Que rica panochita tienes putita, que rica estás- exclamó al tiempo que iba a desabrochar la falda, le dije, no porque me voy a ensuciar toda, mejor súbela y así lo hizo, subió mi faldita hasta la cintura, me despojó de mi tanguita y empezó a lamer mi vagina, lamía mis labios vaginales succionando mis fluidos, encontró mi clítoris y lo empezó a lamer y succionar, sentía tan rico que ya no me importó y gritaba desesperada, estaba en el paraíso, deslizó un dedo lubricándolo con mis fluidos y lo llevó entre mis nalgas hasta rozar mi orificio trasero, masajeaba mis arrugados pliegues en forma circular, como si quisiera dejarlo liso, empujó lentamente, sentí como mi culito se abría e iba entrando su dedo por el estrecho conducto, suspiré y abrí más mis piernas invitándolo a que me lo metiera más profundo, estaba en éxtasis. Aaah, muchacho, que rico- exclamé.

Me excitas mucho, quiero comerte toda, estás bien rica, tienes un culo increíble y aunque estrechito dilata bien, se nota que ya te estrenaron la colita. -en mi mente dije, uuuf si supieras que me encanta por el culo, y he metido hasta dos vergas negras en mi ano- me subió a la fila de cemento, me coloco en medio de ellas, tomando mis piernas las empujó contra mi pecho haciendo que levantara más el culo, dejándolo totalmente vulnerable a su ataque y su boca se hundió entre mis nalgas, sentí su lengua lamiendo mi ano y tratar de perforarlo, mis pliegues cedían y su rugosa y caliente lengua se colaba en mi interior, hundió su cara y succionó mi esfínter, ya no pude aguantar más, sentí que mis piernas se aflojaron y torrentes de placer recorrían mi cuerpo, empecé a convulsionar con su cara bien metida entre mis nalgas sin darme tregua..


Mientras sus dedos no dejaban de estimular mi clítoris. Me corro, me corro, me corrooo- grité, todo mi cuerpo se retorcía y mis ojos se pusieron en blanco, como en un trance. Apartó su cara de mi ano y goloso absorbió mis fluidos sin dejar escapar una gota. Eso es amor, dame tu miel, exclamo.
Poco a poco mis espasmos fueron disminuyendo de intensidad y caí exhausta sobre el cemento sentía mi cuerpo muy sensible y sin fuerzas, todavía temblaba, mi respiración estaba agitada, el orgasmo había sido muy intenso. Indudablemente era un gran amante, pensé que este hombre era puro fuego. Se bajo el pantalón junto con su bóxer y se recostó sobre mi cuerpo y buscó mi boca, su boca sabía a mi vagina y a mi culito, un sabor exquisito, esto me excitó mucho, me giré quedando frente a frente debajo de él, su pene era largo, grueso y sus venas igual de marcadas que sus brazos, aunque un olor un tanto desagradable surgía del miembro.
Su verga quedó en la entrada de mi vagina y ayudado por mis jugos vaginales fue introduciendo la cabeza dentro de mí, que rico sentí, se sentía caliente y dura, me quemaba por dentro, tomándome de los muslos me los dobló hacia adelante mientras me iba metiendo su miembro centímetro a centímetro sentía como me iba abriendo y entrando ese enorme, grueso y rico falo, ya llevaba la mitad enterrado en mi vagina, buscó mis pezones y se dedicó a chupar, lamer y succionar, me sentía en el paraíso, en un movimiento de caderas empujó su pelvis y me lo enterró todo, hasta los testículos, sacándome un grito de placer, me sentía tan llena, tan plena, tan suya, que rico me lo hacía, estaba siendo penetrada por el albañil sabiendo que mi marido estaba durmiendo en casa y con el riesgo que representaba que en cualquier momento pudiera despertarse y verme empalada!!!

Me daba tanto morbo, me hacía sentir tan excitada que empecé a mover mis caderas en forma circular y él inició sus arremetidas, metiendo y sacando su gran trozo de carne, gemía y gritaba como loca, me empalaba profundamente y su pelvis se pegaba completamente a mí, sentía como rozaba mi clítoris y sus testículos chocaban con mis nalgas, de mi vagina seguían fluyendo mis jugos por los deliciosos orgasmos que me producía!!

Su pene entraba y salía de mí causándome un placer exquisito, definitivamente era un experto, entre gemidos y gritos pedía que me lo metiera más profundo, que me diera más duro y más rápido, mis manos se posaron en sus nalgas y lo empujaba contra mi cuerpo para que me la metiera fuerte y duro, era una sensación inexplicable, me encanta tener penes gigantes dentro de mi, tener su grueso miembro dentro de mí, era inaudito, le estaba siendo infiel a mi marido de nueva cuenta pero está vez estando él en casa, ya no me importó, me lo hacía de una forma alucinante. Aaag, Dios mío, que ricooo, aaah, sigue muchacho más duro, aaagh, ¡¡¡así aaagh!!! Veía su cara, gruñía de placer, se había puesto roja, me veía con una mirada libidinosa, pervertida, sonriendo al ver cómo me hacía gozar y gritar de placer, a medida que arreciaba sus embestidas, su frente escurría sudor, pensé que pronto estallaría en mi interior, faltaba poco, cuando de pronto saca todo su pene de mi vagina. Yo ya estaba sucia por dentro y fuera, las embestidas hacían que el aire hiciera que de los bultos de cemento ingresar a mi concha, el cual quería quitar pero ese miembro duro no me lo permitía, sus manos llenas de mezcla, ya habían dejado mi cara sucia, que rico cogíamos en el colado, lo abracé con mis piernas y lo jalaba hacia mi para que llegara más al fondo.



Aaagh, espera nena, espera, agh, me vas hacer correr y todavía no quiero, antes tengo que romperte ese lindo culo que me tiene loco desde la mañana. Me dijo para que no te sigas ensuciando y para que el aire no siga metiendo cemento en tu vaina, déjame acostarme, y así lo hizo en las dos filas del cemento, como pudo me ayudo a subirme y comencé a cabalgarlo analmente -aaaah su prieta y gorda verga entro en mi ano- y yo me daba ricos sentones en ese miembro, después subí mis piernas para darle una mejor altura y más placer al coito -que rico cógeme así, le decía, no te detengas- nuestras carnes chocaban, su pene y mi ano se unían en un solo frenesí, -no sabes cuantas veces en el día, pase imaginándote cogiéndote y creí que ya nunca más te volvería ver- -ya me tienes aquí montada, baby, disfruta- me empujaba con sus toscas manos y así me penetraba, duro muy duro, mi ano ya lo sentía irritada, pedía un tiempo. Pero mi lujuria, no quería que paráramos, estaba encima de mi semental, penetrándome, yo agache mi cara para podernos besarnos.





Mientras el tocaba mis senos, escuche tocar el timbre, pero no me importaba quien era, no quería que nada nos detuviera, me estaba dando ricos sentones, cuando sentí que la punta de mis tacones rompió el bulto de cemento y se enterraron, por lo que provocaron que me enterrara de un solo golpe su verga, -uff fue delicios- nos reímos por el cemento roto, y el polvo ya entraba por todos mis agujeros, por lo que él dijo, te voy a cargar.
Me tomo de la cintura, puso mis manos en su cuello y me cargo, que rico era cabalgar ese miembro -aaaah, duele, pero me gusta, sigue así mi amor- -claro que si perra- me daba sentones en ese miembro, que me destruía analmente, hubo un momento en que solamente quede ensartada, y él me mordía muy rico los labios, nuestros cuerpos bañados en sudor combinados con la mezcla del colado sumado a los líquidos que comenzaban a salir de nuestros cuerpos, hacían una escena de lujuria extrema. Me hacía estremecer yo perdí la noción del tiempo, pero ya estaba obscuro y solamente se escuchaba los sonidos de nuestros cuerpos y los gemidos muy ricos. Inmediatamente me recargo contra uno de los castillos, y yo seguía ensartándome su enorme varilla, unos minutos después me bajo y me dijo quiero ponerte en cuatro mi vida.
Lo voy a hacer suave señora, no quiero lastimarte, al contrario, quiero que goces para que me recuerdes con gusto, no tengas miedo y me acarició las nalgas con cariño. Sentí como puso su pene entre mis nalgas y me pincelaba toda la rajita, presionaba justo en la entrada de mi culito y la retiraba, estaba tan excitado que chorreaba algunas gotas de semen, sentía tan rico que me fui relajando, la caliente cabeza acariciaba mi ano, una suave y tersa caricia con su duro trozo de carne , un contacto tan íntimo y delicioso, su mano presionó mi vientre haciendo que levantara más mis nalgas y en ese instante sentí que mis pliegues se abrían y entraba la cabeza, di un grito y un respingo de puro placer, me encantó como me abrió con su achatado glande. Efectivamente me la había metido muy suave, a pesar de su grosor, no me dolía, mi ano ya que estaba acostumbrado al diámetro de penes de mis negros y le dio cabida al grueso miembro de mi nuevo macho sin demasiado esfuerzo, me lo empezó a meter lentamente empujando rítmicamente su cadera hacia mí jalándome con sus fuertes manos en mi cadera, mis pliegues se iban abriendo con un ligero hormigueo, sin dolor distendiendo mi estrecho agujero, metiéndomelo cada vez más profundo hasta que sentí sus testículos pegados a mis nalgas.



Listo preciosa fue más fácil de lo que pensé y movía su pene en círculos dentro de mi estrecho y apretado culito. -se ve que tienes mucha experiencia puta- Empezó a bombearme, lento y profundo, la sacaba hasta dejar sólo la cabeza y me la clavaba hasta el fondo, cada que me clavaba sentía que me faltaba el aire y gemía al momento que me la sacaba, dentro y fuera, rozando mis paredes por dentro y haciéndome vibrar de placer, ay perra, me está volviendo loco darte por tu culo, toma, toma, aaagh, te voy a reventar el culooo… Fue arreciando las embestidas entre mis gritos, jadeos y el ruido de mis nalgas chocando contra su pelvis plap plap plap. -te cogería diario, que suerte tiene el cabron de tu esposo- Aaagh movía mi cadera acompañando sus ricas y duras embestidas disfrutando tan delicioso coito anal… puse mi dedo acariciando mi clítoris diciéndole: ¡¡sigueee dame maaas duroo!! Si preciosa, ya viene, te quiero dejar bien servida, aaah, que nunca olvides esta cogida, ya no aguanto, ya viene la leche.
Metió su mano entre mis piernas y me frotó el clítoris, todo mi cuerpo se estremeció y empecé a retorcerme de placer al tiempo que estallaba en un poderoso orgasmo, sentía que mi vagina escurría a chorros y corrientes eléctricas recorrían mi cuerpo, mis ojos divagaban y mi saliva escurría por la comisura de mis labios, ambos gritábamos y gemíamos, arreció todavía más sus embestidas a un ritmo endemoniado, literalmente me estaba reventando!!!, hasta que en una última embestida dio un gruñido y me lo enterró en lo más hondo estallando en mis entrañas, sentía los chorros de su ardiente y espeso semen en lo más profundo de mi culito, disparando uno tras otro, inundando mis intestinos!! Me desplomé sobre el cemento, toda desfallecida, con la respiración entrecortada, mi corazón parecía salirse de mi pecho, el albañil se recostó sobre mi cuerpo, sudoroso, poco a poco su miembro fue vibrando con menor intensidad hasta que la sacó y un chorro de semen escurrió entre mis nalgas y piernas acompañados de mis líquidos internos. Mientras me dio un beso muy cachondo mientras estaba recostado sobre mi espalda que estaba sudada y su abdomen estaba igual sentía su semen dentro de mí culito escurriendo, mientras el besaba mi cuello buscando mi boca.
Le dije gracias por la cogida, el agradeció con un beso en la boca, saco un cigarro y comenzó a fumar, me dijo –aun no termino vamos por el segundo round, me acerco su miembro que estaba en el periodo refractario, yo lo iba a limpiar con mi falda para quitarle los fluidos internos pero no me dejo: así perra, ahora resulta que eres fina- sonreí y comencé a mamarlo, los olores de mi ano y su semen, se habían mezclado como el agua y cemento, tenía un olor intenso, pero no me importo y seguí chupando ese falo poderoso, que ya se volvía a levantar, solamente se escuchaba –aaag, —intentaba no ahogarme, cuando el comenzó a orinarme la boca, cara y ropa

-desgraciado, ya me ensuciaste más- nuevamente introdujo su verga y me tomo del cabello, me jalaba muy fuerte, mi pelo ya estaba lleno de mezcla, luego me cargo e hicimos el famoso 69, mi vagina nuevamente, tenía la mezcla del colado, y me mordía mi Monte Venus, me bajo y tiernamente lamia mi vello vaginal, fumo cigarro y le soplo a mi vagina, sentí un aire rico lo mismo hizo con mi ano, le echo el humo del cigarrillo. Después observo una caguama que dejaron y sirvió en unos vasos sucios, la cerveza, accedí y bebimos, mientras fajábamos, nos acabamos rápido el envase, al dejar mi celular en mi cuarto, no sabía que hora era, por lo que le dije vamos a coger o se despertará mi esposo.
Nuevamente me subió y la falda, -dijo espera, y con su brazos fuertes hizo una especie de cama con los bultos de cemento, me acomode y con su pene totalmente erecto se colocó entre mis piernas y colocándolas sobre sus hombros me lo metió de una sola estocada hasta el fondo haciéndome gritar y gemir tanto de sorpresa como de placer al sentirme totalmente llena con semejante falo tan grueso!!! Sentía mi vagina abrirse al máximo y su duro miembro se deslizaba por todo mi canal vaginal gracias a lo bien lubricado que estaba por mi anterior orgasmo. Así estuvimos un rato el albañil, dándome con vigor haciendo entrar y salir su grueso pene de mi vagina una y otra vez, mientras acariciaba mis senos mientras nos besábamos, hubo un momento de terror cuando mi marido grito -Aleyda- nos quedamos petrificados y el albañil cerró los ojos, pensando en que lo iban a golpear, después de unos segundos de intensidad que se nos hicieron eternos, levantamos la mirada y vimos que mi marido estaba recargado en la puerta de la sala, gritándome, pero no veía la escena de sexo, entre su esposa y el albañil ya que estábamos acostados en el patio donde se colocó. Uuuf el albañil, y yo respiramos profundamente, le dije déjame ir a verlo, me baje la falda sin volver a ponerme la tanga y me puse mi blusa sin el brazo lo que hacía que se marcarán mis pezones y cuando llegue a ver a mi marido ya dormía en la sala en un sillón.
Fue cuando sentí el miembro duro de mi macho, me dijo al odio, déjalo ya se durmió, -no tienes que irte, le dije-y el muy temerario, me subió la putifalda y me ensarto la verga en mi ano, no podía creerlo, estaba cogiendo en frente de mi marido, “digna escena de una productora del porno”, mientras mi marido dormía borracho, el albañil me hacia el amor, y me hizo varias embestidas hasta que le dije que fuéramos al patio, pero el muy cínico me recargo en el sillón de la sala y me continuo penetrando, me mordí muy duro los labios para no gritar.



Caímos en el sillón, y lo ensuciamos, le dije por favor, vamos al patio, él lo entendió pero salimos caminando y me iba ensartando mi culo, literal, caminaba con una verga en mi ano. -ese momento de intensidad de adrenalina a ser descubiertos, me puso super cachonda, y acomode en mi cama de cemento y continuo penetrándome muy duro, mientras me mordía la espalda y mi cuello.
Mientras destrozaba mi ano, metía sus dedos en mi vagina, y jalaba mi clítoris, con delicadeza y después con fiereza, me estuvo dedeando muy rico, sentía un gran placer, me mordía mis labios en señal de satisfacción, que rico copulábamos, éramos animales irracionales, guiados por su celo, nos apareábamos sin importarnos nada, era nuestra naturaleza, que rico teníamos sexo, fue cuando gimiendo de placer grité “Me corro…” fueron las palabras que entre gemidos se me escaparon… Y efectivamente me corrí con tal intensidad que bañé los bultos de cemento y el albañil me mordía el lóbulo de mi oreja y me decía al oído: ¡¡¡que rico coge señora!!! ¡¡¡El mejor palo de mi vida quisiera preñarla y que fuera mi mujer!!! Y arremetió fuerte. Eres una diosa de la sexualidad, me encantas, le dije gracias amor, tú también eres un gran semental.

Después, le pedí que el se acostara en la cama improvisada de bultos de cemento, lo hice acostarse boca arriba con las piernas separadas y comencé a acariciar y besar sus muslos hasta llegar a su entrepierna, chupé uno a uno sus testículos, recorría con mi lengua todo el tronco de su potente miembro y metí su glande y una buena parte de su pene en mi boca sintiendo sus fuertes palpitaciones en mi paladar mientras mis uñas acariciaban sus testículos haciéndolo bufar diciendo: Oooh eres una experta… que rico lo mamas señora!!! Y cogiendo con sus manos mi cabeza la movía de arriba abajo haciendo que su grueso miembro entrara y saliera de mi boca al ritmo que el deseaba.

¡¡¡Sacó de mi boca su aún erecto pene y acostándome boca arriba sostuvo mis piernas con sus brazos y me lo metió duro de una sola embestida sintiendo sus bellos rosando mi pubis me lo había clavado completamente llegando hasta el fondo de mi vagina!!!
Así lo hicimos por un largo periodo de tiempo, mientras metía su miembro, con sus dedos acariciaba mi monte Venus, mientras nos besábamos, fue cuando lo orine, la cerveza me produce que me den ganas de orinar, después sentí como llegue al orgasmo y llene de mis fluidos el miembro y los testículos del albañil.
Me sentía en el quinto cielo con esta tremenda copula que me daba, gozaba al máximo al sentirme totalmente llena por su vigoroso y grueso pene, sus besos y caricias me tenían con la líbido hasta arriba pidiéndole más y más, que rico polvo nos estábamos echando. Y así siguió penetrándome su pene ya había destrozado mi vagina y ano. Fue cuando dijo ya me voy a venir pero quiero dejártelos en tu boca. Se levanto y me puso de rodillas, se jalo su miembro, yo lo ayude con unos lengüetazos en su glande y frenillo, aaah perra, cuando aquel miembro parecido a un volcán, expulso los espermatozoides, todavía salió una cantidad considerable, el albañil , me lleno de su semen cremoso, sus fluidos ingresaron directamente a mi boca para formar parte de mi ser, y los que escurrían de su verga los lamí, y los bese, para después tragármelos, mientras sudábamos y ambos, gemíamos -aaaah, esto es la gloria señora- tardamos en recuperar el aliento, y fue cuando recuperamos la consciencia, el albañil se vistió y yo me acomodé mi putifalda y la blusa con el bra ya puesto , estábamos bañados en sudor, ya era noche, él se despidió muy tiernamente con un beso y me dijo te volveré a ver, y le respondí, claro amor, y pregunte, por cierto cuanto les debe mi marido, aún falta liquidar, y el albañil respondió, sí aún falta un pago, le mencione y si les pago con sexo, jaja, dijo claro, preciosa. Me beso mis manos y con cautela salió de la casa.
Bien adolorida por la cogida ingrese a la sala, mi marido ya estaba en la habitación pues sus ronquidos se escuchaban muy fuerte, no sé en que momento se había subido, quise limpiar el sillón, con un trapo, pero estaba adolorida, me dolía mucho mi culito, sentía ardor y mi vientre me dolía demasiado, por lo menos taparlo para otro día limpiarlo y que nadie se diera cuanta, cuando me dirigí al patio para conseguir el trapo entraró mi hijo mayor que había venido a pasar unos días con nosotros, mi hijo pequeño estaba en la habitación también durmiendo. Y dijó, ma que te paso, mírate estas toda sucia, -me quede en silencio, no sabía que decir, fue cuando le dije es que su papá había tomado con el arquitecto y maestro albañil, y que por lo borracho no podía subir, y cuando lo quise ayudarlo a subir me tiro, caí en el patio donde colaron, por eso estoy sucia, -que mal, déjame ayudarte, gracia hijo, pareció creerme, y le dije que en el sillón estaba su papa, durmiendo y después se subió que me había ensuciado el patio y sillón de la sala.
-Bueno hijo me voy a bañar- eran las 23 pm, cogí un buen tiempo con el albañil, subí al baño y justo cuando me iba a quitar la falda, me di cuenta que mi tanga no estaba, fui rápido a buscarla y estaba en la cama de cemento sucia de mezcla y fluidos tanto míos como semen de mi semental, uuuf, Dios Mio, me sentí aliviada, ingrese a la ducha y tarde en bañarme, tenía mucha mezcla del colado, polvo, fluidos del albañil, al salir de la ducha, me coloque un cachetero de tipo Lycra para evitar dolor de lo rozada que estaba mi vagina y mi culito, una blusa colgada y fresca y me dormí.
Al siguiente día, en la tarde, aproximadamente a las 18pm, mi familia estaba en casa, y decidimos ver como estaba el colado, y al llegar al patio donde está la obra, mi marido dijo con sorpresa: aaah caray, estos bultos no estaban tirados, se encontraban en dos filas- le dije quizás, el maestro albañil, los acomodo, pero como estabas muy borracho no recuerdas- el replico, pero están mojados y tienen unos hoyos, pequeños, (claro eran mis fluidos y los hoyos se los había hecho la punta de mis tacones cuando estaba como perra en celo cabalgando lo y dándome de sentones) quedo pensativo, y lo abrace le dije continuemos observando la construcción, mientras yo recordaba ese lugar donde yací con el albañil, mis fluidos se podían ver y oler, fue cuando mi hijo dijo -huele muy feo- ya no aguanto vamos para la sala- mi esposo dijo apenado, si hijo, es que los albañiles son poco higiénicos, entremos, justo cuando íbamos a salir.
Mi hijo dio un grito fuerte, “mamá tu medalla, se encuentra tirada aquí” me quede pasmada, y mi marido dijo, por que esta aquí, mi hijo dijo: quizá te la robaron, y se les olvido, pero mi marido dijo, no, tu traías puesta esta medalla ayer, Ale, que pasa, me quede seria, y dije, “pues tu me la has de ver tirado cuando vine a ayudarte a que ingresaras a la casa, te pusiste necio y forcejeamos, y todavía me gritas, mi esposo apenado, sintió pena y dijo tienes razón amor, discúlpame el muy incrédulo me creyó. Me hinque para recoger la medalla que me regaló mi suegro y que se me había caído cuando me cogió el albañil, una sonrisa pícara se esbozó de mi rostro, me traiciono la lujuria, recordando aquella cogida- mi medalla llena de mezcla, la puse en mi mano, aquella medalla era testigo mi tercera infidelidad y de la gran cogida que tuve con el albañil, mi marido no sospecho nada, no obstante sentí una mirada acusadora de mi hijo, quizás el relacionó los hechos, de que me encontró sucia, los bultos de cemento en forma de cama y mojados, probablemente sospechó que tuve sexo con el maestro albañil pero en realidad fue su ayudante.
Espero les haya gustado, tengo más experiencia cogiendo, si quieren que les siga contando de todas aquellas denle amor a mis post y seguiré contando y cogiendo con más hombres para luego relatarles lo que he hecho. 😘😘😘

Me excitas mucho, quiero comerte toda, estás bien rica, tienes un culo increíble y aunque estrechito dilata bien, se nota que ya te estrenaron la colita. -en mi mente dije, uuuf si supieras que me encanta por el culo, y he metido hasta dos vergas negras en mi ano- me subió a la fila de cemento, me coloco en medio de ellas, tomando mis piernas las empujó contra mi pecho haciendo que levantara más el culo, dejándolo totalmente vulnerable a su ataque y su boca se hundió entre mis nalgas, sentí su lengua lamiendo mi ano y tratar de perforarlo, mis pliegues cedían y su rugosa y caliente lengua se colaba en mi interior, hundió su cara y succionó mi esfínter, ya no pude aguantar más, sentí que mis piernas se aflojaron y torrentes de placer recorrían mi cuerpo, empecé a convulsionar con su cara bien metida entre mis nalgas sin darme tregua..


Mientras sus dedos no dejaban de estimular mi clítoris. Me corro, me corro, me corrooo- grité, todo mi cuerpo se retorcía y mis ojos se pusieron en blanco, como en un trance. Apartó su cara de mi ano y goloso absorbió mis fluidos sin dejar escapar una gota. Eso es amor, dame tu miel, exclamo.
Poco a poco mis espasmos fueron disminuyendo de intensidad y caí exhausta sobre el cemento sentía mi cuerpo muy sensible y sin fuerzas, todavía temblaba, mi respiración estaba agitada, el orgasmo había sido muy intenso. Indudablemente era un gran amante, pensé que este hombre era puro fuego. Se bajo el pantalón junto con su bóxer y se recostó sobre mi cuerpo y buscó mi boca, su boca sabía a mi vagina y a mi culito, un sabor exquisito, esto me excitó mucho, me giré quedando frente a frente debajo de él, su pene era largo, grueso y sus venas igual de marcadas que sus brazos, aunque un olor un tanto desagradable surgía del miembro.
Su verga quedó en la entrada de mi vagina y ayudado por mis jugos vaginales fue introduciendo la cabeza dentro de mí, que rico sentí, se sentía caliente y dura, me quemaba por dentro, tomándome de los muslos me los dobló hacia adelante mientras me iba metiendo su miembro centímetro a centímetro sentía como me iba abriendo y entrando ese enorme, grueso y rico falo, ya llevaba la mitad enterrado en mi vagina, buscó mis pezones y se dedicó a chupar, lamer y succionar, me sentía en el paraíso, en un movimiento de caderas empujó su pelvis y me lo enterró todo, hasta los testículos, sacándome un grito de placer, me sentía tan llena, tan plena, tan suya, que rico me lo hacía, estaba siendo penetrada por el albañil sabiendo que mi marido estaba durmiendo en casa y con el riesgo que representaba que en cualquier momento pudiera despertarse y verme empalada!!!

Me daba tanto morbo, me hacía sentir tan excitada que empecé a mover mis caderas en forma circular y él inició sus arremetidas, metiendo y sacando su gran trozo de carne, gemía y gritaba como loca, me empalaba profundamente y su pelvis se pegaba completamente a mí, sentía como rozaba mi clítoris y sus testículos chocaban con mis nalgas, de mi vagina seguían fluyendo mis jugos por los deliciosos orgasmos que me producía!!

Su pene entraba y salía de mí causándome un placer exquisito, definitivamente era un experto, entre gemidos y gritos pedía que me lo metiera más profundo, que me diera más duro y más rápido, mis manos se posaron en sus nalgas y lo empujaba contra mi cuerpo para que me la metiera fuerte y duro, era una sensación inexplicable, me encanta tener penes gigantes dentro de mi, tener su grueso miembro dentro de mí, era inaudito, le estaba siendo infiel a mi marido de nueva cuenta pero está vez estando él en casa, ya no me importó, me lo hacía de una forma alucinante. Aaag, Dios mío, que ricooo, aaah, sigue muchacho más duro, aaagh, ¡¡¡así aaagh!!! Veía su cara, gruñía de placer, se había puesto roja, me veía con una mirada libidinosa, pervertida, sonriendo al ver cómo me hacía gozar y gritar de placer, a medida que arreciaba sus embestidas, su frente escurría sudor, pensé que pronto estallaría en mi interior, faltaba poco, cuando de pronto saca todo su pene de mi vagina. Yo ya estaba sucia por dentro y fuera, las embestidas hacían que el aire hiciera que de los bultos de cemento ingresar a mi concha, el cual quería quitar pero ese miembro duro no me lo permitía, sus manos llenas de mezcla, ya habían dejado mi cara sucia, que rico cogíamos en el colado, lo abracé con mis piernas y lo jalaba hacia mi para que llegara más al fondo.



Aaagh, espera nena, espera, agh, me vas hacer correr y todavía no quiero, antes tengo que romperte ese lindo culo que me tiene loco desde la mañana. Me dijo para que no te sigas ensuciando y para que el aire no siga metiendo cemento en tu vaina, déjame acostarme, y así lo hizo en las dos filas del cemento, como pudo me ayudo a subirme y comencé a cabalgarlo analmente -aaaah su prieta y gorda verga entro en mi ano- y yo me daba ricos sentones en ese miembro, después subí mis piernas para darle una mejor altura y más placer al coito -que rico cógeme así, le decía, no te detengas- nuestras carnes chocaban, su pene y mi ano se unían en un solo frenesí, -no sabes cuantas veces en el día, pase imaginándote cogiéndote y creí que ya nunca más te volvería ver- -ya me tienes aquí montada, baby, disfruta- me empujaba con sus toscas manos y así me penetraba, duro muy duro, mi ano ya lo sentía irritada, pedía un tiempo. Pero mi lujuria, no quería que paráramos, estaba encima de mi semental, penetrándome, yo agache mi cara para podernos besarnos.





Mientras el tocaba mis senos, escuche tocar el timbre, pero no me importaba quien era, no quería que nada nos detuviera, me estaba dando ricos sentones, cuando sentí que la punta de mis tacones rompió el bulto de cemento y se enterraron, por lo que provocaron que me enterrara de un solo golpe su verga, -uff fue delicios- nos reímos por el cemento roto, y el polvo ya entraba por todos mis agujeros, por lo que él dijo, te voy a cargar.
Me tomo de la cintura, puso mis manos en su cuello y me cargo, que rico era cabalgar ese miembro -aaaah, duele, pero me gusta, sigue así mi amor- -claro que si perra- me daba sentones en ese miembro, que me destruía analmente, hubo un momento en que solamente quede ensartada, y él me mordía muy rico los labios, nuestros cuerpos bañados en sudor combinados con la mezcla del colado sumado a los líquidos que comenzaban a salir de nuestros cuerpos, hacían una escena de lujuria extrema. Me hacía estremecer yo perdí la noción del tiempo, pero ya estaba obscuro y solamente se escuchaba los sonidos de nuestros cuerpos y los gemidos muy ricos. Inmediatamente me recargo contra uno de los castillos, y yo seguía ensartándome su enorme varilla, unos minutos después me bajo y me dijo quiero ponerte en cuatro mi vida.
Lo voy a hacer suave señora, no quiero lastimarte, al contrario, quiero que goces para que me recuerdes con gusto, no tengas miedo y me acarició las nalgas con cariño. Sentí como puso su pene entre mis nalgas y me pincelaba toda la rajita, presionaba justo en la entrada de mi culito y la retiraba, estaba tan excitado que chorreaba algunas gotas de semen, sentía tan rico que me fui relajando, la caliente cabeza acariciaba mi ano, una suave y tersa caricia con su duro trozo de carne , un contacto tan íntimo y delicioso, su mano presionó mi vientre haciendo que levantara más mis nalgas y en ese instante sentí que mis pliegues se abrían y entraba la cabeza, di un grito y un respingo de puro placer, me encantó como me abrió con su achatado glande. Efectivamente me la había metido muy suave, a pesar de su grosor, no me dolía, mi ano ya que estaba acostumbrado al diámetro de penes de mis negros y le dio cabida al grueso miembro de mi nuevo macho sin demasiado esfuerzo, me lo empezó a meter lentamente empujando rítmicamente su cadera hacia mí jalándome con sus fuertes manos en mi cadera, mis pliegues se iban abriendo con un ligero hormigueo, sin dolor distendiendo mi estrecho agujero, metiéndomelo cada vez más profundo hasta que sentí sus testículos pegados a mis nalgas.



Listo preciosa fue más fácil de lo que pensé y movía su pene en círculos dentro de mi estrecho y apretado culito. -se ve que tienes mucha experiencia puta- Empezó a bombearme, lento y profundo, la sacaba hasta dejar sólo la cabeza y me la clavaba hasta el fondo, cada que me clavaba sentía que me faltaba el aire y gemía al momento que me la sacaba, dentro y fuera, rozando mis paredes por dentro y haciéndome vibrar de placer, ay perra, me está volviendo loco darte por tu culo, toma, toma, aaagh, te voy a reventar el culooo… Fue arreciando las embestidas entre mis gritos, jadeos y el ruido de mis nalgas chocando contra su pelvis plap plap plap. -te cogería diario, que suerte tiene el cabron de tu esposo- Aaagh movía mi cadera acompañando sus ricas y duras embestidas disfrutando tan delicioso coito anal… puse mi dedo acariciando mi clítoris diciéndole: ¡¡sigueee dame maaas duroo!! Si preciosa, ya viene, te quiero dejar bien servida, aaah, que nunca olvides esta cogida, ya no aguanto, ya viene la leche.
Metió su mano entre mis piernas y me frotó el clítoris, todo mi cuerpo se estremeció y empecé a retorcerme de placer al tiempo que estallaba en un poderoso orgasmo, sentía que mi vagina escurría a chorros y corrientes eléctricas recorrían mi cuerpo, mis ojos divagaban y mi saliva escurría por la comisura de mis labios, ambos gritábamos y gemíamos, arreció todavía más sus embestidas a un ritmo endemoniado, literalmente me estaba reventando!!!, hasta que en una última embestida dio un gruñido y me lo enterró en lo más hondo estallando en mis entrañas, sentía los chorros de su ardiente y espeso semen en lo más profundo de mi culito, disparando uno tras otro, inundando mis intestinos!! Me desplomé sobre el cemento, toda desfallecida, con la respiración entrecortada, mi corazón parecía salirse de mi pecho, el albañil se recostó sobre mi cuerpo, sudoroso, poco a poco su miembro fue vibrando con menor intensidad hasta que la sacó y un chorro de semen escurrió entre mis nalgas y piernas acompañados de mis líquidos internos. Mientras me dio un beso muy cachondo mientras estaba recostado sobre mi espalda que estaba sudada y su abdomen estaba igual sentía su semen dentro de mí culito escurriendo, mientras el besaba mi cuello buscando mi boca.
Le dije gracias por la cogida, el agradeció con un beso en la boca, saco un cigarro y comenzó a fumar, me dijo –aun no termino vamos por el segundo round, me acerco su miembro que estaba en el periodo refractario, yo lo iba a limpiar con mi falda para quitarle los fluidos internos pero no me dejo: así perra, ahora resulta que eres fina- sonreí y comencé a mamarlo, los olores de mi ano y su semen, se habían mezclado como el agua y cemento, tenía un olor intenso, pero no me importo y seguí chupando ese falo poderoso, que ya se volvía a levantar, solamente se escuchaba –aaag, —intentaba no ahogarme, cuando el comenzó a orinarme la boca, cara y ropa

-desgraciado, ya me ensuciaste más- nuevamente introdujo su verga y me tomo del cabello, me jalaba muy fuerte, mi pelo ya estaba lleno de mezcla, luego me cargo e hicimos el famoso 69, mi vagina nuevamente, tenía la mezcla del colado, y me mordía mi Monte Venus, me bajo y tiernamente lamia mi vello vaginal, fumo cigarro y le soplo a mi vagina, sentí un aire rico lo mismo hizo con mi ano, le echo el humo del cigarrillo. Después observo una caguama que dejaron y sirvió en unos vasos sucios, la cerveza, accedí y bebimos, mientras fajábamos, nos acabamos rápido el envase, al dejar mi celular en mi cuarto, no sabía que hora era, por lo que le dije vamos a coger o se despertará mi esposo.
Nuevamente me subió y la falda, -dijo espera, y con su brazos fuertes hizo una especie de cama con los bultos de cemento, me acomode y con su pene totalmente erecto se colocó entre mis piernas y colocándolas sobre sus hombros me lo metió de una sola estocada hasta el fondo haciéndome gritar y gemir tanto de sorpresa como de placer al sentirme totalmente llena con semejante falo tan grueso!!! Sentía mi vagina abrirse al máximo y su duro miembro se deslizaba por todo mi canal vaginal gracias a lo bien lubricado que estaba por mi anterior orgasmo. Así estuvimos un rato el albañil, dándome con vigor haciendo entrar y salir su grueso pene de mi vagina una y otra vez, mientras acariciaba mis senos mientras nos besábamos, hubo un momento de terror cuando mi marido grito -Aleyda- nos quedamos petrificados y el albañil cerró los ojos, pensando en que lo iban a golpear, después de unos segundos de intensidad que se nos hicieron eternos, levantamos la mirada y vimos que mi marido estaba recargado en la puerta de la sala, gritándome, pero no veía la escena de sexo, entre su esposa y el albañil ya que estábamos acostados en el patio donde se colocó. Uuuf el albañil, y yo respiramos profundamente, le dije déjame ir a verlo, me baje la falda sin volver a ponerme la tanga y me puse mi blusa sin el brazo lo que hacía que se marcarán mis pezones y cuando llegue a ver a mi marido ya dormía en la sala en un sillón.
Fue cuando sentí el miembro duro de mi macho, me dijo al odio, déjalo ya se durmió, -no tienes que irte, le dije-y el muy temerario, me subió la putifalda y me ensarto la verga en mi ano, no podía creerlo, estaba cogiendo en frente de mi marido, “digna escena de una productora del porno”, mientras mi marido dormía borracho, el albañil me hacia el amor, y me hizo varias embestidas hasta que le dije que fuéramos al patio, pero el muy cínico me recargo en el sillón de la sala y me continuo penetrando, me mordí muy duro los labios para no gritar.



Caímos en el sillón, y lo ensuciamos, le dije por favor, vamos al patio, él lo entendió pero salimos caminando y me iba ensartando mi culo, literal, caminaba con una verga en mi ano. -ese momento de intensidad de adrenalina a ser descubiertos, me puso super cachonda, y acomode en mi cama de cemento y continuo penetrándome muy duro, mientras me mordía la espalda y mi cuello.
Mientras destrozaba mi ano, metía sus dedos en mi vagina, y jalaba mi clítoris, con delicadeza y después con fiereza, me estuvo dedeando muy rico, sentía un gran placer, me mordía mis labios en señal de satisfacción, que rico copulábamos, éramos animales irracionales, guiados por su celo, nos apareábamos sin importarnos nada, era nuestra naturaleza, que rico teníamos sexo, fue cuando gimiendo de placer grité “Me corro…” fueron las palabras que entre gemidos se me escaparon… Y efectivamente me corrí con tal intensidad que bañé los bultos de cemento y el albañil me mordía el lóbulo de mi oreja y me decía al oído: ¡¡¡que rico coge señora!!! ¡¡¡El mejor palo de mi vida quisiera preñarla y que fuera mi mujer!!! Y arremetió fuerte. Eres una diosa de la sexualidad, me encantas, le dije gracias amor, tú también eres un gran semental.

Después, le pedí que el se acostara en la cama improvisada de bultos de cemento, lo hice acostarse boca arriba con las piernas separadas y comencé a acariciar y besar sus muslos hasta llegar a su entrepierna, chupé uno a uno sus testículos, recorría con mi lengua todo el tronco de su potente miembro y metí su glande y una buena parte de su pene en mi boca sintiendo sus fuertes palpitaciones en mi paladar mientras mis uñas acariciaban sus testículos haciéndolo bufar diciendo: Oooh eres una experta… que rico lo mamas señora!!! Y cogiendo con sus manos mi cabeza la movía de arriba abajo haciendo que su grueso miembro entrara y saliera de mi boca al ritmo que el deseaba.

¡¡¡Sacó de mi boca su aún erecto pene y acostándome boca arriba sostuvo mis piernas con sus brazos y me lo metió duro de una sola embestida sintiendo sus bellos rosando mi pubis me lo había clavado completamente llegando hasta el fondo de mi vagina!!!
Así lo hicimos por un largo periodo de tiempo, mientras metía su miembro, con sus dedos acariciaba mi monte Venus, mientras nos besábamos, fue cuando lo orine, la cerveza me produce que me den ganas de orinar, después sentí como llegue al orgasmo y llene de mis fluidos el miembro y los testículos del albañil.
Me sentía en el quinto cielo con esta tremenda copula que me daba, gozaba al máximo al sentirme totalmente llena por su vigoroso y grueso pene, sus besos y caricias me tenían con la líbido hasta arriba pidiéndole más y más, que rico polvo nos estábamos echando. Y así siguió penetrándome su pene ya había destrozado mi vagina y ano. Fue cuando dijo ya me voy a venir pero quiero dejártelos en tu boca. Se levanto y me puso de rodillas, se jalo su miembro, yo lo ayude con unos lengüetazos en su glande y frenillo, aaah perra, cuando aquel miembro parecido a un volcán, expulso los espermatozoides, todavía salió una cantidad considerable, el albañil , me lleno de su semen cremoso, sus fluidos ingresaron directamente a mi boca para formar parte de mi ser, y los que escurrían de su verga los lamí, y los bese, para después tragármelos, mientras sudábamos y ambos, gemíamos -aaaah, esto es la gloria señora- tardamos en recuperar el aliento, y fue cuando recuperamos la consciencia, el albañil se vistió y yo me acomodé mi putifalda y la blusa con el bra ya puesto , estábamos bañados en sudor, ya era noche, él se despidió muy tiernamente con un beso y me dijo te volveré a ver, y le respondí, claro amor, y pregunte, por cierto cuanto les debe mi marido, aún falta liquidar, y el albañil respondió, sí aún falta un pago, le mencione y si les pago con sexo, jaja, dijo claro, preciosa. Me beso mis manos y con cautela salió de la casa.
Bien adolorida por la cogida ingrese a la sala, mi marido ya estaba en la habitación pues sus ronquidos se escuchaban muy fuerte, no sé en que momento se había subido, quise limpiar el sillón, con un trapo, pero estaba adolorida, me dolía mucho mi culito, sentía ardor y mi vientre me dolía demasiado, por lo menos taparlo para otro día limpiarlo y que nadie se diera cuanta, cuando me dirigí al patio para conseguir el trapo entraró mi hijo mayor que había venido a pasar unos días con nosotros, mi hijo pequeño estaba en la habitación también durmiendo. Y dijó, ma que te paso, mírate estas toda sucia, -me quede en silencio, no sabía que decir, fue cuando le dije es que su papá había tomado con el arquitecto y maestro albañil, y que por lo borracho no podía subir, y cuando lo quise ayudarlo a subir me tiro, caí en el patio donde colaron, por eso estoy sucia, -que mal, déjame ayudarte, gracia hijo, pareció creerme, y le dije que en el sillón estaba su papa, durmiendo y después se subió que me había ensuciado el patio y sillón de la sala.
-Bueno hijo me voy a bañar- eran las 23 pm, cogí un buen tiempo con el albañil, subí al baño y justo cuando me iba a quitar la falda, me di cuenta que mi tanga no estaba, fui rápido a buscarla y estaba en la cama de cemento sucia de mezcla y fluidos tanto míos como semen de mi semental, uuuf, Dios Mio, me sentí aliviada, ingrese a la ducha y tarde en bañarme, tenía mucha mezcla del colado, polvo, fluidos del albañil, al salir de la ducha, me coloque un cachetero de tipo Lycra para evitar dolor de lo rozada que estaba mi vagina y mi culito, una blusa colgada y fresca y me dormí.
Al siguiente día, en la tarde, aproximadamente a las 18pm, mi familia estaba en casa, y decidimos ver como estaba el colado, y al llegar al patio donde está la obra, mi marido dijo con sorpresa: aaah caray, estos bultos no estaban tirados, se encontraban en dos filas- le dije quizás, el maestro albañil, los acomodo, pero como estabas muy borracho no recuerdas- el replico, pero están mojados y tienen unos hoyos, pequeños, (claro eran mis fluidos y los hoyos se los había hecho la punta de mis tacones cuando estaba como perra en celo cabalgando lo y dándome de sentones) quedo pensativo, y lo abrace le dije continuemos observando la construcción, mientras yo recordaba ese lugar donde yací con el albañil, mis fluidos se podían ver y oler, fue cuando mi hijo dijo -huele muy feo- ya no aguanto vamos para la sala- mi esposo dijo apenado, si hijo, es que los albañiles son poco higiénicos, entremos, justo cuando íbamos a salir.
Mi hijo dio un grito fuerte, “mamá tu medalla, se encuentra tirada aquí” me quede pasmada, y mi marido dijo, por que esta aquí, mi hijo dijo: quizá te la robaron, y se les olvido, pero mi marido dijo, no, tu traías puesta esta medalla ayer, Ale, que pasa, me quede seria, y dije, “pues tu me la has de ver tirado cuando vine a ayudarte a que ingresaras a la casa, te pusiste necio y forcejeamos, y todavía me gritas, mi esposo apenado, sintió pena y dijo tienes razón amor, discúlpame el muy incrédulo me creyó. Me hinque para recoger la medalla que me regaló mi suegro y que se me había caído cuando me cogió el albañil, una sonrisa pícara se esbozó de mi rostro, me traiciono la lujuria, recordando aquella cogida- mi medalla llena de mezcla, la puse en mi mano, aquella medalla era testigo mi tercera infidelidad y de la gran cogida que tuve con el albañil, mi marido no sospecho nada, no obstante sentí una mirada acusadora de mi hijo, quizás el relacionó los hechos, de que me encontró sucia, los bultos de cemento en forma de cama y mojados, probablemente sospechó que tuve sexo con el maestro albañil pero en realidad fue su ayudante.
Espero les haya gustado, tengo más experiencia cogiendo, si quieren que les siga contando de todas aquellas denle amor a mis post y seguiré contando y cogiendo con más hombres para luego relatarles lo que he hecho. 😘😘😘
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