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Fin de semana con Belén y Sofi (parte 2)

Salimos de la ducha y nos fuimosa secar. Esta parte fue poco erótica, cada uno se agarró una toalla y se fue a un rincón. Yo había dejado el bolso al lado de la puerta, me fui a buscarlo, me puse un pantalón corto y una remera. Belén se puso una remera larga sin nada abajo y Sofi salió de atrás de una cortina y estaba con una top y una tanguita.


Las chicas habían comprado unas ensaladas en el camino hacia la cabaña, comimos rápido y nos fuimos a ver como era el predio del lado de afuera.


La cabaña estaba construida sobre pilotes de madera, abajo estaban los dos autos. El predio estaba rodeado de árboles bastante altos y un muro de madera bien alto. Dase adentro no se podía ver nada para afuera.
En el patio de la cabaña había una pileta de unos tres metros de ancho por seis de largo. Al lado de la pileta había una glorieta de madera con un hidromasaje. Me acerqué al hidromasaje, puse el agua a entibiarse mientras Belén venía a decirme que se iban a buscarlas mallas.


Mientras las chicas se iban, me acerqué a la pileta, estaba bastante limpia y bien mantenida. Me saqué la remera y me acosté en una de las tres reposeras que había al lado de la pileta.


Belu y Sofi aparecieron juntas. La vista fue infartante. Las dos tenían unas tangas ultra diminutas y sin sostén. Las dos son hermosas, pero las tetas de 18 años de Sofi no dejaban lugar a dudas de cuáles eran las mas firmes.


Belén se sentó en la reposera a mi lado. Sofi se zambulló en la pileta. Belu se acercó y me dio un beso de esos que no querés que se acaben. Las lenguas danzaban en armonía dentro de las bocas, saboreándose una a la otra. El beso terminó de a poquito. Abrí los ojos y me encontré a Belu mirándome fijo. Una de esas miradas que te derriten. Antes de que cualquiera de los dos dijera algo que pudiera traernos mil kilombos, nos separamos y Belu se acostó en la reposera.


Yo me levanté, me saqué el pantalón corto y me tiré en la pileta. Sofi estaba flotando, con sus tetas fuera del agua. Los pezones se le habían puesto duros como diamantes. Me acerqué a ella y le di una chupada a esas tetas hermosas. Sofi se incorporó y nos abrazamos. Otro beso, pero esta vez fue más físico, con más calentura que consentimiento. Nos tocamos, ella notó que yo estaba desnudo y una mano se fue directo a mi pija. Yo tenía ambas manos en su cola, con sus pezones clavándose en mi pecho. La levanté y dejé sus tetas a la altura de mi cara, me dediqué un ratito a chuparle alternativamente cada una de ellas.


- Vení. Seguíme - le dije a Sofi, tomándola de la mano. La pileta sólo tenía una escalera metálica. La ayudé a salir a ella antes de salir yo y, cuando subía por la escalera, le dí un beso en sus nalguitas.


Salimos de la pileta y nos fuimos al hidro masaje. En el ratito que había pasado estaba apenas tibio, pero agradable para meterse. Yo entré primero y desde adentro le di una mano para ayudarla con el primer paso. Me senté en el hidromasaje, con el agua hasta el pecho, Sofi abrió sus piernas y se sentó a horcajadas sobre mi, cara a cara. Nos volvimos a besar. La atraje fuerte hacia mi y empecé a bajar con mis manos hacia su cola. Bajé por su espalda, llegando a sus nalgas mi mano derecha fue directo hacia el espacio entre esos hermosos cachetes. Le fui bajando la tanga y lo primero que me encontré fue su cerradito agujero posterior. No se lo acaricié de inmediato, empecé a pasar cerca, apenas tocando la piel.   


Sofi subió la intensidad de sus besos, se adelantó mas hacia mi y curvó su espalda. Todo para facilitarme el seguir acariciando ese agujerito especial.


Nos besamos y acariciamos un momento más. Nos paramos y le pedí que se ponga de rodillas en el asiento del hidromasaje. El culito le quedó fuera del agua, pero la conchita estaba justo tocando la superficie del agua. Le saqué la tanguita y ella quedó en esa posición, como si estuviese en cuatro patas.


Me acerqué al culito de Sofi y le separé las nalgas. Saqué la lengua y empecé a pasarla en los costaditos del ano, arriba y abajo. Sofi ronroneaba como un gatito. A la tercera pasada me fuí directo a chuparle el agujerito. Sofi cambió el ronroneo por gemidos de placer. El agujerito, todavía apretado, se resistía, pero seguí dándole con la lengua mientras empezaba a acariciarle la conchita con las manos.
Sofi se apretaba sus tetas con una mano y miraba para atrás con cara de éxtasis.


- Cogéme. Ahora.


Me paré y se la metí directamente en la conchita. Sofi estaba bastante lubricada y entré como si me estuviera resbalando dentro de ella. Empecé despacito a moverme dentro de ella y recién en ese momento pude ver hacia el costado, a la reposera donde estaba Belén. Ya se había sacado la tanga y estaba pajeándose, mientras miraba como me cojía a Sofi. Le hice señas para que viniera, pero no quiso. Prefirió mirar.


Sofi se agarraba al borde del hidromasaje para aguantar el bombeo posterior. Sin sacársela la levanté y traje su espalda a mi pecho. Por la posición tuve que bajar un poco la intensidad, pero aproveché para bajar una mano a su conchita y empezar a pajearla un poco. La rodeé con el brazo libre, ella giró la cabeza y no besamos con lujuria. Al cabo de unos segundos La solté y volvió a ponerse en cuatro. La agarré fuerte de la cintura y empecé a entrarle con fuerza. Sofi acabó por primera vez en un par de
minutos y me pidió cambiar de posición. La llevé a la reposera al lado de Belén y la acosté boca arriba. Le abrí las piernas y le chupé la conchita unos minutos. Sofi me pidió que se la metiera de vuelta, me paré, separé sus piernas y apunté mi pija a su entrada. Ella seguía mojada y volví a entrar muy fácilmente. Ella estaba acostada de espaldas, puse sus piernas en mis hombros y empecé a darle otra vez, profundo, pero despacio. Cada bombeada empezaba con la punta de mi verga apenas apoyada en la entrada y terminaba cuando nuestras pelvis se encontraban. Despacio adentro y despacio afuera. Pare cada cuatro o cinco de esas y le daba otras tantas cortitas y rápidas. Sofi se masajeaba las lolas y puso unos de sus piecitos en mi cara. Sin dejar de cogerla tomé su piecito y empecé a chuparlo entre los dedos. Sofi se volvió a venir fuerte y yo ya estaba para llenarla de leche. Me aguanté hasta que ella pareció haber terminado y le dije que iba a acabar. Me salí y me acerqué a sus tetas, pero Sofi me hizo señas de que le acabara en la boca. Me fui hasta su boquita y seguí pajeándome para acabar. Sofi me sacó la mano y se la metió en la boca, siempre sosteniéndome la mirada. Cuando acabé Sofi  cerró los labios y se quedó con todo. Mientras yo tenía mi orgasmo ella seguía frotando mi glande con la lengua, lo que me hizo acabar con fuerza.


Sofi siguió chupándome muy despacio, saboreando mi leche y se la tragó. Se paró y nos dimos un beso de lenguas muy largo.


Al lado nuestro, Belu terminaba de darse su segundo orgasmo.

1 comentarios - Fin de semana con Belén y Sofi (parte 2)

Tali-va
Espectacular, más por favor. Gracias