A la mañana siguiente, estábamos en la cocina cuando mi madre anunció que necesitaba ir a la tienda a comprar algunas cosas. "Volveré pronto," dijo antes de salir, dejándonos solos a mi padre y a mí.
Poco después, mi padre rompió el silencio con una pregunta que me dejó helado. "Sam, ¿puedo preguntarte algo?"
"Claro, ¿qué pasa?"
"Sospecho que tu madre me es infiel," confesó, mirándome seriamente.
"¿Por qué piensas eso? Mamá te ama mucho," respondí, intentando ocultar mi nerviosismo.
"Una vecina me contó que escuchó gemidos antier en la casa, y eso me ha dejado pensando," explicó.
Rápidamente, salí con una excusa. "Ah, eso fue por mí. Invité a una chica aquí. Es alguien con quien estoy saliendo, y la verdad es que fue un poco ruidosa. Lo siento si causó algún malentendido."
Mi padre pareció aliviarse instantáneamente. "Ah, qué alivio," dijo con una sonrisa. "Eso es, campeón," añadió, dándome una palmadita en el hombro.
"Solo asegúrate de mantener un poco más bajo el volumen la próxima vez."
Mientras se relajaba, no pude evitar sentir una mezcla de alivio y culpa, pero por dentro me reía de cómo la situación había tomado un giro tan inesperadamente cómico.
Ya de noche con mi madre de vuelta, yo estaba en mi cuarto tratando de concentrarme en cualquier cosa que no fuera lo complicada que se había vuelto mi vida.
De repente, escuché la voz de mi padre desde la sala, bostezando y diciendo, "Me muero de sueño, me voy a la cama." Eso fue suficiente para ponerme nervioso.
Mi corazón empezó a latir más rápido mientras me preguntaba si podría pasar algo entre mi madre y yo esa noche.
Con mi padre yéndose a dormir tan temprano, la casa quedaba en un silencio que solo amplificaba mis pensamientos y miedos. ¿Y si mamá viene a mi habitación? ¿Debería siquiera pensar en eso ahora? La ansiedad comenzaba a carcomerme.
Decidí salir de mi cuarto para ver qué estaba pasando. Caminé silenciosamente hacia la sala, donde mi madre seguía sola, viendo la película que habían empezado. Al verla ahí, una mezcla de deseo y culpa me golpeó. Ella parecía perdida en la pantalla, ajena a la tormenta que estaba pasando por mi cabeza.
Me quedé de pie, en la oscuridad del pasillo, luchando conmigo mismo. No debería hacer nada, me dije. Pero otra parte de mí quería cruzar esa sala y sentarme a su lado, tal vez incluso acercarme más. La tensión entre lo que sabía que era correcto y lo que deseaba se sentía abrumadora.
Después de unos minutos que parecieron horas, decidí volver a mi cuarto.
No podía arriesgarme, no con mi padre en la casa y todo demasiado fresco.
Me sentía como si cada paso que daba me alejara más de ella, pero sabía que tenía que mantenerme firme.
Me acosté en mi cama, escuchando los sonidos suaves de la película que continuaba en la sala, y traté de dormir, aunque sabía que sería una noche larga.
Mi padre ya se fue a dormir, no crees que deberías recompensarme por engañarme con él? 😏
Madre: Nooo, es muy peligroso 😟
No quieres?
Madre: Me muero por hacerlo pero no podemos, es peligroso.
Sam: Ok, estaré aquí esperándote, espero que vengas y cojamos como locos. En 15 minutos me duermo, tú sabes si te apareces.
Tras enviar el mensaje, la tensión en mi cuarto era palpable. El teléfono vibró después de unos minutos.
Madre: Sam, esto no es fácil para mí. También quiero estar contigo, pero... ¿y si tu padre se entera?
Entiendo, pero es tarde y está profundamente dormido. Ha sido un día largo para él. No se enterará.
Madre: ¿Seguro que estás pensando con claridad? No quiero que nada malo nos pase.
Estoy seguro, mamá. Solo quiero sentirte otra vez. Estaré aquí, esperando. No te sientas obligada, pero sabes que ambos lo deseamos.
Hubo un silencio que pareció durar una eternidad. Finalmente, el teléfono vibró de nuevo.
Madre: Está bien, iré. Dame unos minutos para asegurarme de que todo está tranquilo.
El corazón me latía
Mi corazón empezó a latir aún más rápido. Me quedé acostado, mirando la puerta, escuchando cada sonido en la casa. El tiempo pasó más lento que nunca.
¿Y si cambiaba de opinión? ¿Y si decidía que era demasiado arriesgado?
Estaba ahí tirado en la cama, esperando y ya casi perdiendo la esperanza.
Poco después, mi padre rompió el silencio con una pregunta que me dejó helado. "Sam, ¿puedo preguntarte algo?"
"Claro, ¿qué pasa?"
"Sospecho que tu madre me es infiel," confesó, mirándome seriamente.
"¿Por qué piensas eso? Mamá te ama mucho," respondí, intentando ocultar mi nerviosismo.
"Una vecina me contó que escuchó gemidos antier en la casa, y eso me ha dejado pensando," explicó.
Rápidamente, salí con una excusa. "Ah, eso fue por mí. Invité a una chica aquí. Es alguien con quien estoy saliendo, y la verdad es que fue un poco ruidosa. Lo siento si causó algún malentendido."
Mi padre pareció aliviarse instantáneamente. "Ah, qué alivio," dijo con una sonrisa. "Eso es, campeón," añadió, dándome una palmadita en el hombro.
"Solo asegúrate de mantener un poco más bajo el volumen la próxima vez."
Mientras se relajaba, no pude evitar sentir una mezcla de alivio y culpa, pero por dentro me reía de cómo la situación había tomado un giro tan inesperadamente cómico.
Ya de noche con mi madre de vuelta, yo estaba en mi cuarto tratando de concentrarme en cualquier cosa que no fuera lo complicada que se había vuelto mi vida.
De repente, escuché la voz de mi padre desde la sala, bostezando y diciendo, "Me muero de sueño, me voy a la cama." Eso fue suficiente para ponerme nervioso.
Mi corazón empezó a latir más rápido mientras me preguntaba si podría pasar algo entre mi madre y yo esa noche.
Con mi padre yéndose a dormir tan temprano, la casa quedaba en un silencio que solo amplificaba mis pensamientos y miedos. ¿Y si mamá viene a mi habitación? ¿Debería siquiera pensar en eso ahora? La ansiedad comenzaba a carcomerme.
Decidí salir de mi cuarto para ver qué estaba pasando. Caminé silenciosamente hacia la sala, donde mi madre seguía sola, viendo la película que habían empezado. Al verla ahí, una mezcla de deseo y culpa me golpeó. Ella parecía perdida en la pantalla, ajena a la tormenta que estaba pasando por mi cabeza.
Me quedé de pie, en la oscuridad del pasillo, luchando conmigo mismo. No debería hacer nada, me dije. Pero otra parte de mí quería cruzar esa sala y sentarme a su lado, tal vez incluso acercarme más. La tensión entre lo que sabía que era correcto y lo que deseaba se sentía abrumadora.
Después de unos minutos que parecieron horas, decidí volver a mi cuarto.
No podía arriesgarme, no con mi padre en la casa y todo demasiado fresco.
Me sentía como si cada paso que daba me alejara más de ella, pero sabía que tenía que mantenerme firme.
Me acosté en mi cama, escuchando los sonidos suaves de la película que continuaba en la sala, y traté de dormir, aunque sabía que sería una noche larga.
Mi padre ya se fue a dormir, no crees que deberías recompensarme por engañarme con él? 😏
Madre: Nooo, es muy peligroso 😟
No quieres?
Madre: Me muero por hacerlo pero no podemos, es peligroso.
Sam: Ok, estaré aquí esperándote, espero que vengas y cojamos como locos. En 15 minutos me duermo, tú sabes si te apareces.
Tras enviar el mensaje, la tensión en mi cuarto era palpable. El teléfono vibró después de unos minutos.
Madre: Sam, esto no es fácil para mí. También quiero estar contigo, pero... ¿y si tu padre se entera?
Entiendo, pero es tarde y está profundamente dormido. Ha sido un día largo para él. No se enterará.
Madre: ¿Seguro que estás pensando con claridad? No quiero que nada malo nos pase.
Estoy seguro, mamá. Solo quiero sentirte otra vez. Estaré aquí, esperando. No te sientas obligada, pero sabes que ambos lo deseamos.
Hubo un silencio que pareció durar una eternidad. Finalmente, el teléfono vibró de nuevo.
Madre: Está bien, iré. Dame unos minutos para asegurarme de que todo está tranquilo.
El corazón me latía
Mi corazón empezó a latir aún más rápido. Me quedé acostado, mirando la puerta, escuchando cada sonido en la casa. El tiempo pasó más lento que nunca.
¿Y si cambiaba de opinión? ¿Y si decidía que era demasiado arriesgado?
Estaba ahí tirado en la cama, esperando y ya casi perdiendo la esperanza.
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