


















Mi corazón aún palpita después de esas noches: tu piel encendida rozando la mía, tus labios devorando mi aliento, el gemido suspendido en la penumbra. El deseo nos envolvía como fuego inagotable, cada caricia incendiaba mi cuerpo, y en tu abrazo descubrí la entrega absoluta, el placer hecho infinito.
1 comentarios - Susurros de piel: el deseo que arde en silencio