara de leche. Federico no se detuvo ahí, se siguió pajeando hasta que otros chorros salieron de él e impactaran en la delicada cara de la bailarina 
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- No podés ser más trola...

Gimió su mejor amigo, metiéndole su miembro en la boca a la mina, que chupó el resto de semen hasta que él la soltó, apartándose de ella.

Pablo le dice al grupo que se iba a buscar algo para tomar y su hermano aprovecho en desatarla con la ayuda de amigo Franco y mientras que Marcelo el novio de su amiga y su mejor amigo federico la estaban manoseando y poniéndole las vergas en la boca.
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Esto todavía no termina dijo su cuñado poniéndola de pie a lourdes, y Franco aprovecha en pillarla de los pelos diciendo veni putita ya que no esta tu marido te vamos hacer sentir lo que es una buena cogida tirándola en la cama, le empezó a chuparle el culito metiendo los dedos. 

Lourdes decía no para es muy grande me vas a lastimar!!
Franco empezó a penetrar el culito despacio asta que se empezó a dilatar empezó con las embestidas fuertes por el ano ella lloraba y se le doblaban las piernas de tanto exitación anal. 
Hagamos una doble dijo su cuñado pero déjame ami ese culito amigo le propuso a Franco mientras que el la seguía embistiendo como un animal ella no podía quejarse porque tenía dos pijas en la boca, mientras que la saco de la cola y recostó en la cama haciendo que lourdes se lo montara pero se la metió en la cola, amigo dejame decía su cuñado de lourdes asta que la enterro también en su cola haciendo una doble anal ella pegó un grito de dolor qué se la escucho asta su marido que estaba fuera, y asi la penetraron haciendo una doble anal y con una doble vergas en la boca . 
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Hasta que acabaron llenándola de semen en ogujero del culito y los otros dos en toda su cara. 

Al entrar su marido pablo ella estaba tirada en la cama desatada con el culo dilatado de tanto recibir esas vergas más grande que la de su marido.
El grupo de hombre ya cambiado le palmeo la espalda a pablo diciendo gracias por prestarno a tu mujer una delicia la putita y el marido viendo a lourdes llorando llena de semen con la cola rota ensangrentada, 
Marcelo le dice cuando quieras enfistarla de nuevo ya sabes , siendo el últimos en salir de la pieza. 
Lourdes le dijo a Pablo me rompiendo el culo amor pero gracias por esta experiencia te amó .

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Lourdes la esposa compartida por su marido a sus socios


 

3 comentarios - Lourdes la esposa compartida por su marido a sus socios

nukissy3600
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putitamarica
Dios la mejor historia que he leído hasta el momento Qué buena cogida le pusieron a la putita así se debe tratar Ah todo bueno putita que le me encanta la verga
DnIncubus
Intenté estar en una relación así; pero ella se molestaba mucho porque me cogía a una vecina que teníamos y a ella no; pero ella cogía con otro 😅 no sé, tanto reclamos, le dije: hasta aquí llegamos, muy tóxica