Cualquiera que haya trabajado en el sector público, principalmente en una dependencia municipal, sabe que hay movimientos de gente permanentemente. Laura era una de ellas, llegó a mi sector desde otra dependencia y no entendía mucho al principio de lo que había que hacer. En mi sector, nos ocupamos de los suministros para las flotas de camionetas y camiones que hacen todo lo que es limpieza y demás.
Somos más o menos 10 personas trabajando ahí que nos ocupamos principalmente de tareas administrativas, y ahí cayó Laura.
Grandota de cuerpo, cara no muy agraciada... simpática, eso si. Buena cebadora de mates, que vendría a ser el starter pack de cualquier empleado municipal siendo honestos. Rápidamente pasó a ser la gorda dentro de la dependencia, obviamente no a oídos de ella sino a modo de referirse cuando no estaba. "Siempre llega tarde la gorda esta" o "No traigan facturas que la gorda no nos va a dejar ninguna", frases que simplemente salían de boca de compañeros cuando ella no estaba. Por supuesto, cuando ella estaba era Lauri o Laurita porque la careteada está siempre a la orden del día.
A mi ese trato no me gustaba mucho, pero la verdad es que tampoco se podía hacer demasiado porque cuando uno saltaba enseguida te daban con un caño también. Pero la verdad es que Lau me caía bien, al menos me parecía piola. Me contó que venía del sector de emisión de impuestos, pero pidió el pase porque tenía compañeros de mierda. Y la verdad no había caído en el mejor lugar tampoco pero bueno, ella iba a hacer su laburo y listo.
Me tocó enseñarle y la verdad, debo reconocer que prejuzgué por la cara. Aprendía rápido, era buena con la computadora y preguntaba cuando tenía dudas en vez de mandarse cagadas y echarle la culpa a otro (como suele pasar). Así que su escritorio estaba al lado del mío, compartíamos mate y además laburábamos bien. Marcelo, un compañero, se me acerca y me dice en un momento que Laura no estaba:
M: Che, ¿qué onda con la gorda?
Y: ¿Qué onda de qué? - sin entender mucho el tono de la pregunta
M: Dale, te pregunta todo... se instaló al lado tuyo...
Y: Me pregunta para no hacer cagadas, ¡como hacen ustedes hijos de puta! - intentando evadir esas sospechas
M: Si dale... hacete nomas, es incogible la gorda tranquilo que no tenes competencia - me dijo riéndose
Y: Cualquiera flaco pero bueno, que te voy a discutir a vos si te acomodó tu viejo acá, siempre tenes razón...
Odiaba a Marcelo, era un engreído hijo de puta, acomodado por el padre que era concejal, y se creía siempre superior al resto. Pero obviamente como indica la regla, era el que mas cagadas se mandaba trabajando. Sin embargo me dejó pensando: ¿será que Laura tenía alguna actitud que yo no veía? Entré en el grupo de WhatsApp que tenemos en el sector y decidí agendarla, porque no la tenía agendada la verdad al igual que a algunos otros.
Por la tarde ese mismo día que la agendé, me saltó un estado suyo lo cual me dio información: ella sí me había agendado previamente. Lo miré y era una foto suya, normal... y la verdad no era la mina mas linda del mundo pero tenía pinta de tener actitud. Como a la media hora de haber visto su estado me manda mensaje y me dice "Como andas? Ahora sí me tenes agendada jaja". Claro, hacía un tiempo me había escrito para preguntarme algo, le respondí pero no la había agendado y ahora vio que estuve revisando sus estados. Lo cual me dio la segunda información: ¿estaba prestando atención a mis movimientos?

Los días pasaban y trataba de sacarle la ficha. Marcelo era un pelotudo, pero quizás tenía razón: la mina se me instaló cerca, miraba si veía sus estados... uno no le escribe al que mira sus estados, ¿o si? Pero en fin, trataba de no darle trascendencia a lo que Marcelo me había dicho, pero por otro lado me quedó impregnada la idea. Pero lo peor, es que él dijo que era una gorda incogible y la verdad, no me parecía incogible... Una tarde, me vuelve a escribir por WhatsApp:
L: Que onda Juani, como andas?
Y: Bien Lau, vos?
L: Aburrida... me estaba por hacer unos mates
Y: Ah bien... si, creo que te voy a seguir jaja
Charlamos un rato de cosas random, del trabajo, de la situación del país en general, de lo mal que cobramos... en fin, una charla de poco mas de 40 minutos que fue lo que duró la mateada y me dice "Voy a ir hasta el centro a comprar unas cosas, después charlamos si queres" y me manda una foto que sinceramente no esperaba.

Le dije que no había drama, que después hablamos. Miré la foto, fácilmente unas 20 veces. Buscaba gestos, me preguntaba ¿por qué me mandaría una foto así?, cuales serían sus intenciones, ¿el tipo del fondo será el novio?... sin embargo no tardó en llegar el pensamiento de "que buenas tetas tiene" o "le lleno esa boquita de leche". Una voz en mi cabeza me decía "Marcelo es un virgo, esta mina está re cogible..." y de pronto, no podía esperar a que vuelva del super para ver de que tanto quería seguir hablando si ya era de noche...
Somos más o menos 10 personas trabajando ahí que nos ocupamos principalmente de tareas administrativas, y ahí cayó Laura.
Grandota de cuerpo, cara no muy agraciada... simpática, eso si. Buena cebadora de mates, que vendría a ser el starter pack de cualquier empleado municipal siendo honestos. Rápidamente pasó a ser la gorda dentro de la dependencia, obviamente no a oídos de ella sino a modo de referirse cuando no estaba. "Siempre llega tarde la gorda esta" o "No traigan facturas que la gorda no nos va a dejar ninguna", frases que simplemente salían de boca de compañeros cuando ella no estaba. Por supuesto, cuando ella estaba era Lauri o Laurita porque la careteada está siempre a la orden del día.
A mi ese trato no me gustaba mucho, pero la verdad es que tampoco se podía hacer demasiado porque cuando uno saltaba enseguida te daban con un caño también. Pero la verdad es que Lau me caía bien, al menos me parecía piola. Me contó que venía del sector de emisión de impuestos, pero pidió el pase porque tenía compañeros de mierda. Y la verdad no había caído en el mejor lugar tampoco pero bueno, ella iba a hacer su laburo y listo.
Me tocó enseñarle y la verdad, debo reconocer que prejuzgué por la cara. Aprendía rápido, era buena con la computadora y preguntaba cuando tenía dudas en vez de mandarse cagadas y echarle la culpa a otro (como suele pasar). Así que su escritorio estaba al lado del mío, compartíamos mate y además laburábamos bien. Marcelo, un compañero, se me acerca y me dice en un momento que Laura no estaba:
M: Che, ¿qué onda con la gorda?
Y: ¿Qué onda de qué? - sin entender mucho el tono de la pregunta
M: Dale, te pregunta todo... se instaló al lado tuyo...
Y: Me pregunta para no hacer cagadas, ¡como hacen ustedes hijos de puta! - intentando evadir esas sospechas
M: Si dale... hacete nomas, es incogible la gorda tranquilo que no tenes competencia - me dijo riéndose
Y: Cualquiera flaco pero bueno, que te voy a discutir a vos si te acomodó tu viejo acá, siempre tenes razón...
Odiaba a Marcelo, era un engreído hijo de puta, acomodado por el padre que era concejal, y se creía siempre superior al resto. Pero obviamente como indica la regla, era el que mas cagadas se mandaba trabajando. Sin embargo me dejó pensando: ¿será que Laura tenía alguna actitud que yo no veía? Entré en el grupo de WhatsApp que tenemos en el sector y decidí agendarla, porque no la tenía agendada la verdad al igual que a algunos otros.
Por la tarde ese mismo día que la agendé, me saltó un estado suyo lo cual me dio información: ella sí me había agendado previamente. Lo miré y era una foto suya, normal... y la verdad no era la mina mas linda del mundo pero tenía pinta de tener actitud. Como a la media hora de haber visto su estado me manda mensaje y me dice "Como andas? Ahora sí me tenes agendada jaja". Claro, hacía un tiempo me había escrito para preguntarme algo, le respondí pero no la había agendado y ahora vio que estuve revisando sus estados. Lo cual me dio la segunda información: ¿estaba prestando atención a mis movimientos?

Los días pasaban y trataba de sacarle la ficha. Marcelo era un pelotudo, pero quizás tenía razón: la mina se me instaló cerca, miraba si veía sus estados... uno no le escribe al que mira sus estados, ¿o si? Pero en fin, trataba de no darle trascendencia a lo que Marcelo me había dicho, pero por otro lado me quedó impregnada la idea. Pero lo peor, es que él dijo que era una gorda incogible y la verdad, no me parecía incogible... Una tarde, me vuelve a escribir por WhatsApp:
L: Que onda Juani, como andas?
Y: Bien Lau, vos?
L: Aburrida... me estaba por hacer unos mates
Y: Ah bien... si, creo que te voy a seguir jaja
Charlamos un rato de cosas random, del trabajo, de la situación del país en general, de lo mal que cobramos... en fin, una charla de poco mas de 40 minutos que fue lo que duró la mateada y me dice "Voy a ir hasta el centro a comprar unas cosas, después charlamos si queres" y me manda una foto que sinceramente no esperaba.

Le dije que no había drama, que después hablamos. Miré la foto, fácilmente unas 20 veces. Buscaba gestos, me preguntaba ¿por qué me mandaría una foto así?, cuales serían sus intenciones, ¿el tipo del fondo será el novio?... sin embargo no tardó en llegar el pensamiento de "que buenas tetas tiene" o "le lleno esa boquita de leche". Una voz en mi cabeza me decía "Marcelo es un virgo, esta mina está re cogible..." y de pronto, no podía esperar a que vuelva del super para ver de que tanto quería seguir hablando si ya era de noche...
9 comentarios - La incogible del laburo (parte 1)