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Mi novia Maru y la leche (13)

Buenas gente de P! Feliz dia del trabajador a todos. 

Les traigo rapidito hoy un nuevo capitulo de esta serie. Se que muchos me preguntan por la serie del tachero, pero esa no estoy seguro si continuarla. No le veo mucho por seguir a la historia, pero voy a ver si aunque sea saco algun capitulito mas en estos dias, veremos! 

Espero que les siga gustando el relato y que comenten y compartan entre ustedes! Gracias a todos por la buena onda, los puntos y los mensajes!!



_____________________ MARU Y LA LECHE 13 ______________________

Al día siguiente – 9:43 AM

La luz entraba tímidamente por la cortina corrida a medias. Me desperté primero. Maru seguía dormida, con una pierna encima mío, respirando profundo, como si el mundo exterior no la alcanzara.
Me quedé un rato mirándola. La amaba. No podía evitarlo. Era el deseo mismo hecho carne. Y también un misterio constante. Un juego que no sabía si alguna vez iba a terminar.
Nos levantamos sin apuro. Hicimos café, tostadas con mermelada. Ella se sentó en la mesada mientras yo preparaba el desayuno. No dijimos ni una palabra sobre la noche anterior. Era como si eso viviera en otro plano. En ese universo paralelo al que solo accedíamos cuando las luces se apagaban.
Pasamos el día como una pareja normal. Lavamos ropa. Vimos una serie. Salimos a caminar. En una librería, Maru hojeó un libro de cuentos infantiles y me dijo que de chica soñaba con ser escritora. Me reí, pero la miré distinto. Siempre lograba eso. Mezclar dulzura y perversión, inocencia y salvajismo.

Ya llegada la noche estábamos en la cama, Maru abrazada a mi pecho, preparandonos para irnos a dormir. El silencio era cómodo, hasta que ella se empezo a mover, inquieta.

(Y:) ¿Qué pasa, amor?
(M:) Estaba pensando…
(Y:) ¿En qué?

Maru se mordió el labio y apoyó la barbilla en mi pecho.

(M:) En algo que podríamos probar. Algo… distinto. Un juego. Uno nuevo. Más mental. Más nuestro.
(Y:) ¿Un juego nuevo?
(M:) Sí. Uno donde no necesito a nadie más. Solo vos… pero siendo otro. O capaz no. Capaz vos sos vos, pero yo no soy yo.
(Y:) Pará… ¿qué estás queriendo decir?
(M:) Que quiero que un día juguemos a que soy otra. Una chica que todavía no está de novia con vos. Que se ve con un ex, o con un amigo… o con uno que se le cruzó una tarde. Y que después viene y te lo cuenta. Como si no estuviera mal. Como si no pasara nada. Solo para verte explotar de morbo.

Se sentó en la cama, se subió la remera y se acarició la panza, despacio.

(M:) Quiero que un día llegues y yo te diga: “no te preocupes amor, me tomé un vasito de leche antes de que llegaras. Así estoy tranquila.”
(Y:) Vos estás loca…
(M:) ¿Y vos?

Lo dijo sonriendo, mirándome fijo. Después apagó la luz.

(M:) Mañana te cuento una historia nueva. Pero quiero que vos la empieces. Quiero que me preguntes qué hice… y yo te invento todo.

La verdad que eso me calento bastante, no se por que. Senti que por primera vez en todos estos dias, quizas era yo el que tenia el control y no ella. Me gusto, sonrei, me agrande.. Maru se giro y se puso a dormir, mientras yo maquinaba y pensaba mil cosas. Que podia decirle, que podia hacer? estaba bien todo esto? 
La habitación estaba en penumbras, apenas iluminada por la luz del velador. Sonaba suave una playlist tranquila, esas que usamos para dormir pero que a veces, sin querer, se convierten en banda sonora de algo mucho más intenso.
Maru estaba de costado, con mi brazo envolviéndola. Su piel era cálida,  el olor a shampoo de su pelo, perfumaba cada bocanada de aire que respiraba y estaba hipnotizado casi, viendo el vaivén lento de su respiración.

(Y:) Che…

Ella hizo un leve sonido, como quien responde sin hablar, solo con el cuerpo.

(Y:) Se me acaba de ocurrir una cosa…

Se giró apenas, con los ojos entrecerrados.

(M:) ¿Como gordi? ¿Qué cosa? -dijo media dormida-

La miré un segundo, sin decir nada, y le pasé la mano por la cintura, bajando con suavidad.

(Y:) Me gustaría que me la chupes… pero… como si fueras Maru, y yo no fuera yo.
(M:) ¿Cómo?

Eso ultimo la despertó de golpe, se enderezó un poco, curiosa. Sabía que algo más venía.

(Y:) Como si vos fueras Maru, y yo fuera… emmm.. Matías.

Un silencio corto, cargado de electricidad.

Ella parpadeó una vez. Dos. Y después sonrió. No una sonrisa de burla, sino una mezcla de sorpresa y morbo. Como si le hubieras entregado una llave a un cuarto que ella moría por abrir.

(M:) ¿Querés que te la chupe como si fueras él?
(Y:) Solo… quiero ver qué pasaría si vos lo hicieras así. Si te dejás llevar. O si fuese real y yo fuera él, no sé...

Maru no dijo nada. Se incorporó, con movimientos lentos, y bajó la sábana. Me miró directo a los ojos mientras me iba bajando los pantalones y el boxer y empezo a bajar la cabeza. Justo cuando su boca se acercó a mi pija, cambió el tono. Cambió la mirada.

(M:) ¿Mati? ¿Te la puedo chupar un ratito? Estoy muy caliente. Hace mucho tiempo que vengo pensando en chupartela de nuevo...

Su lengua rozó la punta, apenas. Me miraba desde abajo, con esa sonrisa falsa de vergüenza que usaba cuando estaba por hacer una guarangada.

(M:) Vos tenés la pija más grande que la de mi novio… ¿sabías eso? Pero no le digas nada a Herni… yo lo amo. Pero con vos… quiero hacerme la puta. Como esa vez en tu auto, ¿te acordás?

No pude decir nada. Todo en mí se tensó. Su boca envolvía mi glande con lentitud. Jugaba con la lengua. Se alejaba, me escupía, y volvía a meterla hasta el fondo.

(M:) ¿Te gusta, Mati? porque a mi me gusta mucho tener tu pija en la boca... aunque... mas me gusta tu leche… es distinta. Es más espesa, más caliente. ¿Te acordás esa vez cuando me acabaste en la boca y yo no tragué todo de una, y vos me dijiste "mostrame cómo tenes esa lenguita llena y como te tragas todo despacito bebe"?

Se levantó un segundo, con los labios húmedos, con las pupilas dilatadas. Se tocó los labios con los dedos.

(M:) Decime que vas a llenarme la boca de nuevo… como antes. Quiero sentir la pancita llena otra vez.

Volvió a bajarse. Esta vez con desesperación. Estaba realmente dentro del personaje. O quizás no era un personaje. Quizás, por un instante, estaba reviviendo algo.

(Y:) Maru…

Ella levantó la mirada. Su boca seguía moviéndose, pero sus ojos me quemaban.

(M:) Shhh… soy Maru, pero no soy tu Maru, estoy con Matías ahora. Y vos me vas a dar toda tu leche, porque yo soy tu putita. Y me encanta. Porque… me hace sentir viva. ¿Sí?
(Y:) Ufff…
(M:) Tranquilo… no voy a decirle nada a mi novio, Mati. Aunque tenga la panza llena de leche de otro. Pero... cuando lo vea, lo voy a abrazar, lo voy a besar… y voy a pensar en vos.

Yo ya no estaba ahí. Estaba en esa fantasía. Era Matías. Era el otro. Era el deseo prohibido. Y eso, me hizo estallar. Me vine en su boca, con un gemido apagado. Ella tragó sin sacarsela, sin dejar de mirarme. Después se limpió los labios con la lengua y se rió, suave.

(M:) Pobrecito mi novio… no sabe nada.

Después subió y se acurrucó a mi lado, como si nada. Estábamos acostados. La luz del velador encendida, cálida, bañando la habitación en tonos suaves. La respiración de Maru se había calmado, pero yo la conocía. Sabía que su mente no se detenía cuando el cuerpo se calentaba, porque a veces, ahí, empezaba lo más intenso.

(M:) Amor…
(Y:) ¿Qué pasa?
(M:) Estuve pensando en algo mientras te la chupaba antes.

Su tono era sereno. Pero tenía esa carga detrás. Esa electricidad que siempre anticipaba una confesión... o algo que se le parecía.

(Y:) ¿Qué cosa?

Se incorporó apenas, apoyando la mejilla sobre mi pecho, y empezó a trazar figuras suaves con sus dedos.

(M:) Me acordé de una vez con Matías. Fue hace mucho. Pero se me vino a la cabeza, así, de golpe.
(Y:) ¿Qué pasó?
(M:) Fue una noche que salimos, cuando todavía no estaba con vos. Habíamos tomado un poco, estábamos calientes, y él... bueno, él me llevó a su casa.

Respiré hondo. Ella lo notó, y siguió.

(M:) Esa vez, solo quiso darme por la colita, y yo me dejé. Me entregué a él ¿sabes?. Me acuerdo que lo hicimos por horas. Él no acababa... y yo... yo me abría más, lo buscaba en cada embestida. Me sentía sucia, pero no podía parar.

Hizo una pausa. Me miró.

(M:) Me encantaba sentirlo llenarme así. Tenía la pija más grande que vos, ya te lo dije, solo un poquito. Y ese día, cuando por fin acabó... me llenó tanto que no podía ni caminar bien, sin que me doliera o se me cayera un poquito de su "juguito"

Mi cuerpo estaba tenso. Ella lo sabía, y siguió.

(M:) Me fui sola a casa en taxi. Con una pollerita corta, sin bombacha y manchada. Sentía la leche escurriéndome. En el asiento del taxi me senté despacio, con la colita ardiendo... y la pancita vacia, triste... como si esa noche algo le hubiese faltado para llenarla.
(Y:) Maru...
(M:) No, no me interrumpas. Me acordé de eso mientras te tenía en la boca... y por un momento, te juro que no eras vos. Era él. Otra vez. Y yo quería volver a sentirme así. Vacía por dentro... pero llena de su leche.

Me besó el cuello, suave, como si no acabara de decirme eso.

(M:) No te pongas celoso... o sí. Capaz me gusta eso también. Pero quiero que me hagas sentir igual. Quiero que vos también me dejes así. Temblando. Goteando. Sintiendo tu leche adentro por horas.
(Y:) Y si... ¿te dejo ahora mismo así?

Ella sonrió. Esa sonrisa. Traviesa, oscura, llena de deseo.

(M:) Intentá, amor. Pero acordate que tengo una memoria muy selectiva... y todavía me acuerdo todo lo que él me dejó en la panza y la colita

Se rió bajito, como restándole importancia. Pero era Maru. Cada palabra suya era un fósforo encendido, y yo ya estaba hecho de pura nafta. La acomodé despacio. Ella se puso en cuatro sin decir nada, sólo con esa sonrisa que me partía la cabeza. Y ahi estaba ella, esa colita suave, perfecta, esperándome.

Me escupí la mano y me humedecí la pija. La apoyé contra su entrada y la froté un poco, apenas. Maru gimió bajito.

(Y:) ¿Así te lo hacía él?
(M:) Mmhhh... sí, así... despacito al principio. Pero sabiendo que despues me iba a romper. Le encantaba jugarme con la punta. Decía que mi colita era suya.

Empujé un poco más. Sentí cómo se abría, tensa, húmeda. Ella apretó la sabana.

(Y:) Contame. ¿Qué pasó esa noche?
(M:) ¿De verdad querés saberlo?

Asentí. Estaba entrando en ella. Despacio, pero cada centímetro era como un grito contenido.

(M:) Te dije, fue después de un boliche. Nos fuimos a su departamento y yo ya sabía lo que él quería. Él también. Apenas cerró la puerta, me tiró contra el sillón. No me sacó la ropa. Solo me bajó la tanga y me metió un dedo.

Gimió fuerte. Yo ya estaba completamente adentro. Su colita caliente, apretada, lo sentía todo.

(Y:) ¿Y?
(M:) Me pidió que no gritara, que los vecinos lo conocían. Pero me la metió entera, amor... así, sin darme tiempo, ni aviso. Me dolió, me ardía. Pero me la bancaba, porque lo miré a los ojos y vi lo caliente que estaba por hacerme la colita.

Empecé a moverme. Lento. Profundo.

(M:) Me cogió horas. Me agarraba de la cintura y me tiraba para él. Me decía "sos mi putita, sólo para esto te quiero". Y yo... yo sentía cómo me llenaba. En un momento, ni me hablaba. Solo me taladraba el culo, como si fuera lo único que importaba.

(Y:) ¿Acabó adentro?

Maru gimió. Se tocaba la conchita con una mano mientras yo la cogia desde atrás.

(M:) Siiii... me acabó tan fuerte que sentí un calor que me subía hasta el vientre. Me quedé temblando. Tirada. Él se levantó, se limpió, se vistió... y me dijo "andate, tomá un taxi".
(Y:) ¿Y qué hiciste?
(M:) Me puse mi pollerita. No tenía bombacha, porque en un momento me la saco y la revoleo y no pude encontrarla. La leche me bajaba por las piernas. Bajé las escaleras como pude, fui a la avenida asi y paré un taxi. El chofer me miraba por el espejo, y yo sabía que veía todo. Me senté como pude... el asiento me ardía y mi colita seguía dilatada, caliente, llena.
(Y:) ¿Y qué pensaste en ese momento?
(M:) Que me encantaba ser tratada así. Como una puta. Como una muñequita solo para recibir leche por el culo.

Mis embestidas se volvieron más fuertes. Ella apretaba, me apretaba, como si buscara otra vez ese final.

(M:) Y ahora quiero que vos también me lo hagas, amor. No pares. Quiero que me llenes así. Que me acabes adentro y no digas nada. Que me dejes con tu leche calentita en la colita... y me duela, pero me guste.

Ella se arqueó, temblando. Yo también. No iba a durar mucho más.

(Y:) ¿Querés mi leche?
(M:) Siiii, en la colita... llename, amor, llename como él.

Unos segundos más, un par de embestidas lentas y profundas... y no aguanté. Le descargué todo adentro, sin sacarla. Sentí el calor de mi leche meterse en lo profundo de ella, y su cuerpo temblar como si eso la completara.

Quedamos así, respirando fuerte. En silencio. Hasta que Maru soltó una risita suave, casi como un susurro.

(M:) Mmm ahora que te siento... no se si capaz no fue tan así con Mati... o capaz sí. ¿Quién sabe?

Se dio vuelta, me besó suave, y me miró con esos ojos de gata que lo entienden todo y nunca dicen más de lo que quieren. Todavía estaba dentro de ella, aunque apenas me movía. Mi respiración comenzaba a calmarse. Maru se inclino hacia adelante, sacandose mi pija y se recosto de costado, como si nada. Como si no acabara de volverme completamente loco con lo que me había contado.

(Y:) ¿Qué quisiste decir con eso de "capaz no fue tan así"? ¿Fue real esa anecdota, amor?

Ella se acomodó la tanga, se giró lentamente y me miró con esa expresión que me deja sin herramientas.

(M:) ¿Querés saberlo de verdad? ¿O te gusta más imaginarlo?

No respondí. Me quedé mirándola, tragando saliva, sintiendo cómo esa mezcla de celos, deseo y duda me recorría el cuerpo como un escalofrío.

(M:) Porque si te digo la verdad, tal vez no te guste...
(Y:) Decime. ¿Te cogió así o no?

Ella sonrió, se estiró sobre la cama como una gata y se apoyó sobre mi pecho.

(M:) Digamos que... no exageré mucho. Lo que conté… pasó. Y sí, Matías me la dio por la colita. Mejor que vos. Más fuerte. Más tiempo. Más leche. Me dejó... llenita. Como a mí me gusta.

Mi mandíbula se tensó. La idea me atravesó como un puñal. Pero al mismo tiempo, sentía cómo se me endurecía de nuevo con cada palabra.

(M:) ¿Te da celos eso?

Asentí, sin poder evitarlo.

(M:) ¿Y sabés qué es lo peor? Que me encantó. Me encantó que me usara así, que me llenara, que no le importara nada. Me dejó goteando su leche mientras tomaba un taxi con la pollerita pegada a las piernas.
(Y:) Maru...
(M:) Ay amor... no te pongas mal. Vos también acabás rico. Pero… él me dio tanta leche esa noche… que llegué a mi casa sintiendo que todavía me latía adentro. Como si cada gota me hubiera llenado el alma.

Cerré los ojos. No sabía si odiarla o pedirle que me lo cuente todo otra vez.

(M:) ¿Querés que te mime ahora? ¿Querés que te la chupe para que te olvides de eso?

Estaba tentado. La tenía dura de nuevo, entre la bronca y la calentura. Pero no. No quería competir con eso. No esta vez.

(Y:) No... no quiero.

Maru me acarició la cara y se acurrucó a mi lado.

(M:) Bueno... entonces dormí conmigo. Pero ojo... capaz mañana me acuerdo de otro que también me llenó. O capaz te lo invento... ya ni sé.

Se rió bajito. Esa risa pícara, venenosa, dulce, que me desarma y me vuelve adicto. La abracé por detrás, todavía con el cuerpo caliente y el alma revuelta. No sabía si era amor, locura, celos, o puro deseo. Pero estaba ahí, con ella. Siempre.

Después de unos días tranquilos, de cenas simples, de estudiar juntos y de dejar que el deseo se esconda un poco debajo de la rutina, llegó la noche del cumpleaños de una amiga de Maru. Fuimos juntos, reimos, bailamos, eskabiamos y compartimos miradas cómplices entre la gente. Ella estaba divina, con una pollerita negra que apenas le cubría la cola, y un top ajustado sin corpiño, que marcaba el contorno suave de sus pezones cada vez que se inclinaba.

Cerca de las cuatro de la mañana, nos pinto el sueño y quisimos volver. Pedimos un taxi cerca de la avenida y cuando subimos, Maru se quedó rígida por un segundo, después sonrió. Yo algo intui, asi que cuando mire para adelante, le vi la cara al chofer y también lo reconoci.

Era él. El mismo remisero de aquella vez, de aquel relato de Maru, de aquella "fantasia"? El mismo que, según Maru había contado, tenía una pija generosa y muy lechera. El mismo que, esa vez, había terminado desparramado en el asiento mientras ella le hacía un pete, y le habia ofrecido plata por la “maravillosa que era su boca”.
Maru no dijo nada al principio. Se acomodó en el asiento trasero, con una pierna encima de la otra, dejando apenas ver la parte interna de su muslo. Después me rozó la mano sobre el pantalón y susurró:

(M:) ¿Viste quien es? ¿Te acordás, no?
(Y:) Sí...
(M:) Qué loco que justo nos toque él. ¿No? ¿Te acordás cómo te conte que acabó la vez que se la chupe en el auto?

Yo trague saliva mientras se me tensaba todo el cuerpo. Otra vez iba a empezar a volverme loco aca.. Ella se acerco a mi hombro, apoyando su cabeza, pero hablandome bajito al oido.

(M:) Me acuerdo clarito… cómo respiraba fuerte, cómo me decía que no aguantaba más, que iba a acabar… y cuando me tragué todo, me acarició la cabeza como si hubiera hecho magia… ¿te acordás que te lo conté?

Maru se acercó más. El taxista no parecía haberse dado cuenta. O tal vez sí, pero estaba entrenado para mirar para otro lado. Ella, en cambio, estaba encendida. Acerco más su boca en mi oído.

(M:) ¿Y si esta vez no te lo cuento? ¿Y si te lo dejo ver? ¿Qué pasa si le digo que frene en tu casa… que te bajes primero… me dejarias acá para pagarle el viaje como él quiere?
(Y:) Maru… dejate de joder…
(M:) Dale… ¿no te calienta? Imaginate… vos te bajás, entrás a tu casa, y yo me quedo aca, con él. Me paso al asiento de adelante, le bajo el pantalón, y lo empiezo a petear despacito mientras el auto se queda detenido. Y vos adentro, esperando, pensando si me estoy tragando toda la leche de nuevo…
(Y:) No…
(M:) Tranquilo, amor… yo te prometo que esta vez sí le voy a pagar… pero de verdad. Le voy a dejar el taxi bien pago. Con cada gotita que me tire en la boca -rio bajito-

El corazón me latía como loco. El cuerpo me temblaba, entre la excitación y los celos. La pija?...dura. La mente?...en guerra.
(M:) ¿Qué decís? ¿Jugamos? ¿O tenés miedo de que me guste más su leche que la tuya?

No pude responder a su ultima pregunta, gire la cabeza y mirq por la ventanilla, mordiéndome la lengua. Maru sonrió, maliciosa, como una bruja hermosa y sucia que acababa de ponerme un hechizo imposible de romper.

(M:) Amor, si querés... cuando subamos... hacemos de cuenta que hubiesa pasado. Y yo te lo cuento con detalles. Así podés imaginarme tragando su leche... mientras vos me cogés.

El taxi siguió avanzando. Faltaban solo unas cuadras para llegar a casa.

El taxi frenó frente al edificio. El reloj del tablero marcaba las 4:43 am.

(M:) Gordi, por que no subís vos primero. Yo le pago al señor y ya voy.
(Y:) ¿Cómo que suba? -dije nervioso- Dejá, yo pago.
(M:) No, no, dejame a mí. En serio. Le quiero pagar yo. Te juro que esta tengo plata ¿ok? -dijo sonriendome como ella sabe- No voy a tardar nada...

Sonrió con picardía, pero sin dejar ver más que eso.

(M:) ¿No confiás en mí?
(Y:) No es eso…
(M:) Dale, amor. -dijo acercandose a mi oido- ¿No te calienta un poquito esto también? ¿No te gusta la idea de estar allá arriba esperándome, preguntándote si fui buena y le pagué con billetes... o con mi boquita?

Esa última frase me revolvió el estómago. De puro morbo. De celos. De calentura. Me tembló la mandíbula.

(Y:) Está bien… Subo -dije desconociendome completamente-

Abrí la puerta del taxi, miré una vez más a Maru y ella me guiñó un ojo, para despues hacerme un gesto como diciendo “ya voy” y quedandose en el asiento trasero, con las piernas cruzadas y la pollerita subida más de la cuenta.
Yo subí las escaleras con la cabeza ardiendo. Ni bien entré al departamento, no prendí ni una luz... me quedé en silencio. El cuerpo me traicionaba, estaba excitado, pero también angustiado. Imaginaba todo.
Maru bajándose del asiento. El taxista mirándola con esa mezcla de deseo y ansiedad. Ella bajándole el cierre, acomodandose en el asiento y... Tragándosela... De nuevo... Su boca embebiéndose con esa leche que no era la mia. Tenia que dejar de imaginarme estas cosas, o el corazon iba a decirme basta.

Pasaron cinco, siete, diez minutos. Se me estaba haciendo eterna la espera, o quizas era mi mente que me jugaba en contra y me hacia pensar que hacia horas habia subido, hasta que escuche la puerta abrirse.
Maru entró despacio. Traía la cartera en una mano y estaba acomodando plata en su monedero.

(M:) Te dije que le iba a pagar, amor.
(Y:) ...

Ella dejó el monedero en la mesa y se metió directo a la habitación. Yo la seguí.

Maru se sacó el top y se quedó solo con la pollerita.

(M:) Igualmente gordi, si querés… podemos hacer de cuenta que le pague de otra forma...

Se sentó en la cama y me miró fijo. Se bajó la pollera sin dejar de mirarme, quedando completamente desnuda.

(M:) ¿Querés saber lo que podría haber pasado si no le pagaba con plata?

Tragué saliva, al mismo tiempo que se me endureció la pija de solo de escucharla hablar así.
Maru se metió en la cama y con una mano me atrajo hacia ella, bajándome tambien el pantalón y boxers de un tirón. Apenas vio mi pija, ya estaba dura como una piedra, asi que empezo a pajearme despacito, mientras sin que se lo pida... empezo a hablar.

(M:) Me cambie al asiento del acompañante al final gordi... él no decía nada... solo me miraba. Le bajé el cierre y le saqué la pija que ya estaba dura...se ve que me reconocio también... 

Yo respiré hondo y deje salir el aire despacio, acostumbrandome al movimiento de su mano y tratando de imaginarme lo que me estaba contando.

(M:) Ahi estaba ella, esa misma pija, la que me acabó toda la otra vez. La tenía durisima de nuevo, y con un olor a leche que me calentó mal. Empecé a chuparsela, despacito… lo miraba mientras lo hacía, como buena putita que paga con la boca.

Comenzó a pajearme con mas ritmo, con la mano apenas húmeda, lo justo para excitarme más.

(M:) Él me agarró la cabeza... me decía que no aguantaba... que le encantaba mi boca... y despues de unos minutitos peteandolo, me acabó. Me acabó todo en la boca de nuevo, sin preguntarme si podia, si queria... Me la tragué toda gordi,  tooodaaa.

Gemi ahogado. No podía más.

(Y:) ¿Fue en serio?

Maru sonrió. Ahora habia bajado el ritmo de la paja. Se acercó a mi cara, y me susurró:

(M:) ¿Te calentaria que haya sido en serio? Porque si lo fue... sabe que todavía tengo leche del taxista en mi pancita.

Me besó el cuello y comenzo a bajar por mi pecho, pasandome su lengua hirviendo. La mano seguía moviéndose, firme, rítmica.

(M:) Me bajé del auto con las piernas temblando de la calentura amor. Tenía la boca llena de leche caliente y me la fui tragando toda. Mientras subía las escaleras… pensaba en vos... en como iba a estar despues contandote todo así, con mi pancita llena y con tu pija dura por eso.

Yo ya temblaba... victima del placer y la locura.

(Y:) ¿De verdad?

Maru me mordió un pezon despacio.

(M:) Quizás sí… quizás no. Pero eso no importa. Porque vos ya estás por acabarte con solo imaginarme tragando leche ajena, ¿no?
(Y:) Uff... sí...

Ella sonrió. No frenó. Me mantuvo siempre al borde.

(M:) Entonces... ¿la próxima me vas a dejar sola otra vez con el señor? ¿Aunque sea para pagar bien... con la boca?

Yo no llegue a contestar... Acabe con fuerza, sin decir una palabra, mientras Maru me pajeaba con la maestría de una diosa morbosa. Limpió todo con su boca, lento, como si sellara su confesión con una última lamida y después, me abrazó. Su cuerpo se sentia caliente pegado al mio.

(M:) Tranquilo, gordi… todo es un juego. ¿O no? - rió bajito, contra mi cuello-

Maru estaba oscura, juguetona, perfecta.

(M): Veni, acostate conmigo un rato. Creo que ambos necesitamos descansar un poquito, no?

La habitación estaba en penumbras. Una brisa refrescaba el aire, gracias al ventilador que giraba con su vaivén suave y cíclico. Maru tenía la cabeza apoyada sobre mi pecho, respirando lento, como si midiera el tiempo en pulsaciones. Yo estaba aun intranquilo, pensante y ella lo noto.

(M:) ¿Gordii, estás bien?
(Y:) Sí… estoy bien.
(M:) ¿Seguro?

Lo miró desde abajo, con esos ojos que sabían todo. Que leían más allá del cuerpo.

(Y:) Es que… no sé. Me dejás en un estado raro a veces. Como si no supiera si todo lo que me decís es parte del juego… o si hay cosas que fueron reales.

Maru se quedó en silencio unos segundos. Su dedo dibujaba círculos sobre mi abdomen, sin apuro.

(M:) ¿Y si algunas cosas lo fueran? ¿Te cambiaría algo?
(Y:) Me dolería… creo. Pero también me doy cuenta de que parte de lo que más me calienta es justamente eso: no saber. Que juegues con eso. Conmigo.
(M:) Yo juego con tus fantasías… pero también con las mías, ¿sabés?

Ella levantó la cabeza. Se sentó en la cama, abrazándose las piernas, dandome la espalda. Su voz salió clara:

(M:) A veces me asusta lo mucho que me gusta esto. Lo mucho que me calienta cuando te veo así… todo celoso, confundido, duro. Me hace sentir… viva. Deseada.

Se dio vuelta para mirarlo.

(M:) Pero también te amo y de verdad. Es por eso que te cuento estas cosas...porque sé que me entendés, que lo deseas, que no me juzgas. Porque sé que puedo ser puta con vos, y eso no me hace menos tuya. O menos real.

Me  incorporé, me acerqué a ella y le besé el hombro.

(Y:) Maru, vos sos mía incluso cuando estás fantaseando que te llenan otros. Porque después de todo eso… volvés conmigo. Me lo contás. Me dejas entrar en ese mundo tuyo y me haces parte.

Maru sonrió, con una ternura que no mostraba tan seguido y me acarició la cara con el dorso de la mano.

(M:) Sos el único con quien puedo ser tan perra sin miedo. Y eso… eso es amor también, ¿no?
(Y:) Sí. Es amor. Torcido, sucio, intenso. Pero nuestro.

Nos besamos despacito, como si entre las bocas estuvieramos sellando algo que solo nosotros dos podíamos entender. Un pacto íntimo. Un lenguaje secreto.
Después de eso, nos acostamos y no dijimos más nada por un rato. Solo se escuchaba el sonido suave de nuestras respiraciones, sincronizadas, anunciando el fin de la noche. Al menos hasta que ella murmuró, medio dormida:

(M:) Mañana te voy a contar algo nuevo… pero esta vez, más emocional. Más oscuro.
(Y:) ¿Más oscuro?
(M:) Sí… quiero jugar a otra cosa. Algo que me haga sentir más… vulnerable. Y que te prenda igual.

Yo no dije nada. Solo sonreí en la oscuridad... porque sabía que el verdadero juego recién empezaba.

9 comentarios - Mi novia Maru y la leche (13)

Nemocabezon
Primero feliz día loki...!!! Segundo TREMENDO ESTE CAPITULO, cada vez más picante se va poniendo esto..👏👏👏👏 abrazo genio!!!!
LordRenzo
superior realmente, solo eso
Ferchuycele
Que bueno SOS lo mejor en esta página
Elyda-juy
Esa duda q nace cuando no sabes si es verdad o mentira ufff riquísima y cruel al mismo tiempo.... nos mata,nos la pone dura y nos vuelve a matar.... uffff RIQUÍSIMO!!!!!
NicoMaschio99
Excelente como siempre, gracias por hacer estas entregas seguidas. Que hagan algo de excihibicion
julietanay
Casi que necesito que le diga todo es realll